5 Remedios Caseros Para Niños Con Nariz Tapada Sin Moco

Para muchas madres es preocupante que su niño o bebé se encuentre congestionado, y no se presente mucosidad. Existen diversos medicamentos, que pueden adquirirse sin récipe, sin embargo es preferible intentar solucionar inicialmente el problema empleando opciones caseras.

De este tema, que preocupa a padres y responsables del cuidado de los niños, les voy a hablar a solicitud de Laurene, una seguidora de Georgia. Ella es una joven madre primeriza, con poca experiencia en el cuidado de niños. Laurene me comentó, que ella no tuvo hermanos y esta condición de ser hija única le acarreó ciertas desventajas.

Ella considera, que tuvo muy pocas oportunidades de atender bebés a lo largo de su vida. Esto le ocasionó muchas inseguridades, y gracias a los consejos de su madre y amigas que tenían hijos fue superándolos. Una de las sugerencias que ella recibió, fue la de no emplear medicamentos como primera opción para tratar ciertas dolencias.

Ella considera que esto le sirvió de mucho en las primeras etapas de su bebé, quien actualmente, tiene cuatro años. Sin embargo, Laurene nunca ha desperdiciado ninguna oportunidad para aprender, y siente que debe nutrirse de ciertas experiencias.

Por ello decidió contactarme para que le asesorara con respecto a algunas alternativas no farmacológicas para descongestionar la nariz de su hijo cuando no presentaba producción de moco.

A fin de honrar su solicitud, le envié información acerca de las causas de esta dolencia. Además de ello, le incluí ciertas alternativas caseras para contrarrestar esta patología sin ocasionar efectos secundarios a su hijo.

Muchos padres reclaman ciertos tratamientos sencillos y sin efectos secundarios sobre la salud de sus hijos. Por ello, decidí compartir esta información en mi página.

Afecciones que provocan el bloqueo de las fosas nasales

Muchas veces los bebés se encuentran congestionados, pero no se observa mucosidad. Para algunos padres, esto podría representar un problema difícil de solucionar. Es importante destacar, que los bebés poseen sus órganos y miembros aún en una fase de desarrollo.

Por ello, no es de extrañar que sus vías respiratorias y conductos nasales sean aún muy pequeños. Debido a su pequeño tamaño, estas vías suelen afectarse fácilmente por factores como una ligera sequedad o algún moco transparente.

Lo que se debe concienciar, es que esta situación que puede estar padeciendo el niño es parte normal de su crecimiento y desarrollo. Muchas veces, esto podría estar relacionado con la obstrucción de los conductos denominados senos paranasales.

Ellos constituyen una serie de espacios presentes en el interior de los huesos y alrededor de la cavidad nasal. Ellos están llenos de aire y se encuentran interconectados entre sí, mediante pequeños conductos.

Muchos estudios coinciden en que, todos los senos paranasales, se encuentran presentes al nacer. Sin embargo, la mayoría de ellos se encuentran poco desarrollados.

Según los especialistas, los senos paranasales de mayor a menor desarrollo son: etmoidales (entre los ojos), maxilares (entre los dientes y ojos), esfenoidales (parte posterior de la nariz) y frontales.

Se cree, que dentro de las funciones de estas cavidades destacan la mejora de la resonancia de la voz y disminución del peso del cráneo. Ello permite, que podamos mantenernos erguidos fácilmente. Además, favorece el calentamiento y humedecimiento del aire inhalado e incrementa el tamaño de la superficie que ocupa la mucosa nasal.

Vale destacar, que los senos que suelen estar asociados a sinusitis (maxilar y frontal), son los últimos en desarrollarse. Ellos logran alcanzar su tamaño definitivo al final de la adolescencia.

¿Cuáles son los factores que incrementan las probabilidades de congestión nasal?

Irritantes presentes en el aire

Según la Universidad de Calgary, en el aire existe una mezcla de partículas sólidas y líquidas denominada materia particulada. Esto en ocasiones, también se denomina contaminación por partículas o simplemente PM. Ellas pueden ser consideradas contaminantes y presentan una diversidad de tamaños.

