De acuerdo a los expertos, las infecciones causadas por hongos representan la segunda causa más frecuente de inflamaciones vaginales. Según las estadísticas, el 75% de las mujeres padecen infecciones vaginales fúngicas al menos una vez en su vida.
De allí la importancia de conocer algunas estrategias, que permitirán tratar de una forma natural estos procesos infecciosos.
De este tema, que afecta a una gran cantidad de mujeres alrededor del mundo, voy a hablar a solicitud de Jade, una seguidora de California. Ella es una joven universitaria muy activa, que combina sus estudios con su pasión deportiva desde niña: la natación. Para Jade esta rutina realizada unas tres veces a la semana representaba una gran ventaja.
Ella me comentaba, que realizar sus prácticas en la piscina, le proporcionaba mucha salud y vitalidad. Incluso, lo consideraba de gran ayuda para disminuir el estrés ocasionado por la fuerte presión académica.
No obstante, me dijo un poco preocupada que estaba padeciendo ciertos procesos de irritación vaginal. Ella estaba aplicando ciertos óvulos que le recomendó su ginecólogo, sin embargo, percibió que no surtieron efecto. Incluso me comentó, que le ocasionó ardor al orinar, complicando aún más su situación.
Por ello, decidió hacer contacto conmigo a los fines de conocer algunas sugerencias para tratar las infecciones vaginales. Al conversar con ella me enteré, que ocasionalmente mantenía su traje de baño puesto por mucho tiempo e incluso a veces se iba a casa sin ducharse.
Muchas mujeres alrededor del mundo padecen de infecciones vaginales. Existen ciertas condiciones que propician la aparición de infecciones vaginales. Por ello, consideré adecuado compartir este artículo en el cual destaco ciertas recomendaciones para evitar infecciones y algunas sugerencias para tratarlas, aquí en mi blog.
Estilo de vida saludable, esencial para evitar infecciones vaginales
El estilo de vida saludable ha sido mundialmente expuesto como la mejor forma de tener una vida útil y prolongada en el tiempo. Estudios de Expertos exponen acciones de vida que promueven la salud en la cual se incluyen nutrición, actividad física, sueño reparador, manejo del estrés, calidad de pensamientos. Plantean que las mujeres son las principales promotoras de salud a nivel mundial.
Las infecciones vaginales pueden ser causados por un estilo de vida inadecuado dentro de los que se destacan:
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Nutrición
La mala alimentación puede ocasionar la aparición de hongos de una forma recurrente. Por eso reducir la ingesta de carbohidratos refinados, comidas ultraprocesadas, azúcar, alcohol es esencial.
El consumo de bollería, jugos de frutas, comida rápida, dulces conlleva a experimentar infecciones vaginales. Por otro lado los altos niveles de azúcar pueden afectar el sistema inmunológico, lo que hace que la mujer corra mayor riesgo de contraer hongos y bacterias, ya que le es difícil combatirlas.
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Actividad física
Realizar actividad física es crucial para conservar un buen sistema cardiovascular y mantener controlada la presión arterial, además de mantener elasticidad musculoesquelética. Sin embargo, es importante tomar en cuenta el aseo después de realizar ejercicio. Esto implica no dejarse la ropa sudada, ya que el aumento de la humedad causada por el uso de esa ropa puede crear el ambiente perfecto para las infecciones vaginales.
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Sueño
Dormir durante la noche ayuda a restaurar los órganos y a regenerar las células. El no dormir durante la noche conduce a desarrollar deficiencia en el sistema inmunológico. Esto puede llevar a crear un ambiente de infección vaginal al no tener niveles adecuados de pH. Este debe ser ligeramente ácido. El valor del pH tiene un impacto en la vida de la mujer.
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Episodios de estrés
El aumento de los episodios de estrés se asocia con incidencia de infecciones vaginales. La razón principal es que el estrés crónico afecta el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal o suprarrenal. Esta afección influye en el sistema inmunológico, promoviendo la aparición de infecciones vaginales.
