Lo Que Debes Saber Sobre La Enfermedad De Parkinson

De acuerdo a lo que se sabe hasta ahora, la enfermedad de Parkinson es un tipo de trastorno del movimiento. Esta patología fue descrita hace 200 años, y aún existen muchas interrogantes acerca de ella.

De este tema tan controversial, voy hablar a solicitud de Tenley una seguidora de Carolina del Sur. Ella decidió comunicarse conmigo, a raíz de una situación que le causó mucho desasosiego.

Tenley me comentó, que su abuelo materno sufrió por muchos años de la Enfermedad de Parkinson. Esto la ha atormentado desde hace tiempo y mantenido en estado de alerta, cuando está con su madre.

Tanley me comunicó, que a inicios de la primavera se encontraba trabajando con su madre en el jardín de su casa, cuando observó una situación poco común. Ello fue, cuando su madre realizó un gran esfuerzo para levantar un matero con tierra de jardín, mientras su brazo derecho temblaba ligeramente.

Su madre no supo que Tenley la había observado y no le mencionó nada acerca de la situación. Tenley también me dijo que, esto volvió a ocurrir otro día en casa de su madre mientras levantaban algunos objetos de cierto peso. Estos sucesos, preocuparon mucho a Terry y quiso solicitar mi impresión sobre lo ocurrido.

Para tranquilizarla le dije, que la enfermedad de Parkinson se manifiesta principalmente cuando se está en reposo. Es decir, posiblemente su madre simplemente mostró una fatiga muscular, muy común en adultos mayores.

A los fines de brindarle algunos puntos educativos, preparé un material acerca de las generalidades del Parkinson. Ello, le podría ayudar a contar con más elementos científicos, para cuidar apropiadamente a su madre. Dada la prevalencia de esta enfermedad, consideré importante compartirlo en mi blog.

Estilo de vida saludable, clave para personas con Enfermedad de Parkinson

Tener un estilo de vida saludable es esencial para las personas que padecen la Enfermedad de Parkinson.  De acuerdo a literatura publicada por John Hopkins Medicine, se ha demostrado en investigaciones que tener un estilo de vida puede ayudar a mejorar el control de los síntomas y  ralentizar la progresión de la enfermedad.

En este sentido, una buena nutrición y la realización de actividades físicas pueden mejorar la calidad de vida de  quien padece la enfermedad de Parkinson.  Además puede  ayudar a que la persona con la condición pueda mantenerse saludable por más tiempo y mejorar su movilidad y equilibrio.

La nutrición adecuada

Tener una alimentación con los nutrientes requeridos y adecuados mejora el bienestar de la persona y permite que pueda enfrentar los síntomas de la enfermedad.  Es importante consumir alimentos como verduras, frutas, carbohidratos saludables y consumir mucha agua para que el cuerpo se mantenga hidratado.

Actividad física

Según Denise Padilla-Davidson, fisioterapeuta de Johns Hopkins,  quien trabaja con pacientes con enfermedad de Parkinson,  los ejercicios que fomentan el equilibrio pueden dilatar la progresión de la enfermedad.  Estos son puntos esenciales en la actividad física

  • Caminar :  La enfermedad de Parkinson limita la capacidad física y quien la padece tiene problemas de equilibrio, fuerza y coordinación motora. Los ejercicios cardiovasculares como caminar ayudan a aumentar la velocidad normal en los pasos que se dan así como la longitud de esos pasos, los cuales se acortan con la enfermedad.
  •  Realizar actividades rutinarias: Evitar un estilo de vida sedentario es necesario para impedir la progresión rápida de la enfermedad.

De  acuerdo a investigaciones, el ejercicio formal ayuda a mantener los pacientes activos  y saludables.  No obstante, las investigaciones también muestran que la actividad física rutinaria es importante, inclusive más que ir a realizar ejercicio formal en un gimnasio.

Realizar actividades diarias como trabajar en el jardín, salir de compras u otra actividad que permita que la persona se mantenga en pie, ayuda a retrasar los problemas motores que genera la enfermedad.

