Según los resultados de diversas investigaciones, el envejecimiento puede provocar ciertos deterioros en nuestro organismo. Esto puede ser común pero no es normal. Aunque se han alcanzado diversos avances genéticos y en biología molecular, existen muchos vacíos acerca del proceso de envejecimiento.
A pesar de ello, existen algunos compuestos capaces de frenar y prevenir los efectos del envejecimiento. Entre ellos destaca el té verde.
De este tema, que despierta la curiosidad, voy a hablar a solicitud de Bertha, una seguidora de Louisiana. Ella es una dulce abuelita de sesenta y tres años, que desea mantenerse activa y sin achaques propios del envejecimiento. Para Bertha es muy importante mantenerse saludable y fuerte porque se siente muy feliz cuando comparte con sus nietos.
Y precisamente, en la búsqueda de una opción que minimice los efectos del tiempo decidió comunicarse conmigo. Ella quería, que le suministrara información acerca del té verde como alternativa natural comprobada con efectos antienvejecimiento.
Le comenté la importancia de tener un estilo de vida saludable, un buen equilibrio hormonal para enfrentar esa etapa que inexorablemente llega a todas las mujeres. Aproveché de decirle la necesidad de cuidar el organismo desde temprana edad para que en el momento de la menopausia y postmenopausia pueda reflejar buena salud externamente.
Las bebidas por si mismas no son milagrosas, deben ir acompañadas de una buena alimentación, Para honrar la solicitud realizada por Bertha, expreso que en la actualidad existen algunas bebidas capaces de impedir el deterioro celular debido a la presencia de ciertos compuestos bioactivos. Muchas veces, como en el caso del té verde, sus bondades no son del todo conocidas. Por ello, consideré importante compartir este artículo en mi página.
Estilo de vida saludable y envejecimiento
Un envejecimiento saludable va en línea con un estilo de vida saludable. Son muchos los factores que influyen en este proceso. Un régimen alimenticio con los nutrientes requeridos, actividades físicas, así como sueño reparador son elementos claves. El cuido de la salud mental y la visita al médico en caso de alguna situación que se presente impactan en el organismo. Es necesario mantener buena calidad de vida a medida que las personas tienen más edad.
Tener una alimentación saludable ayuda a las personas mayores a protegerse de condiciones de salud, además que ayuda a mejorar la función cerebral. El consumo de grasas buenas, proteína y vegetales son beneficiosos para el organismo. Diversos estudios han demostrado que consumir más pescado, vegetales de hoja verde puede mejorar notablemente la salud. De igual forma El Ayuno Lunar es altamente recomendado para las personas mayores.
Actividades físicas
La realización de actividad física es determinante para tener un envejecimiento saludable. Es efectiva la realización de ejercicios y convertirla en rutina. Las personas no solo van a vivir más y mejor, sino que pueden disfrutar más años sin dolores.
Sueño reparador
Por otro lado tener una buena calidad de sueño es necesaria para las personas de cualquier edad. En el caso de los mayores, deben dormir lo suficiente para mantenerse saludables. Dormir de siete a nueve horas es lo indicado para que los órganos puedan repararse. No dormir lo suficiente, puede conducir a depresión, irritabilidad. Ese sueño reparador es beneficioso para la memoria y estado de ánimo.
Estrés y vida emocional
En el caso del estrés, las personas mayores corren mayor riesgo de padecer estrés. Según Investigaciones, los niveles de cortisol (hormona del estrés) en una persona mayor va aumentando a medida que avanza su edad. Este aumento puede provocar cambios en el cerebro.
Reducir el estrés y tener una buena calidad de pensamientos y estabilidad emocional pueden ser de gran apoyo para tener un envejecimiento saludable.
Descubriendo los secretos acerca del envejecimiento
Muchos de los misterios que controlan la vida humana permanecen inciertos hasta el momento. Ello implica, que falta mucho por entender acerca del proceso del envejecimiento. En algo en lo cual coinciden muchos investigadores es que cuanto más se vive hay una mayor exposición al ambiente.
Muchos de estos factores definitivamente inciden sobre una mayor propensión al desarrollo de enfermedades. El envejecimiento es considerado una verdad casi universal, que experimentamos todas las personas a lo largo de nuestra vida.
No obstante, es importante que los profesionales de la salud logren comprender la importancia epidemiológica y clínica de este proceso. Sobre todo, porque el envejecimiento se encuentra asociado a una serie de cambios. Dichos cambios ocurren a nivel de los diferentes sistemas de nuestro cuerpo, requiriendo por ello ciertos cuidados y tratamientos.
