Cómo Saber Si Tienes Deficiencia Del Sistema Inmunológico

Según los especialistas, una respuesta eficaz de nuestro sistema inmunológico para luchar contra diversos patógenos es imprescindible para la supervivencia. Dicho sistema está formado por diversos órganos, células y proteínas.

Muchos factores, incluyendo una nutrición deficiente y estrés pueden debilitar el  sistema inmunológico, ocasionando una disminución de las defensas. Es importante conocer cuando ello ocurre, y recurrir a ciertas estrategias para fortalecerlas.

De este tema tan importante para nuestra calidad de vida hablaré a solicitud de Roselyn, una seguidora de Georgia. Ella es una mujer de setenta años, madre de familia y abuela. Roselyn me comentaba, que es fanática del orden y la limpieza, una disciplina difícil cumplir al 100%.

Eso hace, que en ocasiones se sienta estresada porque quienes viven con ella tienen otro punto de vista.

Roselyn me dijo que solía contraer más resfriados que el resto de su familia, y se comunicó conmigo a fin de solicitarme algunas sugerencias para mantenerse sana. En vista de lo que me comentó, le resalté que las situaciones estresantes debilitan el sistema inmunológico.

Esto ocasiona, que las defensas se desplomen y actúa como un desencadenante para muchas patologías.

A fin de honrar la solicitud de Roselyn, le preparé una información contentiva de las generalidades del sistema inmunológico. Además de ello, le incluí también algunas sugerencias para lograr elevar sus defensas.

Considero, que un tema como este puede ser útil para muchas personas. Por ello, decidí compartirlo en mi  blog.

Generalidades acerca el sistema inmunológico

De acuerdo a lo que la ciencia ha logrado estudiar hasta ahora, se sabe que el sistema inmunitario está constituido por un conjunto de órganos, células y proteínas.

Se ha establecido, que esta red del organismo es capaz de defenderlo contra las infecciones. Además de ello, posee la capacidad de proteger cada una de las células del cuerpo humano.

El  sistema inmunológico posee un registro de todos los microbios con los cuales ha tenido que batallar. Esto le permite reconocerlos cuando son reincidentes, pudiendo eliminarlos cuando ingresan nuevamente en nuestro organismo.

De acuerdo a los expertos, cuando se presentan desequilibrios a nivel del sistema inmunológico, se producen diversas enfermedades. Entre ellas, procesos de inmunodeficiencia, trastornos inmunitarios y patologías de origen alérgico.

Dicho registro del sistema inmunitario es guardado en cierto tipo de glóbulos blancos denominados linfocitos B y linfocitos T. Esos linfocitos se denominan células de memoria, ello permite que se puedan reconocer y aniquilar de forma rápida, cuando los microbios ingresan de nuevo a nuestro organismo.

De esta forma se evita, que dicho patógeno se multiplique y ocasione una enfermedad. Sin embargo, se debe destacar que ciertas infecciones virales como la gripe y resfriado común deben ser combatidas muchas veces.

Ello se debe, a que una gran diversidad de virus o distintas cepas de determinados virus pueden ocasionar estas enfermedades. Por ello, cuando se padece de resfriado o gripe no se obtiene inmunidad contra los diversos virus que las ocasionan.

¿Cómo está formado el sistema inmunológico?

De acuerdo a los expertos, los principales componentes del sistema inmunitario son:

  • Glóbulos blancos

Estas importantes células poseen un rol destacado dentro del sistema inmunitario. Dichas células son producidas en la médula ósea, y además de ello forman parte importante del sistema linfático.

Así, al detectar algún microbio invasor (virus, parásitos, hongos y bacterias) los combaten mediante un ataque inmunológico. Dentro de los glóbulos blancos, en especial los linfocitos, se incluyen las células T, células B y células asesinas naturales.

  • Sistema del complemento

Este sistema consiste en un conjunto de más de 20 proteínas. Según los expertos, el sistema del complemento desempeña un papel crucial en la inflamación y defensa contra determinadas infecciones bacterianas.

También se ha observado, que este sistema se activa cuando se realizan trasfusiones sanguíneas incompatibles. Incluso, su activación se produce cuando ocurren reacciones inmunitarias negativas asociadas con ciertas enfermedades autoinmunes.

Vale destacar, que las deficiencias individuales de los componentes del complemento o de los inhibidores del sistema ocasionan diversas patologías. A saber, angioedema hereditario, infecciones bacterianas graves, lupus eritematoso, glomerulonefritis y polimiositis (enfermedad inflamatoria poco común que ocasiona debilidad muscular).

