Creencias, Presunciones Y Hechos Acerca De La Obesidad

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Por costumbre, en la sociedad actual el peso corporal, así como la masa muscular y su componente adiposo suelen designarse simplificadamente bajo el concepto de “normalidad” y obesidad.

Desafortunadamente se han tejido muchas creencias acerca de la obesidad, las cuales han perdurado sin respaldo científico. Sin embargo muchas de ellas, han sido desmontadas gracias a la acuciosidad de diversos equipos de investigadores.

De este tema caracterizado por diversos desencuentros, voy a hablar a solicitud de Carol, una seguidora de Louisiana. Ella es una madre de familia de mediana edad, que lucha de forma permanente para mantener su figura.

Carol me comentó, que ella tiende a ganar peso muy fácilmente. Esto ha hecho que en diversas ocasiones se haya sometido a dietas extremas que surten efecto a corto plazo. Aunque al poco tiempo ocurre un efecto rebote, que hace que su peso suba nuevamente.

Ella se comunicó conmigo a fin de solicitarme que le profundizara sobre lo que realmente ocurría con su cuerpo. De hecho, ella me mencionó que había sido tratada por algunos  nutricionistas que le sugirieron realizar tratamientos que ella considerada eran muy extremos.

Incluso estuvo empleando ciertos fármacos con prescripción, los cuales decidió dejarlos a causa de los malestares que le ocasionaban.

Yo le comenté, que al no realizar modificaciones en sus hábitos alimentarios, así como dejar de incluir los ejercicios cuando abandonó el tratamiento, estimuló el nuevo incremento de peso.

Por ello, preparé para ella un dossier con algunas generalidades comprobadas acerca de la obesidad. Le incluí además, algunas creencias sin fundamento científico que se han mantenido por mucho tiempo a nivel del colectivo.

Dado lo relevante de este tema para muchas personas, estimé conveniente compartir este artículo en mi página.

Estilo de vida saludable para una vida mejor

Tener un estilo de vida saludable implica acciones de constancia, motivación, compromiso, las cuales deberían ser llevadas a cabo desde temprana edad.  Sus resultados serán altamente beneficiosos, ya que evitarán el envejecimiento prematuro.

Un régimen alimenticio con los nutrientes requeridos, actividades físicas, así como sueño reparador son elementos claves.  Así mismo, evitar los episodios de estrés,  cuidar la salud mental y visitar al médico,  en caso de alguna situación que se presente, tienen un efecto positivo en el organismo.

De acuerdo a estudios realizados por expertos y según datos encontrados, existe una falta de comprensión en relación con la obesidad, lo que quizás ha contribuido a que se desarrollen creencias ambiguas y actitudes negativas hacia personas con sobrepeso u obesidad.    Existen muchos profesionales que consideran difícil el manejo de la obesidad, lo cual constituye un grado de desmotivación para quienes la padecen.  Estos expertos plantean que es importante seguir creando conciencia a los médicos sobre el impacto que las creencias sobre la obesidad pueda tener sobre sus pacientes.

La obesidad es un problema de salud pública que mundialmente ha acaparado la atención de las autoridades respectivas.  Por eso, es necesaria una constante dedicación a la pérdida de peso, con estrategias de alimentación que puedan demostrar no solo perder peso, sino mantenerlo adecuadamente.

El control de peso depende de estos factores fundamentales: la cantidad de alimentos que se consumen, el tipo de alimentos, así como el horario en los cuales se ingieren.  Esos factores son tomados en cuentas en los planes de Ayuno Lunar.

Una mirada en profundidad acerca de la obesidad

Durante las últimas décadas, la obesidad se ha convertido en un problema decisivo de salud pública. Ello ocurrió principalmente debido a un incremento elevado de su prevalencia a nivel mundial. Este problema global ya alcanzó niveles de epidemia, y afecta negativamente la economía debido a sus elevados costos sanitarios.

Hoy en día, la obesidad se considera uno de los problemas que ocasiona mayores desafíos. Por ello se hace indispensable, que participen de forma coordinada los científicos, profesionales sanitarios y responsables políticos.

Se puede afirmar, que la obesidad es la consecuencia de una complicada interacción multifacética. En ella participan diversos factores ambientales, propensión genética y conducta.

Diversos estudios han logrado demostrar el efecto de la genética, y ciertas enfermedades sobre el incremento de peso. Sin embargo, existe la probabilidad de que los factores ambientales participen como impulsores del incremento de la epidemia de obesidad.

No obstante, se sabe que la obesidad es ocasionada por un desequilibrio entre la ingesta y el gasto de energía. Diversos estudios epidemiológicos publicados hasta ahora, han logrado profundizar sobre diversos aspectos acerca de las causas de la obesidad.

Cabe destacar, que cada día se acopian un mayor número de pruebas y conocimientos que demuestran la complejidad de la obesidad.

