Según la ciencia, el incremento de la esperanza de vida es uno de los logros más resaltantes del progreso humano. Así se ven muchos adultos mayores realizando diversas actividades no tan comunes para personas de su edad.
Ello ocurre porque existen algunas diferencias en cuanto a la edad cronológica y la edad biológica de las personas.
De este tema tan polémico, voy a hablar a solicitud de Michelle, una seguidora de Carolina del Norte. Ella es una abnegada madre y esposa, además de profesional de la arquitectura paisajística, con muchos años de experiencia. Para Michelle, su mundo gira en torno a su familia y los espacios repletos de plantas y flores.
Ella me comentó, que todos sus amigos y familiares siempre bromeaban con ella acerca de su edad. De hecho, muchas veces no le creían cuando les decía su edad, incluso, algunos pensaban que ella se colocaba más años de los que tenía porque siempre lucía menor.
Para Michelle esto también representaba una preocupación porque su esposo, siendo de la misma edad, lucía mucho mayor que ella. De hecho, él tan pronto se jubiló, comenzó a envejecer aún a mayor velocidad.
Lo primero que le respondí, que desde hace unos años se vienen estudiando ciertos procesos fisiológicos. Entre ellos resaltan la edad cronológica y edad biológica. Por eso es importante tener un estilo de vida saludable desde épocas tempranas de vida. De esta manera se cuidan las células, los tejidos, huesos y todo el cuerpo, lo que representa una ventaja al llegar a la edad de la adultez y luego a la llamada tercera edad y de adulto mayor.
A fin de darle mayor profundidad a su solicitud, le envié información en relación a, las diferencias entre la edad biológica y cronológica, compartidos aquí en mi blog.
Generalidades acerca de los tipos de edad
Muchas personas se sienten mayores de lo que realmente son. La ciencia ha logrado comprobar, que ello ocurre por un desfase existente entre la edad biológica y edad cronológica. De hecho, son considerados dos procesos distintos.
La edad cronológica hace referencia al tiempo transcurrido desde el momento del nacimiento hasta el momento actual. De acuerdo a los expertos, no es posible modificar la edad cronológica. Ello incluye además ciertas respuestas fisiológicas que se presentan a lo largo de la vida.
Dichas respuestas varían entre una persona y otra, ocasionando procesos heterogéneos del estado de salud. Esto se hace más perceptible en la medida que las personas envejecen. Un ejemplo clásico lo constituye el caso de los gemelos. Ellos comparten su carga genética y nacieron el mismo día, sin embargo, uno siempre luce mayor que el otro.
Ello muestra que la velocidad de envejecimiento posee ritmos diferentes entre una persona y otra.
Cada año de vida se añade a la edad cronológica, sin embargo, esto no ocurre así con las células. De acuerdo a lo estudiado hasta ahora, las células reflejan la edad biológica o fisiológica, siendo un reflejo de la salud y el desempeño de los tejidos y órganos.
La edad cronológica (EC) se considera un indicador estándar, que podría señalar los riesgos generales de morbilidad y mortalidad. Pero solo podría mostrar una aproximación del daño potencial de nuestro organismo.
Según los expertos, el funcionamiento de los diferentes sistemas del organismo puede determinarse mediante la edad biológica (EB). De hecho, la EB se considera un indicador biológico acumulado relacionado con la edad, más confiable que la EC.
Ello se debe a que la EB refleja con mayor precisión el estado de nuestros principales sistemas fisiológicos.
Edad biológica Vs. Edad cronológica
La edad cronológica y edad biológica pueden no ser iguales. La edad cronológica implica la cantidad de años transcurridos desde el nacimiento, mientras la edad biológica se refiere a la edad de las células y tejidos.
Al llevar un estilo de vida saludable, la edad biológica puede ser menor que la edad cronológica. No obstante, si la persona tiene un estilo de vida sin buena nutrición, sedentario, con alguna condición crónica, la edad biológica puede ser mayor.
La edad biológica en la mira de la ciencia
Según los especialistas, la edad biológica (fisiológica o funcional) es capaz de reflejar nuestro estado de salud. Vale destacar, que nuestros órganos envejecen a un ritmo diferente. De hecho, no es de extrañar que cada uno de nuestros órganos posee una edad biológica diferente.
Así, podemos señalar que alguien que emplea mucho tiempo mirando pantallas, pero posee una dieta equilibrada y practica ejercicio, podría presentar una edad biológica elevada en su sistema visual. Sin embargo, la edad biológica de su sistema cardiovascular podría ser más baja.
