¿Podría La Oxitocina Ayudar A Reparar El Corazón Tras Una Lesión?

Posiblemente muchas personas no la conozcan por el nombre empleado por los médicos, pero probablemente si han escuchado acerca de la hormona del amor. Se trata de la oxitocina, la sustancia responsable de la creación de vínculos sociales.

Dicha hormona ha venido ganando terreno en diversas investigaciones científicas, y en un estudio reciente se logró establecer su posible efecto sobre lesiones del corazón.

De este novedoso tema les hablaré a solicitud de Cynthia, una seguidora de Mississippi. Ella decidió contactarme a raíz de una noticia, que escuchó en la radio.

Ello le llamó la atención porque escuchó, que una hormona producida en nuestro cuerpo podría mejorar ciertas condiciones del corazón. Para Cynthia esto constituyó una revelación alentadora, pues su esposo sufrió de un infarto a mediados del verano.

A pesar de que su esposo se logró recuperar satisfactoriamente, los medicamentos le han producido ciertos procesos de debilidad y trastornos de sueño. Cynthia decidió comunicarse conmigo, a fin de que le corroborara la veracidad de la noticia que había escuchado.

Sé muy bien, que tener alguien cercano con problemas cardíacos ocasiona mucha angustia. Por ello, elaboré un dossier donde le destaqué las generalidades de la oxitocina y los estudios realizados hasta ahora.

Las investigaciones con la oxitocina aún deben ser profundizadas, sin embargo, consideré importante compartir esta valiosa información en mi página.

Conociendo acerca de la oxitocina

De acuerdo a los expertos, la oxitocina es una hormona producida naturalmente cuya función es la de coadyuvar ciertos procesos fundamentales de los sistemas reproductivos femenino y masculino.

Conociendo acerca de la oxitocina

Ello incluye el parto y la lactancia, además de ciertos aspectos de la conducta. Hasta donde se sabe la oxitocina es producida en el hipotálamo, sin embargo, es almacenada en la glándula pituitaria posterior y liberada posteriormente en el torrente sanguíneo.

Cabe señalar, que las hormonas son sustancias químicas responsables de direccionar diferentes funciones corporales. Esto lo realizan transmitiendo ciertos mensajes químicos mediante la sangre a diferentes órganos, músculos y otros tejidos.

Mediante estos mensajes se le indica al cuerpo que funciones realizar, además de cuándo debe hacerlas.

De acuerdo a la ciencia, el hipotálamo es la parte de nuestro cerebro responsable de controlar ciertas funciones importantes. Dentro de ellas destacan, el ritmo cardíaco, tensión arterial, temperatura corporal y digestión.

Cabe destacar, que la hipófisis es una glándula endocrina del tamaño de un guisante. Ella se encuentra situada en la base del cerebro, debajo del hipotálamo.

La oxitocina (Oxt) es considerada una hormona no peptídica. Ha sido reconocida por su destacado rol en el proceso de lactancia, y también en el parto.

De hecho, sus propiedades estimulantes de la contracción uterina fueron descritas desde 1906 y medio siglo después se logró establecer la secuencia de esta hormona. De acuerdo a las investigaciones, se detectaron diversas funciones periféricas vinculadas a la reproducción.

Vale destacar, que solo en las últimas décadas la investigación sobre esta hormona hizo hincapié en las funciones de la misma sobre el cerebro. Incluso se logró establecer, que la oxitocina se produce en ciertas neuronas ubicadas en núcleos específicos del hipotálamo.

De acuerdo a las investigaciones, la Oxt facilita las interacciones sociales, comportamiento maternal y comportamiento sexual.

Funciones más estudiadas acerca de la oxitocina

De acuerdo a los especialistas, la oxitocina posee dos principales funciones físicas. Ellas son el estímulo de las contracciones uterinas durante el parto, y el estímulo de las contracciones del tejido mamario que favorecen la lactancia posterior al parto.

Asimismo, esta hormona funciona como un mensajero químico cerebral. Esto permite, que juegue un papel importante sobre diversas conductas e interacciones sociales. Dentro de ellas destacan:

  • Excitación sexual
  • Confianza
  • Apego romántico
  • Vínculo entre padres e hijos.

La indispensabilidad de esta hormona sobre la facilitación de la socialización ha traído como consecuencia, que se denomine coloquialmente la hormona del amor.

Dentro de las características relevantes de esta hormona, destacan la forma en que se distribuye periféricamente por el torrente sanguíneo, y su rol como neurotransmisor del sistema nervioso central.

Ello contribuye, a que las funciones de esta hormona sean diferentes de acuerdo a su distribución (centralizada o periférica). De esta forma se ha establecido, que a nivel periférico la oxitocina actúa como hormona.

Esta función le permite regular las contracciones uterinas del músculo liso durante el parto. Además de la secreción de leche durante la lactancia por efecto de la contracción de las células mioepiteliales.