La salud de la mujer es un componente fundamental en el desarrollo humano. La Organización Mundial de la Salud hace gran hincapié en la prevención y control de infecciones del tracto ginecológico. Destacan la necesidad de que las mujeres conozcan y utilicen métodos de prevención para evitar infecciones.
La mayoría de las mujeres pueden padecer de infecciones vaginales en algún momento. Se estima que las infecciones vaginales representan alrededor del 10% de las consultas médicas de salud de la mujer.
En consecuencia, es altamente importante mantener un estilo de vida saludable.
Conociendo acerca del equilibrio vaginal
Según lo estudiado hasta los momentos, el microbioma vaginal se establece desde la etapa de embarazo de la madre y nacimiento de la bebé. Este puede variar considerando el tipo de parto (cesárea o parto vaginal), al igual que el microbioma cutáneo e intestinal. De hecho, tal como la vagina cambia su fisiología y morfología a lo largo de la vida, también lo hace el microbioma.
Según los expertos, el flujo vaginal también se denomina secreción vaginal o lubricación vaginal. Este concepto engloba cualquier fluido no menstrual proveniente de la vagina.
Este fluido se produce por la trasudación a través del epitelio, apoyado por las secreciones de las glándulas cervicales. A saber, las de Bartolino y de Skene, además, está muy influenciado por las hormonas producidas en los ovarios.
El flujo vaginal está compuesto principalmente por el trasudado, el cual se filtra a través del epitelio vaginal. Contiene además, moco cervical, secretado por las glándulas del cuello uterino y células epiteliales. Estas últimas, provienen de células descamadas y de la microbiota vaginal.
Según los análisis, posee un 90-95% por agua, además de enzimas, inmunoglobulinas, glucosa, aminoácidos, ácido láctico, vitaminas, hierro y mucina, entre otros. Vale destacar, que los nutrientes presentes en el flujo vaginal coadyuvan a la multiplicación de las bacterias benéficas que integran la microbiota vaginal.
Dentro de las bacterias dominantes figuran los Lactobacillus, capaces de controlar los patógenos mediante bacteriocina, ácido láctico y peróxido de hidrógeno.
El flujo vaginal coopera para alcanzar el embarazo, porque crea un puente que permite a los espermatozoides ingresar en el útero y fecundar el óvulo.
Asimismo, este flujo protege a los espermatozoides del ambiente ácido vaginal, además sus anticuerpos los protegen de las bacterias. Por ello es importante concienciar que la microbiota vaginal favorece incluso el adecuado desempeño de la fisiología reproductiva.
Síntomas que se presentan comúnmente por efecto de las infecciones vaginales
De acuerdo a los especialistas, pueden existir diversos síntomas en función del tipo de infección presente. Dentro de ellos destacan:
- Flujo vaginal espeso poco usual, con aspecto de requesón. Puede presentar varias tonalidades, como blanco, gris claro, verde o amarillo y un olor semejante al del pescado
- Presencia de dolor al momento de orinar o mantener relaciones sexuales
- Dolor o picor a nivel vaginal, en zonas colindantes y en el bajo vientre
- Procesos hemorrágicos entre períodos menstruales o después del coito
- Ulceraciones o verrugas alrededor de la vulva.
Patologías más frecuentes de los procesos infecciosos a nivel vaginal
Según los especialistas, esta es la causa más frecuente del flujo vaginal maloliente. Esto es ocasionado por un desequilibrio en la microbiota vaginal, incluyendo además el sobrecrecimiento de otras bacterias que se encuentran en la vagina, como Gardnerella vaginalis
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Candidiasis vaginal
Esta enfermedad es producida por el hongo Candida albicans. Este microorganismo habita de forma comensal en la cavidad oral, la vagina y el tracto gastrointestinal. Ciertas condiciones de desequilibrio de la microbiota benéfica, ocasionan que se torne patogénica.
