El reloj continúa moviéndose y son muchos los esfuerzos realizados para lograr obtener una vacuna contra el nuevo coronavirus. Pero siempre existen investigadores, que poseen la habilidad de mirar el panorama desde otros ángulos. De esta forma, algunos de ellos, han sugerido que, en estos momentos, hay que procurar mantenerse lo más sano posible. Esto, permitiría mantener una inmunidad reforzada, disminuyendo las posibles complicaciones asociadas con la enfermedad.
Recientemente, se ha descubierto, un denominador común, entre los pacientes que han muerto o ingresado en Unidades de Cuidado Intensivo. Todos ellos, poseen niveles deficitarios de vitamina K. Este hallazgo, ha sido verificado por algunos investigadores, de Holanda, quienes, han encontrado hallazgos interesantes. Entre otras cosas, han logrado detectar que el nuevo coronavirus, promueve la coagulación de la sangre, además de causar la degradación de las fibras elásticas presentes en los pulmones.
Así, asumiendo que la vitamina K, es indispensable para la producción de ciertas proteínas que regulan la coagulación, se vislumbra una salida interesante. Y ella es, que la vitamina K, podría evitar el deterioro pulmonar causado por el nuevo coronavirus.
Mis asiduas seguidoras, siempre atentas, a las novedades acerca del nuevo coronavirus, se han comunicado conmigo. Precisamente, su solicitud giró en torno a la noticia acerca del queso gouda, las espinacas y el huevo, alimentos que salieron hace poco en primera plana. Y aunque suene un poco extraño, de esta forma fue reseñado.
Pues bien, en mi vocación y profesión de investigadora, ahondé acerca de esta noticia y pude detectar algunos elementos interesantes. Dentro de ellos, la relación que poseen alimentos que lucen completamente diferentes, además de su rol frente a las infecciones virales. Y esta sana curiosidad científica, me llevo a realizar algunas actualizaciones, que sirvieron para armar un sencillo artículo que decidí compartirlo aquí en mi blog.
Algunos elementos interesantes relacionados con la vitamina K
Como se ha anotado en otras oportunidades, la vitamina K es una vitamina liposoluble. Ella fue descubierta en 1929, por el científico nutricional danés Dr. Henrik Dam. A partir de este descubrimiento, el bioquímico estadounidense Edward A. Doisy determinó su estructura y naturaleza química. El esfuerzo de ambos científicos, recibió su recompensa, al otorgárseles el Premio Nobel de Medicina en 1943.
Esta vitamina, fue identificada originalmente, por su rol en el proceso de formación de coágulos sanguíneos. Se denomina por la letra K, debido a que toma la primera letra de la palabra alemana koagulation.
Se sabe que esta vitamina, es fundamental para el correcto desempeño de diversas proteínas involucradas en importantes procesos fisiológicos. La vitamina K, de forma natural posee dos formas o vitámeros. Es importante destacar que, para muchas de las vitaminas, la actividad biológica, se atribuye a una serie de compuestos estructuralmente relacionados conocidos como vitámeros. A su vez, los vitámeros pertenecientes a una vitamina en particular muestran, en la mayoría de los casos, propiedades biológicas similares entre sí.
De esta forma, en el caso de la vitamina K, existen dos vitámeros naturales y tres vitámeros sintéticos. Los vitámeros naturales se denominan vitamina K1 o filoquinona y vitamina K2 o menaquinona. La vitamina K1, es sintetizada por las plantas y representa la mayor cantidad de vitamina K, presente en la dieta. A su vez, la vitamina K2 es sintetizada a nivel intestinal, por las bacterias benéficas. La vitamina K2, se encuentra en diversos alimentos fermentados y alimentos de origen animal.
Diversas investigaciones, han determinado que la capacidad de almacenar la vitamina K, en nuestro organismo es muy limitada. Ello implica que la misma, sea reciclada mediante los ciclos de oxidación y reducción. Logrando así, su reutilización.
¿Cuál es la importancia de la vitamina K?
La vitamina K, es esencial para lograr el mecanismo de coagulación sanguínea, con la participación del calcio. Esta vitamina, posee la propiedad de unir iones de calcio, junto a ciertas proteínas a fin e iniciar lo que se denomina la cascada de la coagulación. Es decir, una serie de procesos interdependientes, que logran detener el sangrado a través de la formación de coágulos.
Se ha determinado, que los compuestos de la coagulación dependientes de vitamina K, son sintetizados a nivel del hígado. Esto conlleva, a que quienes padecen de enfermedades hepáticas graves, podrían correr alto riesgo de padecer hemorragias.
Se sabe además que la vitamina K, participa en el metabolismo del sistema óseo. Además de ello, previene la mineralización de los vasos sanguíneos y favorece la regulación de diversas funciones celulares.
Se ha determinado, que cuando el nivel de Vitamina K, es bajo, los vasos sanguíneos pierden elasticidad y pueden calcificarse. A consecuencia de ello, el corazón debe trabajar más para vencer esa resistencia. Ello incide, en daños al corazón e incrementa las posibilidades de sufrir accidentes cardiovasculares.