Según las estadísticas, para el 2050 habrán más de 88,5 millones de personas mayores de 65 años. Esto repercutirá en una mayor demanda para los profesionales de la salud e instituciones hospitalarias. Sin duda, la tecnología ha logrado que se produzca una expansión exponencial de las capacidades actuales de la ciencia médica.
Pero a lo largo del tiempo, se han ido presentando diversos efectos secundarios. Y lamentablemente, muchos de ellos no se han desarrollado a la par de los avances médicos en general.
Entre ellos destacan la disminución del recambio proteico, ciertas modificaciones que participan en la rigidización de los tejidos y acumulación de enlaces cruzados de proteínas. Además de ello, diversos estudios señalan que la formación de productos avanzados de la reacción de Maillard inciden sobre diversas patologías relacionadas con la edad.
Procesos patogénicos ocasionados por la reacción de Maillard
La cocción de alimentos a altas temperaturas en calor seco ocasiona modificaciones organolépticas que los torna muy apetecibles y adictivos. Ello se debe fundamentalmente a la reacción de Maillard o glicación.
Ocurre cuando se cocinan o se calientan alimentos, que contienen proteínas y azúcares. Durante este proceso los azúcares y proteínas se combinan y producen una serie de compuestos aromáticos que dan sabor, aroma y color a los alimentos.
Por ejemplo, cuando se cocina una hamburguesa o se tuesta el pan, la reacción de Maillard se produce y da lugar a una capa dorada y crujiente en la superficie, así como a un sabor distintivo en el interior. La reacción de Maillard también ocurre en otros alimentos como las patatas fritas y café tostado.
Aparte de los cambios físicos, se producen modificaciones estructurales a nivel químico, dando como resultado ciertos aductos denominados glicotoxinas. Sin embargo, aparte de la glicación exógena que se produce durante la cocción de los alimentos, existe otra producida internamente.
Ella es conocida como glicación in situ, y se produce a nivel intestinal durante el proceso digestivo. Este efecto se produce cuando ciertos alimentos se combinan entre sí al ser ingeridos.
Vale destacar, que la industria alimentaria a partir de la década del 70 comenzó a remplazar la sacarosa por fructosa. Este compuesto es más reactivo que la glucosa, ocasionando incrementos de productos de glicación en alimentos procesados y bebidas gaseosas.
Los efectos negativos de los productos de glicación han sido muy bien estudiados. Estos incluyen un incremento de los procesos inflamatorios y estrés oxidativo. Ello contribuye en gran medida en la presencia de diversas enfermedades crónicas, procesos neurodegenerativos y envejecimiento prematuro.
Subproductos nocivos producidos por la reacción de Maillard
La ciencia, ha investigado a profundidad ciertos compuestos generados por efecto de la reacción de Maillard. Dentro de ellos resaltan, la acrilamida y el furán, potencialmente relacionados con el incremento del riesgo cancerígeno. Además de ello, según estudios realizados hasta ahora, la acrilamida ha mostrado efectos negativos a nivel genético y neurológico.
Por ello, diversos organismos internacionales se han involucrado en la elaboración de ciertas medidas de control para evitar riesgos alimentarios. Dentro de los principales alimentos detectados hasta ahora destacan cereales, chocolates, café instantáneo, tortas, galletas y papas fritas.
Es importante mencionar, que las glicotoxinas poseen la particularidad de activar ciertos receptores específicos. Asimismo, incide sobre la producción de citoquinas proinflamatorias como proteína C reactiva, factor de necrosis tumoral y algunas interleucinas.
De acuerdo a los estudios se ha comprobado, que esto ocasiona una alteración de la vitalidad y permeabilidad celular. Incluso, la interacción de las glicotoxinas con sus receptores ocasiona diversos efectos biológicos negativos, incluyendo la producción de radicales libres.
Cabe destacar, que los radicales libres estimulan la producción de plaquetas, provocando procesos de trombosis. Los procesos proinflamatorios aunados a la trombosis y aterosclerosis ocasionan importantes daños a nivel orgánico.
Ello incluye efectos a nivel hepático, renal, cerebral y ocular, produciendo daños en los cartílagos, tendones y piel.
¿Cómo preservar la salud ante este descalabro alimentario mundial?
Lo que he mostrado hasta ahora solo representa una pequeña porción de los agentes que día a día atentan contra la integridad del organismo. Se sabe, que en nuestro cuerpo existen ciertos compuestos antioxidantes capaces de proteger las células de las glicotoxinas.
No obstante en la naturaleza, especialmente en muchas plantas, existen diversas sustancias con una gran capacidad antioxidante. Dichos compuestos pueden ser incorporados en nuestra dieta, y protegernos de los efectos negativos que ocasionan los productos iniciales de glicación.
