Qué Hay Que Saber Acerca De La Obesidad Ginoide

La acumulación de grasa corporal puede presentar diferentes patrones, considerando los factores hormonales, genéticos y de estilo de vida.

Principalmente, existen dos tipos de distribución de grasa: la ginoide y la androide. Vale destacar que la obesidad ginoide, que es más común en las mujeres, es menos riesgosa que la obesidad androide. No obstante, también presenta ciertas consecuencias negativas que es importante conocer.

De este tema, que preocupa a muchas mujeres, voy a hablar a solicitud de Juliette, una seguidora de Nevada. Ella es una joven madre a quien la atención de su hijo le ha proporcionado una enorme felicidad. Sin embargo, decidió comunicarse conmigo a raíz de un detalle que le estaba preocupando desde hace unos meses.

Ella me dijo, que a raíz de probarse una ropa que le gustaba utilizar para estar más cómoda en casa, se dio cuenta de que le costaba ponérsela. Sobre todo, porque sus glúteos y muslos habían crecido. Luego, al detallar con mayor tranquilidad, observó que estaba comenzando a engordar también en la zona de las caderas.

Para Juliette esto fue impactante, sobre todo porque ella siempre fue delgada y muy enérgica. Ella me comentó, que a raíz del nacimiento de su hijo, dejó de lado muchas cosas, incluyendo sus caminatas matutinas.

Lo que Juliette comenzaba a presentar corresponde a un tipo de obesidad frecuente entre las mujeres llamada obesidad ginoide.  En esta oportunidad tocaré este tema y algunas técnicas para evitarla.

Al considerar la prevalencia de este tipo de obesidad, estimé importante compartir esta información en mi blog.

La obesidad y la grasa abdominal 

La grasa acumulada a nivel abdominal es un problema de salud que incrementa el riesgo de sufrir condiciones como enfermedades del corazón y del metabolismo.  Este tipo de acumulación de lípidos se denomina obesidad central y se mide con el perímetro de la cintura.

Cabe destacar, que aunque una persona no tenga sobrepeso, la sola presencia de grasa abdominal puede ocasionar desequilibrios. Ello incluye niveles sanguíneos elevados de glucosa y triglicéridos, además de hipertensión.

Por eso es importante medir la grasa abdominal con métodos precisos que permita saber cómo afecta al sistema cardiovascular y también a la esperanza de vida.

Existen diferentes formas de medir la grasa abdominal y obtener la relación con la mortalidad por todas las causas. Por lo general, los hombres suelen tener más grasa en esta zona que las mujeres y se denomina grasa androide. Este tipo de grasa se ubica rodeando los órganos internos del abdomen (grasa “central”) o a nivel del pecho.

Quienes poseen mucha grasa androide tienen el cuerpo con forma de “manzana”, presentando una cintura más ancha que las caderas. De acuerdo a los especialistas, la grasa androide es peligrosa para el corazón y puede causar problemas cardiovasculares graves.

Asimismo, podría estar asociada con otras patologías, entre ellas las reumáticas, síndrome metabólico y diabetes. Esto indica que la grasa androide puede reducir la calidad y la duración de la vida.

A su vez, la mayoría de las mujeres en edad reproductiva tienden a acumular grasa en la región glúteo-femoral. Es decir, en la parte inferior del cuerpo, especialmente en las caderas, muslos, glúteos y piernas. Este tipo de deposito de grasa es más frecuente en las mujeres que en los hombres.

De acuerdo a los estudios, esto es debido a factores de índole genética, hormonal y ambiental.

Ahondando acerca de la obesidad ginoide

La obesidad ginoide es una afección en la que el exceso de grasa corporal se acumula en la parte inferior del cuerpo, especialmente en las caderas, muslos y glúteos. Las personas con obesidad ginoide pueden tener un aspecto en forma de pera, de cintura más estrecha y caderas anchas.

La obesidad ginoide es más frecuente en mujeres debido a la distribución de la grasa influenciada por los estrógenos. En este tipo de obesidad también influyen factores genéticos, de edad, de estilo de vida y dietéticos.

Estudios realizados hasta ahora han logrado determinar que la obesidad ginoide está asociada a diversos riesgos para la salud. Entre ellos destacan la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, apnea del sueño, problemas articulares y algunos tipos de cáncer.

