De acuerdo a las estimaciones, hasta el 80% de las personas experimentarán acné en algún momento de su vida. Existen diversos fármacos empleados para esta patología, uno de los más usuales es el peróxido de benzoilo (BPO). Este fármaco ha mostrado resultados aceptables sobre la reducción del acné, sin embargo, produce ardor, eritema y descamación.
Por ello se han buscado otros agentes, que ocasionen menos efectos adversos, dentro de ellos destaca el ácido láurico.
De este tema, que afecta a muchas personas, les voy a hablar a solicitud de Rebecca, una seguidora de Arizona. Ella se comunicó comigo a fin de que le instruyera acerca del aceite de coco.
Rebecca me explicó, que una compañera de trabajo le estuvo comentando que el aceite de coco era empleado para la salud de la piel, incluyendo el combate del acné. Ella a esto le pareció contradictorio, pero su amiga insistió en que el aceite de coco contenía ciertos compuestos beneficiosos.
A fin de aclarar con mayor precisión acerca de esta información, Rebecca decidió comunicarse conmigo. Ella quería corroborar si era cierto lo de los beneficios del aceite de coco sobre la piel y acné.
Desde hace tiempo he investigado acerca de ciertos compuestos presentes en el aceite y agua de coco. Ello me ha permitido, desarrollar ciertos productos como el ELIXIR DREAM BODY BUTTER CREAM y ELIXIR 44.
Así, mediante el empleo de la información que he logrado profundizar, incluyendo algunas actualizaciones, le preparé un documento sobre las generalidades del aceite de coco y sus componentes.
De hecho, resalté uno de sus componentes muy estudiado últimamente: el ácido láurico. Al considerar que cada día se realizan más estudios acerca de este compuesto, decidí compartir esta información en mi página.
Algunas generalidades acerca del acné
De acuerdo a los especialistas, el acné vulgar es el trastorno más común que se presenta en la piel humana. Se ha determinado, que puede afectar hasta al 80% de las personas a lo largo de su vida. El acné se caracteriza por la presencia de una serie de síntomas que incluyen:
- Punto blanco (poro tapado con grasa, piel muerta y bacterias que permanece cerrado)
- Punto negro (poro tapado con grasa, piel muerta y bacterias que permanece abierto)
- Nódulo (bulto grande, sólido y doloroso debajo de la piel)
- Pápulas (pequeño bulto elevado y sólido en la piel con un borde definido, son de color rojo y sensibles)
- Pústulas (pápulas con pus en la superficie)
- Lesiones quísticas (bultos dolorosos con presencia de pus debajo de la piel).
Las lesiones quísticas del acné son las que producen mayores niveles de estrés y efectos psicológicos negativos. Ello se debe a su potencialidad para el desarrollo de cicatrices.
De acuerdo a los Institutos Nacionales de Salud, dentro de las principales causas del acné destacan:
- Elevada producción de grasa en el folículo piloso
- Acumulación de células muertas y crecimiento de bacterias en el folículo piloso.
De acuerdo a los estudios, el Propionibacterium acnes se clasifica como una bacteria anaerobia Gram-positiva. Esta bacteria habita de forma natural en los folículos pilosebáceos de la piel. Sin embargo, cuando se multiplica en exceso y coloniza el folículo, ocasiona procesos inflamatorios.
Según los expertos, este efecto se debe a ciertas reacciones producidas por nuestro cuerpo donde participan células del sistema inmune. Entre ellas los neutrófilos, linfocitos y monocitos.
Esta reacción obedece principalmente a una respuesta frente a ciertos factores quimioactivos producidos por esta bacteria. Entre ellos destacan ciertas citocinas proinflamatorias como las interleucinas y el factor de necrosis tumoral-alfa.
Ejemplos de factores que pueden agravar el acné
Muchas personas asumen, que el acné es una condición propia de los adolescentes, sin embargo, puede aparecer en cualquier momento. De acuerdo a los expertos, existen una serie de factores, que pueden propiciar la aparición del acné o empeorar el que ya se encuentra.
