Según la Academia Americana de Dermatología (AAD), la protección solar es esencial para el cuidado de la piel. De hecho, el empleo de los protectores solares puede prevenir el cáncer de piel, el más frecuente en Estados Unidos.
De este tema que tiende a causar muchas preocupaciones, voy a hablar a solicitud de Katharine, una seguidora de Florida. Ella es una madre de familia de mediana edad, con muchas actividades dentro y fuera de casa.
Katharine me comentó que ella se mudó a Florida, a raíz de que sus padres decidieran hacerlo, luego de retirados. Esto ocurrió hace unos cinco años y desde entonces, ella y su familia han disfrutado del sol que nunca tuvieron en el norte del país.
Ella me comunicó que, desde entonces, sus padres han disfrutado del sol radiante durante muchos meses del año. Por lo general, les gusta salir en la mañana y disfrutar de las caminatas en una caminería cerca del océano.
Katharine suele acompañar a sus padres a sus paseos matutinos y desde hace tiempo había notado que su padre era renuente a utilizar bloqueador solar.
Ella y su madre, le insistían en hacerlo y él argumentaba que con el gorro que llevaba, se sentía protegido. Incluso, siempre les recordaba que no le gustaba emplear cremas.
Para Katharine y su madre, esta situación era preocupante, pues ellas conocían muchos casos cercanos de condiciones crónicas en la piel. Por eso, decidió hacer contacto conmigo a los fines de que le suministrara información sobre la importancia del uso de los protectores solares.
Ella me dijo, que esto le aportaría más conocimientos, para convencer a su padre de proteger adecuadamente su piel. Así, para honrar su solicitud, le proporcioné información importante. Por considerarla relevante, la comparto aquí en mi blog.
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Generalidades acerca de la radiación solar
Según los especialistas, la radiación solar es la energía electromagnética emitida por el sol. Ella consta de diferentes longitudes de onda, que van desde la luz ultravioleta (UV) a la visible y la infrarroja.
La radiación solar es la principal fuente de energía para la mayoría de los procesos de la atmósfera, la hidrosfera y biosfera. Dentro de sus efectos más notables destacan el impulso del tiempo, corrientes oceánicas, estaciones y el clima.
Asimismo, hace posible la vida de las plantas mediante la fotosíntesis. De hecho, sin el calor y la luz del sol, la vida en la Tierra no existiría. La radiación solar también afecta al crecimiento de los organismos fotosintetizadores, incidiendo en la productividad y biomasa de los ecosistemas.
Es importante señalar, que la cantidad de radiación solar que recibe la Tierra ha mantenido el ciclo natural de once años del sol de pequeños altibajos sin aumento neto desde la década de 1950.
Aproximadamente cada once años, el sol pasa de un punto reducido de actividad, denominado mínimo solar a un pico de mayor intensidad denominado máximo solar. Los astrónomos han notado este patrón desde el Ciclo Solar 1, que ocurrió entre 1755 y 1766.
Según la NASA, el ciclo Solar 25 se inició formalmente en diciembre de 2019 y actualmente está en actividad.
Vale destacar, que las personas pueden hacer poco para protegerse del impacto directo de una tormenta solar de grandes dimensiones. Sin embargo, es posible prepararse para una eventualidad alterando las trayectorias de los satélites o identificando la infraestructura vulnerable.
De acuerdo con los científicos, es necesario que existan pronósticos meteorológicos solares más precisos y decisiones políticas más decisivas.
Radiación solar y su efecto sobre la piel
Trasladándose a un plano de menor escala, pero no menos importante, es importante señalar que la radiación solar produce diversos efectos sobre la piel humana. Ello está supeditado a la intensidad, duración y frecuencia de la exposición, tipo de piel y antecedentes genéticos.
La radiación solar, especialmente la UV tiene efectos beneficiosos y perjudiciales para la piel. Por un lado, estimula la producción de vitamina D y modula el sistema inmunológico, de forma que puede prevenir algunas enfermedades autoinmunitarias e infecciones.
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No obstante, la radiación UV también puede dañar el ADN de las células de la piel. Ello ocasiona mutaciones, que pueden acumularse con el tiempo y ocasionar cáncer de piel.
Los tipos más comunes de cáncer de piel son el carcinoma de células basales (CCB), carcinoma de células escamosas (CCE) y melanoma.