Según los especialistas, la oxitocina que se distribuye de forma periférica es sintetizada en ciertas neuronas presentes en el hipotálamo. Se ha determinado igualmente, que dicha oxitocina periférica no posee la capacidad de cruzar la barrera hematoencefálica.

Ello significa, que cuando es liberada en la sangre ya no puede actuar de forma centralizada. Se ha observado, que el efecto de la oxitocina a nivel periférico conlleva ciertos efectos como el control de reflejos neuroendocrinos a nivel de todo nuestro organismo.

Investigaciones recientes revelan otras propiedades acerca de la oxitocina

Según los estudios realizados hasta ahora, se sabe que los efectos de la oxitocina a nivel cerebral son bastante complejos. De hecho se han realizado investigaciones, que permiten establecer el papel de la oxitocina en diversas condiciones.

Investigaciones recientes revelan otras propiedades acerca de la oxitocina

Dentro de ellas se incluyen la adicción, anorexia, trastorno del espectro autista, ansiedad, trastorno de estrés postraumático y depresión.

Un estudio publicado el 2020 en Frontiers in Psychology mostró, que la oxitocina también protege el sistema cardiovascular de lesiones. Este efecto se produce gracias a la reducción de la tensión arterial, procesos inflamatorios y difusión de radicales libres.

De acuerdo a diversas investigaciones, los radicales libres constituyen un subproducto reactivo del metabolismo celular normal.

Vale destacar, que un estudio publicado en septiembre de 2022 en Frontiers in Cell and Developmental Biology marcó un nuevo rumbo con respecto a las propiedades de la oxitocina.

Según los investigadores responsables de este estudio, el corazón posee una capacidad muy limitada para reparar o sustituir el tejido dañado o muerto.

No obstante, de acuerdo a investigaciones anteriores, se logró visualizar que cuando el corazón recibe una lesión (por ejemplo, un infarto) las células más externas sufren ciertas modificaciones.

Dichas células forman parte de la membrana más externa denominada epicardio, y luego de la lesión logran descender a la capa de tejido cardíaco donde se encuentra la zona muscular.

Tales células logran transformarse en células semejantes a las células madre, convirtiéndose posteriormente en diversos tipos de células cardíacas. Ello incluye los cardiomiocitos (células musculares cardíacas).

Todo este proceso descrito, ha sido estudiado mayormente a nivel de laboratorio. Sin embargo, existen indicios que muestran que también podría ocurrir en humanos adultos. Pero hasta ahora este proceso se ha percibido muy ineficaz.

De hecho incluye muy pocas células, no permitiendo la regeneración efectiva del tejido cardíaco, posterior a un infarto.

La oxitocina en la mira de los investigadores

Este último estudio destaca otro posible beneficio de la oxitocina. Por medio de ella, los cardiomiocitos lesionados y deteriorados podrían ser sustituidos.

Este estudio se realizó empleando peces cebra y células humanas, y permitió descubrir que la oxitocina puede regenerar el tejido lesionado del corazón.

Mediante el mismo los científicos lograron descubrir, que este proceso regenerativo se podía realizar al emplear células humanas en laboratorio. Para ello, emplearon oxitocina además de otras catorce hormonas producidas en el cerebro.

No obstante, ninguna de las hormonas de éste grupo logró inducir a las células lesionadas a alcanzar el estado necesario para producir nuevos cardiomiocitos.

En vista de estos resultados los investigadores emplearon peces cebra, los cuales poseen una capacidad única para regenerar sus tejidos. Ello incluye, el sistema óseo, sistema cardiovascular y cerebro.

En este estudio, el equipo científico observó un hallazgo impresionante. El mismo consistió, en que a los tres días luego de una lesión cardíaca, los cerebros de estos peces comenzaban a secretar elevados niveles de oxitocina.

De acuerdo a los investigadores, los niveles de esta hormona alcanzaban hasta veinte veces más de lo que producían normalmente antes de la lesión.

Los científicos detectaron, que la hormona llegó al corazón, se conectó a sus receptores y pudo poner en marcha la transformación de las células epicárdicas en nuevos cardiomiocitos.

Mediante estos experimentos se obtuvieron las primeras evidencias, de que la oxitocina es capaz de jugar un papel clave en la reparación del corazón después de una lesión.

De esta forma, al potenciar sus efectos, los científicos estarían en capacidad de desarrollar tratamientos novedosos.

Según los responsables del estudio, este efecto positivo optimizaría la recuperación de las personas afectadas por infartos al miocardio. Ello permitiría reducir los riesgos de padecer futuras insuficiencias cardíacas.

La oxitocina como nueva alternativa para las lesiones cardíacas

Es importante destacar, que los cardiomiocitos suelen destruirse en grandes cantidades cuando se sufre un infarto. Debido a que son células especializadas no poseen la capacidad de reponerse.

