Un Nuevo Biomarcador Permite Diagnosticar Alzhéimer Con Un Análisis De Sangre

Una noticia científica alentadora fue publicada a finales del 2022. De acuerdo a los investigadores responsables de esta innovación médica, esta nueva metodología permitirá la detección temprana de Alzheimer. Así, mediante una sencilla prueba de sangre se abaratarían los costos que actualmente suponen los otros métodos de diagnóstico empleados.

De este tema que preocupa a muchas personas, voy a hablar a solicitud de Marlee, una seguidora de Texas. Ella es una joven muy entusiasta y emprendedora, con licenciatura en educación especial.

Marlee me comentó, que desde que era muy joven se sintió atraída por ayudar a las personas. De hecho, compartir con los adultos mayores ha sido siempre para ella muy gratificante.

Ella me dijo, que hace aproximadamente un año, su abuelo fue diagnosticado con Alzheimer. Eso para su familia fue impactante, pues el siempre procuraba aprender algo nuevo cada día de su vida.

De hecho, trabajó durante muchos años en labor comunitaria con rehabilitación de jóvenes. Para Marlee, la preocupación principal era la posibilidad de que su padre también pudiera heredar esta condición. Por eso me contactó, a fin de que le asesorara en relación a esta enfermedad y si existía la posibilidad de prevenirla.

La duda de Marlee es completamente válida. De hecho, de acuerdo a las investigaciones, la herencia de esta enfermedad podría ocurrir en algún porcentaje.

Muchas personas alrededor del mundo padecen esta enfermedad, por ello consideré importante compartir información sobe algunos elementos acerca de esta enfermedad. Así mismo algunos avances  actuales que se han desarrollado con relación a su detección temprana, aquí en mi blog.

Generalidades acerca de la enfermedad de Alzheimer

Según los CDC (Centros para prevención y control de enfermedades), esta patología es la forma más común de demencia, representando del 60 al 70% de los casos. Muchas personas creen, que la demencia constituye un efecto normal del envejecimiento, sin embargo, no afecta solamente a personas mayores.

De acuerdo a lo estudiado hasta el presente, esta enfermedad inicia con una leve pérdida de la memoria. Esto conllevaría, a la incapacidad para mantener una conversación y responder a quienes están en nuestro entorno.

Según las investigaciones, esto está asociado con las zonas cerebrales que son responsables de dirigir el lenguaje, memoria y pensamiento.

Esta enfermedad podría afectar negativamente las competencias que posee una persona para realizar sus actividades cotidianas. Muchos estudios para profundizar sobre esta enfermedad se realizan continuamente, más aún se desconoce con exactitud su causa.

De acuerdo a los registros, en el 2014 cinco millones de personas en los Estados Unidos padecían de Alzheimer. De acuerdo a los expertos, se cree que esa cifra se triplicará para el 2060.

Generalmente, los síntomas asociados a esta patología suelen presentarse luego de los sesenta años, incrementándose el riesgo con el tiempo.

Vale destacar, que las personas más jóvenes también pueden experimentar Alzheimer, aunque es menos frecuente. Los especialistas han observado que, en personas que tienen 65 años o más, la cantidad de afectados se duplica cada cinco años.

Para la ciencia, no se entiende con exactitud cuál es la causa del Alzheimer. Se cree, que lo que ocasiona la enfermedad es un conjunto de factores. Se piensa, que estos factores pueden afectar de forma diferente a cada persona. De hecho, muchos están seguros que la edad constituye el factor de riesgo más conocido de esta patología.

Incognitas acerca de la causa de esta enfermedad

Según los especialistas, los antecedentes familiares (carga genética) poseen algún rol en la presencia Alzheimer. Incluso se estima, que los cambios a nivel cerebral pueden comenzar a producirse antes de poder observar los primeros síntomas.

