La grasa visceral es un tipo de grasa corporal, que se acumula en las paredes del abdomen y rodea órganos vitales, incluyendo los intestinos. La ciencia ha detectado, que cierta proporción de grasa visceral es saludable y puede optimizar la protección de dichos órganos.
No obstante, un exceso de la misma puede acarrear consecuencias muy peligrosas. Por ello, es importante conocer cómo manejar este problema, a fin de minimizar el riesgo de las enfermedades que puedan aparecer a consecuencia de un exceso de grasa visceral.
De este tema, que muchas veces es confundido con la grasa subcutánea, les voy a hablar a solicitud de Erin una seguidora de Minnesota. Ella es una madre de familia de mediana edad, diseñadora gráfica y ama de casa.
Para Erin, tener la oficina en casa ha sido muy favorable, porque puede atender su hogar y también su trabajo.
Aunque ella enfrentaba una situación preocupante, vinculada al sobrepeso. Erin me dijo, que su esposo incluso le había advertido que la obesidad puede traer otras consecuencias, debido a un tipo de grasa que se acumulaba alrededor de algunos órganos.
Y precisamente para despejar esas dudas, decidió contactarme para que le instruyera sobre qué debía hacer para no correr riesgos con la grasa que se forma dentro del abdomen.
Al responderle le señalé, que este tipo de grasa es denominada grasa visceral y en ocasiones grasa activa, porque puede incidir sobre el adecuado funcionamiento de nuestro organismo.
Así, a los fines de entregarle una mayor cantidad de puntos educativos, le envié un informe mostrándole algunas estrategias que le permitirían reducir el riesgo de enfermedades ocasionadas por la grasa visceral.
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Generalidades acerca de la grasa visceral
De acuerdo a la ciencia, la grasa visceral es el tejido adiposo que se acumula en la profundidad del abdomen. Dicha grasa rodea órganos vitales como el hígado, el páncreas y los intestinos.
A diferencia de la grasa subcutánea, que se encuentra debajo de la piel, la grasa visceral tiene una influencia significativa en la salud. Ello se debe a su proximidad a estos órganos y su actividad metabólica.
De hecho se ha logrado determinar, que la grasa visceral posee una naturaleza proinflamatoria. Este efecto promueve la inflamación crónica de nuestro organismo, y a consecuencia de ello, genera diversas enfermedades.
Principales enfermedades ocasionadas por el exceso de grasa visceral
Enfermedades cardiovasculares
La acumulación de grasa visceral está estrechamente relacionada con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas. De hecho, la acumulación de grasa en esta zona del cuerpo, se considera un factor de riesgo cardiovascular más relevante que el exceso de peso (obesidad o sobrepeso).
Dentro de las principales enfermedades cardiovasculares destacan:
- Aterosclerosis o acumulación de placas en las arterias.
- Infarto de miocardio.
- Accidente cerebrovascular (ACV).
- Hipertensión arterial.
Síndrome metabólico
La grasa visceral puede ser un detonante para quienes padecen ciertos factores de riesgo de enfermedad cardíaca. Dentro de ellos podemos señalar:
- Resistencia a la insulina.
- Hipertensión.
- Niveles elevados de triglicéridos.
- Disminución del colesterol HDL (bueno).
- Aumento de la glucosa en sangre.
Diabetes tipo 2
Se ha establecido, que las hormonas que genera la grasa visceral modifican la respuesta de nuestro cuerpo a la insulina. Ello promueve la resistencia a esta hormona, impidiendo un empleo adecuado de la glucosa.
Se sabe además, que la grasa visceral también incrementa la tasa de gluconeogénesis. Este proceso realizado mayormente en el hígado para generar glucosa, incrementa aún más sus niveles a nivel sanguíneo.
Todos estos efectos dificultan a las personas con altos niveles de grasa visceral, mantener niveles adecuados de glucosa sanguínea. Ello incrementa el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Hígado graso no alcohólico
Diversos estudios señalan que, la liberación constante de factores proinflamatorios, además de los elevados contenidos de grasa sanguínea, generan inflamación sistémica y resistencia a la insulina.
