3 Consejos Para Tener Una Buena Salud Mental

La buena salud mental puede definirse como un estado de bienestar, que permite a las personas afrontar las tensiones normales de la vida y funcionar de forma productiva. Es decir, es algo más que la ausencia de patologías mentales. Ello significa sentirse bien y desenvolverse bien en el mundo.

La ciencia ha determinado, que existen algunas técnicas que permiten promover los beneficios de una buena salud mental.

De este tema, que es muy apasionante, hablaré a solicitud de Christine, una seguidora de Dakota del Norte. Ella es una joven profesional de la ingeniería, que trabaja en el sector industrial. A Christine la motiva mucho su desempeño profesional, y hace todo lo posible para destacar en su área.

De hecho me comentó, que disfrutaba supervisar diversos lugares donde la empresa en la que labora posee infraestructura. Sin embargo, a inicios de este año su auto sufrió una colisión y esto le causó algunas contusiones. Ella me dijo, que desde entonces ha experimentado mucho miedo al manejar y ha estado trasladándose con algunos colegas.

A pesar de que Christine no sufrió lesiones de consideración, el estrés posterior al accidente le ocasionó insomnio y algunas inseguridades. Por esta razón, ella decidió contactarme a fin de que le facilitara algunas sugerencias que le permitieran combatir este desequilibrio.

Una adecuada salud mental permite, que podamos enfrentar asertivamente los reveses que se presenten en nuestra vida. Por ello, consideré importante compartir esta información en mi página.

Estilo de vida saludable y Salud Mental

Un estilo de vida saludable es beneficioso para tener una buena salud mental.  Esto debe prevalecer desde edad temprana. Una alimentación adecuada con los nutrientes que el organismo requiere desde temprana edad puede ser un predictor de una buena salud mental.

Así mismo, realizar actividades físicas contribuye notablemente a mejorar el estado  de salud mental. Los ejercicios son fuertes aliados ya que permiten liberar endorfinas, capaces de mejorar la sensación de bienestar.  A la vez que pueden alejar de la mente las preocupaciones, los cuales tienden a nutrir episodios de ansiedad.

De igual manera el tener un sueño reparador  es  necesaria para restaurar el organismo físicamente y favorecer la salud mental.   Dormir bien impacta de una forma positiva a las personas, pero cuando hay algún problema mental tiene un efecto negativo que lesiona la salud.

Por otro lado, enmarcado en un estilo de vida saludable, los expertos ratifican que las personas emocionalmente bien, tienden a recuperarse de los problemas más rápido. Son personas resilientes.  Es importante desarrollar un propósito en la vida para tener una mejor salud mental.

Se hace imperante que las personas tengan un estilo de vida saludable, con buena alimentación, actividades físicas, sueño reparador, manejo del estrés y buena calidad de pensamientos.  Todos estos elementos se interrelacionan para poder tener una buena salud mental.

Profundizando acerca de la salud mental

Muchos expertos coinciden en que todas las personas, bien por experiencia propia o ajena, enfrentaremos en algún momento situaciones críticas. Sin embargo, a pesar de su gravedad es importante sobreponerse y no resignarse a padecerlas.

Estudios recientes han corroborado, que no existe un consenso claro sobre lo que es “un problema de salud mental”. De hecho, metaanálisis recientes demuestran que los enfoques biológicos y psicológicos son los que más modelos teóricos presentan. A su vez, se observa una menor cantidad de modelos de salud mental a nivel social, del consumidor y cultural.

Los investigadores a pesar de sus diferencias, comprenden que es fundamental considerar que el concepto de salud mental sigue evolucionando. De allí la importancia de considerar las opiniones de quienes han padecido los problemas de salud mental.

Debemos destacar, que para los CDC la salud mental incluye el bienestar emocional, psicológico y social. Además de ello, se considera que afecta la forma de pensar, sentir y actuar. Incluso incide sobre la forma de relacionamos con otras personas, tomamos decisiones y como manejamos el estrés.

De hecho, la salud mental debe ser justipreciada durante todas las etapas de la vida. Es decir, durante la infancia,  adolescencia y edad adulta.

La salud mental y su asociación con la salud física

La OMS ha definido la salud, “como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente como la ausencia de afecciones o enfermedades”. De hecho, para este organismo internacional no se puede hablar de salud sin incluir la salud mental.

Para los especialistas, los problemas de salud mental no ocurren aisladamente. En realidad se calcula, que un 46% de las personas que presentan un trastorno mental poseen problemas físicos crónicos.