Dentro de estos compuestos destacan ciertas vitaminas como el tocoferol (vitamina E), ácido ascórbico (vitamina C) y retinol (vitamina A). Ello incluye además, ciertos compuestos fitoquímicos como las luteínas, indoles, licopenos y flavonoides.
Se sabe también, que algunos de estos compuestos poseen efectos antiiinflamatorios. De hecho, muchos de ellos se encuentran en frutas frescas y verduras, vino tinto y té verde.
Generalidades acerca del té verde
El té se considera una de las bebidas más consumidas a nivel mundial. El mismo se obtiene a partir de la planta cuyo nombre botánico es Camellia sinensis, y es consumido a nivel mundial principalmente como té negro, oolong y verde. Sin embargo, los mayores efectos benéficos sobre la salud, los proporciona el té verde.
Las investigaciones realizadas hasta ahora muestran, que el té posee una gran cantidad de compuestos saludables y farmacológicamente activos.
Vale destacar, que desde principios del siglo XIX hasta los momentos, se han identificado más de 500 compuestos. Ello incluye más de 400 sustancias de origen orgánico y más de 40 inorgánicas. De acuerdo a los expertos, dado que el té verde no es fermentado, conserva intactos todos los compuestos originales.
Es importante resaltar, que el té verde fue el primero en ser descubierto y su fabricación no incluye procesos de fermentación. Por ello, es capaz de conservar una mayor cantidad de sustancias naturales, incluyendo una menor pérdida de vitaminas.
Esto le confiere sus características definidas como: “sopa clara con hojas verdes y fuerte convergencia de sabor”.
¿Cuáles son los componentes del té verde?
De acuerdo a los investigadores, se considera que la composición del té verde es compleja. El mismo está conformado por:
- Proteínas (15-20% de su peso seco)
- Aminoácidos (1-4% de peso seco): aquí se incluye la treonina, arginina, lisina, serina, ácido aspártico, tirosina, valina, ácido glutámico, triptófano, glicina, leucina y teanina
- Carbohidratos (5-7% de su peso seco): representado por la celulosa, glucosa, fructosa, sacarosa y pectinas. La infusión de té es ligeramente dulce. Ello se debe a la presencia de pequeñas fracciones de monosacáridos y disacáridos (tales como sacarosa, fructosa y galactosa).
- Minerales y oligoelementos (5% de su peso seco): destacan entre ellos, el manganeso, hierro, cobre, zinc, molibdeno, selenio, sodio, fósforo, cobalto, estroncio, níquel, potasio, flúor aluminio, calcio, magnesio y cromo
- Pequeñas proporciones de lípidos: principalmente ácidos linoleico y α-linolénico
- Esteroles: principalmente estigmasterol
- Vitaminas: a saber, B, C y E
- Alcaloides o metilxantinas (3-4%): ello incluye cafeína, teofilina y teobromina
- Polifenoles: representados por antocianinas, flavonoides, ácidos fenólicos y catequinas.
- Sustancias aromáticas: ello incluye una serie de compuestos volátiles, tales como aldehídos, ésteres, hidrocarburos, lactonas y alcoholes
- Ácidos orgánicos: dentro de ellos destacan los ácidos tartárico, málico, oxálico, láctico, cítrico, succínico y ascórbico
- Pigmentos: representados por clorofila y carotenoides.
Propiedades del té verde
Debido a la enorme proporción de compuestos bioactivos y nutricionales presentes en el té verde, el mismo exhibe una serie de propiedades importantes para la salud. Dentro de ellas destacan:
- Antioxidante
- Anticancerígeno
- Antidiabético
- Antibacterial
- Antiprotozoario (Leihsmania)
- Antiviral
- Diurético
- Inmunoprotector
- Neuroprotector
- Osteoprotector.
El té verde como alternativa antiedad
El té verde contiene un poderoso antioxidante llamado EGCG (alato de epigalocaequino) el cual permite combatir los daños en el ADN que son provocados por los rayos UV. Es un potente ingrediente antiedad, combate los signos de la edad al consumirlo.
A nivel celular se ha logrado demostrar, que las catequinas del té verde pueden ejercer su efecto a nivel molecular. Ello incluye su participación en ciertos factores de transcripción reguladores, sensores de señalización de nutrientes, así como las vías de proliferación celular.
También se ha demostrado, que los polifenoles del té influyen en las modificaciones postraduccionales de las proteínas celulares. Es decir, favorecen que se produzca su funcionalidad definitiva, pudiendo influir sobre la actividad de muchas enzimas.
Los polifenoles del té verde también permite controlar los radicales libres que provocan el estrés oxidativo y degeneración celular. Estos aceleran el proceso de envejecimiento de la piel. Los antioxidantes combaten el exceso de radicales libres acumulados en el organismo.