A consecuencia de ello se genera hiperglucemia, dislipidemia, presencia de marcadores inflamatorios elevados y adiposidad visceral.
Lamentablemente, este círculo vicioso de resistencia a la insulina y la presencia de grasa visceral, ocasiona una mayor infiltración de grasa a nivel de las células del hígado o hepatocitos.
Dicha acumulación excesiva de grasa a nivel del hígado, ocasiona hígado graso no alcohólico o esteatosis hepática no alcohólica. De hecho, esta enfermedad, puede incluir, fibrosis/cirrosis y hepatocarcinoma.
Desequilibrios hormonales
Como ya mencionamos, la grasa visceral no es solo un almacén de energía; también es un tejido metabólicamente activo que puede alterar el equilibrio hormonal de muchas formas. Dentro de las más conocidas destacan:
- Aumento del cortisol (hormona del estrés): este efecto ocurre debido a los niveles elevados de la enzima 11β-HSD1, presentes en la grasa visceral. Ello posee la capacidad de convertir la cortisona (inactiva) en cortisol (activo). De acuerdo a los estudios, se sabe que un cortisol favorece la acumulación de más grasa visceral, creando un círculo vicioso. Incluso, el estrés crónico puede hacer que las glándulas suprarrenales produzcan más cortisol, promoviendo una mayor acumulación de grasa visceral.
- Disminución de la sensibilidad a la leptina (hormona de la saciedad): cuando existe un exceso de grasa visceral, los niveles de leptina se disparan y el cerebro puede volverse resistente a ella, es decir, deja de responder correctamente. Ello puede ocasionar que perdamos la señal de saciedad, favoreciendo el incremento del apetito. Esto puede ocasionar una mayor ingesta de alimentos, provocando un círculo vicioso de acumulación de grasa.
Deterioro cognitivo y Alzheimer
Diversos estudios han vinculado la inflamación crónica ocasionada por la grasa visceral con el deterioro cognitivo y mayor riesgo de demencia.
Incluso, un estudio reciente a cargo del Instituto Mallinckrodt de Radiología (MIR) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, detectó hallazgos notables.
Este estudio permitió demostrar por primera vez que, una mayor cantidad de grasa visceral se relaciona con niveles anormalmente altos de proteína Tau.
Dicho efecto podría ocurrir incluso, hasta 20 años antes del desarrollo de los síntomas iniciales de la enfermedad de Alzheimer.
Este estudio detectó, que quienes poseen mayor cantidad de grasa visceral, presentan un mayor riesgo de padecer atrofia cerebral, otro biomarcador importante de la enfermedad de Alzheimer.
Por ello, los investigadores reiteran la importancia de monitorear la grasa visceral, considerando que su presencia es un factor clave en la prevención del deterioro cognitivo.
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Cáncer
La grasa visceral es también un tejido metabólicamente activo que produce hormonas, factores inflamatorios y sustancias bioquímicas. Todos ellos, pueden influir en el desarrollo del cáncer.
Es importante señalar que, la grasa visceral genera un estado de inflamación crónica al liberar citocinas. Entre ellas podemos señalar el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) y la interleucina-6 (IL-6).
De acuerdo a los estudios, dichas sustancias pueden dañar el ADN celular y promover la formación de tumores.
Se ha detectado, que la obesidad visceral está asociada con resistencia a la insulina, incrementando los niveles del factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1).
Este factor puede estimular la proliferación celular y evitar la apoptosis (muerte celular programada), facilitando el crecimiento tumoral.
Incluso, el tejido adiposo visceral puede convertir andrógenos en estrógenos, mediante la enzima aromatasa. Dicho efecto, incrementa el riesgo de cánceres sensibles a hormonas, como el de mama y el de próstata.
Cabe destacar, que los niveles elevados de adipocitos, pueden generar radicales libres y estrés oxidativo. Ello ocasiona daños en el ADN y promueve mutaciones cancerígenas.