El CBC y el CCE suelen estar asociados a la exposición crónica al sol, mientras que el melanoma está más relacionado con la exposición intermitente o intensa al sol.
El riesgo de desarrollar cáncer de piel depende de varios factores, como el color de la piel, tipo de melanina, predisposición genética y estado inmunitario
Otro efecto de la radiación solar sobre la piel humana es la estimulación de la producción de melanina, responsable de la pigmentación o coloración de la piel. La melanina es un filtro solar natural que absorbe la radiación UV y protege la piel de daños mayores.
Sin embargo, la radiación UV también puede desregular la síntesis de melanina, dando lugar a una pigmentación desigual, pecas, manchas de la edad y melasma.
Sistema Inmunitario cutáneo
El sistema inmunitario cutáneo o de la piel está formado por varios tipos de células y moléculas que la protegen de invasores extraños, como bacterias, virus, hongos y células tumorales.
Los principales tipos de células inmunitarias de la piel son las células de Langerhans (CL) y linfocitos T. Las CL son células dendríticas especializadas que residen en la epidermis, la capa más externa de la piel.
Dichas células, actúan como centinelas que captan antígenos (sustancias extrañas) y los presentan a los linfocitos T.
Estos últimos son glóbulos blancos que median la inmunidad adaptativa.
La radiación solar también puede causar estrés oxidativo en la piel. Este efecto se produce a consecuencia de un desequilibrio entre la producción y eliminación de especies reactivas del oxígeno (ROS). Las ROS son moléculas que pueden reaccionar con diversas biomoléculas, como lípidos, proteínas y ADN, ocasionando su deterioro.
Esto contribuye con el envejecimiento de la piel, susceptibilidad a infecciones y cáncer. Sobre todo, debido a la alteración de la estructura y funcionamiento de los componentes celulares. Este efecto puede mermar la capacidad de las células inmunitarias para reconocer y eliminar células extrañas o anormales.
Por otro lado, la radiación UV también puede modular el sistema inmunitario de forma beneficiosa. Por ejemplo, al reducir la inflamación y autoinmunidad, ello ofrece efectos beneficiosos sobre algunas enfermedades autoinmunes.
El equilibrio entre los efectos nocivos y beneficiosos de la radiación UV depende de varios factores. A saber, dosis, duración, longitud de onda, antecedentes genéticos, tipo de piel, edad, momento de exposición, así como el estado nutricional.
Ayudando a prevenir los efectos de la radiación sobre la exposición solar excesiva
Los efectos de la radiación solar sobre la piel humana pueden prevenirse o minimizarse adoptando medidas de protección solar. Entre ellas destacan:
Evitar la exposición excesiva al sol (especialmente durante las horas pico)
La exposición excesiva al sol puede ocasionar riesgos al cuerpo como:
- Crecimiento de células anormales: la exposición excesiva al sol puede considerarse un importante factor de riesgo de cáncer de piel. Este es el tipo de cáncer más frecuente en Estados Unidos. Esto se debe a que los rayos UV pueden dañar el ADN de las células de la piel. Esto puede inducir al crecimiento de células anormales y al desarrollo de tumores cancerosos como los melanomas.
- Envejecimiento prematuro: exponerse excesivamente al sol puede contribuir al envejecimiento prematuro de la piel, incluyendo la creación de arrugas, flacidez y pérdida de elasticidad, así como hiperpigmentación. Además, los rayos UV pueden descomponer el colágeno y la elastina, que son las proteínas que proporcionan estructura y soporte a la piel.
- Lesiones en la vista: los ojos tienen una gran sensibilidad a la exposición excesiva a los rayos UV, que pueden dañar los ojos. De igual manera, puede aumentar el riesgo de aparición de lesiones como cataratas, degeneración macular, quemaduras en la córnea y algunas otras afecciones oculares.
- Sistema inmunológico deficiente: la exposición excesiva al sol puede debilitar el sistema inmunológico haciendo a la persona susceptible a infecciones y otras condiciones de salud.
Emplear ropa protectora, sombreros y gafas de sol
- La ropa puede actuar como una barrera contra la alta exposición del sol y los rayos UV. Es recomendable usar indumentaria compuesta por tejidos tupidos que cubran los brazos y las piernas. De igual forma sería ideal poder usar ropa de protección solar que contenga un factor de protección ultravioleta.