Practica de dietas poco saludables
Desde un tiempo para acá, se ha profundizado en los efectos de los alimentos sobre la salud general del cuerpo. Por ello, cuando se ingieren altos niveles de carbohidratos (por ejemplo, alimentos de panadería y repostería, además de pastas) se producen desequilibrios con los niveles de glucosa e insulina.
De acuerdo a ciertas investigaciones se ha observado, que la insulina afecta a las hormonas andrógenas. Ello ocasiona un desarrollo excesivo de las glándulas sebáceas, favoreciendo el incremento de la grasa cutánea.
Se sabe además, que ciertos alimentos proinflamatorios como alimentos fritos y salados, o ricos en azúcares y almidones, empeoran la condición del acné existente. Ello se debe a ciertas sustancias generadas por el sistema inmune.
Empleo de ciertos medicamentos
De acuerdo a los expertos, ciertos medicamentos acarrean el agravamiento de las lesiones producidas por el acné. Dentro de ellos podemos mencionar los corticosteroides, ciertos antidepresivos, litio y ciertos tratamientos hormonales con estrógeno y testosterona.
Modificaciones o fluctuaciones hormonales
Muchos de los cambios hormonales que ocurren en la etapa de la adolescencia, inciden fuertemente sobre el acné en adolescentes. Sin embargo, debemos recordar que en otras etapas de la vida también ocurren ciertas fluctuaciones hormonales. A saber, durante la transición a la menopausia y en el embarazo.
De hecho, las fluctuaciones de las hormonas andrógenas como la testosterona inciden sobre el incremento de las glándulas sebáceas y la producción de grasa en la piel.
Estrés crónico
Se ha establecido, que el estrés crónico propicia un incremento de los niveles de hormonas como el cortisol. Esta hormona, incide sobre el envío de mensajes contradictorios a la piel. Esto produce una saturación en el funcionamiento de las glándulas sebáceas, propiciando condiciones perfectas para desencadenar brotes de acné.
Debemos recordar, que la piel de las personas adultas tiende a acumular mayor cantidad de células muertas. Esto se debe a que el recambio natural de las células se ralentiza en la medida que pasan los años. Se sabe además, que el cortisol disminuye la producción de ácido hialurónico.
Ello deshidrata la piel, provocando una producción excesiva de sebo, el sustrato que permite que crezca la bacteria P. acnes. Este efecto se ve también reforzado por la hormona liberadora de corticotropina (CRH). Se ha establecido, que esta hormona CRH afecta a los receptores de las glándulas productoras de grasa de la piel.
Antecedentes familiares
Lamentablemente se ha detectado, que algunos casos de acné son inevitables debido a la carga genética. Por ello, si tus padres padecieron acné de forma recurrente, existe una alta probabilidad de que también lo padezcas.
Generalidades acerca del aceite de coco
El nombre científico de la planta de cocotero es Cocos nucífera, perteneciente a la familia Arecácea. A esta extensa familia de palmeras también pertenecen, la palma aceitera, palma datilera y ratán.
El aceite de coco es extraído a partir de la almendra o carne de los frutos maduros de la palma de coco. El aceite de coco, está formado por una serie de ácidos grasos libres. Entre ellos destacan el ácido láurico, el cual representa el 49% del contenido del aceite de coco.
Luego le siguen en importancia los siguientes ácidos grasos: mirístico, palmítico, caprílico cáprico, oleico, linoleico y esteárico.
Estudios realizados hasta ahora demuestran, que el aceite de coco es tan eficaz y seguro como el aceite mineral cuando se emplea en la hidratación de la xerosis de leve a moderada.
Un estudio realizado en pacientes pediátricos con dermatitis atópica de leve a moderada demostró los beneficios del aceite de coco. Se empleó aceite de coco virgen, y se observó una disminución significativa de la gravedad de la enfermedad.
Los investigadores observaron una mejora del índice de la enfermedad y de la función barrera. Además de ello, se observó que las aplicaciones tópicas de aceite de coco virgen promueven la cicatrización al lograr acelerar la epitelización. Algunos estudios también han logrado mostrar el incremento de la síntesis, y el recambio de colágeno en las heridas.
También se ha observado una mayor producción de fibroblastos, y un incremento de la vascularización (desarrollo de vasos sanguíneos nuevos). De hecho se ha observado, que el aceite de coco contribuye a mejorar la función barrera de la piel.
