¿Cómo Afectan Las Relaciones Tóxicas A La Salud Física y Mental?

Según los expertos, las relaciones tóxicas ocasionan malestar, sufrimiento y estrés en quienes las mantienen, pudiendo desencadenar efectos negativos.  Ya ha sido comprobado su efecto detrimental sobre la salud física y mental.

De este tema, que afecta a muchas personas, voy a hablar a solicitud de Caroline, una seguidora de California. Ella es la preocupada madre de un adolescente que, la mayoría de las veces,  tenía una actitud agresiva  hacia las personas, inclusive con ella misma.

Esta situación estaba comenzando a influir en el comportamiento de su hijo, quien mostraba una tendencia que podría resultar, a futuro, en un hombre maltratador.

Caroline supo de esta situación porque muchas de las jóvenes afectadas eran vecinas o compañeras de estudio de su hijo. Ella me comentaba, que en su hogar nunca existió ningún tipo de maltrato entre ella y su esposo y mucho menos con sus hijos.

No obstante, Caroline pensó que gran parte de este comportamiento de su hijo posiblemente estaba influenciado por algunas series televisivas.

Ella básicamente requería obtener información acerca de los daños físicos y mentales que acarreaba este tipo de comportamiento. Para ella, según lo que había observado, para muchas de las chicas que se relacionaron con su hijo resultaron maltratadas verbalmente.

Caroline de hecho estaba temerosa de que su hijo se hiciera un hombre adulto con estos rasgos de personalidad tan indeseables.

Al comprender la preocupación de Caroline, le comenté que efectivamente muchas series de ficción pueden ejercer  influencia sobre ellos. De hecho, pueden afectar la creación de expectativas respecto a lo que es deseable en una pareja sentimental.

Así, a fin de honrar su solicitud, preparé un dossier acerca de cómo afectan las relaciones tóxicas la salud física y mental. Dada la prevalencia de este problema en la sociedad actual, consideré importante compartirlo en mi blog. .

Generalidades acerca de las relaciones tóxicas

Una conexión perjudicial y malsana, con comportamientos que socavan el propio bienestar, podría catalogarse como una relación tóxica. En este tipo de relación, una o ambas partes sufren daño emocional, físico o psicológico debido al comportamiento de su pareja.

Los hallazgos científicos detrás de este fenómeno son diversos y complejos, pero se pueden resumir en algunos factores clave.

Uno de ellos es el apego inseguro, que se refiere a la forma en que las personas se vinculan afectivamente con los demás desde la infancia. Las personas con apego inseguro pueden tener baja autoestima, miedo al abandono, dependencia emocional o dificultad para expresar sus necesidades y límites.

Otro factor es el ciclo de la violencia, que consiste en tres fases: acumulación de tensión, explosión y luna de miel.

En la primera fase se producen pequeños conflictos, críticas, amenazas o insultos que generan malestar y ansiedad en la víctima. En la segunda fase se desencadena una agresión física, verbal o psicológica que puede causar lesiones o traumas.

Para la tercera fase el agresor se muestra arrepentido, cariñoso y promete cambiar, lo que crea una falsa esperanza y confusión en la víctima. Estas fases se repiten cada vez con mayor frecuencia e intensidad, lo que dificulta la ruptura del vínculo.

Un tercer factor es el síndrome de Estocolmo, que se produce cuando la víctima desarrolla una identificación y una dependencia hacia el agresor, como una forma de sobrevivir y adaptarse a la situación. La víctima puede justificar, minimizar o negar el maltrato y sentir culpa, vergüenza o miedo de pedir ayuda o escapar.

Vale destacar, que cuando alguien se encuentra inmerso en estas conexiones perjudiciales puede sentirse sin apoyo, degradado, atacado o incomprendido. Identificar las relaciones tóxicas es crucial para mantener el bienestar emocional y la felicidad general.

¿Cómo detectar si se está en una relación tóxica?

Según los especialistas, es muy importante reconocer las señales y tomar medidas proactivas, para poder liberarse de las relaciones tóxicas.

No cabe duda que los signos de abuso, son completamente tóxicos. Sin embargo, existen ciertas señales más sutiles de una relación tóxica. Dentro de ellas destacan:

No sentirse apoyado

Es muy frecuente que quienes viven con una persona tóxica, se sientan incomprendidos. Ello se debe, a que este tipo de personas, pueden llegar a creer que los logros de la otra persona, son como una competencia. De hecho, la mayoría de las veces, están siempre intentando superarlas.