Generalidades acerca de la Enfermedad de Parkinson

Según la Organización Mundial de la Salud, “la enfermedad de Parkinson es una afección degenerativa del cerebro asociada con síntomas motores y una variedad de complicaciones no motoras”.

Presenta un trastorno cerebral que fomenta movimientos involuntarios como temblor, rigidez, desequilibrio.  Se inicia con esos síntomas, los cuales se hacen más fuertes a medida que la enfermedad progresa.  Las personas pueden desarrollar cambios de comportamiento, memoria y problemas de sueño.

La enfermedad de Parkinson (EP), aunque fue denominada así desde el siglo XIX, ha sido parte de las dolencias de la humanidad desde tiempos antiguos. De hecho en la medicina Ayurvédica de India, es conocida como Kampavata. Dicho término significa temblor en sánscrito.

Más recientemente, en 1817 el médico londinense James Parkinson publicó un ensayo detallado sobre esta enfermedad. El mismo se intitulaba “An Essay on the Shaking Palsy”, o Parálisis Agitante.

Estas ideas fueron recogidas seis décadas después, por el neurólogo francés Jean Martin Charcot. Se cree, que él fue el primero en reconocer la importancia del trabajo de Parkinson, lo cual le llevó a denominar esta enfermedad con su nombre.

No obstante, fue en la década de 1960 cuando se determinaron las diferencias químicas cerebrales en pacientes de Parkinson. En ese momento, los científicos detectaron la presencia de niveles bajos de dopamina y procesos degenerativos en neuronas ubicadas en una parte del cerebro llamada sustancia negra.

Gracias a estos hallazgos se logró implementar un tratamiento de esta patología, empleando agonistas dopaminérgicos.

Para el año 1957 ya se había constituido en los Estados Unidos una Fundación para la EP. Esta iniciativa se implementó para promover y financiar la investigación. Ello permitió un incremento sustancial de la investigación en los años sesenta.

Fundación Michael J. Fox 

En otoño del 2000 se creó la Fundación Michael J. Fox para la Investigación del Parkinson. Esta iniciativa fue calificada  como “la voz más creíble del mundo en la investigación sobre el Parkinson”.

Su creador, fue el carismático artista de la película “Volver al Futuro”, quien en 1991 con solo veintinueve años fue diagnosticado de Parkinson de aparición temprana.

Dentro de las funciones que ejerce La Fundación Michael J. Fox para la Investigación del Parkinson están:

  • Extender fondos estratégicos para proveer mayor conocimiento en cuanto a la enfermedad.
  • Funcionar como coordinador de expertos
  • Reunir a socios académicos y especialistas para discutir desafíos sobre el desarrollo terapéutico
  • Fomentar colaboraciones, utilizando enfoques novedosos
  • Promover intercambio de datos y recursos entre equipos

Síntomas de la Enfermedad de Parkinson

Según The Michael J. Fox Foundation, los síntomas de la enfermedad de Parkinson (EP) no son iguales en cada persona. De hecho, algunos son de difícil detección, incluso para los especialistas. Sin embargo, otros síntomas pueden ser muy evidentes, para personas inexpertas.

Básicamente existen dos tipos de síntomas asociados al Parkinson. Los síntomas motores y los no motores.

Síntomas motores

Por lo general, estos son los síntomas más comúnmente conocidos por la mayoría de las personas. Estos síntomas de movimiento, son perceptibles fácilmente y son los que emplean los médicos para diagnosticar la EP. Dentro de estas alteraciones motoras destacan:

  • Temblor en reposo

Se refiere a la presencia de una sacudida rítmica e involuntaria, con una frecuencia entre 4 y 6 ciclos por segundo (Hz). Dicho temblor, se presenta en un 70% de los casos y generalmente, se inicia distalmente en una extremidad. Por lo general, a nivel de la mano, y con menor frecuencia en la mandíbula, lengua, labios o extremidades inferiores.

Se ha observado, que tiende a desaparecer al realizar un movimiento y reaparece al estar en reposo, luego de un breve período sin  temblor.