Debemos destacar además, que los polifenoles del té verde poseen la capacidad de influir sobre los cambios epigenéticos aberrantes (degradación en la organización y regulación del ADN). Este efecto ha sido observado en la respuesta y función celular de diversos tipos de células, tanto en condiciones normales como en la enfermedad.
Por otro lado, el antioxidante EGCG contenido en el té verde es rico en:
- Vitamina C: antioxidante que contribuye con la salud de la piel y a la formación de colágeno
- Vitamina B2: ayuda a mantener la piel sana
- Vitamina E: antioxidante que contribuye a impulsar la regeneración celular.
Un estudio reciente avala la reversión del envejecimiento
Es importante señalar, que no existe una fórmula para la eterna juventud, sin embargo, un estudio reciente señala que los cambios epigenéticos son reversibles. Dicho estudio internacional llevado a cabo a lo largo de trece años, logró demostrar por primera vez un hallazgo impactante.
Este estudio mostró, que “la degradación del modo en que se organiza y regula el ADN” (denominado epigenética) puede detonar el envejecimiento de un organismo. Incluso, esto podría ocurrir de forma independiente de los cambios en el propio código genético.
Mediante este trabajo se logró demostrar, que un fallo en la información epigenética puede ocasionar el envejecimiento. Incluso al restaurar la integridad del epigenoma, se revierten los signos de envejecimiento.
Sería muy ambicioso pretender, que consumiendo té verde nos haremos más jóvenes de forma instantánea. No obstante, una de las conclusiones científicas es que pueden existir otras formas de manipular el epigenoma.
Ello incluye medicamentos y sustancias químicas de moléculas pequeñas que induzcan un estrés suave. Esto bien podría lograrse mediante el consumo de té verde, logrando incorporar en la dieta sus compuestos bioactivos.
De hecho, un estudio realizado el 2011 ya había mencionado que ciertos compuestos presentes en el té verde con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes pueden evitar la erosión de los telómeros. Ellos constituyen los extremos de los cromosomas, formando parte del ADN.
De hecho, cuando los telómeros son tan pequeños que ya no pueden proteger el ADN, las células dejan de reproducirse y se inicia un proceso de envejecimiento. Por ello, la longitud de los telómeros es considerada un biomarcador de envejecimiento.
Concluyendo
De acuerdo a lo mostrado, se pudo apreciar que el té verde es el tipo de té que presenta la mayor cantidad de compuestos bioactivos. Ello indudablemente está relacionado con la forma en que el mismo se elabora. Cabe destacar, que al no ser sometido a procesos de fermentación, mantiene intactos todos sus nutrientes y compuestos bioactivos.
El té verde es el primer té descubierto y los estudios realizados hasta ahora indican, que posee una serie de efectos benéficos sobre diversos sistemas corporales.
De hecho se ha podido corroborar, que gracias a ciertos compuestos antioxidantes puede lograr sus efectos protectores sobre el metabolismo corporal. De esta forma, se puede afirmar que los polifenoles del té verde poseen la capacidad de influir sobre los cambios epigenéticos.
Como se mencionó, los cambios epigenéticos poseen una elevada cuota de participación en el proceso de envejecimiento. Y gracias a diversos estudios se ha podido demostrar, que el té verde puede evitar la erosión de los telómeros, ralentizando el proceso de envejecimiento.
Como se dijo, los telómeros constituyen los extremos de los cromosomas, formando parte del ADN. Sin embargo, cuando se deterioran y se hacen pequeños no logran proteger el ADN y las células dejan de reproducirse.
Esto ocasiona un proceso de envejecimiento, que es posible evitar incluyendo el té verde en nuestra dieta. Incluso, logra mantener una adecuada actividad cerebral.
Para Bertha la información recibida, la cual comparto en el post, fue muy estimulante. De hecho, cuando se comunicó conmigo, se mostró muy agradecida por compartir con ella, las bondades del té verde en la prevención de la vejez.
De hecho me comentó emocionada, que también su esposo se animó a acompañarla en esta aventura contra el envejecimiento prematuro.
“Un desequilibrio entre los antioxidantes y las especies reactivas del oxígeno provoca estrés oxidativo, lo que conduce a daños celulares. Se cree que las catequinas ayudan a proteger contra estas enfermedades al contribuir, junto con las vitaminas antioxidantes (es decir, las vitaminas C y E) y las enzimas (es decir, la superóxido dismutasa y la catalasa), al sistema de defensa antioxidante total”
Sabu M Chacko
NPO Laboratorio Internacional de Bioquímica
Nagoya, Japón
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