En la actualidad, se realizan diversas investigaciones para determinar si la dieta y las condiciones ambientales se asocian al Alzheimer. Incluso se ha comprobado, que los factores de riesgo vinculados a enfermedades cardiovasculares favorecen la propensión a esta enfermedad. Entre ellos destacan la hipertensión y elevados niveles de colesterol.

De hecho, cada vez se recaba mayor evidencia sobre la reducción del riesgo de esta enfermedad al practicar ciertas actividades. Entre ellas, de que las actividades físicas, mentales y sociales podrían reducir el riesgo de tener la enfermedad de Alzheimer.

Cabe destacar, que existen diversas pruebas científicas que demuestran que la actividad física estimula el incremento de la masa cerebral.

Se ha comprobado igualmente, que cuando las personas mayores que se han acostumbrado al sedentarismo y retoman la movilidad o empiezan a caminar regularmente se incrementa el volumen del hipocampo. Esta zona cerebral está asociada con la memoria episódica y memoria espacial.

Los especialistas coinciden en que los problemas de memoria constituyen uno de los primeros efectos negativos de la pérdida cognitiva. De hecho, de acuerdo al Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, el Alzheimer además de causar problemas de memoria puede ocasionar otros inconvenientes. A saber:

  • Dificultad para realizar a cabalidad labores y tareas domésticas cotidianas (incluyendo los hobbies)
  • Extraviarse en lugares conocidos
  • Pérdida de la facultad para hilvanar e intercambiar ideas, repitiendo muchas veces la misma pregunta
  • Imposibilidad para administrar el dinero y cancelar puntualmente los pagos pendientes
  • Disminución o pérdida de criterios propios
  • Tendencia a extraviar objetos personales e incapacidad para volver a ubicarlos
  • Modificación de la personalidad, estado de ánimo o comportamiento.

Formas frecuentes de diagnosticar el Alzheimer

En la actualidad, se emplean diversos métodos y herramientas para establecer si alguien que presenta problemas de memoria posee Alzheimer. Dentro de las herramientas usualmente empleadas para identificar la enfermedad de Alzheimer destacan:

  • Escáneres cerebrales
  • Entrevistas
  • Pruebas de memoria
  • Análisis de sangre y orina
  • Recolección de líquido cefalorraquídeo
  • Evaluaciones psiquiátricas.

Muchos de estos métodos empleados se basan en una serie de parámetros denominados biomarcadores. Se podría decir, que ellos constituyen indicadores mensurables de lo que está ocurriendo en nuestro organismo. Ellos pueden ser medidos en el tejido sanguíneo y otros fluidos corporales, incluso algunos pueden medirse de forma digital.

Los biomarcadores facilitan la identificación de riesgos y el diagnóstico de patologías, además del control frente a los tratamientos farmacológicos. A manera de ejemplo, podríamos mencionar que una alta concentración pueden encontrarse en la sangre, otros fluidos corporales, órganos y tejidos. Algunos incluso pueden medirse digitalmente.

Los biomarcadores pueden ayudar a médicos e investigadores a seguir procesos saludables, diagnosticar enfermedades y otras afecciones, controlar la respuesta a la medicación e identificar riesgos para la salud de una persona.

Por ejemplo, altas concentraciones sanguíneas de colesterol LDL o malo podrían considerarse un biomarcador de riesgo de infarto o ictus.

La tecnología de los biomarcadores ha significado un cambio sustancial para el manejo del Alzheimer. No obstante, a pesar de las exhaustivas investigaciones de las últimas décadas, su causa sigue siendo desconocida. De hecho, en la actualidad no existe ningún tratamiento capaz de revertir o ralentizar la progresión de esta patología.

Incluso se ha determinado, que los medicamentos disponibles en la actualidad solo logran controlar los síntomas. Se ha observado además, que estos fármacos no funcionan en todos los pacientes y pueden ocasionar diversos efectos adversos. De hecho, diversos estudios han revelado la importancia de practicar una dieta y estilo de vida saludable.