Una deficiencia de vitamina K, hace propensas a las personas a sufrir hemorragias. Además, puede conllevar a un deterioro de las proteínas corporales dependientes de ella, incrementando el riesgo de sufrir osteoporosis y fracturas. Existen muchos medicamentos, que interfieren con la absorción y el metabolismo de la vitamina K. Entre ellos, uno de los más conocidos, es la Warfarina, un anticoagulante empleado mayormente por personas con predisposición a la formación de coágulos. Se ha determinado, que una deficiencia de vitamina K a nivel celular, puede desencadenar aterosclerosis, inflamación crónica y desarrollo de ciertos tipos de cáncer.
La vitamina K y el combate del COVID-19
Una interesante investigación, ha causado algunos desencuentros a nivel científico. Se trata de la relación entre la vitamina K y los cuadros clínicos de pacientes con COVID-19.
Recientemente, un grupo de investigadores, descubrió una posible relación entre la deficiencia de vitamina K y el nivel de deterioro por COVID-19. Esta investigación, se realizó en el hospital Canisius Wilhelmina de Nimega, una ciudad de los Países Bajos. Dicho estudio, se efectuó con la participación del Instituto de Investigación Cardiovascular de Maastricht. El mismo, es uno de los más grandes a nivel de Europa.
El estudio en referencia, se encuentra en proceso de revisión por equipos externos. Se estableció, que los pacientes con COVID-19 que fallecieron o fueron admitidos en unidades de cuidados intensivos, presentaron marcadas deficiencias de vitamina K. Hasta ahora, en muchos estudios observacionales alrededor del mundo, se ha logrado establecer, que el nuevo coronavirus, causa la degradación de las fibras elásticas presentes en los pulmones.
Es importante señalar, que al respirar, los pulmones son sometidos a extensos estiramientos. Ellos contienen altos contenidos de materiales como colágeno y elastina. Dichos materiales son responsables de su capacidad de alargamiento y encogimiento. Los científicos, han determinado, que cuando estas estructuras biofísicas, sufren algún daño, se pueden presentar dificultades respiratorias. Si estas se hacen crónicas y el daño se hace irreversible, podría conducir a la muerte.
Cabe destacar, que durante la pandemia de COVID-19, en muchos centros asistenciales, se ha incrementado el empleo de ventiladores, los cuales causan lesiones en el tejido pulmonar. Esto significa que, una vez superada la enfermedad, algunos pacientes podrían presentar partes del pulmón atrofiadas o en malas condiciones. Muchas observaciones clínicas han permitido establecer, que el COVID-19 causa coagulación de la sangre y conduce a la degradación de las fibras elásticas en los pulmones.
¿La dieta puede ser la esperanza?
Muchas investigaciones, coinciden en la importancia de la vitamina K, como factor clave en la producción de proteínas que regulan la coagulación. Esto podría proteger los pulmones, fortaleciendo el tejido de los mismos y evitando los efectos causados por el nuevo coronavirus.
De hecho, muchos investigadores han determinado, que quienes han sido contagiadas con el nuevo coronavirus, generaran patologías nuevas. Bien, por el uso del ventilador mecánico o la lesión infligida directamente por el coronavirus, existen secuelas que permanecen. Posiblemente algunas, lleguen a parecerse a enfermedades conocidas, como el asma o la tuberculosis, otras podrían desarrollarse de manera diferente.
Un investigador aconsejó, tomar suplementos que contengan vitamina K. Particularmente en mi laboratorio, desarrollé una opción con vitamina K2 que contiene menaquinona, VITAMINA MK7 K2, la cual de acuerdo a los estudios, tiene hasta diez veces mejor absorción que la vitamina K1.
El investigador resalta que, es importante tomar suplementos de vitamina K. De hecho, el afirma, que si no pueden ayudar contra los casos de COVID-19 grave, su ingesta es primordial. Sobre todo, para los vasos sanguíneos, sistema osteomuscular y probablemente también para los pulmones. Por supuesto, destacó la importancia del consumo de alimentos con altos contenidos de vitamina K1 como la espinaca y K2 como el queso gouda y el huevo.
Ahora bien, habiéndose detectado una grave deficiencia de vitamina K, a nivel de pacientes graves y en pacientes fallecidos. los investigadores desean iniciar una investigación clínica basada en los hallazgos de los niveles de vitamina K. De acuerdo al Dr. Rob Janssen, responsable del proyecto, es importante justipreciar el rol de la vitamina K. Por ello comentó a The Guardian, que basándose en los hallazgos iniciales, fomentaría un consumo saludable de vitamina K.
¿De dónde surgió la inquietud?
En muchos hospitales alrededor del mundo, se han realizado una serie de ensayos observacionales, en pacientes con COVID-19. Esto ha permitido desvelar, que una proporción significativa de pacientes infectados, desarrolla insuficiencia respiratoria. Aparte de ello, se presentan además cuadros de tromboembolismo.