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Tricomoniasis
La tricomoniasis (o “tric”), constituye una enfermedad de transmisión sexual muy común. El agente transmisor, es un parásito protozoario denominado Trichomonas vaginalis. Los síntomas de esta enfermedad varían entre una persona y otra. De hecho, se ha determinado que una gran mayoría de hombres y mujeres infectados por este parásito, desconocen que están infectados.
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Clamidia
Es considerada una enfermedad de transmisión sexual común. Esta enfermedad es ocasionada por la bacteria Chlamydia trachomatis. Por lo general no produce síntomas, por ello, muchas personas no saben que están infectados. Incluso, los síntomas pueden aparecer semanas después de haber tenido relaciones sexuales con una persona infectada.
Recomendaciones para evitar las infecciones vaginales
Muchas mujeres, ante la sospecha de una infección vaginal, rehuyen de visitar al especialista. Un gran porcentaje de las que incurre en este error, deciden automedicarse y emplean medidas nocivas. Entre ellas, los lavados vaginales, yodo y óvulos no prescritos por un ginecólogo.
Es importante resaltar, que la mayoría de las veces, la automedicación podría agravar la situación. Por ello, es importante aceptar estas sugerencias:
1. Disminuir la ingesta de alimentos azucarados
Aunque algunas personas puedan ser escépticos ante esta afirmación, los alimentos que se consuman contribuyen a la aparición de infecciones recurrentes.
De acuerdo a diversas investigaciones se ha observado, que los hongos son afines a los carbohidratos simples, en especial los azúcares. Así se ha establecido, que la ingesta de cantidades elevadas de azúcar podrían generar desequilibrios sobre la Candida vaginal.
De allí, la importancia de evitar los siguientes productos (denominados también como dieta cándida). Esta sencilla recomendación podría ayudar a disminuir el crecimiento de la levadura en nuestro organismo.
- Alimentos contentivos de azúcares simples, alimentos
- Bebidas fermentados con levaduras
- Cereales altamente refinados (harina de trigo blanca, harina de maíz blanca y arroz pulido).
Se debe resaltar, que seguir estas indicaciones puede ayudar a evitar infecciones fúngicas, sin embargo, no es fácil de mantener. En muchas ocasiones, ocurre que no se requiere eliminar por completo estos alimentos, para observar efectos positivos. De hecho, simplemente reducir su ingesta puede ser altamente favorable.
2. Procurar el uso de prendas íntimas de algodón
Diversos estudios han logrado determinar, que el empleo de ropa interior de algodón evita la presencia de infecciones vaginales. Incluso se ha comprobado, que puede prevenir las irritaciones, escozor y procesos alérgicos en la zona vaginal.
Esto se debe a su efecto hipoalergénico, además de permitir la transpiración y lograr disminuir la humedad, por ser absorbentes.
Es importante destacar además, que la ropa interior de algodón favorece la regulación de la temperatura. Ello permite un adecuado desempeño de la microbiota vaginal.
Por ello, es importante evitar la ropa íntima elaborada con seda o materiales sintéticos. Dichos materiales, propician un incremento de la temperatura, favoreciendo la presencia de infecciones.
3. Practicar una adecuada higiene vaginal
Una disciplina adecuada de higiene, incluye además de una limpieza adecuada del área vaginal, la limpieza y pulcritud de la ropa interior. Es importante practicar una adecuada higiene de la vulva, para ello deben emplearse jabones neutros sin perfume. Lo ideal es no sobrelavar la zona para no causar desajustes, tratando de lavar una o dos veces máximo al día.
Asimismo, es importante insistir en evitar el empleo de duchas vaginales. De acuerdo a los estudios, esta práctica ocasiona la reducción de la microbiota benéfica que logra mantener el pH en el rango adecuado de acidez.
A su vez, es fundamental cambiarse las prendas íntimas, después de realizar ejercicio (incluyendo las piscinas). Principalmente porque los ambientes húmedos, propician la colonización de hongos y bacterias patogénicos.
