Carcinoma De Células De Hürthle: Causas, Síntomas Y Tratamiento


El carcinoma de tiroides de células de Hürthle, por lo general es clasificado como un tipo de cáncer folicular tiroideo. Sin embargo, se trata de un tipo de tumor distinto porque su crecimiento ocurre de forma agresiva.

Según la Sociedad Americana del Cáncer, equivale entre el 3% y 5% de todos los tipos de cáncer de tiroides.

De este tema, que en ocasiones produce puntos de desencuentro entre especialistas, voy a hablar a solicitud de Katharina. Ella es una seguidora de Nueva York, que decidió comunicarse conmigo a raíz de una situación preocupante con su madre.

Katharina me comentó, que desde finales de otoño su madre notó un pequeño bulto a nivel de la tiroides. El especialista le sugirió realizar una biopsia por aspiración y su resultado fue un poco desalentador.

De acuerdo a la biopsia, le fue diagnosticado un carcinoma de células de Hürthle. Esta noticia, le causó un enorme desasosiego a su madre y por ello Katharina decidió contactarme.

A fin de tranquilizarla le mencioné, que este tipo de carcinoma no puede ser diagnosticado mediante una biopsia. Por ello, le recomendé que acudiera de inmediato a solicitar un diagnóstico en una clínica especializada.

Igualmente, le envié un dossier donde le hablé acerca de las generalidades de este tipo de cáncer. Le incluí además, acerca de los síntomas más frecuentes, factores de riesgo y complicaciones.

Aunque este carcinoma posee baja prevalencia, se han realizado estudios recientes que indican acerca de su peligrosidad. Por ello, consideré importante compartir esta información aquí en mi página.

Generalidades acerca de la tiroides

De acuerdo a la ciencia, la glándula tiroides constituye un órgano hormonal vital. Según lo investigado hasta ahora, ella juega un papel fundamental en nuestro metabolismo, crecimiento y desarrollo corporal.

Esta glándula produce de forma permanente una serie de compuestos denominados genéricamente hormonas tiroideas.

Incluso cuando se presentan situaciones especiales como el crecimiento, cambios de temperatura o embarazo, se incrementan los niveles hormonales.

Este órgano se ubica en la zona anterior del cuello, justamente debajo de la laringe. Su forma asemeja a una mariposa con las alas extendidas.

Posee dos lóbulos idénticos, que rodean la tráquea unidos en la zona frontal mediante un tejido estrecho y alargado (istmo). Según los estudios se sabe, que pesa entre veinte y sesenta gramos en promedio.

La tiroides se encuentra inmersa dentro de dos cápsulas fibrosas, una externa y otra interna. Se ha observado, que la cápsula externa se encuentra unida a los músculos de la laringe. Ello incluye además, gran cantidad de vasos y nervios de mucha relevancia.

Cabe destacar, que entre ambas cápsulas se consigue una gran cantidad de tejido conjuntivo suelto.

Gracias a este tejido, la tiroides presenta facilidad de movimiento y cambio de posición cuando deglutimos.

Según los especialistas, el tejido que conforma la glándula tiroides está conformado por gran cantidad de pequeños lobulillos individuales.

Se sabe, que los mismos están cubiertos por una serie de capas muy finas de tejido conjuntivo. Ellos contienen, una gran cantidad de pequeñas vesículas denominadas folículos, donde se almacenan diversas hormonas tiroideas en forma de gotitas.

¿Cómo funciona la tiroides?

Según los estudios la tiroides posee dos tipos de células, las foliculares y parafoliculares. Sin embargo, predomina el tipo de células foliculares, que pueden secretar hormonas con yodo.

Dichas hormonas se denominan tiroxina o tetrayodotironina (T4) y triyodotironina (T3). Las células parafoliculares a su vez secretan calcitonina.

Muchos científicos coinciden en que hablando en sentido estricto, sólo la T3 y T4 son hormonas tiroideas propiamente dichas. Se ha determinado, que el yodo constituye un componente fundamental de ambas hormonas.

Así, al considerar que este elemento no puede ser producido por nuestro cuerpo, debe ser obtenido en cantidad suficiente mediante la dieta.