La buena noticia es, que a diferencia de la EC, es posible revertir la EB. De hecho, un estudio publicado en abril de 2023 en Cell Metabolism, reveló un dato interesante. Este hallazgo mostró, que la edad biológica podría incrementarse durante períodos de tiempo relativamente cortos, por efectos del estrés.
No obstante, dicho incremento es transitorio, logrando volver a su nivel de equilibrio, luego de la recuperación del estrés.
Se debe señalar que, a pesar del poco consenso sobre cómo determinar la edad biológica, se han empleado diferentes estimaciones. Algunas de ellas han arrojado resultados positivos. Incluso, ciertas estimaciones de la EB pueden predecir la mortalidad o la aparición de enfermedades asociadas con la edad, con mayor precisión que la EC.
¿Es posible calcular la edad biológica?
De acuerdo a las investigaciones más recientes, se podría afirmar que los relojes epigenéticos pueden arrojar estimaciones precisas para determinar la edad biológica. Un ejemplo de ello, se puede observar al cuantificar la metilación del ADN en sangre.
De hecho, según algunos investigadores, ésta constituye una de las estimaciones de mayor precisión que existen en la actualidad.
Diversos estudios han logrado establecer, que la depresión grave ha sido correlacionada con un mayor envejecimiento epigenético en sangre. Ello se ha sido detectado midiendo los patrones de metilación del ADN. Para los científicos, ello indica que las personas que padecen depresión grave, poseen una EB mayor que su EC.
Mediante diversas investigaciones se ha demostrado la utilidad de predecir la edad biológica, sobre la propensión de ciertas patologías. Un ejemplo lo constituye el cáncer de mama, en este caso por cada 5 años que la edad biológica supere a la cronológica, se incrementa el riesgo de cáncer de mama en un 15%.
Incluso se ha demostrado, que los relojes epigenéticos pueden predecir la mortalidad por todas las causas en edades avanzadas. De hecho para la ciencia, ello permite guiarse de manera más confiable que con respecto a la edad cronológica.
Para la ciencia, ello es indicativo de que los relojes epigenéticos se correlacionan muy estrechamente con determinados procesos que son corresponsables del envejecimiento biológico.
Formas más frecuentes de estimar la edad biológica
La ciencia emplea diversos métodos para medir la edad biológica. Entre ellos destacan:
1. Longitud de los telómeros
Este parámetro corresponde a la longitud de las regiones de secuencias repetitivas de ADN, ubicadas en los extremos de los cromosomas. Ello permite protegerlos de daños o bien impidiendo su fusión con otros cromosomas. Según los especialistas, la longitud de los telómeros disminuye con cada división celular. De hecho, constituye un indicativo del envejecimiento celular y el potencial de vida útil. La longitud de los telómeros puede estimarse mediante un análisis de sangre o de saliva
2. Nivel de metilación del ADN
Denominado también como reloj epigenético, corresponde a la presencia de ciertas modificaciones químicas que afectan a la expresión de los genes. Este parámetro, se modifica con la edad y puede verse influido por diversos factores ambientales y de estilo de vida. El reloj epigenético puede estimarse mediante un análisis de sangre o un frotis del tejido interno de la mejilla
3.Índice de fragilidad
Este parámetro cuantifica la acumulación de déficits de salud. A saber, enfermedades, discapacidades, síntomas, signos y anomalías de laboratorio. Este índice refleja el grado de vulnerabilidad y deterioro funcional de las personas mayores. El índice de fragilidad puede estimarse mediante una evaluación geriátrica exhaustiva o un cuestionario. Incluye, además, la variabilidad de la frecuencia cardiaca, capacidad pulmonar, densidad ósea y función cognitiva
Ahondando acerca del reloj epigenético
Este campo de la ciencia se encuentra en este momento en una etapa importante de desarrollo. De hecho, muchos investigadores han descubierto estos diversos complejos de cambio que ocurren a nivel subcelular, en la célula y en el núcleo de la misma.
Los relojes epigenéticos son estimadores de la edad derivados matemáticamente, que se basan en combinaciones de valores de metilación del ADN. Ellos se modifican con la edad, de hecho, se emplean ampliamente para medir la edad de tejidos y células.
Cabe señalar, que la diferencia la edad epigenética (EpiAge), estimada por estos relojes y la edad cronológica, recibe el nombre de aceleración EpiAge. Vale destacar, que diversos estudios han logrado establecer que dicha aceleración se relaciona con diversas patologías. Incluso, está asociada con el estilo de vida y el estado general de salud.
