No es una aseveración alarmista, pero hay que estar claros, que cuando se trata de problemas de salud, el cáncer encabeza la lista. Es importante aclarar, que es imposible controlar todos los factores de riesgo con respecto a esta enfermedad. Por ejemplo, está bien comprobado que existe una predisposición genética para el padecimiento de dicha enfermedad. Por lo tanto, su control está fuera de nuestro alcance.
No obstante, existen muchas medidas, que si son controlables y pueden funcionar como cercos, que impiden su aparición temprana. De esta forma, los alimentos consumidos a diario, pueden ser una forma inteligente de llevar una vida más sana. Así se evitaría tropezar, con la segunda causa de muerte, después de la enfermedad cardiovascular.
Este tema tan trascendental, se pone en la palestra en primer lugar, porque he sido una estudiosa e investigadora del tema por muchos años. Y en segundo lugar, para honrar algunas solicitudes que he recibido, acerca del peligro de consumir ciertos alimentos, sobre todo, una que llamó mucho mi atención. Se trata de una realizada por la nieta de una linda abuelita. Esta joven de Virginia, estaba muy motivada por conocer cuáles alimentos evitar para preservar la salud de su abuela. EM especial, porque ella ha leído algunas cosas acerca de la peligrosidad de ciertos alimentos considerados carcinogénicos.
Esta tarea, la realicé con mucho cariño, pues la considero un gesto de amor. Por ello, preparé para esta joven un listado de ciertos alimentos potencialmente productores de cáncer. Además de ello, incluí datos relevantes acerca del cáncer, que considero importantes. La cruzada de prevención de enfermedades es para mí, un estilo de vida y con más énfasis si se trata del cáncer. Por ello, rescatando lo enviado a esta maravillosa joven, preparé un sencillo artículo para compartir en mi blog.
Algunas nociones acerca del cáncer
Existe una labor ininterrumpida, que realiza cada año la Sociedad Estadounidense del Cáncer. Se trata, de la estimación de nuevos casos de cáncer y muertes que ocurrirán en los Estados Unidos. Además de ello, se encarga de compilar los datos sobre la prevalencia de cáncer en la población. De acuerdo a los datos recogidos hasta 2017, se estima que para el 2020, ocurran 1.806.590 nuevos casos de cáncer. Lamentablemente pudiendo estar asociados a unas 606.520 muertes.
La tasa de mortalidad por cáncer aumentó hasta 1991, luego disminuyó continuamente hasta 2017.La buena noticia, es que esto representa una disminución general del 29%. Lo cual se cuantifica en unos 2,9 millones menos de fallecimientos a causa del cáncer. Es decir, de haber continuado el aumento experimentado en la década de los noventa, existirían casi tres millones más de personas fallecidas a causa de esta terrible enfermedad. Este notable avance, se debe a que se han logrado disminuir las tasas de mortalidad a largo plazo de los principales tipos de cáncer. A saber: de pulmón, próstata, colorrectal y mama. Sin embargo, el cáncer ocupa el segundo lugar en causa de muerte, después de las enfermedades cardiovasculares, en países desarrollados.
Relación entre la dieta y el cáncer
Es importante acotar, que el Fondo Mundial de Investigación del Cáncer (WCRF) y el Instituto Americano de Investigación del Cáncer (AICR) realizaron una importante publicación el año 2007. Se trató del segundo informe de expertos, donde se afirmaba acerca de la importancia de la prevención del cáncer. Considerando la alta influencia que, sobre el cáncer, poseen los alimentos, la nutrición y la actividad física. Así de esta forma, se puede inferir que existe una relación muy importante entre el cáncer y el estilo de vida. Esto por supuesto, incluye los alimentos de la dieta, los cuales podrían ocasionar hasta un 35% del cáncer existente.
Después de la enfermedad cardiovascular, el cáncer es la segunda causa de muerte en la mayoría de los países ricos. Se estableció que los 13,3 millones de casos nuevos de cáncer en 2010 costaron 290 mil millones de dolares. Según las proyecciones, se espera que los costos totales aumenten a 458 mil millones para el año 2030.
Por ello, es importante considerar un cambio radical en el estilo de vida, apoyado por un régimen alimenticio con los nutrientes que el organismo requiere. . Sobre todo, considerando que deben ser incluidos muchos alimentos de orígen vegetal, que aporten una serie de compuestos bioactivos. Muchos de estos compuestos, han sido bien estudiados y poseen propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas. Este nuevo enfoque, que se está gestando en muchos países, constituye una herramienta innovadora para evitar el desarrollo del cáncer. Así mismo, el estilo de vida va acompañado de la realización de actividades físicas y de pensamientos positivos que permitan que la persona esté bien emocionalmente.
