Recientemente he recibido preguntas de seguidoras de mi blog sobre la alimentación saludable para evitar proteger nuestro organismo del cáncer.
Recuerdo que hace poco una paciente me llevó una revista de nutrición. Me habló de los cambios que estaba haciendo a su alimentación para cuidar su corazón.
Y como recordareis, escribí un artículo desmintiendo algunas de las afirmaciones que aparecían en la publicación sobre las enfermedades cardíacas.
Hoy quiero desmentir otras aseveraciones que llegué a leer en esa revista sobre alimentos que promueven como saludables. Pero realmente dichos alimentos pueden representar un riesgo y hacernos vulnerables ante el cáncer.
Nos han dicho siempre que la soya es uno de los alimentos más saludables para nuestro cuerpo. Pero lo que no nos dice la gran Industria que nos llena de publicidad sobre las“bondades” de la soya, es que existe soya sin fermentar.
Este tipo de soya no es buena para nuestra salud y además puede estar vinculada con padecimientos como el cáncer de seno. Este no es el único alimento cuyos efectos en nuestro organismo se vinculan a la aparición de algunos tipos de cáncer.
Constantemente nos bombardean con campañas publicitarias promoviendo su consumo como parte de una alimentación saludable. Justamente de esos alimentos os voy a hablar a continuación.
1.- La soya sin fermentar pueden aumentar el riesgo de cancer de seno
Alrededor de la soya existe toda una maquinaria de publicidad que constantemente nos dice que la soya es fantástica para tu salud, para bajar de peso, etc, . Gracias a eso, terminamos por creer en que cualquier tipo de soya es uno de los alimentos más saludables para nuestro organismo.
Pero resulta que no toda la soya es buena para nuestro cuerpo. Por el contrario, aquella sin fermentar puede ponernos en riesgo. El problema radica en que cuando la soya que ingieres no ha pasado por un proceso de fermentación, en lugar de traer beneficios para la salud, puede implicar daños al organismo.
Se ha evidenciado a través de diversos estudios en los que se relaciona la soya sin fermentar con trastornos digestivos. Igualmente se le asocia con peligro durante el embarazo y la lactancia, deterioro cognitivo, problemas en la glándula tiroidea.
De igual manera relacionan la soya on fallas del sistema inmunológico, padecimientos cardíacos, cálculos renales, infertilidad, alergias alimentarias. Es tanto el daño al organismo que la relacionan hasta con cáncer de seno.
Pero además de eso, de los cultivos de soya en Estados Unidos, más del 95% pertenecen a cultivos transgénicos. Estos también acarrean problemas para la salud, pero de eso te hablaré en otro punto.
No toda la soya es dañina. De hecho existen productos de soya fermentados que sí son buenos para tu salud. Es el caso del natto, miso y tempeh. Lo que te digo es que debes tener cuidado con la soya que consumes. Crciorate que ésta sea orgánica y haya sido fermentada adecuadamente.
2.- Los alimentos transgénicos no son seguros
Te comento que los alimentos transgénicos no son seguros para tu salud. Tampoco son parecidos a los alimentos cultivados de manera convencional. De hecho, los transgénicos pueden ser unos de los alimentos que mayor riesgo suponen para el bienestar del organismo.
Como te comentaba en el apartado anterior, mucha de la soya cultivada en Norteamérica es transgénica. Lo mismo sucede con el maíz. Esto quiere decir que la gran mayoría de los alimentos procesados que consigues en las tiendas de alimentos y que no tienen un sello que indique que es USDA Organic, son probablemente elaborados con productos transgénicos.
Aún se desconocen los verdaderos efectos negativos que los alimentos transgénicos tienen para nuestra salud. Existe na vinculación entre los defectos en bebés al nacer, incremento de enfermedades e infertilidad. Además de un importante aumento en daños en los órganos, reducción de la expectativa de vida y cáncer.
En honor a la verdad, es casi imposible que uno de estos alimentos que contienen transgénicos no lleguen a tu mesa, pero sí existe la posibilidad de evitar buena parte de ellos, consumiendo más alimentos producidos en granjas orgánicas y cerciorándote de que los que compres en los supermercados contengan el sello USDA Organic.
3.- Los embutidos no sustituyen a los alimentos
Existe una tendencia a hacernos creer que las carnes procesadas y convertidas en embutidos no son dañinas para nuestra salud. La verdad es que este tipo de carnes contienen compuestos potencialmente dañinos para el organismo. Entre estos compuestos encontramos aminas heterocíclicas que son un potente cancerígeno que aparecen en carnes o pescados que son cocinados a temperaturas elevadas.
Este no es el único compuesto dañino. También están los hidrocarburos aromáticos policíclicos que se crean en el proceso de curado de los embutidos ahumados, nitrito de sodio (usado para la conservación, dar color y sabor a estas carnes) y los productos finales de glicación avanzada conocidos como AGEs. Estos podrían implicar un mayor riesgo a padecer enfermedades cardíacas y diabetes.
Según una evaluación a más de siete mil estudios clínicos, se afirma que las carnes procesadas incrementan las posibilidades de padecer cáncer intestinal. Lo más preocupante es que comas poca o mucha, el riesgo siempre está presente. Con tan solo comer una salchicha al día las probabilidades de padecer cáncer de colon crece en 20%.
Algunos estudios incluso hablan de que las carnes procesadas incrementan el riesgo de cáncer de colon en 50%, cáncer de vejiga en 59%, de páncreas en 67% y de estómago en 38%. Para reducir este riesgo lo mejor es eliminar las carnes embutidas de tu alimentación. Pero si no puedes dejarlas totalmente, intenta comprar aquellas que sean 100% carne de pollo o de res o de cerdo..
Elige las carnes no curadas que no posean nitrato. Intenta no comer aquellas que contengan jarabe de maíz alto en fructosa, sabores y colorantes artificiales y conservadores. Si puedes comprarlas en una pequeña granja donde te indiquen exactamente el contenido de la carne embutida, sería ideal.
4.- La leche pasteurizada no tiene benefecios para nuestra salud
Tomar leche es algo que siempre se ha visto como la cosa más saludable que puedes hacer. Sucede especialmente cuando se trata de niños o personas de la tercera edad. La presencia de antibióticos y hormonas de crecimiento en la leche pasteurizada la convierten en un peligro para el organismo.
Y es que también en el proceso de pasteurización son destruidas importantes enzimas como la lactasa y bacterias benéficas. Esto hace más vulnerables a las enfermedades, por lo que si vas a consumir leche, lo mejor es que sea leche cruda. Pero si actualmente padeces de cáncer, diabetes, presión alta o colesterol elevado, lo mejor es evitar consumir leche y en su lugar ingerir mantequilla orgánica.
Son muchas las mentiras que nos dicen algunas publicaciones en materia de nutrición. Muchas veces estas publicaciones forman parte de una gran campaña de marketing para hacer ganar más dinero a la industria. Por eso es que he querido descubrir estas grandes mentiras para ti hoy.
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Referencias
- 1 Shape Magazine, 9 Ingredients Nutritionists Won’t Touch
- 2 Authoritynutrition.com February 11, 2013
- 3 UT Health Science Center June14, 2005
- 4 Journal of the American Dietetic Association 1991 Jun;91(6):686-90
- 5 International Journal of Obesity and Related Metabolic Disorders 2004 Jul;28(7):933-5
- 6 Huffington Post April 20, 2010
- 7 Nutrition Journal 2010 Jul 2;9:28
- 8 The World Cancer Research Fund (WCRF) Report
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