Se ha observado, que el yodo se absorbe en nuestro torrente sanguíneo a partir de los alimentos que se digieren a nivel intestinal. Luego de ello se traslada a la glándula tiroides, donde se emplea para producir hormonas tiroideas.

Según los expertos, para su adecuado funcionamiento la glándula tiroides requiere el apoyo de la hipófisis. Dicha glándula direcciona la cantidad correcta de hormonas que debe producir la tiroides.

Asimismo se ha determinado, que una cierta proporción de hormonas tiroideas se encuentra ligada a proteínas transportadoras sanguíneas. Así, cuando nuestro organismo requiere mayor cantidad de hormonas, la T3 y T4 se obtienen de estas proteínas transportadoras.

La otra hormona secretada por la tiroides es la calcitonina. Dicha hormona participa en el metabolismo del calcio, es decir, influye directamente sobre el sistema óseo.

Funciones más destacadas de las hormonas tiroideas                           

Las hormonas T3 y T4 modifican el metabolismo basal. Esto ocasiona un incremento sobre la actividad celular del cuerpo, elevando así las necesidades energéticas. Dentro de los efectos que esto ocasiona, destacan:

  • Incremento de la temperatura corporal
  • Aceleración de las pulsaciones y de los latidos cardíacos
  • Mayor velocidad de consumo de los alimentos, debido a la descomposición de la energía almacenada a nivel hepático y muscular
  • Coadyuvan a la maduración cerebral y el crecimiento en los niños
  • Mejora los procesos de concentración y activa los reflejos.

La tiroides juega un papel importante en la regulación del metabolismo, y balance de calcio del cuerpo. También juega un papel en la fertilidad, crecimiento y salud de la piel.

Las hormonas T4 y T3 comunican a todos los tejidos en el cuerpo para que producen proteínas. T4 y T3 también aumentan la cantidad de oxígeno usado por las células. Mientras más intenso trabajan las células, ocurre una mayor intensidad del trabajo de los órganos.

La hormona calcitonina trabaja junto con la hormona paratiroidea para regular los niveles de calcio en el cuerpo. Se ha comprobado, que esta hormona interviene en la regulación de las cantidades de calcio sanguíneo.

De acuerdo a lo observado hasta ahora, los niveles elevados de calcitonina no muestran efectos secundarios negativos directos.

Muchos profesionales de la salud y científicos no logran descifrar completamente la importancia de esta hormona. De hecho, a pesar de que conocen su función, aún no comprenden el hecho de su presencia.

Anteriormente, los profesionales de la salud prescribían formas sintéticas de calcitonina, en especial para tratar la enfermedad ósea de Paget.

Asimismo, se empleó en el tratamiento de osteoporosis e hipercalcemia. No obstante, con la llegada de fármacos más recientes como los bifosfonatos, actualmente se emplea muy ocasionalmente.

Conociendo acerca de las células de Hürthle

De acuerdo a los especialistas, una célula de Hürthle corresponde a un tejido presente en la tiroides. Sin embargo, presenta un aspecto distinto cuando se observa a nivel microscópico.

De acuerdo a los expertos, se observa un color rosado y su tamaño es mayor que el de una célula folicular. Se sabe además, que se presentan con mayor frecuencia en adultos mayores.

Se ha establecido, que la edad promedio de quienes padecen carcinoma de células de Hürthle, es de 55 años. Esto implica, unos diez años más que aquellas personas que padecen de cáncer folicular.

Según los especialistas, el carcinoma folicular en pocas ocasiones se propaga hacia los ganglios linfáticos. En cambio, el cáncer de tiroides de células de Hürthle invade de forma más frecuente los ganglios linfáticos del cuello.

Ello ocurre en un 25% de los casos. Incluso, el carcinoma de tiroides de células de Hürthle puede diseminarse hacia la zona pulmonar o al sistema óseo.

Según los expertos, las personas jóvenes con carcinoma de tiroides generalmente exhiben un mejor pronóstico que los adultos mayores.  Es decir, frente a un tumor equivalente, los pacientes mayores corren mayor peligro porque el cáncer de las células de Hürthle es más agresivo.

No obstante se han efectuado investigaciones, que permiten controlar el tamaño y extensión inicial del tumor. En esos casos, los tumores de células de Hürthle suelen presentarse de forma similar a los tumores foliculares.