La verdad acerca de los alimentos cancerígenos
Una encuesta realizada el año 2019, por la Fundación del Consejo Internacional de Información Alimentaria, encontró hallazgos interesantes. Entre ellos, es que uno de cada cuatro consumidores busca los beneficios que aportan los alimentos para la salud. Otro de los hallazgos, es que casi un 40%de las personas busca alternativas alimenticias para la prevención del cáncer. Esto es indicativo de que cada día, se incrementa una mayor conciencia, acerca de una adecuada alimentación. De cara al combate y prevención de enfermedades.
Dado, que se han realizado muchas especulaciones sin fundamento estimo conveniente hablar de los alimentos, que ya han sido estudiados y sometidos a diversos estudios científicos.
Dentro de estos alimentos reconocidos internacionalmente como cancerígenos están:
1. Carne roja
Posiblemente mucha gente piense que estoy exagerando, sin embargo, desde hace tiempo este alimento ha estado bajo la lupa de la investigación. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se considera como carne roja, todo el tejido muscular de los mamíferos. Es decir, aquí se incluye la carne de res, ternera, cordero, cabra, caballo y cerdo. Y Aunque los riesgos son pequeños, si se toman en forma global, es muy importante a los efectos de salud pública. Sobre todo, porque una gran parte de la población mundial ingiere carne y se ha observado que su aumento se ha incrementado en países de medianos y bajos ingresos.
Para el Instituto Americano para la Investigación del cáncer, se considera que el consumo de carne roja es alto, si se ingieren más de tres porciones semanales. En este caso, partiendo de que una porción de carne roja posee de tres a cuatro onzas. Es decir, el equivalente a una hamburguesa de tamaño pequeño, un filete o una chuleta de cerdo mediana.
¿Cómo es clasificada la carne roja?
Es importante acotar, que la OMS, ha clasificado la carne roja, como un carcinógeno del Grupo 2A. Esto quiere decir, que su ingesta es “probablemente carcinógeno para el ser humano”. De hecho, la investigación ha permitido encontrar en ellas, ciertas sustancias cancerígenas. Una de ellas, es el hierro hemo. Se sabe que este compuesto, posee un mecanismo, que ejerce un efecto catalítico sobre la formación de compuestos carcinógenos. Además de ello, ayuda a promover la formación de aldehídos citotóxicos y genotóxicos. Estos compuestos, afectan el recubrimiento del tracto digestivo y lo hacen susceptible de contraer cáncer intestinal, de estómago y de páncreas. Esto es básicamente, por efecto de los mutágenos y carcinógenos.
Los mutágenos inducen el cambio de la información genética, por alteración de nuestro ADN. A su vez, los carcinógenos provocan la aparición de cáncer. Se ha detectado, que cuando ella se cocina a altas temperaturas, sus aminoácidos por efecto del calor, forman compuestos cancerígenos. Dentro de ellos se encuentran las aminas heterocíclicas y ciertos hidrocarburos aromáticos policíclicos. Esto incluye formas de cocción como a la plancha o a la parrilla.
2. Carne procesada
Según la OMS, la carne procesada, es aquella que ha sido transformada mediante procedimientos físico o químicos como: salazón, fermentación, curado o ahumado. Esto puede incluir otros procesos, dirigidos a mejorar su sabor o para su preservación. En forma general, las carnes procesadas contienen carne de cerdo o de res. Sin embargo, pueden contener otro tipo de carnes rojas, de aves, vísceras y subproductos cárnicos, como la sangre.
Estas carnes procesadas son cancerígenas debido a los químicos que se añaden. Dichos compuestos químicos, se forman también, cuando la carne procesada es digerida. Por lo general, se emplean muchos químicos a base de nitritos, los cuales producen químicos N-nitrosos y pueden provocar cáncer intestinal. Se ha establecido, que la adición de conservantes tales como nitratos y nitritos pueden incrementar el riesgo de cáncer. Esto aplica también, cuando se utiliza el método de ahumado de las carnes.