Se debe destacar también, que las prendas íntimas deben ser lavadas antes de utilizarlas por vez primera, luego de ser compradas. Por lo general, estas prendas absorben una gran cantidad de polvo y gérmenes. Por ello, se recomienda emplear un jabón suave evitando el empleo de detergentes y blanqueadores irritantes.
4. Consumir probióticos
Existe una relación entre una la diversidad de la microbiota vaginal y la salud del sistema reproductor femenino. Un estudio publicado el 2022 en Frontiers in Cellular and Infection Microbiology mostró, que los factores producidos por el Lactobacillus (bacteriocina y peróxido de hidrógeno) determinan un pH adecuado.
Ello favorece el equilibrio de la microbiota vaginal, optimiza la inmunidad e impide la progresión del cáncer del cuello uterino.
De acuerdo a los investigadores, la acidificación del entorno vaginal hasta pH menores de 4,5 logra inhibir el desarrollo de otros virus y bacterias. Además de ello, los metabolitos producidos por Lactobacillus también pueden estimular la producción de péptidos antimicrobianos y citoquinas antiinflamatorias.
De acuerdo a la ciencia, el empleo de probióticos juegan un papel determinante sobre la salud del sistema reproductor femenino. Incluso, permiten el alivio de diversas patologías, aparte de la optimización de la inmunidad vaginal.
El empleo de probióticos, favorece el tratamiento de infecciones fúngicas, por tricomonas, vulvovaginitis, vaginosis bacteriana e infecciones vaginales recurrentes.
Los probióticos por lo general vienen para ser aplicados por vida vaginal o vía oral. En mi laboratorio desarrollé la fórmula PROBIOTICS 100 BILLION, con diez cepas de diversas bacterias. Entre ellas destacan tres géneros muy importantes Lactobacillus, Bifidobacterium y Streptococcus.
Su proceso de manufactura, incluye envases especiales para evitar el deterioro ocasionado por el oxígeno (aunque esté fuera del refrigerador).
5. Evitar el empleo de tampones
Como se destacó anteriormente, los nutrientes del flujo vaginal coadyuvan a la multiplicación de las bacterias benéficas. Uno de los factores negativos de los tampones es que disminuyen la capacidad de la autolimpieza de la vagina.
Vale destacar, que el empleo de tampones superabsorbentes puede generar procesos de alto riesgo. Se trata del Síndrome de shock tóxico menstrual. Esta infección es de suma gravedad aunque poco frecuente. De hecho existen otras causas, que pueden estar asociadas a infecciones cutáneas, quemaduras y posterior a una operación.
Este síndrome es una enfermedad grave, potencialmente mortal, que se presenta con fiebre, shock y problemas en diversos órganos corporales ocasionada por la bacteria Staphylococcus aureus.
Según algunos investigadores, el oxígeno transportado al canal vaginal por el tampón favorece la presencia de un ambiente aeróbico en lugar de anaeróbico. Ello modifica el pH adecuado, y lo hace menos ácido durante la menstruación, propiciando un desequilibrio de la microbiota benéfica.
Por ello, en caso de utilizar tampones, es importante adecuar el nivel de absorción de los mismos a la cantidad de flujo menstrual. Preferiblemente no deben emplearse tampones que presenten una absorbencia mayor de la necesaria.
Igualmente, para evitar esta bacteria y otros tipos de infecciones, es recomendable cambiar los tampones frecuentemente (preferiblemente cada cuatro horas).
Algunas alternativas naturales para infecciones vaginales leves
Si eres de las que cumple algunas de las recomendaciones realizadas anteriormente, probablemente experimentes pocas infecciones vaginales. Y probablemente, en caso de que llegues a padecerlas, no será difícil combatirlas pues tendrás la microbiota vaginal a favor.
No obstante, existen algunas alternativas naturales empleadas desde hace mucho tiempo, que han sido posteriormente validadas. Dentro de ellas destacan:
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Ácido bórico
El ácido bórico ha sido empleado de forma generalizada para el control de infecciones fúngicas. Un estudio publicado el 2022 en Frontiers in Immunology, mostró resultados interesantes de un estudio de laboratorio. De acuerdo a los resultados, el ácido bórico redujo significativamente los síntomas asociados a la infección vaginal ocasionada por Candida albicans, aparte de lograr prevenir las lesiones vaginales.