Incluso algunas como el hollín, polen, cenizas de carbón, suciedad, polvo y humo poseen un tamaño visualizable a simple vista. Pero también, las partículas pueden ser muy pequeñas, pudiendo solo observarse con potentes microscopios.

Vale destacar, que además de contener ciertos ácidos, las partículas pueden portar contener elementos peligrosos y metales pesados. Entre ellos destacan, el plomo, manganeso, níquel, arsénico, berilio, cadmio y cromo.

La ciencia ha clasificado las partículas en diversas categorías, considerando su tamaño. Dentro de ellas destacan, las partículas gruesas inhalables, las cuales presentan diámetros que oscilan entre 2,5 y 10 micrómetros. A su vez, las partículas finas, poseen diámetros inferiores a 2,5 micrómetros.

Asimismo, las partículas también pueden ser separadas en dos categorías. Ellas son, las partículas primarias y las secundarias. Las partículas primarias provienen directamente desde la fuente y las secundarias se forman a partir de reacciones químicas atmosféricas.

Las partículas pueden ocasionar graves problemas de salud, en especial aquellas de menos de diez micrómetros. Ellas se consideran nocivas porque son capaces de traspasar la barrera de defensa de los pulmones, alojándose dentro de ellos.

Se ha determinado, que la exposición crónica a estas partículas incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Ello incluye además, el cáncer pulmonar.

Dentro de estas partículas se encuentran las emisiones realizadas por las centrales eléctricas, siderúrgicas, vehículos, humo del tabaco, perfumes fuertes, vapores de productos de limpieza doméstica, pintura o barniz.

Condiciones ambientales

Según los especialistas, el aire seco (o húmedo) como parámetro de la calidad del aire interior no puede percibirse. Esto se debe a que nuestro cuerpo no cuenta con un receptor pertinente, incluso tampoco puede confirmarse en condiciones de exposición controlada de 10% a 70% de humedad relativa.

Por ello, una justificación fisicoquímica y fisiológica a la vez que su comprensión resultan inadecuadas como una explicación para catalogar el “aire seco”.

Como se sabe, las fosas nasales y todas las membranas que le recubren, calientan y humidifican el aire inhalado. Ello se logra entre otras cosas por la humedad que se evapora de dicho revestimiento.

Por ello, cuando se inhala aire frio y seco se produce un proceso de irritación e inflamación que puede ocasionar congestión nasal. Esta reacción es más pronunciada en personas sensibles, contándose los niños en primer lugar.

Muchas situaciones descritas como aire seco, conllevan en realidad la presencia de nariz seca. Dentro de ella destacan ciertos factores climáticos o ambientales, tales como:

  • Baja humedad del aire exterior e interior
  • Empleo de sistemas de calefacción
  • Empleo de aires acondicionados
  • Temperatura ambiente elevada o ambiente caluroso
  • Vuelos de larga distancia con baja HR
  • Condiciones del lugar de trabajo o de la vivienda
  • Presencia de temperaturas extremas (muy frío o muy caliente), ocasionadas or los cambios estacionales
  • Presencia de polvo doméstico y ácaros
  • Efectos secundarios ocasionados por el empleo de ciertos medicamentos
  • Síntomas de otras enfermedades y trastornos
  • Cambios anatómicos a nivel de la nariz, capaz de modificar el flujo normal del aire.

Es importante destacar, que un 50% de quienes padecen de rinitis alérgica, experimentan congestión nasal como síntoma predominante.

Condiciones inherentes al niño

Según los estudios, los bebés prematuros son más proclives a sufrir de congestión que los nacidos a término. Ello se debe, a que las vías respiratorias de los bebés prematuros son aún más pequeñas que las del recién nacido promedio. Esto puede ocasionar además, una respiración ligeramente ruidosa.

Patologías

De acuerdo a los expertos, la nariz genera un alto volumen de mucosidad a diario, un alto porcentaje de ella es tragado porque drena por la parte posterior de la nariz. Cuando la mucosidad se seca, puede formar costras o “mocos”.

Por lo general, la mucosidad drena por la parte frontal de la nariz en caso de alguna obstrucción, o bien si se está produciendo más mucosidad de lo habitual.

Vale destacar, que también las adenoides recrecidas pueden ocasionar la obstrucción del drenaje en la parte posterior de la nariz. Podría decirse, que las adenoides constituyen en los niños como una tercera amígdala, ubicada en la parte alta del paladar.