Creencias y presunciones acerca de la obesidad difundidos a nivel mundial

Realizar cambios pequeños y sostenidos  produce modificaciones sustanciales y prolongadas de peso

Según la ciencia este mito considera la regla de las 3.500 calorías. Dicha afirmación con medio siglo de antigüedad, realiza una equivalencia sobre la modificación de 450 g en el peso, producidos por efecto de deficiencias o incrementos acumulados de 3.500 calorías.

Esta regla formulada por Wishnofsky es sencilla de aplicar, pero carece de un fundamento científico contemporáneo. Ello conduce a graves errores en la predicción de la pérdida de peso, incluso a corto plazo.

Las respuestas obtenidas han sido basadas en experimentos a corto plazo, con personas que empleaban dietas muy hipocalóricas. Es decir, consumían un promedio de 800 calorías por día.

Los análisis realizados hasta ahora, muestran la presencia de variaciones de peso menores que los que indican la regla de las 3500 kcal. Esto implica que, no deberían extrapolarse las leyes de la termodinámica empleadas en cálculos fisicoquímicos a una recomendación dietética.

Incluso, en la actualidad se cuenta con complejas ecuaciones dinámicas de pérdida de peso validadas. Ellas poseen sólidos fundamentos científicos y presentan valores predictivos bastante precisos y realistas de pérdida de peso. Muchas personas hacen uso de estas aplicaciones para teléfonos inteligentes y computadoras.

No obstante, estos nuevos modelos dinámicos de predicción de la pérdida de peso no son la respuesta definitiva. De hecho, los modelos basados en la termodinámica emplean datos energéticos y metabólicos con errores de medición.

Se requeriría profundizar la investigación para mejorar ciertos coeficientes que permitan incluir mejoras a los modelos existentes. Ello podría significar a futuro, un refuerzo de los vínculos entre las ciencias nutricionales, física y dietética actual.

Se deben fijar objetivos realistas para disminuir de peso, si esto no se toma en cuenta, los pacientes tienden frustrarse y adelgazan en menor proporción

A pesar de su apariencia razonable, la mayoría de los datos empíricos (recopilados empleando evidencia observable por los sentidos) no muestran asociaciones negativas entre objetivos ambiciosos y adelgazamiento. De hecho, al comparar diversos estudios se verificó, que al fijar objetivos más ambiciosos a veces estaba asociado con mejores resultados.

La disminución de peso, veloz y de elevada magnitud, se vincula con menores efectos de adelgazamiento a largo plazo, que la disminución de peso efectuada de forma lenta y gradual

Algunos estudios de adelgazamiento han permitido mostrar, que el descenso de peso inicial de mayor magnitud y de mayor velocidad estaba asociado a un peso menor al finalizar el seguimiento a largo plazo.

De hecho, un metaanálisis de estudios aleatorizados vinculados a la comparación del descenso de peso rápido, con el descenso de peso más lento, mostró ciertos hallazgos interesantes. Ello se logró, utilizando dietas muy hipocalóricas (menos de 800 calorías) y dietas hipocalóricas (800 a 1200 calorías diarias).

Los resultados obtenidos a corto plazo (menos de un año) mostraron un descenso de peso sustancialmente mayor en el seguimiento breve. Sin embargo, no se logró observar diferencias significativas entre ambos tipos de dieta, con relación a la disminución de peso al finalizar el seguimiento prolongado (más de un año).

Según los expertos de la Clínica Mayo, es importante que al fijar objetivos se considere los de proceso y de resultado. Por ejemplo, caminar a diario corresponde a una meta de proceso. Y perder tres kilogramos de peso correspondería a una meta de resultado.

De acuerdo a los especialistas, no se considera esencial tener un objetivo de resultado. Sin embargo, es fundamental establecer objetivos de proceso principalmente porque la clave para perder peso, se afianza en los hábitos.

Los niños obesos al “estirarse” o crecer dejan de serlo durante la adolescencia

De acuerdo a los expertos, la obesidad infantil constituye un importante problema de salud a nivel mundial. De acuerdo a estimaciones actuales, más de 340 millones de niños y adolescentes presentan sobrepeso u obesidad. Dichas condiciones, inducen un mayor riesgo de patologías psicológicas, fisiológicas y físicas.

Ello indica, que la obesidad infantil constituye un reto para los sistemas sanitarios globales. Por ello, un sinnúmero de organizaciones internacionales impulsan diversas estrategias para lograr minimizar su prevalencia.

Actualmente, los niños llevan un estilo de vida cada vez más sedentario. Ello supone invertir cantidades de tiempo valioso empleando computadores, teléfonos inteligentes, viendo televisión o inmersos en los videojuegos.

Este estilo de vida generalizado posee una serie de implicaciones negativas, ya que la actividad física posee diversos efectos positivos sobre el crecimiento de niños y adolescentes durante la pubertad.