Con el transcurrir del tiempo,  el temblor se extiende hacia la pierna del mismo lado del cuerpo. Finalmente, llega a abarcar las extremidades contralaterales.

Por lo general, en la enfermedad avanzada el temblor es bilateral, pero lo usual es que se mantenga asimétrico durante el curso de la enfermedad.

  • Rigidez

La rigidez es entendida como la resistencia involuntaria a la movilización pasiva de un segmento del cuerpo. En las personas que padecen Parkinson, se la describe como en “rueda dentada”. Ello se debe a que, el especialista cuando realiza el examen físico, nota una resistencia, que cede momentáneamente, para reaparecer.

Este efecto, recuerda las ruedas de un engranaje, especialmente cuando la rigidez está asociada a la presencia de temblor. Es importante resaltar, que este fenómeno también puede estar presente en pacientes que presentan temblor esencial, sin la presencia de rigidez.

Asimismo, los pacientes con Parkinson también presentan un tipo de rigidez denominada en “caño de plomo”. Ello hace referencia a la resistencia constante al movimiento pasivo en todo el arco del movimiento, a consecuencia del incremento del tono muscular.

De acuerdo a los especialistas, cada uno de los músculos, posee un músculo opuesto. Esto permite, que se pueda realizar el movimiento porque al contraerse un músculo, el opuesto se relaja. Cuando se pierde este equilibrio se produce una tensión muscular, ocasionando un proceso de debilidad e inflexibilidad.

  • Bradicinesia

Inicialmente, este efecto puede manifestarse como una disminución de la velocidad en la realización de las actividades rutinarias.

Aparte, se nota un incremento requerido para obtener respuesta, al momento de ejecutar alguna tarea. Dentro de ellas, destacan ciertas tareas, que requieren un control motor fino, escribir, emplear utensilios o abotonarse la ropa.

Otras manifestaciones de bradicinesia que pueden ocurrir, son la pérdida de movimientos espontáneos y gestuales. Además de ello, también puede presentarse sialorrea, que consiste en la salida de la saliva fuera de la boca, ocasionada por la disminución del tragado de la misma.

En cualquier momento de la evolución de la enfermedad pueden aparecer otros síntomas motores, aunque por lo general se expresan al avanzar la enfermedad. Entre ellos destacan, problemas para caminar, deficiencias a nivel del equilibrio y la coordinación motora.

Síntomas no motores

En ocasiones estos síntomas no asociados al movimiento, suelen designarse como “síntomas invisibles” de la enfermedad de Parkinson. Ello se debe, a que no pueden verse externamente. Sin embargo, ellos podrían llegar a afectar a casi la totalidad de nuestros sistemas corporales.

Incluso, pueden presentarse durante el curso de la enfermedad y en ocasiones pueden hacerlo antes de que presenten los síntomas motores.

Los síntomas, pueden variar en intensidad entre una persona y otra, pudiendo afectar notablemente la vida de pacientes y familiares. Dentro de ellos destacan:

  • Estreñimiento
  • Hipotensión ortostática (ocurre al cambiar la posición corporal)
  • Disfunción eréctil y pérdida de la libido
  • Procesos de sudoración excesiva
  • Micción excesiva, incontinencia urinaria y dificultad para el vaciamiento de la vejiga
  • Modificación del estado de ánimo (depresión, apatía y ansiedad)
  • Dificultades para realizar varias tareas a la vez (deterioro cognitivo leve)
  • Demencia
  • Insomnio
  • Presencia de psicosis (alucinaciones y delirios).

Teorías aceptadas sobre la enfermedad de Parkinson

Como se mencionó anteriormente, la enfermedad de Parkinson (EP) fue descrita exhaustivamente por primera vez en 1817, por James Parkinson. De acuerdo a los especialistas, afecta al 1% de los adultos mayores de 60 años. Además de ello, es considerada el trastorno de movimiento de mayor gravedad, más prevalente a nivel mundial.

