Depresión: Señal Temprana De Parkinson, Cómo Tratarla

De acuerdo a los especialistas, la depresión es una enfermedad común que afecta a millones de personas cada año. Según las estadísticas, un 50% de las personas con Enfermedad de Parkinson sufrirá algún tipo de depresión mientras padezca esta enfermedad.

Asimismo, un 40% sufrirá trastornos de ansiedad. Afortunadamente la depresión puede tratarse, de hecho frente a los síntomas de esta patología cuanto antes recibas ayuda, permitirá que mejores prontamente.

De este tema tan delicado, voy a hablar a solicitud de Kayla, una seguidora de Connecticut. Ella es una mujer de mediana edad, madre de familia y arquitecto.

Desde hace unos años, ella y su esposo estuvieron responsables de administrar una pequeña empresa familiar fundada por sus suegros.

El empeño de ambos mantuvo estable esta empresa por muchos años. Sin embargo, cuando uno de sus cuñados comenzó a tomar decisiones erróneas, ocasionó ciertas situaciones desagradables.

Kayla me comentó, que desde ese momento su esposo comenzó a mostrar síntomas de depresión. Su esposo por supuesto, no quiso en ningún momento asistir al psiquiatra para solucionar el problema.

Esto causó algunas fisuras entre ella y su esposo, llevándola a ella a tener que estar alejada de la empresa por un tiempo.

Esta incómoda situación y la resistencia de su esposo a buscar soluciones para la depresión, hizo que Kayla decidiera comunicarse conmigo.

Al comprender la situación, le expliqué que es importante desterrar la depresión de la vida de todos, porque ocasiona muchos problemas de salud, incluyendo enfermedades neurodegenerativas.

A fin de mostrarle mayor cantidad de elementos comprobatorios, realicé un informe donde mencioné las generalidades de la depresión.

Igualmente, hice hincapié sobre los tratamientos existentes para evitar que a largo plazo genere enfermedad de Parkinson

Considero, que un tema tan trascendental debe ser compartido, por ello lo publico en mi blog.

Generalidades acerca de la Depresión

Según los especialistas, la depresión es un trastorno del estado de ánimo que ocasiona un sentimiento constante de tristeza y pérdida de interés.

Esta patología aparece muy bien descrita en el Manual Diagnóstico Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-5) de la Asociación Americana de Psiquiatría.

Vale destacar, que el Proyecto de Resultados del Parkinson de la Fundación Parkinson descubrió que en conjunto, el estado de ánimo, depresión y ansiedad tienen el mayor impacto en el bienestar, incluso más que los síntomas motores comunes.

Este proyecto incluye personas recién diagnosticadas, y también quienes han padecido esta enfermedad durante más de veinte años. Esto permite obtener una visión integral del impacto de esta enfermedad sobre la vida de estos pacientes.

Es importante mencionar, que todas las personas han sentido tristeza alguna vez.  Cuando una persona es diagnosticada con Parkinson, podría experimentar esa tristeza.  Sin embargo, ésta es temporal, pero la depresión puede durar muchas semanas.

Efectivamente, la depresión ocurre por efecto del cambio de la composición química cerebral de ciertas sustancias. Especialmente las asociadas a la regulación del sueño, motivación, apetito, estado de ánimo y energía corporal.

Síntomas de la depresión

Según las investigaciones realizadas hasta ahora, los síntomas de la depresión pueden variar de una persona a otra. Dichos síntomas pueden manifestarse de forma leve, pero a veces pueden ser graves.

De hecho, a pesar de que las personas experimentan la depresión de forma diferente, existen ciertos síntomas comunes. Dentro de ellos destacan:

  • Sensación de vacío y tristeza persistente
  • Fácil tendencia al llanto
  • Pérdida de interés por las actividades y aficiones habituales (desmotivación)
  • Descuido de las necesidades higiénicas, médicas y sanitarias
  • Sentimientos de culpa, autocrítica, desesperanza, impotencia e inutilidad
  • Sensación de cansancio y agotamiento
  • Modificaciones en el apetito (reducción o incremento)
  • Trastornos de sueño (dificultad para conciliar el sueño o dormir más de lo habitual)
  • Presencia de molestias y dolores
  • Sensación de ser una carga para los seres queridos
  • Reflexiones sobre la discapacidad, la muerte y el morir
  • Dificultades para dormir (poco o demasiado)
  • Falta de atención o dificultad para concentrarse
  • Sensación de lentitud o inquietud
  • Pensamientos de muerte o suicidio.