Este efecto negativo ocasiona, que las personas afectadas sientan que su relación está socavada. Además de ello, la contraparte afectada, tiende a perder el ánimo y esta situación les impide alcanzar las metas que se habían propuesto.

Sobre todo porque la otra persona difícilmente llegará a sentirse orgullosa de sus logros. De hecho, siempre habrá una sensación de que los éxitos e intereses de la contraparte tóxica siempre son más importantes.

Comunicación inaparopiada no asertiva

De acuerdo a algunos expertos, existen algunos factores que definen una comunicación tóxica. Ellas son:

  • La culpa o crítica destructiva

Por lo general, las personas tóxicas suelen encontrar defectos en todo lo que realicen las demás personas y culparlas de todas las cosas negativas que ocurren, nunca aceptando la culpa propia.

Incluso tienden a mentir con frecuencia y comportarse de forma pasiva-agresiva. También son muy dadas a emplear la “Luz de Gas”, intentando confundir a la otra persona para que cuestione su cordura. “Gaslighting” es un término reciente, que hace referencia a un tipo de relación tóxica en el que se abusa psicológicamente de una persona.

  • Desprecio o menosprecio

A menudo, la persona tóxica suele ser sarcástica y critica de forma permanente. Luego, tratan de ocultarlo diciendo que era una broma.

Asimismo, suelen tratar mal a las personas desconocidas. Además de ello, son muy dadas a emplear la ironía y el cinismo, insultar y subestimar.

  • Aislamiento

Por lo general, la persona tóxica corta la comunicación y suele permanecer en silencio mientras la otra persona se expresa.

Ello supone un rechazo a dialogar sobre lo ocurrido. Incluso las personas tóxicas tienden a retirarse de la conversación o adoptan posturas falsamente agradables, aunque no sea lo que estén sintiendo.

Desconfianza

Es normal sentir algo de cautela de vez en cuando, en especial cuando se inicia una nueva relación de amistad o romántica. Por lo general, se hacen presentes la sospecha y desconfianza. Estos sentimientos, mantenidos de forma constante, pueden llegar a ser agotadoras para la otra persona.

Muchas veces incluso, algunas persas tóxicas vigilan la ubicación de su pareja y solicitan que ésta se comunique mediante mensajes de texto. Hasta es cuestionada si llega tarde de su trabajo o de algún evento social. Esto ocasiona muchas veces, la restricción de los movimientos de la persona afectada, al tratar de evitar disgustos a su pareja

Irrespeto

Según los especialistas, pueden existir diversas formas de faltar el respeto a una persona, por parte de una persona tóxica. Entre ellas destacan las críticas, busca avergonzar y menospreciar a la víctima delante de terceros. De hecho, muchas veces, no se valoran los límites, al intentar hacer quedar mal, a una persona

Se ha observado, que una persona tóxica, tiende a cerrarse en banda. Esto implica que, mantiene una posición u opinión de forma obstinada y sin atender a razones. Incluso, si es confrontado por su comportamiento o si se quieren compartir algunas emociones, se niega a escuchar.

Control

De acuerdo a los expertos, una persona tóxica necesita tener el control de la persona con la que se relaciona. Este se considera uno de los rasgos más peligrosos de una persona tóxica.

Incluso, puede llegar a restringir su contacto con amigos y seres queridos, pudiendo además limitar sus recursos (dinero, vehículo) a fin de restringir su capacidad para interactuar con otras personas.

Esto puede llegar a considerarse una dinámica de poder desigual. Por lo general, la persona tóxica domina a otra de forma interesada. Inclusive, procuran rastrear siempre donde se encuentra su pareja y hace comentarios negativos acerca de su forma de vestirse o sobre las cosas que realiza.

Miedo

Por lo general, la persona tóxica no maneja adecuadamente su ira. Esto ocasiona que no se sienta seguridad en estar a su lado, obligando a la contraparte a mantenerse con pies de plomo, porque situaciones insignificantes podrían provocarle un ataque de rabia. Esto a su vez, lleva a la persona tóxica a emplear un lenguaje soez e hiriente.

Para quienes se encuentran relacionados con personas tóxicas, es usual sentir su enfado incluso por las cosas más insignificantes.

Esto obliga a la contraparte, a comportarse de cierta forma o a hacer cosas que no son de su agrado. Esto por lo general ocurre, para evitar cualquier tipo de conflicto. Igualmente, muchas veces se evitará expresar los verdaderos sentimientos o la infelicidad, para evitar que la persona tóxica se enfade.