No obstante, la obesidad ginoide es considerada menos perjudicial que la obesidad androide. Ello se debe a que esta última se caracteriza por la acumulación de grasa alrededor del abdomen y órganos internos.

En la actualidad, los avances científicos se han centrado en comprender las causas y consecuencias de la obesidad ginoide. Además de ello, en el desarrollo de estrategias eficaces para su prevención y tratamiento.

El papel de los ácidos grasos poliinsaturados sobre la presencia de la grasa ginoide

Diversas investigaciones han logrado establecer, que los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (PUFA) se consideran esenciales, debido a su participación en diversas funciones estructurales y funcionales en la fisiología y fisiopatología de nuestro organismo.

Estos ácidos grasos intervienen en la inmunidad innata, homeostasis energética, desarrollo cerebral y función neurocognitiva. Los PUFAs pueden clasificarse en dos grandes familias: PUFAs Omega-6 y Omega-3.

Las principales fuentes alimentarias de Omega-6 son los aceites vegetales de girasol, maíz y soja, que contienen principalmente ácido linoleico.

A su vez, las principales fuentes alimentarias de Omega-3 son los aceites de pescado y algunos aceites vegetales como los de linaza, canola y perilla, que contienen cantidades importantes de ácido alfa-linolénico (ALA). Tanto el ALA como el LA se consideran ácidos grasos esenciales porque no pueden ser sintetizados por el ser humano y deben obtenerse de la dieta.

Estos ácidos grasos esenciales pueden transformarse en PUFAs más largos e insaturados mediante una serie de reacciones enzimáticas. Dentro de ellos destacan el ácido araquidónico, ácido eicosapentaenoico, ácido docosapentaenoico y ácido docosahexaenoico.

De acuerdo a los especialistas, estos PUFA de cadena larga se incorporan a lípidos complejos como fosfolípidos, glicéridos, ésteres de colesterol y endocannabinoides, que se consideran componentes importantes de las membranas celulares y moléculas de señalización.

Vale destacar además, que los PUFA de cadena larga también pueden ser metabolizados por las ciertas enzimas como la ciclooxigenasa, lipoxigenasa o citocromo P450. Esta reacción produce una serie de derivados bioactivos. Entre ellos destacan las prostaglandinas, leucotrienos, tromboxanos, resolvinas, protectinas y maresinas.

Según los especialistas, estos compuestos poseen la capacidad de modular diversos procesos fisiológicos. Entre ellos destacan: la neurogénesis, inflamación, inmunidad, tono vascular, agregación plaquetaria, percepción del dolor y regulación del estado de ánimo.

Los ácidos grasos poliinsaturados (PUFAs) de cadena larga y la presencia de grasa ginoide

Diversos estudios revelan diferencias sexuales en los niveles de  grasas poliinstaturadas de cadena larga   y sus metabolitos en el tejido adiposo.

Así, el tejido adiposo subcutáneo de las mujeres posee mayores niveles de ácidos grasos Omega-3 y Omega-6 que los hombres.

Incluso, las mujeres también presentan niveles más altos de metabolitos antiinflamatorios y proinflamatorios, que se derivan de los ácidos grasos Omega-3, como resolvinas y protectinas.

Asimismo, las mujeres presentan niveles más bajos de metabolitos proinflamatorios y protrombóticos que los hombres a nivel del tejido adiposo subcutáneo. Por lo general, ellos se producen a partir de ciertos derivados del Omega-6, entre ellos, las prostaglandinas y tromboxanos.

Vale destacar, que el papel de los ácidos grasos de cadena larga en la composición y función de la grasa ginoide es un área emergente de investigación. Ello podría tener importantes implicaciones en la prevención y tratamiento de enfermedades relacionadas con la obesidad.

Dichos ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga pueden modular la adipogénesis, lipólisis, inflamación, sensibilidad a la insulina y secreción de adipoquinas y citoquinas de la grasa ginoide. Además de ello, dichos compuestos también pueden afectar la comunicación entre la grasa ginoide y otros órganos, como el hígado, músculos, cerebro y sistema reproductor.

De hecho, los PUFAs de cadena larga pueden interactuar con otros componentes de los alimentos.  A saber, carbohidratos, proteínas, vitaminas, minerales y fitoquímicos, para influir en los resultados metabólicos de la grasa ginoide.