Carcinoma de células de Hürthle

Se ha demostrado, que un pequeño carcinoma de células de Hürthle que no se extienda más allá de la glándula tiroides, representaría un pronóstico excelente. Esto es válido especialmente, en pacientes jóvenes o menores de cincuenta y cinco años.

Se debe recordar, que existen ganglios linfáticos repartidos a lo largo de todo el organismo. Dichos ganglios, pueden combatir diversas infecciones, además del cáncer. Incluso, pueden impedir que este se propague desde la tiroides al resto del cuerpo humano.

Se debe resaltar, que el carcinoma de células de Hürthle es capaz de movilizarse a los ganglios linfáticos del cuello. De acuerdo a las estadísticas, un 20% de los tipos de cáncer de células de Hürthle poseen dicha propiedad.

De allí la importancia de la detección de la movilización de este cáncer a los ganglios linfáticos del cuello. Cuando esto no ocurre se presenta frecuentemente cáncer de células de Hürthle persistente.

Se ha comprobado, que este descuido se produce con mucha frecuencia cuando intervienen cirujanos inexpertos en cáncer de tiroides. Lamentablemente esto posee un impacto negativo sustancial sobre la capacidad de controlar el cáncer de células de Hürthle.

Por ello, es importante tomar precauciones y acudir preferiblemente a expertos en cirugía de cáncer de tiroides. Ello previamente a ser sometido a una cirugía de neoplasia o lesión provocada por células de Hürthle.

Según los especialistas, el carcinoma de células de Hürthle no suele presentar síntomas. Es decir, este tipo de cáncer crece lentamente a lo largo del tiempo, permitiendo su traslado hacia los ganglios linfáticos.

Se ha observado, que las células cancerosas antes de que puedan extenderse más, quedan atrapadas en el ganglio linfático. Desafortunadamente, no ha capacidad de eliminar el cáncer de estas glándulas linfáticas, y este comienza a crecer dentro de ellas.

Afecciones ocasionadas por el carcinoma de células de Hürthle

De acuerdo a los expertos de la Clínica Mayo, el carcinoma de células de Hürthle se considera uno de los diversos tipos de cáncer que afecta la glándula tiroides.

El suele presentarse de forma más agresiva que otros tipos de cáncer tiroideos. Por lo general, el tratamiento más frecuente es la extirpación de la glándula tiroides.

Se ha observado, que este tipo de cáncer posee una mayor probabilidad de reproducirse en los vasos sanguíneos. Además de ello, se presenta en el interior y en zonas circundantes de la tiroides.

Los especialistas emplean el término angioinvasión para referirse a esta condición particular. De hecho, esto ocurre con mayor frecuencia que la diseminación del cáncer de células de Hürthle a los ganglios linfáticos.

Por ello, la importancia de garantizar que el diagnóstico del carcinoma de células de Hürthle sea correcto.

Cuando el carcinoma de células de Hürthle afecta los ganglios linfáticos del cuello, probablemente puede reaparecer meses o años después. Sin embargo, muchos especialistas coinciden en que, aunque esto ocurra no involucra necesariamente mayores niveles de mortalidad.

Por ello, muchos pacientes menores de 45 años aun padeciendo diseminación a los ganglios linfáticos del cuello, presentan niveles de supervivencia al cáncer de células de Hürthle mayores del 95%.

La metástasis por carcinoma de células de Hürthle suele presentarse más frecuentemente en personas con más de cincuenta años. Incluso, en quienes presentan un cáncer de mayor tamaño.

Síntomas más frecuentes del carcinoma de células de Hürthle

En la mayoría de los casos, el carcinoma de células de Hürthle no causa síntoma alguno. Por ello, ocasionalmente es detectado durante un examen físico o una prueba por imágenes realizada por otro motivo.

En el caso de que se presenten síntomas y signos, se destacan los más frecuentes. Ellos son:

  • Dificultad para deglutir y respirar
  • Dolores a nivel del cuello o la garganta
  • Presencia de bulto en el cuello, específicamente debajo de la nuez de Adán
  • Padecimiento de ronquera y otras modificaciones en la voz.

Estos signos y síntomas no significan necesariamente que la persona padece de cáncer de células de Hürthle. Esto implica, que también puede haber una inflamación o un agrandamiento (bocio) a nivel de la glándula tiroides.