  • Anticuerpos

Los anticuerpos son proteínas que produce el sistema inmunitario con la finalidad de eliminar sustancias extrañas (microbios o las toxinas que ellos elaboran).

El mecanismo de estas proteínas se basa en el reconocimiento de ciertas sustancias denominadas antígenos, que se encuentran presentes sobre la superficie de los microbios. Al detectarlos, los anticuerpos realizan una “marca” bioquímica para que otros factores del sistema inmune los eliminen.

  • Sistema linfático

Está conformado por el bazo, adenoides, timo, amígdalas y ganglios linfáticos. Este sistema se encarga de mantener el líquido del cuerpo en equilibrio. Además de ello, mantiene el organismo libre de infecciones, pudiendo también combatir las células cancerosas.

Este sistema produce y conduce linfa desde los tejidos corporales hasta la sangre, y es considerado una parte principal de nuestro sistema inmunitario.

Vale destacar, que los ganglios linfáticos son estructuras de pequeño tamaño localizadas en racimos en diversos lugares del cuerpo. A saber, la ingle, cuello, axilas, zona central del abdomen y tórax.

Se ha determinado, que los ganglios linfáticos poseen la capacidad de producir células inmunitarias que favorecen el combate de las infecciones. Esto ocasiona una mayor producción de glóbulos blancos e inflamación a nivel de los ganglios (ingle, cuello y brazos).

  • Bazo

Este pequeño órgano está situado en el lado interior izquierdo del tórax, por encima del estómago. Es considerado un órgano filtrador de la sangre con capacidad de erradicar los microbios y eliminar los eritrocitos o glóbulos rojos envejecidos o dañados.

Este efecto lo realiza mediante la filtración y almacenamiento de la sangre. Su capacidad para combatir enfermedades proviene por la producción que realiza de linfocitos (cierto tipo de glóbulos blancos) y anticuerpos.

  • Médula ósea

Según los especialistas, la médula ósea posee una importancia vital gracias a su potencialidad para producir células madre sanguíneas. Dichas células son transformadas posteriormente en plaquetas, glóbulos rojos y glóbulos blancos.

Los glóbulos rojos son responsables del transporte del oxígeno en nuestro organismo, y las plaquetas favorecen la coagulación sanguínea. A su vez, como hemos mencionado, los glóbulos blancos son necesarios para combatir las infecciones.

  • Timo

El timo es una glándula conformada por dos lóbulos idénticos, ella se ubica en el mediastino, es decir el espacio entre el esternón y corazón. Esta glándula adquiere su mayor importancia, desde el periodo neonatal hasta iniciada la adolescencia.

Se ha observado, que luego de la adolescencia sufre un proceso de atrofia. Esto ocasiona una reducción de su tamaño, además del reemplazo de la zona interior de la glándula por tejido adiposo.

No obstante, se debe resaltar, que su actividad en la linfopoyesis T o maduración de los linfocitos T, se realiza durante toda la vida.

El cuerpo posee otras defensas diferentes a las del sistema inmunulógico

Es importante resaltar, que nuestro organismo además de contar con el sistema inmunitario posee otros mecanismos para combatir los microbios. Dentro de ellos destacan:

  • El sistema digestivo:  de acuerdo a los estudios, se sabe que la mucosa que reviste este sistema posee una serie de anticuerpos. Además de ello, los jugos gástricos debido a su pH poseen la capacidad de eliminar a un alto porcentaje de microbios
  • La piel: este extenso órgano proporciona un efecto de barrera impermeable, que a su vez segrega aceites con efectos bactericidas. Esto hace, que la entrada de los microorganismos sea más difícil. Sin embargo, ciertas alteraciones producen un efecto de debilitamiento
  • Sistema respiratorio: las vías respiratorias están cubiertas por minúsculas proyecciones musculares semejantes al cabello. Estas estructuras, sobresalen de las células que se encuentran recubriendo el tracto respiratorio. Estos cilios, impulsan un líquido mucoso que logra atrapar una serie de microorganismos patógenos y ciertas partículas
  • Asimismo, a nivel de la superficie de los alveolos pulmonares, se encuentran los macrófagos alveolares, un tipo de glóbulo blanco que también defienden el sistema respiratorio
  • Fluidos corporales: la saliva y lágrimas contienen una serie de enzimas antibacterianas, que disminuyen los riesgos de infección. Cabe destacar, que la orina contiene factores que impiden las infecciones del tracto urinario

¿Cómo detectar si un sistema inmunológico está debilitado?

