Desde hace algunos años se ha profundizado e investigado el efecto de los ácidos grasos ω-3 (Omega-3). Este singular compuesto lipídico posee innumerables propiedades para la salud, de hecho, hace poco publiqué un artículo acerca de sus beneficios para el cabello.
Algunas investigaciones realizadas en las últimas décadas han logrado determinar, que este ácido graso juega un papel preponderante en el control de las células cancerosas.
Estos hallazgos fueron corroborados en una investigación reciente realizada por científicos belga. De este notable e importante hallazgo científico, quiero hablarles a propósito de la inquietud de una seguidora de Washington. Su nombre es Amparo, es de origen español y tiene más de 40 años viviendo en los Estados Unidos.
Ella me comentó, que cuando arribó a Estados Unidos, estuvo viviendo diez años con su familia en Nueva York. Luego, se establecieron definitivamente en Washington. Sus padres siempre fueron muy trabajadores e incansables. Ellos, en términos generales han sido personas muy sanas, sin embargo, me comentó que su padre fue intervenido de la próstata por un problema de hiperplasia benigna.
Afortunadamente, su recuperación fue exitosa y él actualmente continúa trabajando. Sin embargo, ella y su madre se preocuparon, pues saben que la próstata es un punto débil en los hombres. Por eso, Amparo decidió realizar contacto conmigo, a fin de que le orientara acerca del empleo de algunas alternativas naturales, que le permitan proteger a su padre de un eventual cáncer prostático.
La familia es el centro de nuestra vida, por ello, opté por enviarle información acerca de las bondades descubiertas del omega-3 en la salud de la próstata. Además de ello, incorporé también el nombre de algunas fuentes de este importantísimo ácido graso.
A sabiendas, que la protección es la mejor defensa frente a las enfermedades, decidí compartirlo en mi página.
Una sencilla aproximación acerca del cáncer
Se ha logrado establecer, que el cáncer produce una división incontrolada de las células del cuerpo, generando cientos de enfermedades. Ellas se desarrollan a lo largo del tiempo, pudiendo crecer en casi todos los tejidos corporales, incluso cada tipo de cáncer posee características particulares.
El cáncer, se produce cuando una célula rompe con las restricciones normales de la división celular. Esto permite, que esta célula siga su propio programa de crecimiento y proliferación. La masa de células (tumor) formado por estas células anormales puede permanecer dentro del tejido que le dio origen. En este caso, esta condición es denominada cáncer in situ.
Ahora bien, si estas células tumorales invaden los tejidos cercanos, se denomina cáncer invasivo. Generalmente, un tumor invasivo es considerado maligno. Esto se debe, a que existe una alta probabilidad de que las células vertidas en la sangre o linfa, produzcan metástasis o nuevos tumores en todo el cuerpo.
De acuerdo a la ciencia, los tumores pueden ser una amenaza para la salud cuando su crecimiento altera los tejidos y órganos indispensables para la vida.
Hace unos treinta años, los científicos no poseían muchas explicaciones acerca de la formación de las células cancerosas. Solo se sabía, que el cáncer surgía a partir de ciertas células que proliferaban de forma incontrolada en el organismo. Además de ello se había determinado, que ciertas sustancias químicas, virus y radiación favorecían este proceso anómalo. Sin embargo, su mecanismo exacto era desconocido.
Actualmente gracias a técnicas como la biología molecular se sabe que, esta enfermedad lleva implícita una asociación entre los genes y diversas moléculas. Esto ha permitido el desarrollo de estrategias más efectivas para evitar y prevenir el cáncer.
Importancia del cáncer como patología de alto riesgo
Durante cada año, la Sociedad Americana del Cáncer realiza estimaciones acerca del número de nuevos casos de cáncer. Esta actividad es muy importante, pues esta enfermedad es un problema de salud pública en todo el mundo y es la segunda causa de muerte en los Estados Unidos.
De acuerdo a las proyecciones realizadas se estima, que para el 2021 se produzcan 1.898.160 nuevos casos de cáncer y 608.570 muertes por cáncer en los Estados Unidos. Afortunadamente, a pesar de los incrementos en la tasa de mortalidad durante el siglo veinte, esta actualmente ha disminuido.
Según los analistas, la mortalidad alcanzó su máximo valor en 1991 y luego descendió un 31%, hasta el 2018. Esta disminución según los expertos, se debe en parte a la reducción del empleo del tabaco y la optimización de los procesos de detección temprana y tratamiento del cáncer.
Después de aumentar durante la mayor parte del siglo XX, la tasa de mortalidad por cáncer ha disminuido continuamente desde su pico en 1991 hasta 2018. Esto totaliza un descenso total del 31% debido a la reducción del tabaquismo y a las mejoras en la detección temprana y el tratamiento.
