Todos en algún momento hemos tenido enrojecimiento y ardor en los ojos. Dentro de estos problemas oculares, uno de los más frecuentes es la conjuntivitis y sus causas pueden ser diversas. Su efecto se manifiesta como un enrojecimiento producido a causa de la inflamación de los vasos sanguíneos.
El empleo de algunos fármacos ha sido asociado con el padecimiento de ciertos efectos adversos. Por ello, muchas personas se inclinan por emplear remedios caseros para su alivio.
De este tema común en todas las edades, les voy a hablar a solicitud de Francis, una seguidora de Nuevo México. Ella es una mujer de mediana edad, que le encanta realizar diversos tipos de manualidades en su hogar. Ello incluye la restauración de algunos muebles y objetos de madera.
Francis me comentó que lleva años realizando este hobbie y nunca había experimentado ninguna molestia. Sin embargo, a finales de enero utilizó un producto para embellecer madera, que le afectó fuertemente.
Ella me aseguró, que al realizar este tipo de trabajos en su cochera procura utilizar lentes protectores. No obstante, el producto que empleó tenía un olor muy penetrante, que le produjo un lagrimeo de forma constante y sus ojos permanecieron irritados por un par de días.
Ante esa situación, decidió emplear un colirio para ayudar con el enrojecimiento, pero su efecto no fue muy efectivo y además sintió que la irritación se incrementaba. Así, decidió dejar de utilizar este colirio y optó por comunicarse conmigo, a fin de que le asesorase acerca de algunas alternativas naturales.
Rápidamente, preparé para ella un sencillo material donde le mencioné algunas generalidades acerca de la conjuntivitis. Le incluí asimismo, algunas alternativas naturales comprobadas y su forma de utilizarlas.
Dado lo recurrente de esta afección, consideré importante compartirlo en mi página.
Desde el punto de vista clínico, el término conjuntivitis hace referencia al estado de inflamación de la conjuntiva. Esta es una membrana transparente y lubricante, que recubre la parte externa del ojo. Esta formada por dos secciones o partes, una de ellas cubre el globo ocular y se denomina conjuntiva bulbar. La otra sección recubre la superficie interna del párpado y es denominada conjuntiva tarsal.
En forma general, la conjuntivitis puede clasificarse como aguda o crónica, y también en infecciosa y no infecciosa. Cuando se habla de conjuntivitis aguda se hace referencia a aquella, que dura normalmente de una a cuatro semanas como máximo. A su vez, la conjuntivitis crónica es aquella que dura más de cuatro semanas.
Las causas más frecuentes de la conjuntivitis son algunos microorganismos (virus, bacterias y hongos). También existen otros agentes causales como los alérgenos, que provocan que no se pueda realizar un adecuado movimiento de los párpados. Originándose deshidratación de la córnea y generando conjuntivitis.
Las bacterias que más frecuentemente ocasionan conjuntivitis son: Staphylococcus aureus, Staphylococcus epidermidis, Haemophilus influenzae, Streptococcus pneumoniae, Streptococcus viridans y Moraxella catarrhalis.
Vale destacar, que en la gran mayoría de los casos de conjuntivitis su causa es de origen viral. Muchas veces pueden ser adenovirus, pero también puede ser producida por otros tipos de virus. Entre ellos, el SARS-CoV-2, varicela-zóster o herpes simple.
Según los expertos, la conjuntivitis viral y la bacteriana pueden presentarse acompañando el resfriado o algunas infecciones respiratorias. Además de ello, el empleo de lentes de contacto que no han sido limpiados adecuadamente puede causar conjuntivitis bacteriana.
De acuerdo a los especialistas, estos dos tipos de conjuntivitis son altamente contagiosas. El contagio puede ocurrir de forma indirecta o directa mediante las secreciones del ojo de la persona infectada.
Según los CDC, los síntomas más comunes de la conjuntivitis son:
Si te encuentras cerca de alguna persona que padece conjuntivitis, podrías reducir el riesgo de contagio mediante estas medidas:
Según los CDC, si alguien contrae conjuntivitis puede ayudar a otras personas a evitar que se contagien al tomar estas medidas:
Esta planta es empleada desde tiempos ancestrales dados sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Según los estudios, las semillas de esta planta poseen la capacidad de disminuir la irritación de la conjuntiva. Este efecto ayuda a promover el alivio de la sequedad ocular, enrojecimiento y ardor.
El hinojo posee además propiedades analgésicas, permitiendo disminuir el dolor asociado a la conjuntivitis. En las semillas de hinojo, se han detectado una serie de compuestos bioactivos. Entre ellos destacan ciertos aminoácidos, ácidos grasos, saponinas, cumarina, flavonoides, triterpenos, esteroles, aminoácidos, vitaminas, minerales y aceite esencial.