Según investigaciones, quienes presentan enfermedades mentales graves poseen veinte años menos de esperanza de vida que la población general. Incluso, muchas veces el origen del deceso lo constituye una enfermedad física que podría haberse evitado.

Por ello se puede afirmar, que la salud física y mental presentan la misma importancia sobre la salud general. De hecho, la salud mental y física se encuentran estrechamente vinculadas. Por ello, la presencia de afecciones físicas crónicas pueden acarrear consecuencias negativas sobre la calidad de vida.

De hecho, la relación existente entre la salud mental y física se evidencia con más fuerza a nivel de las enfermedades crónicas. Se considera así, que una mala salud mental es un factor de riesgo para el padecimiento de enfermedades crónicas.

Incluso, quienes presentan enfermedades mentales de gravedad corren un riesgo elevado de padecer enfermedades físicas crónicas. A su vez, las personas con enfermedades físicas crónicas son más propensas a desarrollar una mala salud mental.

Conocer los vínculos entre mente y cuerpo permite el desarrollo de estrategias terapéuticas. Por medio de ellas, se posibilitaría la reducción de la incidencia de afecciones coexistentes. Además, se podría apoyar a quienes padecen patologías mentales y afecciones físicas crónicas.

Causas más frecuentes de una mala salud mental

De acuerdo a la Clínica Mayo, la enfermedad mental puede denominarse “trastorno de salud mental”. Ello incluye una amplia gama de afecciones de la salud mental, incluyendo entre ellas los trastornos que alteran el pensamiento, estado de ánimo y comportamiento.

A manera de ejemplo destacan los trastornos de alimentación, ansiedad, comportamientos adictivos y depresión.

Cabe destacar, que muchas personas presentan problemas de salud mental de forma ocasional. Sin embargo, un problema de salud mental se transforman en enfermedad mental cuando los signos y síntomas se hacen permanentes. Esto ocasiona procesos de estrés, y además de ello afectan la capacidad de funcionar adecuadamente.

De acuerdo a los especialistas, las enfermedades mentales son ocasionadas por diversos factores de origen genético y ambiental. Cabe destacar, que la enfermedad mental se presenta de forma más frecuente en personas que poseen familiares que también la padecen.

De hecho, se considera que la presencia de ciertos genes podría incrementar el riesgo de contraer una enfermedad mental. Incluso, diversas situaciones que se experimentan a lo largo de la vida pueden favorecer su desencadenamiento.

Diversos estudios demuestran, que la exposición a ciertos factores intrauterinos previos al nacimiento se vinculan ocasionalmente con la enfermedad mental. Entre ellos destacan enfermedades inflamatorias, exposición a factores de estrés ambiental, drogas, toxinas o alcohol.

Muchos estudios han determinado también que, los desequilibrios químicos a nivel cerebral pueden desencadenar depresión, ansiedad, esquizofrenia y trastorno bipolar. Estas alteraciones involucran las redes neuronales, que contienen ciertos compuestos químicos denominados neurotransmisores.

Dichas alteraciones a nivel de los receptores y del sistema nervioso, se asocian a ciertos trastornos emocionales como la depresión.

Factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades mentales

Según los expertos, existen factores que incrementan el riesgo de desarrollar una enfermedad mental. A saber:

  • Situaciones estresantes (separación, problemas financieros, mudanzas)
  • Consumo de alcohol o drogas recreativas
  • Crecer en un vecindario con poco apoyo social
  • Pocos amigos o pocas relaciones sanas
  • Presencia de enfermedades crónicas
  • Antecedentes de enfermedad mental en un pariente consanguíneo (padres o hermanos)
  • Daño ocasionado como consecuencia de un traumatismo a nivel del cráneo. Ello podría ocurrir por efecto de una lesión traumática leve (concusión) o por una conmoción cerebral (golpe violento en la cabeza con un objeto o viceversa)
  • Experiencias traumáticas: accidentes, abuso y negligencia infantil, violencia doméstica, pobreza extrema, desastres naturales, enfermedades graves y combate militar, entre otros
  • Presencia de una enfermedad mental anterior.

Según los especialistas, se considera que la enfermedad mental tiende a ocurrir con frecuencia. Así. se sabe, que a lo largo de un año, uno de cada cinco adultos padece una enfermedad mental. Se ha observado además, que la enfermedad mental puede iniciar a cualquier edad.