Por lo general quienes poseen un sistema inmunitario desequilibrado muestran los siguientes efectos:

¿Cómo detectar si un sistema inmunológico está debilitado?

  • Infecciones cutáneas y de orina
  • Resfriados frecuentes
  • Presencia recurrente de alergias y enfermedades de origen alérgico. A saber, alergias a alimentos, medicamentos o picaduras de insectos. También se incluye la anafilaxia, fiebre del heno, asma, urticaria, dermatitis, eccema y enfermedad sinusal
  • Heridas que tardan más de lo normal en cicatrizar
  • Cansancio permanente
  • Caída del cabello en parches
  • Bronquitis
  • Coloración amarillenta de la piel o los ojos
  • Hormigueo o entumecimiento en manos y pies
  • Cambio de peso inexplicable
  • Inflamación de los órganos internos
  • Trastornos autoinmunes (lupus, esclerosis múltiple, enfermedad tiroidea autoinmune, diabetes tipo 1, lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide y vasculitis sistémica)
  • Inflamación a nivel de ciertos órganos
  • Desequilibrios a nivel sanguíneo (por ejemplo, anemia y bajos niveles de plaquetas)
  • Trastornos a nivel digestivo (procesos diarreicos, calambres abdominales, náuseas y pérdida del apetito)
  • Retrasos en el crecimiento y desarrollo (bebés y niños)

Según la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología existen ciertos signos, que indican la presencia de una posible deficiencia inmunológica en personas adultas. Dentro de ellos destacan:

  • Presentar más de cuatro episodios infecciosos de oído en un año
  • Requerir más de dos tratamientos con antibióticos en un lapso de doce meses
  • Padecer neumonía más de dos veces a lo largo de un año
  • Presencia de sinusitis crónica o reaparición de más de tres episodios de sinusitis bacteriana durante un año.

¿Cómo fortalecer el sistema inmunológico?

Si se ha observado tener algunas de las señales de alerta antes descritas, es importante implementar ciertas soluciones. Muchas de ellas tienen que ver con determinados cambios en el estilo de vida, dentro de ellas destacan:

¿Cómo fortalecer el sistema inmunológico?

  • Minimizar los episodios de estrés

Según los especialistas, el estrés continuo disminuye el nivel de linfocitos. Esto ocurre principalmente debido al incremento de los niveles de cortisol y adrenalina.

La forma en la cual se perciben ciertas situaciones poseen generalmente un carácter subjetivo. Incluso, los niveles de estrés tienden a ser mayores en personas autoexigentes, aceleradas, impacientes, excesivamente preocupadas, agresivas y competitivas.

Muchas veces al autoimponerse demasiadas tareas, conduce al estrés.  De allí, que una forma de combatir el estrés es realizando ciertas actividades placenteras. Dentro de ellas destacan realizar un pasatiempo, socializar y emplear técnicas de relajación.

  • Dormir un adecuado número de horas

Muchas investigaciones han permitido determinar, que la falta de sueño posee un efecto similar al del estrés sobre el sistema inmunitario.

Se ha logrado verificar, que la falta de sueño modifica la producción de glóbulos blancos. Como se sabe, estas células son consideradas un factor determinante del funcionamiento de nuestro sistema inmunitario.

De hecho se ha comprobado, que cuando no se duerme suficiente, se elevan los niveles de cortisol. Ello ocasiona problemas sobre el adecuado desempeño del sistema inmunológico.

  • Realizar ejercicio regularmente

Diversos estudios han logrado comprobar la importancia de mantenerse activo. El principal beneficio es la disminución de los niveles de cortisol (hormona del estrés). Incluso, de acuerdo a los especialistas, realizar ejercicios de forma periódica posibilita el incremento de los anticuerpos.

  • Practicar una adecuada higiene corporal

Se ha observado, que las personas que mantienen una adecuada higiene logran mantener alejados los agentes externos que ocasionan enfermedades.

De allí la importancia de bañarse a diario, lavar las manos con regularidad, emplear ropa limpia, lavar los alimentos antes de cocinarlos o desinfectar los alimentos de consumo crudo.

La observación de medidas tan sencillas evitará, que te expongas a diversos agentes patogénicos como hongos, virus y bacterias.

  • Evitar el sobrepeso

Muchos estudios han determinado, que un peso adecuado permite realizar un control más eficiente de las infecciones. Incluso, podría incrementar la posibilidad de que las mismas se presenten de forma más leve.