Dentro de los minerales destacan el fósforo, calcio, hierro, potasio y sodio. A su vez, contiene cantidades importantes de vitamina C, tiamina y riboflavina. Los componentes principales de su aceite esencial son fenchona, trans-anetol, estragol y alfa-felandreno.
Además de las propiedades antes mencionadas, el hinojo también presenta propiedades quimomoduladoras, antitumorales, antipiréticas, antinociceptivas, hepatoprotectoras, hipolipidémicas, potenciadoras de la memoria, antimicrobianas, antivirales, antiespasmódicas, antitrombóticas e hipoglucémicas.
Desde hace siglos la miel ha sido empleada de forma terapéutica. Son muchos sus efectos sobre la salud y la curación de diversas dolencias, incluyendo las afecciones a nivel ocular. Existen muchos tipos de miel, sin embargo, para el tratamiento de la conjuntivitis destaca la miel de manuka.
De acuerdo a los estudios, posee efectos regenerativos, antisépticos y antibacterianos. Dentro de las bacterias que puede combatir destacan Staphylococcus aureus, causante de diversas infecciones a nivel ocular. De allí, su empleo como una alternativa a diversos colirios comerciales contentivos de algunos químicos irritantes.
Incluso existen formulaciones estandarizadas, que han sido empleadas con mucho éxito en procesos postoperatorios de la córnea.
No tocar el ojo con el cuentagotas y mantener limpio el gotero.
Esta conocida planta ha sido empleada ancestralmente en la curación de heridas. Esto se debe a una serie de potencialidades, que han sido corroboradas mediante diversos estudios.
Entre ellas destacan diversas propiedades, tales como cicatrizantes, antitumorales, antisépticas, antioxidantes, antiespasmódicas, diaforéticas (sudoríficas), antiinflamatorias, antifungicas y antibacterianas. Además de ello, se ha empleado de forma exitosa en el tratamiento de ojos inflamados, enrojecidos y resecos a causa de la conjuntivitis.
De acuerdo a los expertos, estos efectos son producidos por una serie de compuestos bioactivos presentes en esta planta. A saber: alcoholes triterpénicos, lípidos, carbohidratos, aceites esenciales, carotenos, esteroides, ácidos grasos, saponinas y compuestos fenólicos (flavonoides y ácidos fenólicos).
Según estudios realizados, el ácido caléndico y los ácidos grasos poliinsaturados poseen potente actividad antiinflamatoria.
No emplear en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. Tampoco se debe utilizar en niños menores de diez años.
Esta milenaria bebida no solo se emplea para corregir diversos problemas metabólicos. Se ha empleado también debido a sus excelentes efectos en el tratamiento de afecciones oculares. Este efecto se debe principalmente al galato de epigalocatequina (EGCG), el principal polifenol presente en el té verde.
De acuerdo a los estudios, este compuesto le confiere al té verde propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Se ha observado además, que alivia la irritación ocular, combatiendo también las infecciones de origen virales y bacterianas. Por ello, se emplea frecuentemente en el alivio de la irritación de la conjuntiva ocular.
De acuerdo a lo compartido se puede apreciar, que la conjuntivitis es una causa muy frecuente de afecciones oftálmicas. Es bastante común en las urgencias y en los centros de salud de atención primaria, acudir por ojos enrojecidos. Este tipo de afección puede afectar a las personas de todas las edades y condiciones socioeconómicas.
Como vimos, la conjuntivitis hace referencia a cualquier inflamación o infección de la conjuntiva bulbar como tarsal. Existen diversos tipos de conjuntivitis, entre ellas las de causa bacteriana, viral y alérgica. De acuerdo a los especialistas, las conjuntivitis bacterianas y virales son las más contagiosas. De allí la importancia de extremar ciertas medidas higiénicas a fin de evitar contaminar y contaminarse.
Entre estas medidas destacan el lavado frecuente de las manos con agua tibia y jabón, además del lavado de lencería con agua caliente y detergente. Se incluye, además, evitar tocarse los ojos sin antes lavar las manos y procurar no frotarse los ojos. Es también importante no compartir los objetos personales.
Existen algunos medicamentos empleados para minimizar los efectos de la conjuntivitis. Sin embargo, es importante saber que existen algunas alternativas naturales que permiten calmar los efectos de la conjuntivitis y detener su avance sin ocasionar efectos adversos. Dentro de estas alternativas destacan: miel de manuka, té verde, hinojo y caléndula.
Para Francis la información recibida, la cual comparto en el post, fue de gran utilidad. Ella no perdió tiempo e inmediatamente alternó el empleo de la caléndula y té verde. De acuerdo a lo que conversó posteriormente conmigo, en menos de una semana sus ojos estaban perfectamente sanos. Es decir, logro eliminar el dolor, lagrimeo y enrojecimiento.
Realmente me alegré mucho de los resultados. Este aporte no fue solo mío, sino también de los incansables investigadores que apuestan por la salud y opciones naturales.
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