Importancia De La Microbiota Cutánea En La Salud De La Piel

De acuerdo a la ciencia, la piel es un sistema ecológico dinámico y constante poblada por millones de microorganismos. Dentro de ellos destacan las bacterias, hongos y virus, denominados de forma colectiva microbiota cutánea.

Diversos estudios han determinado, que nueve de cada diez células humanas poseen relaciones simbióticas con la microbiota. Por esta razón, al disturbarse este ecosistema se afecta la salud, produciéndose una mayor propensión a la presencia de enfermedades.

De este tema, que causa muchas preocupaciones, les voy a hablar a solicitud de Patricia, una seguidora de Indiana. Cuando ella me contactó para solicitar mi asesoría me comentó, que desde joven experimentó problemas en el cutis.

Para Patricia esto representó muchos inconvenientes, pues se vio obligada a emplear diversos productos para combatir sus problemas de acné.

De hecho, ella quería que le explicara de forma sencilla, porqué actualmente a su edad aun experimentaba brotes de acné. De acuerdo a lo conversado, desde hace años empleó jabones para lavar su rostro, pensando que eran útiles.

Aunque le comenté, que se ha comprobado que los jabones naturales como sintéticos ocasionan efectos negativos en la microbiota de la piel.

A fin de solventar las dudas de Patricia preparé un material acerca de la importancia de la microbiota cutánea. Incluso, destaqué los beneficios más importantes que produce cuando se encuentra en equilibrio.

Al considerar que muchas personas padecen de diversas afecciones cutáneas, estimé importante compartir esta información en mi página.

Profundizando sobre algunos aspectos acerca de la piel

De acuerdo a la ciencia, la piel constituye el órgano más grande del cuerpo. Ella permite la protección contra gérmenes, obtener sensaciones táctiles y equilibrar la temperatura corporal.

Este importante órgano, junto con el cabello, uñas, glándulas sudoríparas y sebáceas, conforman el sistema tegumentario o cubierta externa corporal.

La piel está conformada por tres capas principales. Ellas son desde afuera hacia adentro, la epidermis (capa superior), dermis (capa media) e hipodermis (capa inferior o lipídica).

Los estudios realizados hasta ahora corroboran, que la epidermis es un epitelio plano estratificado y queratinizado. Ella está subdividida en estratos; ellos son desde el más interno al más superficial: basal, espinoso, granuloso y córneo.

El estrato córneo (EC) es una capa inerte originada a partir de la división, maduración y queratinización de la epidermis. El EC está conformado por una matriz proteica conformada por queratina, lo cual le otorga elasticidad.

Asimismo, le confiere resistencia frente a diversos agentes (físicos y químicos).

Se ha observado, que el EC desempeña un rol importante sobre la hidratación de la piel. De hecho, la difusión de agua desde la epidermis hacia el exterior es un proceso pasivo. Es decir, se produce sin el requerimiento de gastos energéticos.

Se ha observado, que está influenciada por la temperatura, grosor e integridad del EC, además de la humedad ambiental.

Se ha detectado que el EC es impermeable al agua, sin embargo no al 100%, pues con ello logra mantener un pequeño influjo, indispensable para mantener su hidratación y flexibilidad.

El EC está conformado por diversas proteínas insolubles, representadas mayormente por los queratinocitos.

Ellos semejarían los ladrillos de una pared, soportada por una matriz constituida por una serie de lípidos. Ella une los ladrillos como una especie de cemento, dichos lípidos son principalmente ceramidas, colesterol y ácidos grasos.

El estrato corneo y su importancia sobre la hidratación de la piel

De acuerdo a lo estudiado hasta ahora, los queratinocitos constituyen complejos de proteínas insolubles. Ellos están conformados principalmente por una matriz microfibrilar de queratina.

La queratina es capaz de captar cantidades importantes de agua. Ello es debido a su composición consistente en proteínas estructurales, además de una capa de lípidos especializada.

Se ha observado, que esta monocapa de lípidos proporciona la interfase hidrofóbica, favoreciendo la función barrera contra el agua. Vale destacar, que en la capa córnea el agua se encuentra fijada a sustancias hidrosolubles e higroscópicas intercelulares.

Ellas son denominadas Factor Humectante Natural (FHN), y favorece el balance de agua dentro del estrato córneo. De esta forma es posible garantizar la flexibilidad, y la actividad continua de las enzimas hidrolíticas.

De hecho se ha verificado, que el intercambio entre ellas ocurre de forma muy rápida. Se ha observado, que la proporción de agua en la parte profunda es del 70%, y más superficialmente del 25%.

Se sabe, que la fracción de agua retenida por la piel de un adulto oscila entre seis y ocho litros. Ello representa un 10% del peso corporal, y se ubica principalmente a nivel de la dermis.

Este movimiento depende grandemente del equilibrio existente entre la cantidad de agua epidérmica, y la humedad relativa ambiental. Los especialistas denominan este proceso pérdida insensible de agua, incidiendo su valor sobre la integridad de la barrera cutánea.