Una de las pruebas, incluyó 134 pacientes con COVID-19 y 184 pacientes de control. Se midieron marcadores de cierta proteínas clave, entre ellos la desmosina, la cual es empleada como un marcador de la degradación de la elastina (proteína estructural presente en pulmones). Se midió además la protrombina (proteína de la sangre vinculada con la coagulación) y otros marcadores. Entre ellos, algunos relacionados con la presencia de la vitamina K dentro y fuera del hígado.
Este estudio, realizó además la evaluación de la afectación pulmonar y la gravedad de las calcificaciones arteriales, utilizando tomografía computarizada. Los resultados arrojaron, que el nivel de la vitamina K, en el exterior del hígado, sufrió severas reducciones en pacientes con COVID-19. Se observó además una degradación acelerada de la fibra elástica y las calcificaciones vasculares.
Toda esta observación, lleva a Janssen y su equipo, a solicitar recursos para emprender la evaluación de los marcadores. Es decir, realizar un ensayo de intervención. Ellos van a indicar, si hay una mejoría de las proteínas elásticas dentro de los pulmones, mediante el empleo de vitamina K, en pacientes con COVID-19.
Fuentes naturales de vitamina K
Como se mencionó en párrafos anteriores, la vitamina K1, es la es la principal fuente dietética de vitamina K. Muchos vegetales de hoja verde, así como ciertos aceites como oliva, son las fuentes principales en muchas dietas. Una de las mejores fuentes la constituye la espinaca.
Se sabe, que el contenido de vitamina K1 en las hortalizas de hoja, está muy vinculado al contenido de clorofila. De esta forma se ha observado que las hojas exteriores, poseen mayores contenidos del compuesto que las hojas interiores. Se ha indicado, que la vitamina K1, es mejor absorbida a nivel intestinal, cuando se combina con una fuente de grasa saludable. Los aceites vegetales hidrogenados, pierden sus propiedades biológicas y de absorción, con respecto a la vitamina K.
Con respecto a la vitamina K2, se mencionó anteriormente, que su principal fuente, posee origen microbiano. Por ello, es frecuente en productos fermentados como el natto (semillas de soya fermentados), quesos y huevo. Para recordar, el huevo contiene muchas vitaminas esenciales, a excepción de la vitamina C. Las vitaminas son distribuidas de forma diferente entre yema y clara. Todas las vitaminas liposolubles, como A, D, E y K, además del ácido fólico la colina y la vitamina B12, se concentran en la yema. El resto de ellas, como vitaminas B1 y B6, la biotina y ácido pantoténico, se encuentran en yema y clara. A su vez el queso gouda, aporta niveles importantes de proteína, vitamina B12, B9, A y K. En la actualidad se sabe, que todas las formas de vitamina K son absorbidas en el intestino delgado.
Concluyendo
Los investigadores, a pesar de trabajar con parámetros y situaciones complicadas, siempre tratan de simplificar las cosas. Esto lo menciono, a raíz de las noticias acerca de la espinaca, el queso gouda y los huevos, tres alimentos que contienen importantes cantidades de vitamina K. Posiblemente muchas personas se sorprendieron, de que médicos e investigadores hablasen de comida como si fuera una medicina.
El hallazgo encontrado por los investigadores de los países bajos, se complementará, al efectuar el ensayo propuesto. Así, se logrará corroborar, que el empleo de ciertas dosis de vitamina K, protegerían el delicado tejido pulmonar.
Vale destacar, que esta importante vitamina, participa en el metabolismo del sistema óseo y la regulación de diversas funciones celulares. Incluyendo, protección frente a los daños cardiovasculares. Estos alimentos son de uso cotidiano y representan fuentes accesibles de vitamina K. Sobre todo, por la posibilidad, de la importancia que puede llegar a desempeñar esta valiosa vitamina, frente al COVID-19.
Esta información que comparto en el post, fue la enviada a las seguidoras, a quienes les llamó la atención el combate del COVID-19 con alimentos que contienen vitamina K. Ellas decidieron iniciar su consumo y prescindir de hábitos dañinos. Una de ellas, hace dos semanas, me confesó que era fumadora ocasional y había decidido abandonar ese vicio. Ahora en plena pandemia se dio cuenta de la importancia que representan los pulmones al organismo.
De igual manera han comenzado a consumir los alimentos señalados, por ejemplo, prepararon una receta de tortilla de espinaca y queso gouda. Es una forma de absorber la vitamina K a través de la comida. La base alimentaria es fundamental para una buena salud y por ende como herramienta preventiva para combatir el Covid-19 que tanto ha afectado a la población mundial.
“Tenemos la vitamina K1 y K2. La K1 se encuentra en las espinacas, el brócoli, las verduras verdes, los arándanos y muchos tipos de frutas y verduras. La K2 es mejor absorbida por el cuerpo. Está en el queso holandés, tengo que decir, y también en el queso francés”
Dr. Rob Janssen
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