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Aceite del árbol del té y manzanilla
Este particular aceite es un agente antifúngico probado y eficaz en la lucha contra Candida albicans. Un estudio de 2020 descubrió que el aceite del árbol del té era eficaz para combatir la levadura resistente a los medicamentos antimicóticos. Además de ello, otro estudio publicado el 2022 en Journal of Pharmacopuncture mencionó, que la manzanilla es tan eficaz como el clotrimazol en el tratamiento de la candidiasis vulvovaginal.
¿Cómo prepararlo?
- Hervir tres tazas de agua filtrada
- Separarla del fuego y añadir dos bolsitas de manzanilla
- Dejar infusionar durante siete minutos
- Colar la infusión y añadir seis gotas de aceite de árbol de té
- Dejar enfriar y verter en una bolsa para ducha
- Preparar un máximo de dos duchas diarias
- Aplicar esta infusión sobre la vulva y la entrada de la vagina empleando discos de algodón estériles
Nota
No utilizarlo en mujeres embarazadas. Es importante además, realizar una prueba de parche antes de iniciar el tratamiento.
Concluyendo
Según lo planteado, es importante tomar en cuenta que muchas veces la falta de disciplina atenta contra nuestra salud. Por ello, cada día debemos esforzarnos por conocer cómo funciona nuestro organismo, y así podríamos fortalecer su adecuado desempeño.
Esto es válido para todos los sistemas, que integran nuestro organismo, en especial el sistema reproductor. Como mujeres, es importante conocer, que en la vagina al igual que en la piel y sistema digestivo existen diversos microorganismos benéficos. Se ha establecido, que su equilibrio está muy relacionado con una serie de beneficios para la salud.
Vale destacar, que dentro de la microbiota benéfica vaginal resalta la bacteria Lactobacillus. Según los estudios, esta bacteria es capaz de controlar diversos tipos de patógenos mediante ciertos compuestos producidos por ella. Dentro de ellos destacan, la bacteriocina, ácido láctico y peróxido de hidrógeno.
Es importante recordar, que existen algunas recomendaciones que permiten protegernos de las infecciones a nivel vaginal. Ellas a su vez, también constituyen una alternativa natural para combatir las infecciones vaginales, en especial los probióticos.
Dentro de estas recomendaciones también figuran la disminución de la ingesta de alimentos azucarados, el empleo de prendas íntimas de algodón, practicar una adecuada higiene vaginal y evitar el empleo de tampones.
Para Jade el material recibido, el cual comparto en el post, fue muy aleccionador. Ella realmente me agradeció por este sencillo pero práctico material, que le permitió detectar sus errores.
Ella me comenta, que incluso lo compartió con algunas compañeras de natación, quienes también acostumbraban a prestar poca atención a la ducha posterior a las prácticas.
Jade se comunicó hace poco conmigo y me comentó, que solo eliminando los azúcares de su dieta, logró mejorar. Por supuesto procuró mantener limpia, seca y aseada su zona íntima, sobre todo después de ejercitar e incluyó mis probióticos.
“La flora vaginal normal, el pH vaginal ácido y el flujo vaginal son componentes de los mecanismos de defensa innatos que protegen contra las infecciones vulvovaginales. Las bacterias residentes ayudan a mantener un pH ácido y compiten con los patógenos exógenos para adherirse a la mucosa vaginal. También se defienden de los patógenos produciendo compuestos antimicrobianos, como la bacteriocina”
Elizabeth Bruning
Centro para la Salud y el Bienestar de la Mujer
Plainsboro, Nueva Jersey
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https://www.bupa.co.uk/health-information/womens-health/vaginal-infections
https://www.cdc.gov/std/trichomonas/stdfact-trichomoniasis.htm