Otras causas de obstrucción nasal pueden estar asociadas con la presencia de un conducto más pequeño de lo normal. Incluso, con la inflamación de los cornetes (formaciones mucosas y alargadas con base ósea situadas en la pared lateral de las fosas nasales). También puede ocurrir debido a la desviación del tabique nasal.

Es importante resaltar, que no todos los tipos de congestión que se presentan en los niños están relacionados con la falta de desarrollo de las vías respiratorias. Por ello debemos destacar, que en algunos momentos la congestión se asocia con ciertas enfermedades.

Entre ellas destacan: gripe, resfriado o virus respiratorio sincitial. Vale destacar, que la congestión que puede estar afectando al niño puede desplazarse hacia los pulmones y provocar enfermedades más complejas. Entre ellas destacan: neumonía, bronquiolitis, asma y fibrosis quística.

Algunos síntomas que deben alertar a los padres

De acuerdo a los especialistas, es posible que muchas veces no veas la presencia de mocos en la nariz de tu hijo. Sin embargo, eso no indica que no los tenga internamente y estén causando una obstrucción.

Recuerda que, los niños pequeños pasan mucho tiempo acostados. Esto hace, que en ocasiones la mucosidad se acumule en la zona posterior de la nariz o la garganta.

Para saber, que el bebé está congestionado debes estar atenta a alguna de las siguientes manifestaciones:

  • Presencia de resfriado
  • Fosas nasales ligeramente obstruidas o con presencia de goteo
  • Respiración muy ruidosa
  • Ronquidos
  • Incomodidad al alimentarse
  • Tos leve o ligera

Estos síntomas, no son peligrosos y pueden ser tratados mediante ciertas estrategias no farmacológicas. Pero, si el niño llegara a presentar ciertos síntomas, debes acudir de inmediato al médico. Entre ellos destacan:

  • Fiebre
  • Vómitos
  • Moja los pañales con mucha frecuencia
  • Dificultad para respirar y sibilancias
  • Ensanchamiento o aleteo nasal cuando respira
  • Retracción del pecho con cada respiración.

Tratamientos caseros para aliviar la nariz tapada sin presencia de mocos

1. Inhalación de vapor

De acuerdo a los expertos, el vapor de agua puede facilitar que la mucosidad espesa que esta taponando las vías respiratorias se afloje. Esta opción, es eficiente para ayudar al niño a respirar y se logra llenando la habitación de vapor de agua. Ello además, propicia una temperatura adecuada para la salud del niño.

Incluso, también ayuda a darle un baño caliente al niño antes de acostarlo. También, puedes probar a colocar la ducha al máximo y cerrar la puerta. Es importante no calentar demasiado el lugar, a fin de evitar que se dificulte la respiración del niño.

2. Sopa de pollo

La sopa de pollo es considerada algo más que un remedio popular indicado por las abuelas. Algunos estudios han demostrado, que es capaz de aliviar la congestión mediante la reducción de la inflamación.

Según ciertos estudios de laboratorio se determinó, que el movimiento de los neutrófilos, un tipo de glóbulo blanco, se reduce en presencia de la sopa de pollo.

También se determinó, que las especias, aroma y calor de la sopa de pollo ayudan a despejar los senos paranasales. Este otro estudio fue realizado hace 40 años, y se demostró que este alimento puede aliviar los síntomas de la infección en las personas que tienen problemas respiratorios.

3. Humidificador

De acuerdo a los expertos de la Clínica Mayo, los humidificadores pueden aliviar la congestión y la tos. Sin embargo, por seguridad, es mejor emplear humidificadores de niebla fría.

Esta recomendación es importante, porque por lo general el agua o el vapor caliente de un humidificador de niebla caliente podría quemar al niño si este se acerca demasiado. Incluso, el agua caliente al derramarse también podría ocasionar quemaduras.

Se ha establecido, que los humidificadores de niebla fría y niebla caliente poseen la misma eficacia para humedecer el aire. Debemos resaltar, que cuando emplees un humidificador procura mantenerlo bien limpio. De esta forma, impedirás la acumulación de minerales, además del desarrollo de bacterias y moho.