Se ha observado igualmente, que la grasa visceral es capaz de producir ciertos factores que favorecen la angiogénesis. Esta formación de nuevos vasos sanguíneos, facilita la progresión del cáncer.
Aparte de los ya mencionados, la grasa visceral también propicia la formación de otros tipos de cáncer. A saber, de colon y recto, páncreas, hígado y riñón.
Estrategias naturales para evitar los efectos negativos de la grasa visceral
Mantener una alimentación saludable
El consumo de alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras y granos integrales, ayuda a reducir la grasa visceral.
Asimismo, la incorporación de fuentes de proteínas magras, como pescado y productos lácteos bajos en grasa, puede ser beneficioso.
Es fundamental optar por grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas. Ellas se encuentran presentes en el pescado, frutos secos y ciertos aceites vegetales, en lugar de grasas saturadas y trans. Dentro de ellos podemos resaltar: aceite de aguacate y de oliva.
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Practicar ejercicio regularmente
Según los especialistas, el ejercicio aeróbico es efectivo para quemar calorías y reducir la grasa visceral.
Dentro de ellas podemos señalar ciertas actividades como caminar, correr o nadar. Los especialistas recomiendan la realización de al menos 150 minutos de ejercicio moderado cada semana.
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Controlar el tamaño de las porciones
Es de vital importancia comer con moderación. Incluso al elegir alimentos saludables, es fundamental controlar las porciones para evitar un exceso de calorías.
Mantener una hidratación adecuada
Según los especialistas, sustituir las bebidas azucaradas por agua, ayuda a reducir la ingesta calórica y combatir la acumulación de grasa visceral.
Dormir lo suficiente y manejar el estrés
Dormir entre 7 y 9 horas por noche es esencial para el equilibrio hormonal y regulación del apetito.
Igualmente, ciertas técnicas de relajación pueden ayudarnos a disminuir los niveles de estrés. Dentro de ellas podemos señalar que la meditación, yoga y respiración profunda pueden ayudar a reducir el estrés, un factor asociado al aumento de la grasa visceral.
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Concluyendo
La grasa corporal posee una importancia fundamental en nuestro organismo. Sin embargo, los excesos de la misma, sobre todo a nivel visceral, pueden acarrear graves consecuencias.
Según lo planteado, se pudo observar que es importante asumir un enfoque holístico para lograr una adecuada transformación metabólica. Os resalto, que alcanzar una sinergia entre biología, nutrición y neurociencia, puede favorecer una vida más longeva y saludable.
Es importante señalar, que la reducción de la grasa visceral no es un objetivo aislado, sino un componente esencial de un estado de bienestar sistémico. Por ello, es importante implementar estrategias clave para alcanzar dicho objetivo.
A saber, la combinación de una alimentación funcional, un régimen de ejercicio estructurado y la modulación del estrés. Estos pilares pueden representar la clave para restablecer la homeostasis energética y prevenir enfermedades crónicas.
Para Erin la información recibida, la cual comparto en el post, fue determinante. Ella me comentó, que gracias a ella decidió enrumbar su alimentación y estilo de vida.
De esta forma, podría incrementar su salud y evitar algunas enfermedades que pudieran aparecer a causa de una vida con poca disciplina. De hecho, decidió incorporar el ejercicio en su agenda diaria, y decidió apoyarse nutricionalmente empleando VITAVERDE GREEN y VITA PROTEÍNA.
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- https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23303913
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- https://bjsm.bmj.com/content/57/16/1035
- https://bmcmedicine.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12916-022-02525-8
- https://press.rsna.org/timssnet/media/pressreleases/14_pr_target.cfm?id=2467
- https://www.health.harvard.edu/newsletter_article/taking-aim-at-belly-fat
- https://my.clevelandclinic.org/health/diseases/24147-visceral-fat
- https://www.heart.org/en/news/2020/10/15/belly-fat-may-signal-early-heart-issues-for-mexican-americans
- https://www.webmd.com/diet/what-is-visceral-fat
- https://www.healthdirect.gov.au/how-to-reduce-visceral-body-fat-hidden-fat