Por otro lado, aunque esta afirmación es muy importante, al día de hoy muchos de los mecanismos que sostienen estos relojes, continúan sin ser dilucidados. Sin embargo, un estudio publicado el 2022 en Nature Aging, comprobó ciertos hallazgos interesantes.
Lo primero fue que, el envejecimiento epigenético es distinto de la senescencia celular. Este es un proceso natural, que ocurre a medida que los seres humanos envejecen. Se caracteriza por el deterioro progresivo de las células y tejidos, lo que puede provocar cambios en la salud, estado emocional y funcionamiento del cuerpo.
Mejorando la edad biológica
Al lograr que las personas conozcan su edad biológica , es posible tomar una serie de medidas que permiten mejorar la salud. Tal como hemos dicho, la edad biológica es una medida del funcionamiento de nuestro cuerpo, relacionado con la edad cronológica.
La edad biológica puede revelar si tiene la salud de un adolescente o de un jubilado. Incluso, también puede influir en el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con la edad y el deterioro cognitivo.
Existen algunas estrategias para mejorar la edad biológica. Entre ellas destacan:
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Mantener niveles adecuados de ácidos grasos omega-3
Los omega-3 son grasas esenciales con propiedades antiinflamatorias, capaces de proteger las células del estrés oxidativo y daños del ADN. Este tipo de grasa especial, puede incorporarse en el régimen alimenticio mediante la ingesta de pescado azul (salmón, caballa y sardinas).
Se encuentra también en elevadas proporciones en los frutos secos, y semillas. . Los expertos recomiendan ingerir al menos dos raciones de pescado azul a la semana, incluyendo además otras fuentes de omega-3. Esto puedes lograrlo de forma muy eficiente, empleando mi fórmula exclusiva MARINE OMEGA-3.
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Incluir el ayuno intermitente o periodos regulares de restricción calórica
Esto puede mejorar la autofagia, que es un proceso de limpieza celular que puede prevenir el comportamiento anormal de las células. El ayuno intermitente es una estrategia dietética, que consiste en alternar periodos de comida y ayuno, normalmente dentro de un ciclo diario o semanal.
Se ha demostrado, que el ayuno intermitente tiene diversos beneficios para la salud y longevidad, como la reducción del riesgo de diabetes, cardiopatías y demencia, que son algunas de las enfermedades comunes asociadas al envejecimiento.
El ayuno intermitente también puede optimizar los procesos celulares que regulan el metabolismo energético y la longevidad, como las redes mitocondriales y la cetogénesis. Las redes mitocondriales son las estructuras que producen energía en las células y pueden cambiar de forma en función de la demanda energética.
Cuando las redes mitocondriales están fusionadas o “rejuvenecidas”, pueden comunicarse mejor con otros orgánulos y modular el metabolismo de las grasas con mayor eficacia.
A su vez, la cetogénesis es el proceso de producción de cuerpos cetónicos, que constituyen fuentes alternativas de combustible para el cerebro y otros tejidos, durante periodos de baja disponibilidad de glucosa. Los cuerpos cetónicos pueden tener efectos antiinflamatorios y antioxidantes, y también pueden activar genes que promueven la longevidad.
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Practicar ejercicio a diario
Evitar el sedentarismo y practicar ejercicio a diario puede prevenir el desgaste muscular, eliminar los radicales libres, estrés oxidativo y optimizar el flujo sanguíneo. De hecho se ha logrado comprobar, que el entrenamiento de resistencia o de fuerza, ayuda a prevenir la pérdida de masa muscular.
Este tipo de ejercicio, consiste en utilizar pesas, bandas o el propio peso corporal para poner a prueba los músculos.
Aparte de incrementar la masa muscular, el entrenamiento de resistencia puede ayudar al incremento de la densidad ósea, estimular el metabolismo y mejorar el flujo sanguíneo.
También puede desencadenar reacciones biológicas que ayudan a eliminar los radicales libres, y el estrés oxidativo del cuerpo, lo que puede ralentizar el proceso de envejecimiento.
Es importante, en función de tu estado físico y disponibilidad, realizar dos o tres sesiones de entrenamiento de resistencia semanales. Los expertos recomiendan considerar en cada sesión diferentes grupos musculares.
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Tener un buen descanso
Un sueño reparador es necesario como parte de un estilo de vida saludable. Mientras las personas duermen, los órganos se restauran y se cumple el ritmo circadiano.