El riesgo de contraer cáncer, debido al consumo de productos cárnicos procesados es mayor que el de las carnes rojas. Por ello, la OMS, ha clasificado las carnes procesadas como “Carcinógeno del Grupo1”. Es decir, está en la misma categoría de otros carcinógenos conocidos como el tabaco, el alcohol y la radiación ultravioleta. Se sabe, que esta categoría, se aplica cuando existe suficiente evidencia de carcinogenicidad en humanos. Es decir, existen pruebas irrefutables de que dicho agente es causante de cáncer. Las carnes procesadas de uso más común son: jamón, salchichas, tocino y salami.
De acuerdo al Instituto Americano de Investigación del Cáncer, comer solo 50 g de carne procesada cada día, puede aumentar el riesgo de cáncer en un 18%. A manera de ejemplo, se puede decir que unas cuatro tiras de tocino o una salchicha, contienen alrededor de 50 gramos de carne procesada.
3. Azúcar
El azúcar también se menciona dentro de los alimentos que están implicados en el desarrollo de ciertos tipos de cáncer. A principios del siglo XX, el fisiólogo alemán Otto Warburg, premio Nobel en 1931, hizo un trascendental hallazgo. Descubrió, que las células cancerosas, por lo general dependen del azúcar como alimento, para su crecimiento y desarrollo. Por ello, el denominado efecto Warburg, sugiere que, eliminando los azúcares y carbohidratos de la dieta, se pueden controlar o eliminar las células cancerosas. Por ello, la dieta cetogénica, ha sido muy estudiada como una alternativa para frenar la propagación del cáncer.
Es por ello, que los expertos, sugieren consumir con moderación todos los alimentos que tengan un índice glucémico alto. Esto incluye todos los alimentos con azúcar añadido, gaseosas y dulces. Existen ciertas pruebas de diagnóstico, que utilizan glucosa radioactiva para la detección de tumores. Se ha observado que las células cancerosas poseen mayor afinidad por la glucosa que las células normales. Se ha establecido, además, que las células cancerosas no poseen afinidad con las grasas, por ello, es conveniente el empleo de grasas saludables en la dieta como las aportadas por el aguacate y el aceite de oliva.
4. Alcohol
Se ha logrado establecer, que existen muchas formas a través de las cuales los diferentes carcinógenos causan el desarrollo del cáncer. De hecho, esto es imputable también a las bebidas alcohólicas, las cuales pueden estar relacionadas con cáncer en diferentes zonas de nuestro organismo. En especial, boca, tráquea, esófago, hígado, estómago, páncreas, senos e intestino. La OMS, clasifica el alcohol como “Carcinógeno del Grupo1”. Es decir, al igual que la carne procesada, su evidencia está muy bien estudiada.
Una de las principales razones, por las cuales el alcohol está relacionado con el cáncer, es el daño que este produce sobre el revestimiento de la boca y la garganta. Se ha visto, además, que el alcohol puede afectar notablemente el metabolismo hormonal relacionado con el cáncer a nivel de mamas.
Se han establecido algunas teorías relacionadas con el daño que causa el alcohol sobre el ADN. Incluso, se ha determinado que las bebidas alcohólicas son la quinta fuente reconocida de aporte de calorías en la población adulta de los Estados Unidos. Siendo un contribuyente indirecto del aumento de peso y sus efectos colaterales adversos.
El gobierno federal estadounidense, recomienda dentro de sus pautas dietéticas 2015-2020, no ingerir alcohol o realizarlo de forma moderada. Esto con la finalidad de evitar el riesgo del cáncer. El consumo alcohólico moderado, se establece como una bebida por día. Considerando que una bebida equivale a:
- 355 ml o 12 onzas de cerveza
- 45 ml o 1,5 onzas de licores destilados a prueba de 80 (40% de alcohol etílico)
- 266 ml o 9 onzas de licor de malta
- 150 ml o 5 onzas de vino
Alimentos ultraprocesados
El empleo del término ultraprocesado, se refiere a una serie de alimentos que han sufrido un procesamiento complejo. Este, parte de un sistema novedoso de clasificación de la comida. Su denominación es NOVA y de acuerdo a este sistema los alimentos se clasifican en cuatro categorías. Ellas son:
- Crudos o mínimamente procesados: aquí se incluyen el huevo, la leche y todas las semillas
- Ingredientes culinarios procesados: aquí se incluyen los aceites
- Alimentos procesados: aquí se incluyen, las hortalizas empaquetadas, el pescado enlatado y los quesos
- Ultraprocesados: aquí se incluyen los panes y pasteles producidos de forma industrial, dulces, bocadillos, gaseosas y comidas preparadas (incluye pizzas)
Los ultraprocesados no son lo que parecen
De hecho, alimentos de uso frecuente en el hogar, como las palomitas de maíz para cocinar en microondas están relacionados con el cáncer. Se cree que esto se debe a que los envases que se emplean para comercializar las palomitas, están recubiertos con ciertos productos denominados fluoropolímero. Por lo general, estos químicos se utilizan para recubrir ciertos envases para alimentos. Esto, con la finalidad de lograr cierta repelencia al aceite y al agua. Se cree que estos podrían liberar al calentarse ácido perfluorooctanoico, el cual ha sido catalogado, por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades como potencialmente cancerígenos.