¿Existe una relación entre la depresión y la Enfermedad de Parkinson?

Para la mayoría de las personas, un diagnóstico de Parkinson es una noticia catastrófica. Con el tiempo, batallar con el avance y agravamiento de los síntomas, además del daño sobre el control motor, pueden inducir procesos depresivos.

No obstante, para algunos expertos de la Clínica Psiquiátrica de Trastornos del Movimiento Johns Hopkins, la depresión puede constituir un signo temprano del Parkinson.

De acuerdo al especialista Gregory Pontone, “La enfermedad probablemente comienza años, si no décadas, antes de que sea diagnosticada por los síntomas motores”.

Pero aunque se sepa que luchar con esta patología, que es incurable y debilita progresivamente puede ocasionar depresión, existe algo diferente en su vinculación con el Parkinson.

Esto lo afirman los especialistas, porque otras enfermedades discapacitantes, como artritis reumatoide y esclerosis múltiple, no muestran los mismos niveles depresivos observados en el Parkinson.

Por ello, creen que existe algo del Parkinson que afecta al cerebro, incrementando el riesgo de depresión.

Los especialistas que han trabajado en la relación entre la depresión y Parkinson, han detectado algunos hallazgos interesantes.

Así, un tiempo antes de que esta enfermedad sea diagnosticada, su proceso puede solaparse y dañar algunos circuitos cerebrales asociados con la regulación del estado de ánimo.

Ciertamente, varios núcleos correspondientes a células cerebrales de la sustancia negra (zona donde surge el Parkinson) integran el mismo circuito involucrado en la regulación del estado de ánimo.

Las investigaciones realizadas hasta ahora señalan, que dichas células podrían comenzar a afectarse algunos años antes de evidenciar ciertos síntomas clásicos del Parkinson como el temblor y movimiento.

Para efectos de la ciencia, este descubrimiento indica que la depresión podría constituir un síntoma prodrómico. Es decir, un síntoma que suele preceder a un diagnóstico definitivo.

¿Existe alguna forma de detectar la depresión específica del Parkinson?

Los estudios realizados hasta ahora indican, que aún no se ha identificado algún factor que señale que la depresión que alguien padece corresponde a una etapa temprana del Parkinson. Vale destacar, que existen otros síntomas prodrómicos de esta enfermedad.

Entre ellos están, el trastorno del comportamiento del sueño REM (TC-REM), el cual puede ser diagnosticado y definido formalmente. Ello permite, que exista una relación más clara con el Parkinson.

Según los investigadores de la Clínica Psiquiátrica de Trastornos del Movimiento Johns Hopkins, se está en la búsqueda de marcadores en la depresión (o en la ansiedad), dependiendo del caso.

La idea es poder encontrar marcadores, que sean específicos para el riesgo del padecimiento de Parkinson.

Hasta ahora no ha sido posible detectar dicho marcador, debido a que la depresión es un proceso muy variable.

Posiblemente se pueda identificar, más adelante, cierta combinación de depresión con otros síntomas, que puedan considerarse como marcadores fiables del Parkinson.

Así, si las personas supieran que la depresión presente en una persona de 30 a 40 años, se relaciona con la futura presencia de Parkinson, buscarían la forma de atenuar el riesgo.  Este se podría solventar tratando la depresión, o mediante algunas terapias capaces de modificar el Parkinson.

Actualmente se sabe, que la enfermedad de Parkinson afecta los mismos circuitos cerebrales que ocasionan la depresión.

Aunque en este momento, no se sabe con exactitud cuál es la parte dañada por los procesos depresivos,  su profundización ayudaría sobremanera al aprendizaje sobre la depresión.

De hecho, expertos en Parkinson han considerado incluir la depresión junto a otros síntomas no motores, como el TC-REM, a los criterios de diagnóstico.

Consideraciones para el tratamiento de la depresión

Existen varias opciones para tratar la depresión. Si la depresión es leve o recién comienza, una opción es aguardar que los síntomas remitan sin tratamiento.

Emplear este tipo de “espera vigilante”, no implica que se vayan a ignorar los síntomas sin corregir nada.

Vale destacar, que es importante no perder el contacto con el médico. Además, no se deben descuidar las citas periódicas a los fines de verificar los avances, y afrontar la situación adecuadamente.