Tipos de biomarcadores empleados frecuentemente

Antes de la década de 2000, la única forma segura de saber si una persona padecía Alzheimer era posterior a su muerte, al practicar la autopsia. Sin embargo, el apoyo obtenido mediante las investigaciones permite disponer de biomarcadores asociados a la demencia en personas vivas.

Dentro de los biomarcadores empleados con mayor frecuencia destacan:

  • Tomografía computarizada (TAC): esta técnica permite observar el decrecimiento de ciertas regiones cerebrales, ocasionadas por Alzheimer, coágulos sanguíneos e infecciones. Esto se logra al compararlo con imágenes anteriores del paciente o con las medidas estandarizadas de una persona de igual tamaño y edad
  • Resonancia magnética (RM): esta técnica utiliza campos electromagnéticos y ondas de radio. Al igual que el TAC, las RM pueden demostrar si ciertas zonas del cerebro han disminuido su tamaño. Incluso, la imagen obtenida permite descartar otras causas de modificaciones a nivel de la memoria o acumulación de líquido cerebral
  • Tomografía por emisión de positrones (PET): este procedimiento emplea dosis mínimas de una sustancia radioactiva. Ello permite obtener medidas de la actividad química cerebral y detectar si existen anormalidades. De hecho, la PET logra medir la presencia de placas amiloides, signo asociado a la Enfermedad de Alzheimer.
  • Líquido cefalorraquídeo (LCR): los biomarcadores de LCR empleados más frecuentemente para la enfermedad de Alzheimer miden el beta-amiloide 42, tau y fosfo-tau. Todos estos compuestos son distintivos de la enfermedad de Alzheimer.

Un nuevo biomarcador sanguíneo revoluciona el diagnóstico de Alzheimer

Gracias al empleo de biomarcadores, los científicos están logrando avanzar a paso firme en la identificación de tratamientos y formas de prevención de la demencia. Todos los avances obtenidos hasta ahora, han sido apoyados por la participación voluntaria de miles de personas.

Esto ha sido muy ventajoso, pues han logrado participar personas de diversas edades y etnias. Esto ha permitido la realización de estudios y ensayos aplicables a un amplio número de individuos. Además de garantizar su eficacia y seguridad.

Recientemente, un equipo de neurocientíficos de la Universidad de Pittsburgh y colaboradores internacionales, desarrollaron una prueba novedosa. De acuerdo a los investigadores, esta sencilla prueba podría llegar a reemplazar la dolorosa punción lumbar.

Incluso, también podría evitar la realización de costosas pruebas como la tomografía y resonancia magnética. Este biomarcador fue denominado “tau derivada del cerebro” (BD-tau), y es específico de las neurodegeneraciones relacionadas con el Alzheimer.

Asimismo se ha observado, que logra superar las pruebas sanguíneas de diagnóstico empleadas actualmente. Esta iniciativa permite demostrar, que es posible desarrollar biomarcadores de bajo costo y fáciles de utilizar. Esto permitiría ayudar a millones de personas a comenzar el tratamiento del Alzheimer en etapas más tempranas.

Este biomarcador consiste en un anticuerpo especial capaz de unirse de forma selectiva a BD-tau. De esta forma, su reconocimiento y detección se hace más fácil a nivel sanguíneo. Este estudio fue debidamente validado en más de seiscientas muestras de pacientes correspondientes a cinco cohortes independientes.

Vale destacar, que este estudio incluyó a pacientes a quienes se les había confirmado el Alzheimer luego de su muerte. Así como a personas con deficiencias de memoria, que indicaban que se encontraban en la etapa inicial de la enfermedad.

Implicaciones de este hallazgo

Según los investigadores responsables de esta innovación, mediante esta sencilla prueba es posible realizar detecciones tempranas de la enfermedad.