Cabe destacar, que muchas enfermedades asociadas al síndrome metabólico son ocasionadas por el sobrepeso. Dentro de ellas destacan la hipertensión, dislipidemia, intolerancia a la glucosa y diabetes. Muchas de estas enfermedades, disminuyen la capacidad de nuestro sistema inmunológico.

  • Alimentarse sanamente

Para lograr, que el sistema inmunitario se fortalezca, es muy importante practicar una alimentación adecuada. Recuerda también que el sistema digestivo, en especial las bacterias benéficas presentes en él, favorecen la presencia de un sistema inmunitario adecuado.

Muchos médicos recomiendan la ingesta de variedad de frutas y verduras debido a sus elevados contenidos de fibra (actúan como prebióticos para las bacterias benéficas), además de vitaminas y minerales.

De hecho es importante evitar los patógenos provenientes de los alimentos, sobre todo en personas inmunodeprimidas o tratadas de cáncer.

Por ello es importante lavar muy bien las verduras y frutas antes de consumirlas. Asimismo, los alimentos deben ser refrigerados lo más pronto posible, y se debe evitar el consumo de pescado, carne y huevos poco cocidos.

Incluir alimentos antioxidantes y antiinflamatorios

Muchos alimentos poseen una serie de vitaminas, compuestos lipídicos y flavonoides, con comprobados efectos antioxidantes y antiinflamatorios. De hecho se ha comprobado, que los flavonoides pueden proteger de forma natural el sistema respiratorio y evitar algunas patologías.

Asimismo, ciertos ácidos grasos como el omega-3 pueden reducir los efectos de ciertas enfermedades (cardiovasculares y neurodegenerativas).

Como se ha dicho en reiteradas oportunidades, los procesos inflamatorios se encuentran acompañando a la mayoría de las enfermedades, y muchas de ellas disminuyen la capacidad del sistema inmunitario.

Dentro de estos alimentos con alta capacidad antiinflamatoria y antioxidante destacan:

  • Arándanos
  • Chocolate negro
  • Pescado azul
  • Cúrcuma
  • Batata
  • Espinacas
  • Brócoli
  • Jengibre
  • Té verde
  • Kéfir
  • Almendras
  • Pimientos
  • Ajo
  • Kiwi
  • Naranja.

Concluyendo

Como se pudo observar, las defensas bajas están asociadas con un sistema inmunológico desequilibrado. Muchas de sus deficiencias están asociadas a nuestra forma de vida.

Más allá de que el envejecimiento pueda incidir sobre la salud, muchos adultos mayores han demostrado que una vida saludable puede proteger nuestro organismo.

Por lo general, cuando una persona posee desequilibrios a nivel del sistema inmune, padece con frecuencia de infecciones cutáneas y de orina, resfriados, alergias y enfermedades de origen alérgico.

Entre ellas podemos resaltar la fiebre del heno, asma, urticaria, dermatitis, eccema y enfermedad sinusal. Además, es importante resaltar la presencia de heridas que tardan más de lo normal en cicatrizar y un cansancio permanente.

Afortunadamente existen ciertas estrategias naturales, que coadyuvan a equilibrar y mantener funcionando adecuadamente nuestro sistema inmunitario. Dentro de ellas destacan la reducción de los episodios de estrés, y dormir un adecuado número de horas.

Se debe incluir además, la realización de ejercicio a diario, evitar el sobrepeso y practicar una adecuada higiene corporal.

Asimismo, es importante alimentarse sanamente e incluir alimentos con alto poder antioxidante y antiinflamatorio. Dentro de ellos destacan los arándanos, batata, espinaca, brócoli, chocolate negro, pimientos, ajo, pescado azul, kiwi, almendras, semillas de girasol, té verde, kéfir, naranja y jengibre.

Para Roselyn la información recibida, la cual comparto en el post, fue de mucha ayuda. Ella se comunicó conmigo muy contenta y agradecida. De hecho pudo comprobar, que sus niveles de estrés y autoexigencia le estaban causando daño a su salud.

Incluso, ahora participa en actividades grupales relajantes e incluyó muchos alimentos antinflamatorios y antioxidantes en su dieta.

“Los nutrientes pueden influir directa o indirectamente en las células inmunitarias, provocando cambios en su función, o pueden ejercer sus efectos a través de cambios en el microbioma intestinal. Una mejor comprensión del papel de los nutrientes en la función inmunitaria facilitará el uso de la nutrición a medida para mejorar la salud humana”

Dra. Caroline E. Childs

Universidad de Southampton, Reino Unido

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