Factores de riesgo para padecer carcinoma de células de Hürthle

  • Sexo femenino
  • Mayor de 50 años
  • Tener familiares que hayan padecido cáncer de tiroides
  • Haber sido irradiado para tratar cáncer a nivel de la cabeza o el cuello.

Complicaciones más frecuentes del carcinoma de células de Hürthle

Según los expertos, las complicaciones de los carcinomas de células de Hürthle son similares al resto de las de las neoplasias tiroideas. Según lo observado, pueden ocasionar complicaciones a nivel del cuello, debido a una invasión local de la laringe.

Puede también afectar las cuerdas vocales, tráquea, esófago y mediastino. Ello suele ocurrir, debido a la compresión de los principales nervios y vasos del cuello, produciendo adenopatías voluminosas.

Esta enfermedad puede ocasionar metástasis a nivel de los ganglios linfáticos, huesos, pulmones y con menor frecuencia ocasiona daños cerebrales.

¿Cómo se trata esta enfermedad?

Por lo general, el tratamiento del carcinoma de células de Hürthle consiste en una cirugía para extirpar la tiroides. Ahora bien, en función de su estado, suelen recomendarse otros tratamientos.

Según los expertos de la Clínica Mayo, existen ciertos riesgos asociados a la tiroidectomía. Dentro de ellos se mencionan: daño del nervio que controla la laringe. Ello puede traducirse en ronquera temporal o permanente, o incluso la pérdida de la voz.

Igualmente pueden ocurrir afecciones a nivel de la glándula paratiroides, involucrando de esta forma el metabolismo del calcio corporal.

Esto pudiera requerir medicamentos para regular los niveles de calcio sanguíneos. Incluso, al ser extirpada la tiroides, se debe tomar levotiroxina de por vida.

Se emplea también una terapia con yodo radioactivo. Este tipo de yodo ayuda a destruir r cualquier residuo de tejido tiroideo, que pueda contener restos de cáncer, luego de realizada la cirugía.

Vale destacar, que se emplea además la radioterapia a los fines de eliminar ciertas células cancerosas que hayan perdurado luego de la cirugía y tratamiento con yodo radiactivo. Incluso, si el cáncer de células de Hürthle se extiende.

Dentro de las opciones se incluyen también, los denominados tratamientos farmacológicos dirigidos. Ellos se emplean solo en los casos en que el cáncer de células de Hürthle reaparezca luego de otros tratamientos. También, si se disemina a otras partes del cuerpo.

Concluyendo

Según lo presentado, el cáncer de células de Hürthle es considerada una enfermedad poco frecuente de la glándula tiroides. De acuerdo a lo estudiado hasta ahora, esta glándula secreta hormonas esenciales para equilibrar el metabolismo del cuerpo.

Por lo general, este tipo de cáncer no siempre causa síntomas. Por ello, en ocasiones es detectado durante un examen físico o una prueba por imágenes realizada por algún otro motivo.

No obstante, debemos estar atentos a las siguientes manifestaciones, en caso de que se presenten: dolor a nivel del cuello o la garganta, falta de aire y dificultad para deglutir.

Asimismo, suele presentarse un bulto debajo de la nuez de Adán y cambios en la voz, incluyendo ronquera.

Dentro de los factores de riesgo para este tipo de cáncer destacan ser mujer y adulto mayor. De igual modo, personas con familiares que hayan padecido cáncer de tiroides o tratados con radiación por problemas cancerosos.

Para Katharina el material recibido, el cual comparto en el post, fue bastante ilustrativo. Ella se sintió muy esperanzada, pues según la sintomatología, su madre no mostraba indicios de presentar este tipo de cáncer.

De hecho, al acudir a un cirujano experto en tiroides, le extirparon esta glándula y no se detectaron indicios de células de Hürthle.

Esto no solo alegró a Katharina, sino que me regaló una paz inmensa, por haber aportado un granito de arena.

“Aunque la mayoría de los estudios han demostrado que el HCFC (carcinoma folicular de células de Hürthle) y el carcinoma folicular de tiroides comparten un comportamiento clínico y un pronóstico similares, recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado el HCFC como una entidad separada y distinta”

Dr. Giampaolo Papi

Unidad Sanitaria Local de Módena, Italia

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