Este anticuerpo especial fue correlacionado con los niveles de tau en el LCR (Proteínas en líquido cefalorraquídeo para la detección temprana de alzhéimer u otra demencia). Y se pudo distinguir claramente la enfermedad de Alzheimer de otras enfermedades neurodegenerativas.

Asimismo, los niveles de BD-tau también se correlacionaron con la gravedad de las placas de amiloide y los ovillos de tau en el tejido cerebral. Esto incluso, fue confirmado mediante análisis de autopsia cerebral. Ello es un claro indicativo, que las proteínas pueden ser un indicador fiable de enfermedades neurológicas.

Para los investigadores, es importante que ahora se valide la prueba en una mayor amplitud de pacientes. Ello incluye personas de diversos orígenes raciales y étnicos. Además de ello, deben incluirse a quienes presentan diferentes etapas de pérdida de memoria u otros síntomas potenciales de demencia.

Incluso, los científicos consideran que en los futuros ensayos deberán participar también adultos mayores sin signos biológicos de Alzheimer, y quienes se encuentren en diferentes etapas de la enfermedad.

Según el responsable del equipo científico, “para desarrollar mejores fármacos, los ensayos deben incluir a personas de distintos orígenes y no sólo a quienes viven cerca de centros médicos académicos”.

De hecho se considera, que los análisis de sangre son más baratos, seguros y fáciles de administrar. “Esto podría mejorar la confianza clínica en el diagnóstico del Alzheimer y la selección de participantes para ensayos clínicos y el seguimiento de la enfermedad”

Concluyendo

A pesar de las múltiples investigaciones realizadas hasta ahora, la ciencia aún no entiende con exactitud la causa del Alzheimer. Para muchos investigadores, su causa es la sumatoria de un conjunto de factores dentro de las que destacan la edad y ciertos procesos de índole genética.

De hecho se cree, que los cambios a nivel cerebral podrían comenzar a producirse antes de la aparición de los primeros síntomas observables.

Hasta ahora, la ciencia para detectar esta enfermedad empleaba ciertos biomarcadores que eran detectados por costosos métodos Dichos biomarcadores se obtienen a partir de imágenes obtenidas por tomografía o resonancia magnética. Incluso, se emplea el análisis del líquido cefalorraquídeo obtenido mediante una punción lumbar.

Estos métodos además de ser costosos, tienden a causar dolor (caso de la punción lumbar). Afortunadamente, un equipo de neurocientíficos de la Universidad de Pittsburgh, desarrolló una nueva prueba para identificar un signo de neurodegeneración de la enfermedad de Alzheimer mediante una muestra de sangre.

Este nuevo biomarcador, denominado “tau derivada del cerebro” (BD-tau) es específico de las neurodegeneraciones relacionadas con la enfermedad de Alzheimer, y supera las pruebas sanguíneas de diagnóstico empleadas actualmente. De hecho esta iniciativa demostró, que es posible desarrollar biomarcadores de bajo costo y fáciles de emplear.

Mediante este descubrimiento sería posible ayudar a millones de personas a comenzar el tratamiento del Alzheimer en etapas más tempranas. Incluso podría estar al alcance de quienes actualmente no pueden pagar, por los costosos métodos empleados.

Para Marlee la información recibida, la cual comparto en el post, fue realmente muy apreciada. Ella se emocionó muchísimo pues se sintió esperanzada con esta nueva forma de evaluar la propensión al Alzheimer.

De hecho me comentó, que se sintió muy feliz de que su padre estuviera dispuesto a realizar esta prueba. Por supuesto, cuando ya se encuentre a disposición.

 “En el presente estudio presentamos un nuevo biomarcador sanguíneo específico de la BD-tau (…) Futuros estudios abordarán las características de este nuevo biomarcador, incluyendo la exploración de sus cambios longitudinales a lo largo del continuo de la enfermedad de Alzheimer, tanto en la enfermedad de Alzheimer esporádica como en la familiar

Dr. Thomas K. Karikari

Universidad de Pittsburgh, Pensilvania

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