Es de resaltar, que si ocurre un agravamiento de los síntomas se podría requerir un tratamiento adicional.

Los especialistas recomiendan también, que quienes padecen depresión se comuniquen con otras personas. Dentro de ellas resaltan, los amigos, familia y pareja.

En efecto, es posible obtener ayuda de los centros de apoyo e información. De hecho, muchas veces resulta enriquecedor compartir con personas que han vivido experiencias similares.

Es importante señalar, que cuando existen casos de depresión moderada o grave, es indispensable recibir tratamiento inmediato. Principalmente, porque los síntomas causan bastante angustia y perduran mucho tiempo.

De acuerdo a los especialistas, existen tres fases de tratamiento. Ellas son: agudo, de continuación y de mantenimiento (prevención de recaídas).

Generalmente, el tratamiento agudo suele prolongarse de seis a ocho semanas. Su objetivo, es el alivio adecuado de los síntomas, a fin de que la persona afectada pueda recuperar su ritmo de vida.

El tratamiento de continuación, por lo general, se prolonga entre cuatro y nueve meses. Mediante este tratamiento   prosiguen aliviando los síntomas hasta su desaparición, además de mantener los progresos alcanzados mediante el mismo.

A su vez, el tratamiento a largo plazo debe implementarse en quienes presentan riesgos de depresión recurrente. Este tipo de tratamiento suele prolongarse a veces durante años.

Los medicamentos y la depresión

Según los especialistas, los fármacos no favorecen los casos de depresión leve. De hecho, muchas personas con depresión leve mejoran al principio sin emplear medicamentos.

Es importante considerar además, los posibles efectos secundarios de los medicamentos antidepresivos, antes de emplearlos.

No obstante, en algunas situaciones, la gravedad de los síntomas conlleva al empleo de medicamentos. Sobre todo, en quienes presentan depresión grave y recurrente e incluso han pensado autolesionarse o suicidarse.

Diversos fármacos son clasificados como antidepresivos. Ellos podrían coadyuvar a elevar el ánimo e incrementar la motivación. De hecho, diversos antidepresivos suelen emplearse en combinación con el tratamiento psicológico.

No obstante, se debe destacar que estos medicamentos por lo general pueden demorar varios días o semanas en iniciar sus efectos. Por ejemplo, en el tratamiento de la depresión aguda, deben emplearse a diario durante semanas o meses, antes de comenzar a percibir sus efectos.

Luego de ello, suele emplearse un tratamiento de continuación que puede durar de cuatro a nueve meses. Incluso, algunas personas reciben antidepresivos durante muchos años, para prevenir nuevos episodios depresivos.

Su administración dependerá de la presencia de los síntomas y el riesgo de padecer otros episodios depresivos.

Diversas pruebas realizadas hasta ahora, demuestran que los antidepresivos ocasionan dolor de cabeza, disminución de la libido, sequedad a nivel bucal, debilidad y sensación de desmayo, inquietud y problemas cardiovasculares.

Generalmente, ocurren durante las primeras semanas posteriores al tratamiento.

La posibilidad de padecer efectos secundarios, el tipo e intensidad de los mismos, estará condicionado a las características y dosis del fármaco empleado.

Incluso, no debería detenerse su empleo abruptamente, aunque se sientan mejoría de los síntomas sin consultar al médico. Ello podría favorecer la reaparición de los síntomas.

Tratamientos no farmacológicos

Los medicamentos a base de plantas más comunes y conocidos para el tratamiento de la depresión se elaboran a partir de la hierba de San Juan.

Estos productos suelen utilizarse para tratar la depresión leve. Algunos se utilizan también para tratar la depresión moderada.

Muchas personas también emplean para la depresión leve, el azafrán y manzanilla. Cabe destacar que el ejercicio regular, funciona también para el alivio de la misma.

de Puedes igualmente emplear, mi fórmula exclusiva STRESS RELIEF, que además de la hierba de San Juan contiene más de quince plantas con propiedades comprobadas sobre el alivio del estrés y depresión.

  • Opciones de tratamiento psicológico

Regularmente, este tipo de tratamiento emplea ejercicios conductuales y conversaciones en profundidad acerca de ciertos tópicos. El más empleado, es el denominado terapia cognitivo-conductual.

Por lo general, si alguien padece de un episodio depresivo agudo, el médico suele recomendar apoyo psicológico a corto plazo, muchas veces, asociado a los medicamentos.