Por ello, comprender el papel de los PUFAs de cadena larga en la composición y función de la grasa ginoide puede proporcionar nuevos conocimientos sobre la regulación del equilibrio energético. Ello incluye también, la distribución de la grasa corporal y salud metabólica en las mujeres.

Relación entre la obesidad ginoide y los factores genéticos y epigenéticos

Ciertos estudios han identificado genes, que pueden regular el metabolismo de las grasas y los niveles hormonales que influyen en la obesidad ginoide. Además, ciertos factores ambientales como la  alimentación y el estrés pueden afectar a la expresión de estos genes y modificar el riesgo de obesidad ginoide.

Algunos ejemplos de factores genéticos que pueden influir en la obesidad ginoide son:

Causas monogénicas

Se trata de mutaciones poco frecuentes en genes únicos que provocan obesidad grave, normalmente desde la primera infancia. La mayoría de estos genes regulan las señales de hambre y saciedad en el cerebro.

Causas sindrómicas

Se trata de trastornos genéticos en los que la obesidad es una de las características, junto con otros problemas médicos. Ejemplos de trastornos sindrómicos de la obesidad son el síndrome de Prader-Willi, síndrome de Bardet-Biedl, síndrome de Alstrom y síndrome de Cohen.

Causas poligénicas

Se trata de variaciones comunes en múltiples genes que tienen cada uno un pequeño efecto sobre el riesgo de obesidad, pero que juntos pueden tener un impacto significativo. Estos genes pueden interactuar con factores ambientales como la dieta y la actividad física para modular la susceptibilidad a la obesidad.

A su vez los factores epigenéticos se refieren a las modificaciones en el ADN o las histonas que pueden alterar la expresión génica sin cambiar la secuencia del ADN. Estas modificaciones pueden verse influidas por diversos factores.

Entre ellas destacan los factores ambientales tales como la nutrición, estrés, toxinas y hormonas. Incluso, pueden heredarse de una generación a otra.

Metilación del ADN

Se trata de la adición de grupos metilo a las bases de citosina en el ácido desoxirribonucléico (ADN). Según la ciencia, los patrones de metilación del ADN pueden variar entre distintos tejidos y tipos celulares. Incluso, pueden verse influidos por la nutrición materna durante el embarazo.

Así, algunos estudios han logrado detectar que, la metilación del ADN del gen H19, que interviene en el crecimiento fetal y la función placentaria, se ha asociado con la obesidad ginoide en las mujeres.

Modificaciones de las histonas

Son los cambios que ocurren en las colas de las proteínas histonas, responsables de envolver el ADN. De acuerdo a la ciencia, este proceso puede afectar la a la transcripción de los genes.

Algunos estudios han logrado establecer, que las modificaciones de las histonas pueden ocurrir por factores de estrés ambiental. Entre ellos destacan la hipoxia (deficiencia de oxigeno en la sangre) e inflamación.

Por ejemplo, ciertas modificaciones producidas en un gen que interviene en la adipogénesis y sensibilidad a la insulina, se han asociado con la obesidad ginoide en las mujeres.

ARN no codificante

Se trata de moléculas de ácido ribonucleico (ARN) que no codifican proteínas, pero que pueden regular la expresión génica. Esto produce efectos negativos sobre la estabilidad del ARNm, la traducción o la remodelación de la cromatina.

De acuerdo a los expertos, los ARN no codificantes pueden verse influidos por componentes de la dieta como los ácidos grasos y los fitoquímicos.

Se podría destacar  que, cierto tipo de ARN, que participa con ciertos genes implicados en el metabolismo lipídico, se ha asociado con la obesidad ginoide en las mujeres.   Por lo tanto. la obesidad ginoide es un rasgo complejo donde influyen factores genéticos y epigenéticos.

Efectos del ejercicio y la alimentación en la obesidad ginoide

 

La obesidad ginoide se considera menos perjudicial para la salud que la obesidad androide, ésta última implica la acumulación de grasa alrededor del abdomen y los órganos internos.

No obstante, la obesidad ginoide puede aumentar el riesgo de algunos problemas de salud, como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, apnea del sueño, problemas articulares y ciertos tipos de cáncer.