Incluso se observó, que quienes empleaban el aceite de forma tópica presentaban una mayor protección frente a la radiación ultravioleta.
Compuestos bioactivos y beneficios del aceite de coco
De acuerdo a los análisis realizados hasta ahora, de todos los componentes ácidos del aceite de coco, la monolaurina ha demostrado tener mucha importancia. Los expertos han determinado, que la monolaurina es un monoglicérido derivado del ácido láurico. Como se mostró anteriormente, el ácido láurico constituye casi el 50% del contenido graso del coco.
Según lo estudiado, la monolaurina presenta una importante actividad antimicrobiana. Ello le permite desnaturalizar la membrana de ciertas bacterias recubiertas de lípidos. Entre ellas destacan Staphylococcus aureus, Staphylococcus epidermidis y Propionibacterium acnes.
De hecho se determinó, que el aceite de coco aplicado en concentraciones del 5 al 40% puede controlar otras bacterias como Proteus vulgaris, Escherichia coli Pseudomonas aeruginosa y Bacillus subtilis.
Incluso se determinó, que la monolaurina posee una fuerte actividad antiviral y antifúngica.
Gracias a los compuestos bioactivos del aceite de coco, se logran los siguientes beneficios:
- Posee un efecto hidratante al aplicarlo sobre la piel. Esto permite disminuir la reducción de la sequedad y el picor de la piel.
- Evita y combate infecciones cutáneas. A saber, foliculitis, pie de atleta y acné
- Favorece la eliminación de impurezas y alivia la irritación de la piel
- Establece una barrera, que logra brindar un efecto protector sobre ciertos agentes ambientales como contaminantes, toxinas ambientales, polvo y contaminantes.
- Proporciona efectos calmantes y suavizantes sobre la irritación
- Evita el enrojecimiento y produce mejorías sobre la textura de la piel
- Coadyuva en la disminución de los signos de envejecimiento prematuro, incluyendo su efecto sobre las líneas de expresión. Ello se debe, a su alto efecto antioxidante
- Se absorbe adecuadamente a través de la piel, favoreciendo una rápida protección e hidratación
- Puede emplearse junto con otros compuestos (sal granulada, azúcar moreno o avena), como una base para realizar un exfoliante natural.
Combatiendo el acné
Diversas investigaciones han detectado, que al emplear agentes antimicrobianos se produce una mejoría clínica del acné. Ello se debe, a una disminución de la población de P. acnes a nivel del folículo piloso. Muchos de estos compuestos se han venido empleando a lo largo de varias décadas.
El más destacado como tratamiento de primera línea para quienes padecen acné leve a moderado, es el peróxido de benzoilo. Este compuesto también se emplea combinado con agentes antibióticos y con la isotretinoina, un retinoide derivado de la vitamina A.
De acuerdo a los expertos, una de las principales propiedades del peróxido de benzoilo, es su actividad antibacteriana. Sin embargo, este fármaco también presenta propiedades antiinflamatorias y anticomedogénicas leves (evitan el exceso de producción de sebo y no obstruyen los poros).
Desde hace mucho tiempo se ha logrado estudiar la autodesinfección de la superficie de la piel. Esto ocurre principalmente debido a la actividad ciertos ácidos grasos libres (AGL) y una serie de péptidos antimicrobianos.
Dichos AGL son secretados por las glándulas sebáceas en forma de triglicéridos del sebo. Sin embargo, debido a ciertos procesos de hidrolización, realizada por compuestos presentes en las bacterias que habitan en la piel, dichos compuestos son liberados, incluyendo también el P. acnes.
Según los estudios, algunos AGL han demostrado una importante actividad antibacteriana, en especial contra ciertas bacterias Gram-positivas. Dentro de estos componentes presentes en el sebo destaca el ácido láurico, saturado con mayor potencia antibacteriana.
Algunos estudios demuestran, que el ácido láurico posee una mayor actividad antimicrobiana en comparación con el peróxido de benzoilo (BPO) contra las bacterias de la piel, incluyendo el P. acnes.