- Los sombreros ayudan a proteger la cara, el cuello y las orejas de los rayos solares. Es preferible usar los sombreros que sean de ala ancha.
- Gafas de sol: pueden ayudar a proteger los ojos de los rayos UVA y UVB. Se recomienda usar gatas de sol etiquetados con protección UV.
Protegerse en sitios sombreados
Buscar protección en la sombra puede ayudar a cuidar la piel de los rayos UV. Existen dos tipos de rayos UV que son UVB y UVA.
- Estar en la sombra puede ofrecer más protección contra los rayos UVB que son los responsables por las quemaduras solares.
- No obstante, los rayos UVA penetran más profundamente en la piel y pueden promover el envejecimiento prematuro.
Revisar la piel regularmente para detectar cualquier cambio sospechoso
Revisar la piel para detectar precozmente cualquier cambio sospechoso puede ayudar a diagnosticar cualquier problema.
- Esta anomalía tiende a transformarse en una condición crónica de la piel. Los autoexámenes son esenciales para detectarlos.
- Las condiciones crónicas en la piel son muy frecuentes, pero también son tratables al detectarlas precozmente. Por eso es importante examinar la piel con regularidad para identificar cualquier cambio inusual y poder buscar atención especializada rápidamente.
Aplicar bloqueador solar con un factor de protección solar (FPS) adecuado y cobertura de amplio espectro
El protector solar constituye una barrera para la piel que puede ayudar a evitar los efectos nocivos de los rayos UV del sol. Especialistas en dermatología consideran esencial aplicarse un protector solar con un FPS adecuado y una cobertura de amplio espectro.
- Ayuda a absorber los rayos UV antes que puedan dañar la piel.
- El factor de protección solar indica el nivel de protección contra los rayos UVB. El FPS más alto implica una mayor protección frente a las quemaduras solares.
Generalidades acerca de los protectores solares
Según los expertos, los compuestos activos empleados en los protectores solares pueden clasificarse en filtros UV, orgánicos e inorgánicos. Ello se encuentra muy relacionado con su composición química y mecanismo de acción.
Los filtros orgánicos están formados por compuestos aromáticos, con capacidad de absorber la luz UV. A su vez, los filtros inorgánicos son minerales capaces de atraer, reflejar y dispersar la luz UV.
Por ello, los protectores solares que los contienen pueden absorben o reflejar los rayos UV, impidiendo que penetren la piel. Esto origina los dos tipos principales de protectores solares que existen comercialmente, los químicos y los físicos o minerales.
Según la Academia Americana de Dermatología (AAD), la protección solar es una de las formas más eficaces de prevenir estos efectos y mantener una piel sana.
Ambos tipos de protectores solares deben ofrecer una protección de amplio espectro, lo que significa que protegen tanto de los rayos UVA como de los UVB. Los rayos UVA son responsables del envejecimiento y las arrugas de la piel, mientras que los UVB son responsables de las quemaduras y el enrojecimiento de la piel.
La AAD recomienda utilizar un protector solar con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30, lo que significa que bloquea el 97% de los rayos UVB.
Vale destacar que el FPS no mide la eficacia de un protector solar contra los rayos UVA. Por ello, es muy importante buscar productos etiquetados como de amplio espectro. Pueden también cumplir su función, aquellos que contienen compuestos como óxido de zinc o dióxido de titanio. Ello se debe a su eficacia contra ambos tipos de rayos UV.
Los protectores solares son seguros y eficaces si se utilizan correctamente, pues no existen pruebas concluyentes de que ninguno de sus ingredientes sean perjudiciales.
Beneficios del uso del protector solar
El uso del bloqueador solar puede contribuir a:
Reducir el riesgo de desarrollar cáncer de piel
La protección solar puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer de piel, el más frecuente en Estados Unidos. Según una revisión realizada en 2020, la protección solar disminuyó el riesgo de cáncer de piel melanoma y no melanoma en un 40% y un 23%, respectivamente.
Según la Fundación contra el Cáncer de Piel, el uso diario regular de un protector solar FPS 15 puede reducir el riesgo de desarrollar un carcinoma de células escamosas (CCE) en aproximadamente un 40%, y disminuir el riesgo de melanoma en un 50%.
Prevenir el envejecimiento prematuro
La protección solar también previene el envejecimiento prematuro de la piel, como las arrugas, flacidez y manchas de la edad. Un estudio de 2013 descubrió que el uso diario de protector solar reducía significativamente el envejecimiento de la piel después de 4,5 años en comparación con el uso ocasional.