Desatención

Cuando alguien se encuentra en una relación tóxica, por lo general sus necesidades son desatendidas. Por ejemplo, al estar de acuerdo en todo momento con lo que la persona tóxica vaya a realizar, se desatienden las necesidades propias. Ello ocurre, porque no todos los planteamientos de la persona tóxica atienden los deseos o comodidad de la contraparte.

Por lo general, la contraparte hace todo lo posible para que la otra persona esté feliz y se sienta segura. Pero usualmente las personas tóxicas, no hacen lo mismo. Incluso, posiblemente al plantearle las necesidades emocionales, ellos voltean la situación y son ellos quienes terminan siendo consolados.

Consecuencias de las relaciones tóxicas sobre la salud física

Ya ha sido muy bien estudiado, que las relaciones tóxicas generan un malestar emocional y psicológico en quienes las mantienen. Dentro de los efectos más destacados de las relaciones tóxicas sobre el metabolismo se mencionan:

Aumento del estrés

El estrés es una respuesta del cuerpo ante situaciones que percibe como amenazantes o desafiantes. El estrés crónico provocado por una relación tóxica puede alterar el equilibrio hormonal y aumentar la producción de cortisol, una hormona que regula el metabolismo de los carbohidratos, las grasas y las proteínas.

Al elevarse el cortisol puede causar resistencia a la insulina, aumento de peso, inflamación y debilitamiento del sistema inmunológico.

Disminución del sueño

Diversos estudios coinciden en que, el sueño es fundamental para el buen funcionamiento del metabolismo. Ello ocurre, porque durante el descanso se producen diversos procesos de reparación celular, regulación hormonal y depuración de toxinas.

Una relación tóxica puede afectar la calidad y la cantidad del sueño. Las consecuencias de ello, son la presencia de insomnio, pesadillas, interrupciones o dificultad para conciliar el sueño.

Asimismo, la falta de sueño puede alterar el ritmo circadiano (reloj biológico que regula los ciclos de vigilia y sueño), afectando la producción de melatonina. Esta hormona, favorece el sueño y el metabolismo.

Cambios en la alimentación

La alimentación es otro factor metabólico clave, porque proporciona los nutrientes necesarios para el funcionamiento de células y órganos. Una relación tóxica puede generar cambios en los hábitos alimenticios, como comer más o menos de lo necesario, saltarse comidas, consumir alimentos poco saludables o recurrir a atracones o restricciones.

Estos desequilibrios inducen deficiencias nutricionales, alteraciones digestivas y de la glucosa sanguínea y problemas en el hígado o el páncreas.

Somatizaciones

Las personas que padecen una relación tóxica, pueden manifestar síntomas físicos como dolores de cabeza, musculares o digestivos, sin que haya una causa orgánica que los explique. Sin embargo, se cree que puede deberse a los elevados niveles de cortisol. Estos síntomas son una forma de expresar el malestar emocional que siente.

De acuerdo a la ciencia, esto acarrea diversos desequilibrios en la mayoría de los órganos y sistemas corporales. Entre ellos destacan: el cerebro, sistema digestivo, sistema inmunológico, piel, sistema reproductivo y cardiovascular. Incluso, si el estrés se prolonga durante mucho tiempo, puede producirse un deterioro cognitivo que puede desembocar en demencia.

Es importante señalar además, que el estrés produce modificaciones a nivel de los sistemas nervioso y endocrino. Esto a la larga, induce una serie de efectos negativos sobre los sistemas cardiovasculares e inmunológicos. Por ello, cuando el estrés se cronifica, se incrementa el riesgo de infecciones, hipertensión, diabetes e infarto de miocardio.

Consecuencias de las relaciones tóxicas sobre la salud mental

Según los especialistas, en las relaciones tóxicas, se ejercerse por una de las partes, un abuso de poder y control. Por lo general, ello incluye, diversas conductas humillantes, violentas y manipuladoras. Por lo general, estos actos suelen afectar negativamente la salud mental y emocional de las personas que las sufren.

Ello acarrea una serie de problemas psicológicos, dentro de los cuales destacan:

Ansiedad

La persona que vive en una relación tóxica puede experimentar miedo, nerviosismo, angustia e inseguridad ante las posibles reacciones de su pareja. Puede tener dificultades para relajarse, dormir o concentrarse. También puede sufrir ataques de pánico o fobias.

Depresión

La persona que sufre abuso por parte de su pareja puede sentirse triste, desesperanzada, culpable o vacía. Puede perder el interés por las cosas que antes le gustaban, aislarse socialmente e incluso llegar a experimentar pensamientos suicidas.