Se ha detectado igualmente, que los efectos de la enfermedad mental pueden ser temporales o permanentes. Incluso, se puede padecer más de un trastorno de salud mental al mismo tiempo. Un ejemplo de ello son las personas que están deprimidas, y a la vez presentan trastornos por efecto del consumo de sustancias.

Los signos y síntomas de la enfermedad mental pueden variar según el trastorno, circunstancias y otros factores. Los síntomas de la enfermedad mental pueden afectar las emociones, pensamientos y conductas.

Ejemplos de los signos y síntomas de enfermedad mental

  • Disminución de la capacidad de concentración
  • Incapacidad de pensar de forma clara (confusión)
  • Bajo estado de ánimo y frustración
  • Cambios de humor extremos
  • Elevados niveles de preocupación y sentimientos de culpa
  • Apartarse de las actividades que le agradan
  • Alejarse de los amigos
  • Bajos niveles de energía y problemas para dormir
  • Presencia de disociación (desconectar la mente de la realidad)
  • Baja capacidad para afrontar los problemas o el estrés de la vida cotidiana
  • Problemas para comprender y relacionar las situaciones y personas
  • Abuso del empleo de alcohol o drogas
  • Modificaciones sustanciales en los hábitos alimentarios
  • Reducción de la líbido
  • Presencia de trastorno explosivo intermitente (episodios frecuentes de conducta violenta, agresiva e impulsiva)
  • Pensamientos y sentimientos suicidas.

Vale destacar, que en ciertas ocasiones, los síntomas de un trastorno de salud mental se presentan como problemas físicos. A saber, dolor de espalda, dolor abdominal, cefaleas y molestias generalizadas.

3 consejos para mantener una adecuada salud mental

1. Incluir psicobióticos en la alimentación

De acuerdo a la ciencia, ciertas condiciones médicas se relacionan con los cambios en el estado de ánimo. Entre ellos, se  mencionan síndrome del intestino irritable (SII) y el síndrome de fatiga crónica. De hecho, se ha observado que, estos trastornos podrían asociarse con el agravamiento del estrés y procesos depresivos.

Algunos estudios han mostrado, que los trastornos del estado de ánimo afectan a más del 50% de quienes presentan SII. Esta patología ha sido asociada con la modificación de la microbiota intestinal. Vale destacar, que también existen otros problemas psicológicos vinculados con procesos desregulatorios de la microbiota.

Diversos estudios de laboratorio en mamíferos experimentales han logrado detectar, que la microbiota intestinal desequilibrada se asocia con procesos depresivos.

Incluso mediante estudios clínicos se logró detectar, que muchas de las bacterias benéficas sintetizan una serie de compuestos bioactivos. Dentro de ellos destacan ciertos neurotransmisores clave, que influyen en la regulación de los procesos depresivos. Dentro de ellos destacan: ácido gamma aminobutírico (GABA), serotonina y butirato.

Según los expertos, el butirato posee efectos antidepresivos. La serotonina a su vez, constituye el neurotransmisor clave del eje intestino-cerebro. Además, el GABA se considera el principal neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso central. De hecho, bajos niveles de GABA ocasionan procesos depresivos y trastornos del estado de ánimo.

La microbiota intestinal puede modificar la química cerebral y tambien incide positivamente sobre el funcionamiento de la barrera hematoencefálica cerebral.

Una forma de acceder a los beneficios de estas bacterias benéficas es mediante la ingesta de probióticos con algunas cepas bacterianas importantes como Lactobacillus rhamnosus y Bifdobacterium longum.

De hecho, L. rhamnosus resulta tan eficaz como la fluoxetina, uno de los medicamentos más empleados para tratar el trastorno obsesivo-compulsivo. También pueden emplear mi fórmula especial PROBIOTICS 100 BILLION, que contiene esta bacteria benéfica y otras nueve más.

2. Planificar una rutina diaria de ejercicios

No se necesita ser un deportista profesional para estar en buena forma. Lo importante es mantenerse activo, considerando siempre las limitaciones físicas que puedas tener. Cabe destacar, que según la ciencia cantidades e intensidades moderadas de ejercicio pueden marcar una gran diferencia.

Para muchas personas, es muy conocido el efecto del ejercicio sobre la salud, en especial la cardiovascular. No obstante, se ha comprobado que el ejercicio es una terapia muy eficaz para el tratamiento de diversas afecciones de la salud mental.