Vale destacar, que los humidificadores que contienen agua no circulante, como los de niebla fría pueden esparcir estos materiales. Los de niebla caliente a su vez lo hacen en menor proporción

Una forma eficiente de mantener la limpieza de este equipo, es vaciando el tanque a diario y empleando agua destilada. Se recomienda además, secar todas las superficies del mismo.

4. Jeringas nasales

Muchos bebés, no logran estornudar por si mismos para expulsar la mucosidad. En estos casos, se puede emplear el exceso de mucosidad mecánicamente con una pera nasal o un aspirador nasal.

Este pequeño artefacto, puede ser eficaz para ayudar a extraer parte de la mucosidad o también alguna proporción de la carga viral de la nariz. Su forma de empleo es muy sencilla, solo debes extraer todo el aire que puedas de la pera, luego colocarla suavemente hasta el fondo de la nariz y soltarla.

Al recobrar su tamaño, el efecto de succión logrará extraer tanto el virus como la mucosidad. De hecho, para extraer mayor cantidad es conveniente colocar primero algunas gotas de solución fisiológica. Espera unos diez minutos y luego introduce la jeringa nasal de pera.

Es importante para ayudar a descongestionar al bebé, que coloques al bebé erguido y recostado en tu hombro. Es muy importante que su cabeza se encuentre por encima del nivel del corazón. De esta forma con la gravedad a favor, el bebé logrará descongestionarse más rápidamente.

5. Solución nasal salina

Existen muchos estudios, que revelan que las soluciones salinas ayudan a aliviar la irritación y a despejar las vías respiratorias. Ellas son de venta libre, pero también puedes prepararlas. Solo debes mezclar una cucharadita de sal común y ocho onzas de agua embotellada. De esta forma, estarías evitando una posible infección al emplear agua del grifo.

Añade una o dos gotas de esta solución en el orificio nasal, deja que el bebé la aspire y luego colócalo boca abajo. Verás, que cuando el niño levante la cabeza, la nariz drenará. Otra forma de lograr drenar las gotas es sosteniendo al bebé verticalmente.

Concluyendo

Para muchas personas, la congestión de la nariz obedece a un exceso de mucosidad espesa. Pero por lo general, la nariz se congestiona cuando los tejidos que la recubren se hinchan, debido a un proceso que ocasiona la inflamación de los vasos sanguíneos.

De acuerdo a los especialistas, es posible que en ciertas ocasiones no logres ver la presencia de mucosidad en la nariz del niño. No obstante, esto no quiere decir que pueda encontrarse internamente, ocasionando una obstrucción.

Dentro de los síntomas que indican una obstrucción destacan, respiración ruidosa, incomodidad para alimentarse, fosas nasales ligeramente obstruidas o con presencia de goteo y presencia de una tos ligera.

La presencia de estos síntomas deben constituir un alivio para los padres, sobre todo a sabiendas que el crecimiento de los senos paranasales es un proceso gradual.

No obstante, si el niño llegara a presentar otros síntomas, debes acudir de inmediato al médico. Entre ellos destacan: vómitos, fiebre, dificultad para respirar y sibilancias, retracción del pecho y ensanchamiento nasal al respirar.

Afortunadamente, para los síntomas no riesgosos se pueden emplear algunas alternativas no farmacológicas que han demostrado su eficacia. Entre ellas destacan: inhalación de vapor, sopa de pollo, empleo de humidificador, jeringas nasales y solución salina.

Para Laurene la información recibida, la cual comparto en el post, fue de gran ayuda. Ella se sintió muy agradecida por haberle facilitado estas sencillas estrategias. De hecho cuando compartió esto con su madre, ella recordó que de niña, superó muchos resfriados con sopa de pollo y gotas nasales.

“El uso de soluciones salinas isotónicas e hipertónicas para aliviar la congestión nasal en lactantes y niños está muy extendido; es un apoyo terapéutico seguro y valioso, y puede reducir el uso de medicamentos (antihistamínicos, descongestionantes, antibióticos, corticosteroides) durante el tratamiento de las infecciones de las vías respiratorias superiores”

Dr. Gaetano Chirico 

Hospital Infantil, Spedali Civili

Brescia, Italia

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