Baja autoestima

Cuando una persona es humillada, insultada o desvalorizada por su pareja puede acabar creyendo que no vale nada. Incluso, puede llegar a pensar que no merece ser feliz, o que nadie más la va a querer. Muchas veces, puede llegar a formarse una imagen negativa de sí misma y de sus capacidades.

Estrés postraumático

Cuando alguien vive situaciones traumáticas en su relación, puede desarrollar este trastorno, que se caracteriza por revivir los episodios de violencia en forma de recuerdos, pesadillas o flashbacks. También puede tener una respuesta exagerada al estrés, evitación de situaciones que le recuerden al trauma o alteraciones del estado de ánimo.

Otros trastornos

Quienes se mantienen en una relación tóxica, pueden tener mayor riesgo de sufrir otros problemas mentales. Ello ocurre muchas veces, por el empleo de estrategias de afrontamiento que deterioran su salud.

Entre ellas destacan, trastornos alimentarios, obsesivo-compulsivos, descuido de la apariencia, disfunciones sexuales o abuso de sustancias (automedicación, alcohol).

Según los Institutos Nacionales de Salud Mental, el trastorno obsesivo-compulsivo es un trastorno crónico caracterizado por pensamientos incontrolables y recurrentes. Dichos pensamientos se denominan clínicamente obsesiones, y pueden llegar a generar comportamientos repetitivos o compulsiones.

¿Cómo se puede salir de una relación tóxica?

Las personas que viven  a nivel familiar en una relación tóxica, sufren de dependencia emocional.  Pero si existe la necesidad de salir de esa relación tóxica, es necesario:

  • Autovalorarse y elevar su autoestima
  • Dejar de sentirse culpables, no aceptar culpas que no lo corresponde
  • Poner límites para enfrentar situaciones
  • Aprender a identificar personas tóxicas para alejarse de ellas
  • Aprender a dirigir sus propias vidas y hacia dónde quieren ir
  • Comprender la necesidad de tener amor propio (la persona más importante es Ud.)
  • Definir qué nivel de relación quiere para su bienestar

Concluyendo

De acuerdo a lo presentado, las relaciones tóxicas pueden tener consecuencias negativas sobre el metabolismo y la salud en general. Por eso, es importante identificar y alejarse de este tipo de relaciones y buscar apoyo profesional si se necesita ayuda para superarlas.

Las relaciones tóxicas, por lo general generan un impacto negativo en la salud mental de las personas involucradas. Estas relaciones se caracterizan por la falta de respeto, la manipulación, dependencia emocional, violencia o abuso.

Asimismo, el daño psicológico ocasionado por esta situación puede manifestarse bajo la forma de ciertos síntomas clínicos. Entre ellos destacan, desequilibrio por trastornos de personalidad, trastorno de estrés postraumático y trastorno de adaptación ansioso-depresivo. Estos desequilibrios mentales interfieren en el bienestar emocional y calidad de vida.

Vale destacar, que existen otras expresiones del daño psicológico ocasionadas por algunas víctimas de las relaciones tóxicas.

Entre ellas destacan las estrategias de afrontamiento perjudiciales. Dentro de ellas podemos resaltar la automedicación, el abuso de alcohol, trastornos alimentarios, trastornos obsesivo-compulsivos, descuido de la apariencia y disfunciones sexuales. Ello sin mencionar los efectos sobre los sistemas nervioso, endocrino, inmunológico y cardiovascular.

Para Caroline la información recibida, la cual comparto en el post, fue recibida con mucha alegría. Ella realmente se sintió muy preocupada al poder comprender los efectos perniciosos de las relaciones tóxicas.

De hecho, me comentó que compartió todo esto con su esposo y su hijo. Incluso, me comentó muy contenta que su hijo aceptó ayuda psicológica y su vida ya comenzó a cambiar. Realmente me alegré, por haber contribuido a extinguir un foco potencial de relaciones tóxicas.

“En teoría, es posible que la violencia en el noviazgo provoque a largo plazo más violencia, consumo de drogas y una salud mental y física negativa, así como que estos factores negativos aumenten el riesgo de violencia en el noviazgo, o que existan relaciones bidireccionales. También es posible que la violencia en el noviazgo que se produce en los adolescentes se asocie a resultados negativos para la salud a largo plazo a través del aumento del riesgo de continuación de la violencia desde la juventud hasta la edad adulta”

Antonio Piolanti, PhD

Universidad de Klagenfurt, Austria

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