El ácido láurico y su potencial para combatir el acné
De acuerdo a las investigaciones realizadas hasta ahora se ha logrado, demostrar que el ácido láurico es un potente bactericida. Sin embargo, no se había demostrado su efecto al emplearse como antibiótico natural contra la bacteria causante del acné.
Así, mediante un estudio publicado en The Journal of Investigative Dermatology el 2009, esto se logró corroborar. Mediante este estudio se logró evaluar la propiedad antimicrobiana del ácido láurico contra el P. acnes.
Este estudio contempló el cultivo de bacterias cutáneas en laboratorio, además del control de las mismas en tejido vivo. Dentro de las bacterias estudiadas se mencionan: P. acnes, Staphylococcus aureus y Staphylococcus epidermidis.
De acuerdo a los estudios se evaluó el efecto del ácido láurico (AL) y del BPO. Según los resultados, el AL mostró valores de concentración inhibitoria mínima (CIM) sobre el crecimiento bacteriano, quince veces más bajo que el BPO. Esto significa, que las propiedades antimicrobianas del ácido láurico son más potentes que las del BPO.
Este estudio también evaluó un parámetro denominado mitad de la concentración efectiva máxima (EC50). Este estudio adicional evaluó el efecto del ácido láurico sobre el crecimiento de las bacterias antes mencionadas. Los resultados obtenidos muestran, que el P. acnes es la bacteria más sensible al ácido láurico entre todas las estudiadas.
Estos resultados resaltan el potencial del uso del ácido láurico como tratamiento alternativo para la terapia antibiótica del acné vulgar.
Otros estudios realizados empleando mamíferos de laboratorio corroboraron, que el ácido láurico es incluso más potente que el ácido cáprico. Esto se verificó mediante la reducción de microabcesos, además de ciertas citocinas proinflamatorias.
Asimismo se constató, que el ácido láurico posee actividades bactericida y antiinflamatoria contra P. acnes.
Concluyendo
Desde hace mucho tiempo se han venido empleando algunos agentes “clásicos” para el control del acné. Muchos de ellos ocasionan la presencia de eritema, irritación, descamación, fotosensibilización y prurito. Todos estos efectos, en ocasiones complican los daños ocasionados por el acné y producen efectos psicológicos negativos.
Gracias a la ciencia se ha logrado determinar, que el sebo que produce nuestra piel de forma natural, contiene una serie de ácidos grasos libres (AGL). Desde hace tiempo se ha estudiado la autodesinfección de la piel mediante los AGL y ciertos péptidos antimicrobianos.
Dichos AGL son secretados por las glándulas sebáceas, inicialmente en forma de triglicéridos. Luego por efecto de ciertos compuestos bacterianos son liberados los AGL, siendo uno de los más destacados el ácido láurico.
Ahora bien, habiendo estudiado que este ácido se encuentra presente en el aceite de coco, se abren ciertas oportunidades. Es decir, aprovechar que el aceite de coco presenta casi un 50% de ácido láurico, el cual al transformarse en monolaurina ejerce una potente actividad antimicrobiana.
Todo esto ha sido corroborado mediante ciertos estudios, incluso se observó que el ácido láurico presenta una actividad bactericida superior a tratamientos antibióticos tradicionales como el peróxido de benzoilo.
Su gran ventaja, es la de no presentar efectos adversos. Por ello se han desarrollado últimamente una serie de cosméticos y productos, que contienen ácido láurico.
Para Rebecca el material recibido, el cual comparto en el post, fue de mucha utilidad. Ella me comentó, que le asombró que una sustancia grasosa, pudiera favorecer el combate del acné.
Me dijo además, que aunque ella afortunadamente no tiene acné, decidió incorporar en su rutina de belleza algunos de mis productos formulados con compuestos naturales extraídos del coco. Ella lo consideró una forma de mantener la integridad y lozanía de su piel.
“El ácido láurico se encuentra en diversas grasas vegetales y animales. También es un componente importante del aceite de coco y del aceite de palmiste. Este ácido graso de origen natural es uno de los principales componentes de muchos productos para el cuidado de la piel, sobre todo de los formulados con ingredientes naturales.”
Dra. Mrunal Shah Modi, Dermatólogo y Tricólogo
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