Dormir es fundamental para tener buena salud y bienestar. Esto implica que a medida que transcurren los años y las personas van envejeciendo, deben dormir mejor, alrededor de 8 horas diarias. El sueño ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, reparar células y tejidos, así como el metabolismo y la función cognitiva. De igual forma ayuda a eliminar toxinas del organismo.
El sueño ofrece una gran cantidad de beneficios mentales y emocionales. Al siguiente día las personas están con mayor energía, pueden concentrarse más y enfocarse mejor. Además pueden de alguna manera controlar las emociones.
En este sentido, al no dormir lo suficiente, el organismo tampoco funciona bien. Se convierte en una anomalia que puede promover problemas y condiciones de salud como accidentes cerebrales, diabetes, obesidad, ya que hace el organismo más susceptible a enfermedades.
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Conservar un peso saludable
Tener un peso saludable no es estar delgado precisamente. Es tener un peso de acuerdo a la estatura y edad. Es esencial mantenerlo a lo largo de la vida, como parte de un estilo de vida saludable.
Un peso saludable ayuda a favorecer la edad biológica, ya que ayuda al mejor funcionamiento del cuerpo, sus músculos, huesos y movilidad en general. Todo esto tiene un impacto positivo en la provisión de más energía, aminorando los dolores.
Al tener sobrepeso u obesidad, las personas son más proclives de sufrir condiciones crónicas como diabetes tipo 2, artrosis, cardiopatías.
Un peso saludable ayuda a mantener controlada la presión arterial, mejorar la calidad de sueño y reducir riesgos de enfermedades.
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Mantener actitud positiva
Mantener actitud positiva permite ayudar a las personas a tener una buena edad biológica y un mejor envejecimiento biológico. El sistema inmunológico se fortalece al ser optimistas, pudiendo así ayudar al cuerpo a combatir infecciones y enfermedades.
- Medir tu variabilidad del ritmo cardiaco (VFC)
La VFC es la variación de los intervalos de tiempo entre los latidos del corazón. Refleja el grado de adaptación al estrés y a los estímulos de tu sistema nervioso autónomo, que controla funciones involuntarias como la respiración y la digestión.
Una VFC más alta significa que tu corazón puede responder con mayor flexibilidad a los cambios del entorno, lo que indica una menor edad biológica.
Este parámetro lo puedes medir utilizando una correa para el pecho o una pulsera que se conecta a una aplicación de tu smartphone. Intenta mejorar tu VFC practicando técnicas de relajación como meditación con oración y ejercicios de respiración.
Concluyendo
De acuerdo a lo mostrado, podríamos afirmar que la edad biológica constituye una medida del funcionamiento de nuestro organismo. Ello, comparado con la edad cronológica, correspondiente al número de años vividos.
Al conocer tu edad biológica, puedes tomar medidas para mejorar tu salud y longevidad, adoptando hábitos saludables, como hacer ejercicio, comer bien, dormir lo suficiente y mantener el estrés bajo control.
La edad biológica puede variar en función de diversos factores, como el estilo de vida, la dieta, el ejercicio, la genética y la exposición ambiental. Mejorar tu edad biológica puede ayudarte a reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con la edad y a mejorar el rendimiento físico y cognitivo.
Dentro de las alternativas planteadas para ayudar a revertir la edad biológica, destacamos: la ingesta adecuada de ácidos grasos, evitar el sedentarismo e incluir ejercicios de fuerza.
Es conveniente, además, practicar el ayuno intermitente e incluir terapia de calor de bajo grado. Por supuesto, es también muy importante medir la variabilidad de tu ritmo cardiaco.
Para Michelle la información recibida, la cual comparto en el post, fue de gran utilidad. De hecho, cayó en cuenta inmediatamente de lo que ocurría con su esposo. Él, lamentablemente desde que se jubiló, optó por una vida sedentaria, sentado durante muchas horas frente al televisor.
No obstante, Michelle compartió con su esposo esta información, y él comprendió la importancia de la actividad física. Esto realmente me alegró, porque todos con un poco de esfuerzo podremos mejorar sustancialmente nuestra edad biológica.
“El envejecimiento biológico se produce a medida que una persona acumula gradualmente daños en diversas células. También conocida como edad fisiológica o funcional, la edad biológica difiere de la cronológica y tiene en cuenta no sólo el tiempo transcurrido, sino también una serie de factores de desarrollo biológico y fisiológico, como la genética, el estilo de vida, la nutrición y las comorbilidades”
Sara Bravaccini
Instituto Romano Para el Estudio de los Tumores (IRST) “Dino Amadori”
Meldola, Italia
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https://www.aging-us.com/article/202913/text
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