Se ha observado, que la edad es uno de los principales factores de riesgo para el padecimiento de esta enfermedad. De hecho, las personas menores de cuarenta años pocas veces se ven afectados por ella.

Debemos señalar, que el descubrimiento de las bases fisiológicas de esta patología, favoreció ampliamente la comprensión de sus características clínicas. Esto permitió determinar, que está asociada al descenso de un conjunto de neuronas dopaminérgicas ubicadas en la sustancia negra.

A su vez, los cuerpos de Lewy están presentes en las neuronas restantes, manteniendo un patrón diferente al del envejecimiento normal. Los cuerpos de Lewy, son inclusiones esféricas presentes en el citoplasma de las células neuronales. Ellas están conformadas por agregados de alfa-sinucleína, una proteína sináptica.

Ciertos estudios sugieren, que esta proteína se adhiere interiormente a la membrana plasmática de las neuronas. Sin embargo, esto no ocurre hacia la parte externa de dicha membrana. Este hallazgo, constituye una nueva información crucial.

Debemos señalar, que los cuerpos de Lewy también pueden estar presentes en la sustancia negra de las personas con Parkinson. Esto podría traducirse en el desarrollo de demencia de la enfermedad de Parkinson, en estados avanzados. Según los expertos, un 40% de quienes padecen enfermedad de Parkinson llegan a desarrollar este tipo de demencia.

Por lo general, esta tiende a manifestarse después de los 70 años y de diez a quince años después de que la enfermedad de Parkinson ha sido diagnosticada.

Tratamientos frecuentemente empleados en la enfermedad de Parkinson

Es importante señalar, que aunque esta enfermedad aún no tiene cura, ciertas terapias pueden favorecer el alivio de algunos síntomas.

Fármacos

Los fármacos empleados para esta enfermedad, suelen coadyuvar al incremento de los niveles de dopamina cerebrales. Además de ello, estimulan el adecuado desempeño de ciertos neurotransmisores, optimizando el desempeño neuronal. Incluso, favorecen el control de diversos síntomas no asociados al movimiento.

Hasta la fecha, el tratamiento farmacológico de primera línea para la enfermedad de Parkinson es la Levodopa. De acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina, la Levodopa pertenece a los medicamentos denominados, agentes del sistema nervioso central.

Su acción principal consiste en convertirse en dopamina a nivel cerebral. Este fármaco, suele administrarse junto a otro, denominado carbidopa, que posee efectos inhibidores sobre la descarboxilasa.

Básicamente, este fármaco impide que la Levodopa se descomponga antes de ingresar al cerebro. Gracias a ello, es posible emplear dosis más bajas de Levodopa, evitando un menor efecto de náuseas y vómitos, hipotensión y efectos de inquietud.

Vale destacar, que los pacientes de Parkinson no deben suspender el empleo de estos medicamentos sin antes consultarlo con su médico tratante. Cuando esto ocurre, al frenar la dosis de medicamento abruptamente puede desencadenar problemas de parálisis y respiratorios.

Otros fármacos empleados para tratar los síntomas del Parkinson, incluyen: agonistas dopaminérgicos (estimulan la producción de dopamina), inhibidores enzimáticos (ralentizan la descomposición de dopamina a nivel cerebral).

Asimismo, se emplea también Amantadina, para favorecer la disminución de los movimientos involuntarios. También, suelen utilizarse ciertos fármacos anticolinérgicos, que ayudan a minimizar los temblores y rigidez muscular.

Estimulación cerebral profunda

Este procedimiento quirúrgico es empleado en pacientes de Parkinson, que poseen una respuesta deficiente al tratamiento farmacológico. Consiste en la implantación de electrodos en una porción del cerebro, conectados a su vez en un pequeño dispositivo eléctrico implantado a nivel pectoral.

Esto permite estimular sin ocasionar dolor, ciertas zonas del cerebro que controlan el movimiento. Gracias a ello, es posible frenar diversos síntomas de la EP, asociados al movimiento.