Los habitantes invisibles de la piel

Durante mucho tiempo se pensó, que la piel abarcaba dos metros cuadrados. Sin embargo, hace poco tiempo se decidió incluir los apéndices, por lo que la estimación actual es de veinticinco metros cuadrados de superficie.

Cabe destacar, que nuestra piel posee muchas diferencias entre un lugar y otro. Por ejemplo, en los lugares cóncavos de nuestro cuerpo, como la zona axilar e inguinal se presenta una temperatura y humedad relativa mayor.

En estas zonas se aproxima a los 37°C mientras en las extremidades más distantes como manos y pies, la temperatura se aproxima a los 30°C. En la topografía de la piel se superponen muchas diferencias regionales.

Por ejemplo, la temperatura y humedad son más altas en los lugares abovedados como la ingle o axila (se aproximan a los 37°C la temperatura central del cuerpo) y más bajas en las extremidades del cuerpo (dedos de manos y pies, aproximadamente 30°C).

Se ha determinado, que la cantidad de glándulas sebáceas presentes sobre la piel condicionan la secreción de diversos compuestos lipídicos.

Ello incluye los ácidos grasos, compuestos que favorecen la acidificación del pH cutáneo. Se ha establecido, que dicho valor puede oscilar entre 4,2 y 7,9 de acuerdo al sitio evaluado.

Gracias a estas características se posibilita la presencia de diferentes nichos ecológicos. Los mismos están conformados por una gran cantidad de bacterias comensales, además de ácaros, arqueas, hongos y virus.

De acuerdo a ciertos investigadores, la microbiota cutánea podría tener mayor diversidad que la microbiota intestinal. Se ha determinado, que estos microorganismos benéficos presentan una gran fragilidad ante diversos factores intrínsecos y extrínsecos.

Incluso se ha determinado, que los cambios sobre la población de la microbiota benéfica inciden sobre ciertos cambios fisiológicos. Ello incluye diversas patologías dermatológicas y envejecimiento.

La microbiota cutánea 

Según los estudios existe un rol muy importante del equilibrio que debe tener nuestra piel para protegernos de diversas patologías, y condiciones ambientales.

A su vez se ha logrado demostrar, que la microbiota cutánea constituye un marcador único. Ello se debe a ciertos factores, que ocasionan variaciones cualitativas y cuantitativas sobre su composición.

Dentro de ellas destacan el pH, humedad, temperatura, genero, edad y condición del sistema inmunitario. De hecho se ha corroborado, que la piel presenta mayor nivel de acidez en el hombre que en la mujer.

Ello implica, que los hombres presenten mayor proporción de microbiana cutáneo que las mujeres. Otro elemento que condiciona la diferencia entre géneros, es la producción hormonal y empleo de productos cosméticos.

De acuerdo a los especialistas, nuestra piel posee cuatro microambientes: húmedo (ingle, pliegue del codo y canal inguinal), seco (antebrazo y palma de la mano), sebáceo (cara, espalda y tórax) y del pie (talón plantar y espacio interdigital).

Dentro de los microorganismos que colonizan la piel, destacan los virus, eucariotas y bacterias. Se ha determinado, que su distribución está muy asociada con las condiciones ambientales de la superficie cutánea.

Se ha establecido, que las personas sin patologías en la piel presentan un tipo de microbiota semejante.

De acuerdo a los especialistas se ha estipulado, que los microorganismos más dominantes de la microbiota cutánea son las bacterias. Diversos estudios coinciden en que los géneros de bacterias más predominantes en las zonas húmedas son Corynebacterium y Staphylococcus.

A su vez, en las zonas con altos niveles de grasa abunda el género Propionibacterium. En las zonas secas del cuerpo predominan los hongos, en especial el género Malassezia.

Por su parte, a nivel de los pies, además de Malassezia, se encuentran otros géneros de hongos como Cryptococcus, Rhodotorula, Epicoccum y Aspergillus.

La microbiota cutánea y su adaptación al cuerpo humano

De acuerdo a los estudios, el microbioma cutáneo es un sistema dinámico. Por ejemplo, a partir de los tres años nuestra microbiota intestinal se equipara a la de los adultos. Esto se realiza, mediante ciertos cambios drásticos.

No obstante, la microbiota de nuestra piel experimenta dos etapas cruciales de cambios drásticos. Una de ellas ocurre al momento del nacimiento. Así, cuando el bebé nace por parto vaginal, su microbiota cutánea madura antes que la de los nacidos por cesárea.

Según los expertos, la diversidad de la microbiota cutánea de los bebés nacidos por cesárea es inferior a los nacidos por parto vaginal.

De acuerdo a los estudios, se encontraron niveles elevados de Propionibacterium y Streptococcus en niños nacidos por cesárea. A su vez, en los nacidos por parto vaginal se encontraron altos niveles de Lactobacillus.

Tan pronto el niño nace, se producen una serie de cambios estructurales y funcionales a nivel cutáneo.

Dentro de ellos destacan, el contenido de agua, pérdida de agua transepidérmica, producción de sebo y cambios del pH. Dichos cambios, influyen en la maduración de la microbiota cutánea.