Algunos estudios han sugerido, que diferentes tipos de ejercicios y regímenes alimenticios pueden tener diversos efectos sobre la obesidad ginoide. Por ejemplo, el ejercicio aeróbico puede reducir la grasa ginoide más que el entrenamiento de resistencia. Además de ello, una alimentación baja en carbohidratos puede reducir la grasa ginoide más que una baja en grasas.

El ejercicio y la alimentación son dos factores importantes que pueden afectar a la obesidad ginoide. El ejercicio puede ayudar a quemar calorías, mejorar el metabolismo y reducir la grasa corporal.

  • Existen algunos tipos de ejercicio que pueden ser beneficiosos para la obesidad ginoide. Entre ellos destacan:  el ejercicio aeróbico (caminar, correr, montar en bicicleta o nadar) y el entrenamiento de resistencia (levantar pesas o utilizar bandas elásticas).
  • A su vez, la alimentación puede ayudar a controlar la ingesta de calorías, equilibrar los niveles de azúcar en sangre y evitar comer en exceso. Los expertos aconsejan que un factor que pueden ayudar con la obesidad ginoide son comer más frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables.
  • Se deben evitar los alimentos procesados, azúcares añadidos, los carbohidratos refinados y grasas trans. Incluso procurar beber mucha agua, especialmente la filtrada.

La obesidad ginoide es una enfermedad compleja en la que intervienen factores genéticos, hormonales, ambientales y conductuales. Según los expertos, el ejercicio y la dieta son dos componentes clave que pueden ayudar a prevenir o controlar la obesidad ginoide y sus riesgos asociados.

Concluyendo

De acuerdo a lo mostrado hasta ahora, las causas de la obesidad ginoide son complejas y multifactoriales. Es decir, incluyen factores genéticos, hormonales, edad, sedentarismo y la alimentación.

Se debe señalar, que ciertas personas pueden tener una predisposición genética a almacenar más grasa en las regiones inferiores del cuerpo. Además de ello, los factores hormonales, como los estrógenos y la progesterona, pueden afectar al metabolismo y almacenamiento de grasa.

La edad también puede influir en la distribución de la grasa corporal, porque las personas mayores tienden a ganar más peso y a perder masa muscular.

Asimismo, el sedentarismo y falta de actividad física pueden reducir el gasto energético y favorecer el almacenamiento de grasa. Además de ello, la dieta también puede influir, porque una dieta hipercalórica, rica en grasas, azúcares y alimentos procesados puede contribuir al aumento de peso y a la obesidad ginoide.

Así, una forma eficaz de tratar la obesidad ginoide consiste en modificar el estilo de vida para reducir el peso y mejorar la composición corporal. Entre ellas se incluye la actividad física regular, especialmente el ejercicio aeróbico y el entrenamiento de resistencia. Ello facilitaría quemar calorías, aumentar masa muscular y mejorar la salud metabólica.

Otra modificación importante a incluir, para evitar la obesidad ginoide es una dieta equilibrada. Ella debe ser baja en calorías, grasas, azúcares y alimentos procesados, y rica en proteínas, fibra, frutas, verduras y cereales. Que también coadyuvan a perder peso y a combatir la obesidad ginoide.

Para Juliette la información recibida, la cual comparto en el post, fue realmente de utilidad práctica. Para ella sirvió como aliciente para comprender algunos elementos de la obesidad ginoide, que no pueden modificarse. Sin embargo, ella decidió modificar su alimentación y realizar ejercicios a diario, a fin de rescatar su figura perdida.

“Tras la menopausia se produce una redistribución del tejido adiposo hacia un fenotipo más central/androide. Es importante señalar que la adiposidad visceral aumenta en las mujeres durante la transición perimenopáusica, presumiblemente debido a la disminución de los niveles de estrógenos”

Kalypso Karastergiou

Facultad de Medicina de la Universidad de Boston

Si te ha gustado este artículo y tienes un interés sincero en aprender cómo puedes vivir más sano, me gustaría regalarte una copia de mi último libro #Yo Puedo con la Dra. Cocó.

Sí la página te da un mensaje de error es porque no has entrado la dirección bien. Vuélvelo a intentar, asegurando no haber dejado ningún espacio antes, después o entre las letras de tu dirección.

Compartelo en:

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email
Print

¡Inspirate!

Publicaciones Relacionadas