Posteriormente, el médico suele recomendar la realización de un tratamiento psicológico ambulatorio completo.

  • Terapia cognitivo-conductual

Cuando una persona sufre de depresión se presentan ciertos patrones de pensamientos negativos, que agudizan la situación.

Mediante la terapia cognitivo-conductual, se logran disipar estos patrones, logrando que las personas se sientan bien consigo mismas.

Esta terapia se basa en dos enfoques: el enfoque cognitivo y enfoque conductual. De acuerdo al enfoque cognitivo, los problemas no son ocasionados por las cosas o situaciones.

Más bien, se producen por la importancia que las personas le dan. De allí, que cuando se cambia el ángulo de visión de los acontecimientos, se logran avances sustantivos.

A su vez, el enfoque conductual parte de la premisa que los comportamientos se aprenden, pero también pueden desaprenderse.

Así, la terapia cognitivo-conductual logra identificar los patrones de conducta negativos, trabajar sobre ellos y modificarlos.

Se podría decir, que el objetivo de esta terapia es la identificación de actitudes, pensamientos erróneos y angustiosos, para posteriormente modificarlos.

  • Enfoques psicoanalíticos

Este tipo de métodos se sustenta en el empleo de la psicoterapia analítica y psicología profunda. Este enfoque considera, que los conflictos inconscientes sin resolver podrían ocasionar depresión.

Su principal objetivo es la identificación de los problemas desconocidos hasta entonces, mediante conversaciones con el especialista.

Cabe destacar, que las personas que aceden a este tipo de terapia, deben estar conscientes de que tendrán que afrontar experiencias dolorosas vividas en el pasado.

  • Terapia sistémica

Esta metodología otorga mucha relevancia a las interrelaciones personales. Por ello, persigue la mejora de las relaciones del entorno más cercano, a nivel laboral, familiar y social.

Según los expertos, un deterioro de estas relaciones puede influir en la progresión de procesos depresivos.

Concluyendo

De acuerdo a lo presentado, la depresión interfiere en la capacidad de las personas para desenvolverse en su vida cotidiana.

Este trastorno, suele presentarse comúnmente en la Enfermedad de Parkinson (EP). Sin embargo, muy comúnmente se ignora y no se trata adecuadamente.

Según los especialistas, quienes padecen EP presentan desequilibrios a nivel de los neurotransmisores responsables de regular el estado de ánimo. Se considera, que esto desempeña un papel importante en la depresión.

Asimismo, existen diversos factores que pueden ocasionar depresión, tales como pensamientos negativos, aislamiento social, antecedentes de enfermedades mentales y modificaciones cerebrales.

De acuerdo a la ciencia, la EP y la depresión afectan a las mismas zonas cerebrales asociadas con el pensamiento y emociones.

De hecho, ambas patologías también afectan los niveles de tres importantes neurotransmisores (dopamina, serotonina y norepinefrina), con una enorme influencia sobre el estado de ánimo y movimiento.

Se ha comprobado, que en ciertas personas el estrés grave (como el ocasionado por la presencia de una enfermedad crónica) favorece la presencia de procesos depresivos.

Investigaciones recientes muestran, que las células presentes en dichas zonas cerebrales comienzan a deteriorarse años antes de evidenciar ciertos síntomas clásicos del Parkinson, como el temblor y movimiento.

Para efectos de la ciencia, este descubrimiento indica que la depresión podría constituir un síntoma prodrómico. Es decir, un síntoma que suele preceder a un diagnóstico definitivo.

De allí la importancia de tratar la depresión a tiempo, mediante las diversas metodologías existentes, antes de que ella estimule la presencia del Parkinson.

Para Kayla, la información recibida la cual comparto en el post, fue fundamental para ayudar a su esposo. De hecho, decidió realizar terapia cognitivo-conductual, y emplear mi fórmula exclusiva para aliviar el estrés.

Me alegré mucho por él y su familia, pues logró librarse de la presencia del Parkinson de forma extemporánea.

“La depresión es un síntoma no motor común e incapacitante de la enfermedad de Parkinson (EP), que afecta hasta al 50% de los pacientes en algún momento de su enfermedad. La depresión en la EP está asociada a una peor calidad de vida, mayor discapacidad, deterioro cognitivo, mayor mortalidad y mayores costes sanitarios”

Dr. Anna Frenklach

Universidad de California, San Francisco

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