Prevenir el acné, quemaduras solares y trastornos de pigmentación
La protección solar también puede ayudar a prevenir el acné, quemaduras solares y trastornos de la pigmentación, como el melasma e hiperpigmentación postinflamatoria.
El protector solar debe aplicarse sobre la piel seca entre 15 y 30 minutos antes de salir y repetir cada dos horas o después de nadar. Los expertos recomiendan utilizar a diario un protector solar de amplio espectro con un FPS de al menos 30.
El protector solar debe utilizarse junto con otras medidas de protección solar, como ropa protectora, sombreros, gafas de sol y buscar la sombra.
En conclusión, la protección solar es esencial para el cuidado de la piel, ya que ayuda a protegerla de los efectos nocivos de los rayos UV, que pueden causar diversos problemas de salud y estéticos.
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Elixir Mineral Sunscreen es un protector solar elaborado a base de minerales para proteger a las personas contra las duras condiciones del sol. Es una fórmula que permite disfrutar el sol al aire libre con su fórmula ecológica, no pegajosa y no grasosa.
- Está hecho sin ingredientes tóxicos, químicos ni sintéticos nocivos, lo que lo convierte en la elección perfecta para pieles sensibles.
- Contiene ingredientes abundantes en antioxidantes y propiedades rejuvenecedoras. Ofrece protección solar de amplio espectro a la vez que hidrata y realza la piel.
- Es resistente al agua (80 minutos)
Ingredientes esenciales
- Óxido de zinc: evita que los rayos UV dañen la piel.
- Té verde: es un poderoso antioxidante abundante en vitamina B y E, que puede ayudar a mejorar el tono de la piel, disminuir el daño de los rayos UV y regular la producción de aceite.
- Aceite de coco: puede ayudar a crear una agradable fragancia natural y protectora.
- Mica: puede ayudar a reflejar la luz lejos de la cara, lo que da como resultado una piel más tersa, suave y de mejor apariencia.
Potenciales beneficios
El protector solar Elixir Sunscreen puede contribuir a:
- Proteger la piel: ayuda a bloquear eficazmente la piel de los dañinos rayos UVA y UVB y es resistente al agua.
- Rejuvenecer la piel: los ingredientes que lo contienen contribuyen a dar a la piel un aspecto natural y vital. Dentro de ellos están los extractos de hierbas altamente concentrados, incluidos el romero y el castaño de Indias.
- Hidratar la piel: la manteca de karité, combinada con centella asiática, es altamente hidratante y humectante.
Concluyendo
Según lo mostrado, aunque la radiación solar es importante para la vida en nuestro planeta y muchos procesos bioquímicos de la naturaleza, es potencialmente peligrosa para la salud.
No cabe duda, de que efectivamente la radiación solar coadyuva a la síntesis de vitamina D a nivel de la piel, la sobreexposición a la misma, conlleva un alto riesgo. Uno de los principales efectos de la radiación solar sobre la piel humana es la inducción de inflamación. Ello se manifiesta como enrojecimiento, hinchazón, dolor y calor.
La inflamación es una respuesta protectora cuyo objetivo es eliminar o reparar los daños causados por la radiación UV. Sin embargo, una inflamación crónica o excesiva también puede contribuir al envejecimiento de la piel y al cáncer.
Afortunadamente, existen ciertos productos elaborados específicamente para evitar los daños en la piel. Ellos son los protectores solares, un invento que ha sido guado por científicos y cosmetólogos.
Emplear diariamente protector solar puede ayudar a reducir la presencia de cáncer cutáneo, envejecimiento prematuro y proteger de la sensibilidad al sol (por problemas de salud o medicamentosas).
Asimismo, previene la deshidratación, inflamación y estrés oxidativo, manteniendo así la piel sana y nutrida.
Para Katharine la información recibida, la cual comparto en el post, fue muy útil para los fines solicitados. Hace poco, ella se comunicó muy entusiasmada para notificarme que ella y su madre lograron convencer a su padre.
Afortunadamente, él logró captar la fragilidad que presenta la piel frente a la radiación solar. De hecho, Katharine me comentó, que ahora ha difundido el empleo de bloqueador solar entre sus amigos más cercanos.
Melbourne, Australia
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