Dado que, la obesidad infantil no se soluciona automáticamente sin hacer nada, esta errónea creencia posee poco fundamento. De hecho, el estilo de vida actual aunado a la presencia de sobrepeso, favorece una mayor probabilidad de que el niño continúe siendo obeso durante su adultez.

Esto se explica porque durante los cinco primeros años de vida se crean los adipocitos (células que almacenan grasa). Ello implica, que a mayor cantidad de adipocitos producidos durante esta etapa, habrá un mayor número de “almacenes” para llenar en la etapa adulta.

Es importante recordar, que durante la infancia se crean y consolidan una gran parte de los hábitos. Ello incluye sin duda, los de estilo de vida y alimentarios. Por esta razón, si los hábitos que adquiridos no son saludables, su efecto negativo se verá reflejado en la adultez.

Picar entre comidas contribuye al aumento de peso

A lo largo de los años, se ha empleado una regla muy sencilla: cuando se ingieren menos calorías de las que se consumen, se pierde peso. Esta presunción es cierta, sin embargo, a medida que se profundiza sobre otros factores que condicionan la pérdida de peso, se observa que este razonamiento no se cumple siempre.

Es decir, existen ciertas variables importantes que también inciden sobre la pérdida de peso. Dentro de ellas destacan, el sueño adecuado, hormonas del apetito, factores genéticos y la actividad física.

La relación entre el picoteo entre comidas y el incremento de peso podría parecer innegable. Aunque la presencia de una correlación no siempre logra explicar la totalidad. De acuerdo a los especialistas, la saciedad (sentirse satisfecho y lleno luego de comer) juega un papel determinante.

Según algunos estudios, los tentempiés que contienen mezclas de diversos grupos de alimentos, especialmente fibra y proteínas incrementan la saciedad. Esto, puede impedir que se ingiera comida en exceso.

De hecho, la ingesta de tentempiés saludables afectan positivamente la saciedad y control del apetito.

Vale destacar, la importancia de la práctica de la alimentación consciente e intuitiva. La técnica de la alimentación consciente indica que se debe realizar en la conciencia mientras se come. Incluso respetando la sensación de hambre, ingiriendo alimentos promotores de la saciedad y no asociando la culpa con ciertos alimentos.

Muchas personas meriendan sin considerar el tipo de alimento. No obstante, ingerir alimentos con altos niveles nutricionales y practicar técnicas de alimentación consciente permiten mantener el control al merendar.

Recientemente se determinó, que quienes ingieren alimentos de forma intuitiva, sin emplear el peso como parámetro de éxito, generalmente presentan bajos índices de masa corporal (IMC).

Concluyendo

Se podría afirmar, que la obesidad es la consecuencia de una complicada interacción multifacética. En ella participan diversos factores ambientales, la propensión genética y conducta.

En la actualidad no se tienen dudas acerca de todos los daños colaterales ocasionados por el incremento de peso. A saber, patologías cardiovasculares, diabetes, desequilibrios metabólicos e hipertensión.

Existen diversas creencias sobre la obesidad que se mantienen sin tener base científica de respaldo (presunciones). Incluso, algunas de ellas persisten a pesar de la existencia de pruebas contradictorias (mitos).

Esto, ha causado mucho daño en la sociedad. Dentro de esas creencias destacan: “Realizar cambios pequeños y sostenidos en el consumo o el gasto de energía, produce modificaciones sustanciales y prolongadas de peso”.

Así como “fijar objetivos realistas para disminuir de peso” y “los niños obesos adelgazan en la pubertad”. Incluso, existe una que ha distorsionado el sentido de las meriendas: “picar entre comidas contribuye al aumento de peso”

Todos estos conceptos erróneos, propagados inclusive por las redes sociales, no han hecho nada bien a la epidemia de a obesidad. En relación a los tentempiés, se sabe que muchas personas los comen sin pensar.

De igual forma, otras lo practican como mecanismo de supervivencia. Sin embargo, las investigaciones logran demostrar hechos. Uno de ellos, es que siempre que las meriendas sean balanceadas, nutritivas y variadas, promoverán un adecuado estado de salud.

Para Carol la información recibida, la cual comparto en el post, fue de mucha utilidad. Ella me comentó, que al observar las creencias acerca de la obesidad, observó muchos de los errores cometidos.

Uno de ello era evitar las meriendas, por miedo a “engordar”. Aunque al caer en cuenta de que una adecuada nutrición marca la diferencia, decidió registrarse en el Ayuno Lunar para tener una mejor guía en su alimentación.

“La obesidad es una enfermedad crónica que requiere atención y tratamiento continuos, incluidas modificaciones del estilo de vida, medicación y, en algunos casos, intervención quirúrgica. Es importante abordar los prejuicios y el estigma relacionados con el peso y reconocer que la obesidad es una enfermedad que afecta a personas de todos los orígenes y condiciones sociales.

Dr. Caroline Apovian

Universidad de Boston

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