Según los expertos, las personas que practican ejercicio regularmente experimentan una enorme sensación de bienestar. De hecho, experimentan un mayor optimismo frente a los desafíos cotidianos, además de sentir un mayor nivel de energía.

Asimismo, el ejercicio favorece la relajación, beneficiando el sueño y descanso. Incluso se ha observado, que el ejercicio tiene la capacidad de mejorar en gran medida el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), depresión y ansiedad.

Diversas investigaciones, han revelado además, que el ejercicio puede incrementar la calidad del sueño, aliviar el estrés y mejorar la memoria y el estado de ánimo. Se ha revelado también que, mediante el ejercicio, se puede tratar la depresión leve a moderada con la misma eficacia que los medicamentos antidepresivos. Pero sin experimentar sus efectos adversos.

El ejercicio como tratamiento natural, generador de endorfinas, provoca el incremento de la energía física y mental. Incluso, se ha observado su efecto positivo al aliviar la tensión y el estrés.

2. Mantenerse socialmente activo

Según los especialistas, existen de forma general tres tipos de conexiones con las personas. Dentro de ellas destacan las íntimas, relacionales y colectivas.

Todo este tejido social que puedes lograr puede ayudarte a desarrollar resiliencia, y gozar así de una buena salud mental. Se ha observado, que quienes desarrollan resiliencia están más capacitados para  gestionar más eficientemente el estrés.

Ello implica, que poseen una menor propensión al desarrollo de enfermedades mentales, entre ellas la depresión y ansiedad.

Muchos expertos coinciden en que, es muy importante mantener buenas relaciones con otras personas, pues obtenemos una sensación de bienestar. Por supuesto, que ello incluye las relaciones a nivel de las conexiones mencionadas inicialmente.

Esto incluye las relaciones con la familia, amigos, compañeros de trabajo y otras personas de la comunidad. Invertir tiempo y energía en las relaciones puede reportar grandes beneficios a todos los implicados.

De hecho se ha comprobado, que cuando utilizamos nuestras destrezas y puntos fuertes para apoyar a otras personas o contribuimos en labores comunitarias generamos una sensación de sentido y propósito.

Este flujo que se crea al participar dando a los demás de tu tiempo y esfuerzo proyecta emociones positivas e incrementa tu bienestar y el de la sociedad. Incluso, la participación en una comunidad religiosa, grupos de meditación, yoga o Tai Chi favorece una adecuada salud mental.

Concluyendo

Una buena salud mental define mucho nuestra salud física y viceversa. De acuerdo al consenso de muchos expertos, todas las personas en algún momento de nuestra vida deberemos encarar situaciones críticas. Sin embargo, es importante contar con ciertas herramientas, que pueden ayudarnos a sobrellevar su gravedad.

Nuestro cuerpo es un sistema integral, que posee diversos componentes que definen su adecuada armonía. Ciertas situaciones de origen genético o ambiental causan una serie de trastornos, que ponen en riesgo nuestra salud mental. De hecho, al somatizarse involucran también nuestra salud física.

No obstante, existen algunas herramientas que permiten equilibrar diversos sistemas corporales, favoreciendo el adecuado desempeño de los procesos mentales saludables. Dentro de ellas destacan, la incorporación de alimentos contentivos de ciertos probióticos que favorecen el restablecimiento de la microbiota intestinal benéfica.

Estas siniguales bacterias están muy correlacionadas con el estímulo, y producción de ciertos neurotransmisores y metabolitos. Dichos compuestos están a su vez relacionados con una adecuada salud mental.

También se ha determinado, que el ejercicio permanente logra incrementar la calidad del sueño y aliviar el estrés. Además de ello, puede mejorar la memoria y estado de ánimo.

Cabe destacar, que mantenerse socialmente activo favorece que desarrollemos resiliencia (capacidad para superar circunstancias traumáticas). Esto por supuesto nos otorga mayor fortaleza para mantener una adecuada salud mental.

Para Christine el material recibido, el cual comparto en el post, logró impactarla favorablemente. Ella me comenta, que luego del accidente se mantuvo como muy solitaria y esquiva. Sin embargo, un cambio de actitud frente a los demás, empezando por su familia y compañeros de trabajo le inyectaron la resiliencia que estaba necesitando.

“Los estudios han demostrado que las personas que mantienen relaciones estrechas con los demás tienen menos probabilidades de experimentar síntomas de depresión, ansiedad y otros trastornos mentales. Es importante dar prioridad a nuestras relaciones sociales y dedicar tiempo a interactuar”

Dra. Sherry Benton

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