El segundo cambio drástico que se produce a nivel cutáneo, ocurre durante la adolescencia. Se ha determinado, que durante la pubertad se incrementa la producción de sebo. Ello favorece el crecimiento de una serie de bacterias, que crecen en condiciones de altos niveles de grasa.

Vale destacar, que la microbiota cutánea se puede clasificar en residente y transitoria. La microbiota residente, vive en total simbiosis con la piel. Lo importante de este comportamiento es que viven en nuestra piel, sin causar daños.

Asimismo, son considerados como primera línea de defensa contra microrganismos patógenos. Dado que ellos ocupan diversos espacios de la piel, impiden la colonización por parte de microrganismos dañinos.

Importancia de la microbiota sobre la piel

Tal como se mencionó, existe un tipo de microbiota denominada residente, con mucha importancia sobre la salud de nuestra piel.

Dentro de los microrganismos más representativos de esta microbiota residente destacan la bacteria Staphylococcus epidermidis, y la levadura Malassezia.

Ellos se encuentran en lugares con elevados niveles de lípidos como el cuero cabelludo, espalda y rostro. Dentro de las especies de Malassezia más comunes destacan M. restricta, M. globosa and M. sympodialis.

De acuerdo a los estudios, la microbiota cutánea residente se encuentra presente en todas las capas de la piel.

Vale destacar, que la microbiota cutánea transitoria no logra establecerse de forma permanente sobre la piel. Incluso se ha observado, que sus poblaciones fluctúan a lo largo del día, considerando el tipo de actividad realizada.

Estos microorganismos pueden permanecer sobre la piel de ciertas horas hasta días. Por lo general, ellos son mayormente microorganismos saprófitos, es decir no causan daños sobre la piel.

No obstante, dentro de estos microorganismos pueden estar presentes ciertas bacterias patógenas oportunistas capaces de provocar enfermedades.

Dentro de ellas destacan la bacteria Staphylococcus aureus, asociada con la aparición de dermatitis atópica. Por lo general, esta bacteria afecta a las personas que poseen las defensas bajas.

De acuerdo a los expertos se ha observado, que los microorganismos que componen la microbiota residente no son oportunistas. Ellos realizan una serie de funciones muy útiles para la protección del organismo.

De hecho, además de luchar contra los agentes patógenos, favorecen los procesos de curación.

¿Cómo favorece la microbiota cutánea la salud?

La microbiota cutánea residente favorece la salud de la piel mediante ciertos mecanismos. Entre ellos destacan:

  • Impiden el crecimiento y desarrollo de patógenos al poblar la piel y no dejar espacio disponible
  • Sintetizan una serie de compuestos tóxicos, que poseen efectos antibióticos sobre otras especies de bacterias. Dichos compuestos se denominan bacteriocinas
  • Ayudan a mantener un pH desfavorable para la mayoría de los patógenos (entre 4,7 y 7)
  • Pueden impedir la liberación de mediadores inflamatorios. Este efecto positivo se produce, gracias a la interacción continua entre el sistema inmunológico y la microbiota.

Se debe resaltar, que la microbiota cutánea a cada instante se encuentra expuesta a diversos factores ambientales estresantes. Entre ellos destacan los cambios bruscos de temperatura, radiación solar, humedad y procesos de contaminación ambiental.

Además de ello, es afectada por ciertos productos textiles (principalmente los lixiviables), ciertos fármacos, productos de limpieza y cosméticos. Todos estos agentes, provocan procesos de disbiosis o desequilibrios, favoreciendo de esta forma diversos trastornos a nivel de la piel.

Concluyendo

Según los estudiosos, el término microbiota hace referencia a un conjunto de microorganismos que pertenecen a un nicho ecológico específico.

De acuerdo a lo investigado hasta la fecha, está conformado por diversas especies estables o residentes y otras transitorias. Dichos microorganismos estables mantienen una relación de beneficio mutuo con nuestro organismo.

Dentro de los elementos de importancia de la microbiota cutánea, destacan su efecto sobre el crecimiento y desarrollo patógenos. Asimismo, sintetizan diversos compuestos que poseen efectos antibióticos sobre microorganismos patógenos.

Incluso, coadyuvan al mantenimiento de la salud de la piel al actuar en conjunto con el sistema inmunitario. Un ejemplo de este efecto es su capacidad para mantener un pH, que no es tolerado por los patógenos, además de impedir la liberación de compuestos proinflamatorios.

Para Patricia la información recibida, la cual comparto en el post, fue de mucha utilidad. Ella logró comprender la importancia de esa vida invisible que habita sobre nuestra piel.

Para ella quedó bastante claro, que no debemos excedernos en cuanto al cuidado de la piel. En especial, ciertos productos agresivos que usamos a diario en nuestro hogar, particularmente los que empleamos directamente sobre la piel.

“Los factores que alteran el establecimiento y la salud del microbioma cutáneo pueden predisponer no sólo a enfermedades cutáneas, sino también a otras enfermedades inflamatorias no transmisibles”

Dra. Susan L. Prescott, PhD

Universidad de Australia Occidental y Hospital Infantil Princesa Margarita

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