Es importante resaltar, que otros alimentos ultraprocesados, también son incluidos en la lista como asociados al riesgo de cáncer general. Entre ellos se mencionan: productos horneados, bebidas gaseosas, bocadillos, cereales azucarados, productos cárnicos reconstituidos y ciertas comidas preparadas. Estas conclusiones se desprenden de un estudio publicado el año 2018, en el British Medical Journal. Este estudio se realizó durante siete años, en un universo de 104.980 adultos franceses sanos. El mismo permitió detectar, hallazgos interesantes con tan solo un 10% en la proporción de alimentos ultraprocesados ingeridos en la dieta. De esta forma se observó que se elevó en un 12% en el riesgo de cáncer general y en un 11% el riesgo de cáncer de mama.
En el estudio en referencia, no se encontró asociación significativa, con respecto a los cánceres de próstata y colorrectal. Se sabe, que los productos alimenticios ultraprocesados, tienden a ser altos en calorías, sal, azúcar y grasas malas. Este coctel, contribuye de forma directa con la acumulación de grasa corporal, contribuyendo con la obesidad. La obesidad, es un factor de riesgo reconocido para ciertos tipos de cáncer, entre ellos: de mama, riñón, colorrectal, útero, esófago, páncreas y tiroides.
Concluyendo
Es importante caer en cuenta que, para reducir el riesgo de cáncer, los fumadores deben abandonar el tabaco. Para nadie es un secreto, que el tabaco conduce a muchas muertes vinculadas a cáncer de pulmón. Pero, existen ciertos alimentos que fascinan por su facilidad de preparación que son cancerígenos, pudiendo comportarse en el mediano y largo plazo, de forma más peligrosa que el tabaco. Curiosamente, son de uso cotidiano, en muchos hogares. Entre ellos las carnes rojas, las carnes procesadas, el azúcar, el alcohol y los alimentos ultraprocesados.
En muchas ocasiones, he hecho mucho énfasis, en la disminución de los riesgos de ciertos tipos de cáncer, al proponerse una dieta saludable. Bien saben que esto incluye, hortalizas de hoja y frutos de colores variados, además de grasas saludables. Esto ayuda a enriquecer el cuerpo de forma natural con componentes bioactivos, vitaminas, fibras, minerales y antioxidantes. Esto ayuda a fortalecer la salud, potenciando el sistema inmunológico, en la lucha contra muchas enfermedades. Por generaciones, se ha observado que quienes ingieren frecuentemente en su dieta frutas y hortalizas, poseen niveles equilibrados de peso corporal. Y es totalmente cierto, pues se ha demostrado que existe un fuerte vínculo entre la obesidad y el riesgo de padecer cáncer.
El estudio, del cual hablé en el apartado donde les señalo los peligros de los alimentos ultraprocesados, es aleccionador. La joven de Virginia, reconoció la importancia de la información que le envié, la cual comparto en el post. Realmente cayó en cuenta de la importancia de la dieta sobre nuestra salud. De hecho, reconoce que su abuelita debe comenzar a desprenderse del “vicio” de utilizar azúcar en todas las bebidas. Me comentó que afortunadamente, hizo a un lado las salchichas, el salami y el cigarrillo.
“Es importante comprender que cuando un alimento se clasifica como carcinógeno, esto es una indicación de cuán fuerte es la evidencia del vínculo entre el consumo y el cáncer. No es una indicación de cuánto cáncer causa la comida o qué cantidad de esa comida le daría cáncer”
Clare Hughes
Directora del programa de nutrición de Cancer Council NSW
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https://www.huffingtonpost.com.au/2016/08/15/17-carcinogenic-foods
https://health.usnews.com/health-care/patient-advice/articles/avoid-these-cancer-causing-foods
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2782753/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5792257/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2231485/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19469630
https://www.cancercenter.com/community/blog/2017/10/what-foods-and-drinks-are-linked-to-cancer
https://universityhealthnews.com/daily/cancer/carcinogenic-foods/