A pesar de ello estudios anteriores han podido demostrar, que un cierto número de células del epicardio logran reprogramarse hasta transformarse en células similares a las células madre.

Estas células son denominadas células progenitoras derivadas del epicardio (EpiPC). Ellas, además de regenerar cardiomiocitos, también pueden regenerar otros tipos de células cardíacas.

Lamentablemente, la producción de EpiPCs en los humanos es muy es ineficaz en condiciones naturales. De acuerdo a este estudio de Michigan State University, el pez cebra podría enseñarnos a regenerar corazones más eficientemente.

Desde hace años se sabe, que este pez posee una extraordinaria capacidad para regenerar órganos como el cerebro, retina, órganos internos, huesos y piel. Ellos no sufren infartos y pueden regenerar su corazón cuando han perdido hasta una cuarta parte del mismo.

Esto es posible en parte gracias a la proliferación de cardiomiocitos, pero también a las EpiPC. Los investigadores al preguntarse cómo es que las EpiPC del pez cebra reparan el corazón con tanta eficacia, sospechan de una “bala mágica”.

Según los investigadores, la misma se trata de la oxitocina. Este efecto también se demostró empleando células humanas.

Al explicar este comportamiento los investigadores mencionan que, estos resultados muestran que es probable que la estimulación de la producción de EpiPC por parte de la oxitocina esté conservada evolutivamente en los seres humanos en un grado significativo.

Según los científicos, la oxitocina se emplea ampliamente a nivel clínico por otros motivos. Por ello, su reutilización en pacientes con daños cardíacos no sería ninguna idea descabellada.

De hecho, si solo se lograse al menos la regeneración parcial del corazón los beneficios para las personas afectadas podrían ser enormes.

La oxitocina genera grandes esperanzas en los científicos

Los responsables de este trascendental estudio coincidieron en la importancia de analizar la oxitocina a nivel clínico. Es decir, en seres humanos después de padecer una lesión cardíaca.

La oxitocina genera grandes esperanzas en los científicos

De acuerdo a los expertos, la oxitocina posee una vida corta en la circulación sanguínea. Esto ocasionaría algunos obstáculos para ser empleados en los seres humanos.

Vale destacar, que estos primeros resultados realizados en células humanas permiten inferir, que la oxitocina podría estimular efectos similares en las personas si se administran en el momento y dosis adecuados.

Así, los fármacos diseñados específicamente con una vida media mayor o los que presentan una mayor potencia podrían ser útiles en este contexto.

De allí la importancia de realizar una serie de ensayos preclínicos en animales y clínicos en humanos, para poder obtener avances en firme.

Concluyendo

De acuerdo a lo que se mostró, la oxitocina u hormona del amor posee dos principales funciones físicas.

A saber, el estímulo de las contracciones uterinas durante el parto y el estímulo de las contracciones del tejido mamario para coadyuvar los procesos de lactancia posteriores al parto.

Asimismo, esta hormona funciona como un mensajero químico cerebral. Esto permite, que juegue un papel importante sobre diversas conductas e interacciones sociales

No obstante, la importancia de la oxitocina tomó otros rumbos gracias a estudios realizados en la Universidad de Michigan.

Por medio de estos experimentos se lograron obtener los primeros indicios, de que la oxitocina puede desempeñar un papel clave en la reparación del corazón después de una lesión.

Mediante la potenciación de los efectos de la oxitocina, los científicos podrían desarrollar nuevos tratamientos. Por medio de ellos, se lograría una recuperación más eficiente de los pacientes, luego de sufrir ataques cardíacos.

Igualmente se podría lograr la reducción de los riesgos de padecer futuras insuficiencias cardíacas.

Según los responsables de este estudio, los tratamientos podrían incluir fármacos que contengan oxitocina, además de otras moléculas que posean el potencial de conectarse a los receptores de esta hormona.

Para Cynthia la información recibida, la cual comparto en el post, fue muy alentadora. Ella me manifestó, que se alegró de la veracidad de la noticia que escuchó.

Me agradeció mucho el hecho haber comprendido, que aunque aún faltan muchos pasos para poder lograr un fármaco para los pacientes cardíacos, siente una gran esperanza.

Ella me comentó, que compartió esta información con su esposo, y él también se sintió muy emocionado.

“Lo siguiente que tenemos que hacer es estudiar la oxitocina en humanos después de una lesión cardíaca. La oxitocina tiene una vida corta en la circulación, por lo que sus efectos en los seres humanos podrían verse obstaculizados por ello. Los fármacos diseñados específicamente con una vida media más larga o una mayor potencia podrían ser útiles en este contexto.”

Aitor Aguirre

Profesor asistente del Departamento de Ingeniería Biomédica

Universidad Estatal de Michigan

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