Terapias alternativas

  • Según los expertos, el empleo de una alimentación adecuada basada en alimentos de origen vegetal, como la mediterránea, favorece una mejor forma de vida en pacientes con EP. Se ha observado que los cambios dietéticos saludables, aunque se realicen gradualmente, traerán a la larga muchos beneficios asociados.
  • Ciertos ejercicios como el Tai-Chi, posen efectos comprobados sobre el equilibrio y la estabilidad en personas que padecen Parkinson.   Es reconocido por su apoyo en el incremento de la flexibilidad, la fuerza y el equilibrio, en pacientes con Parkinson.
  • Cuando los receptores nerviosos cutáneos y de los tejidos profundos, perciben la acción de diferentes técnicas de masaje, la transmiten como impulsos nerviosos al sistema nervioso central. Allí, por efecto de este estimulo, surgen los impulsos eferentes que se propagan por las vías centrífugas entre los distintos sistemas, órganos y tejidos del organismo. Esto logra detener ciertos efectos del Parkinson. Esto se comprobó, al medir la rigidez muscular y el temblor en reposo, luego de un masaje de una hora en pacientes con Parkinson
  • Ciertas terapias de movimiento, sobre todo las que enfatizan en la postura y el equilibrio como la técnica Alexander, pueden ayudar a contrarrestar el deterioro de la movilidad. Se ha observado además, que la bailoterapia también puede a disminuir algunos síntomas negativos del Parkinson
  • La técnica de la acupuntura ha sido empleada desde hace siglos en China para aliviar diversos tipos de dolor, incluso el asociado al Parkinson. Algunas personas que lo han empleado en Estados Unidos y otros países, mencionan su efecto positivo sobre el alivio de la fatiga y los problemas de sueño.

Concluyendo

Según lo mostrado, el Parkinson puede considerarse como una patología crónica que afecta de forma diferencial a las personas. De acuerdo a los especialistas, afecta al 1% de los adultos mayores de 60 años. Además de ello, es considerada el trastorno de movimiento de mayor gravedad, más prevalente a nivel mundial.

Por lo general, es clasificada de esta forma, porque sus síntomas cardinales, afectan el sistema motor. Sin embargo, esta enfermedad también presenta ciertas manifestaciones no motoras, como trastornos de sueño, estreñimiento, hipotensión, pérdida de la libido, modificación del estado de ánimo y deterioro cognitivo leve.

Asimismo, pueden llegar a presentarse algunos trastornos mentales como demencia y psicosis.

Afortunadamente, existen algunas terapias farmacológicas y no farmacológicas, que pueden favorecer el alivio de los síntomas de esta enfermedad.

Dentro de los medicamentos empleados mayormente destacan el Levodopa y Carbodopa. Existen, además, otros fármacos empleados en EP, ellos son: agonistas dopaminérgicos, inhibidores enzimáticos, fármacos anticolinérgicos y Amantadina.

Se ha empleado también con mucho éxito, la estimulación cerebral profunda. Así como las terapias alternativas, que permiten mantener una salud adecuada y favorecer el efecto de los medicamentos. Entre ellas destacan: dieta mediterránea, taichí, yoga, masajes, terapias de movimiento y acupuntura.

Para Tenley la información recibida, la cual comparto en el post, fue de gran utilidad. Ella me comentó que de acuerdo al médico tratante, su madre solo presentaba un agotamiento físico por el esfuerzo.

Esto le alegró mucho a Tenley, quien junto a su madre no desperdicia oportunidad para preparar diversos platos saludables. De hecho, incorporó a su familia la dieta mediterránea, para fomentar una salud que pueda soportar el deterioro del tiempo.

“Sus síntomas incluyen disfunciones motoras, como rigidez, temblor y bradicinesia, y no motoras, como ansiedad y depresión. Gracias a la genética, los cambios ambientales y el análisis de toxinas, ahora se sabe que las futuras nuevas terapias trabajan en la sustitución de las neuronas perdidas, la α-sinucleína y la apomorfina”

Dr. Olivier Uwishema

Oli Health Magazine Organization, Kigali Rwanda

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