Algunas generalidades acerca del ácido graso Omega-3
Los tres principales ácidos grasos poliinsaturados ω-3 o PUFAs que existen, son el ácido alfa-linolénico (ALA), el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). De acuerdo a los Institutos Nacionales de Salud, el ALA se encuentra principalmente en aceites vegetales (canola, linaza y soja). A su vez, las mejores fuentes de DHA y EPA son los peces de agua fría, en especial el atún, salmón, sardinas, arenque y caballa.
El ALA es un ácido graso esencial, se denomina así porque el cuerpo humano es incapaz de producirlo. Por ello, debe ser incorporado en los alimentos que son consumidos. Se ha logrado determinar, que el organismo puede convertir ciertas cantidades de ALA en EPA y posteriormente en DHA. Sin embargo, esto solo ocurre en proporciones muy pequeñas.
Es por ello que la forma de incrementar las concentraciones de ω-3, es a partir de los alimentos y de suplementos dietéticos como MARINE OMEGA-3
Se ha logrado definir que los ácidos grasos omega-3, cumplen un rol vital en las membranas que protegen cada célula del cuerpo. Se ha logrado definir, que las concentraciones de DHA son muy elevadas a nivel del cerebro, retina y espermatozoides. Los ω-3, son además una fuente de energía y cumplen diversas funciones en el sistema cardiovascular, respiratorio, inmunitario y endocrino.
Asimismo, los PUFAs tienen la capacidad de inducir la muerte celular apoptótica en las células cancerosas humanas. Esto ocurre bien como moléculas aisladas o en combinación con las terapias convencionales existentes para el cáncer.
De hecho, se ha establecido que a diferencia de las terapias convencionales, los Omega-3 presentan toxicidad selectiva hacia células cancerosas. Incluso, presentan muy poca a ninguna toxicidad sobre las células humanas sanas.
Estudios científicos preliminares acerca de la importancia del Omega-3
En abril de 2009 se publicaron los resultados de un interesante estudio en la revista Cell Division de Biomed Central. Este estudio corroboró que, el ácido docosahexanoico (DHA) presente en los aceites de pescado puede reducir el tamaño de los tumores.
Además de ello, posee la capacidad de potenciar los efectos positivos de un medicamento empleado en quimioterapia denominado cisplatino. Incluso, podría disminuir los efectos secundarios de este fármaco.
Este estudio fue realizado empleando animales experimentales y aportan nuevos beneficios a los múltiples ya conocidos que posee el ω-3. El mismo fue realizado por investigadores de la Universidad de Mansoura en Egipto. El equipo estuvo dirigido por el profesor A. M. El-Mowafy, estudió los efectos del DHA sobre los tumores sólidos que crecen en ciertos mamíferos.
Además de ello, lograron dilucidar como este tipo de ω-3 interactúa con el cisplatino. Se sabe que, este medicamento quimioterapéutico puede causar daños en los riñones. De acuerdo a los resultados obtenidos, los investigadores afirmaron que el DHA, posee importantes efectos quimiopreventivos, logrando además notables reducciones de los efectos tóxicos del cisplatino.
Este grupo de científicos egipcios logró establecer que, el DHA a nivel molecular posee un efecto que tiende a disminuir la acumulación de glóbulos blancos o leucocitosis. Además de ello, se logra una disminución importante del estrés oxidativo y la inflamación sistémica. Estos procesos han sido correlacionados de forma positiva contra el crecimiento de tumores.
De acuerdo a los científicos egipcios, los resultados obtenidos muestran nuevas formas de luchar contra el cáncer. En especial cuando combina de forma efectiva el cisplatino u otros fármacos de acción quimioterapéutica con el DHA.
Un estudio reciente corrobora que el Omega-3 puede eliminar células cancerosas
Como ya hemos mencionado, los PUFAs Omega-3 son esenciales para el adecuado funcionamiento del organismo. Por lo general, este tipo de ácidos grasos, son consumidos por quienes se alimentan de forma saludable. Pero en la generalidad de los casos, el consumo de dichos ácidos grasos suele ser deficiente, por lo que algunas personas emplean suplementos alimenticios.
Dentro de los ácidos grasos omega-3, el DHA, posee un rol primordial dentro de la función del cerebro, visión y regulación de diversos procesos inflamatorios. Además de estas importantes propiedades y beneficios, el DHA ha sido también asociado a una reducción de patologías cancerosas. Esto ha sido corroborado recientemente y se publicó en la revista Cell Metabolism en junio de 2021.
Este interesante estudio, fue realizado por investigadores de la Universidad de Lovaina (UCLouvain de Bélgica). Los resultados obtenidos indican que, el ácido graso poliinsaturado DHA es literalmente un veneno letal para los tumores.
Al emplear una tecnología de cultivos de células tumorales en tres dimensiones (3D) denominado esferoides, los científicos lograron comprobar una teoría que había sido enunciada en 2016 por el Profesor Olivier Feron, quien descubrió que las células en un microambiente ácido (acidosis) dentro de los tumores sustituyen la glucosa por lípidos como fuente de energía para multiplicarse.
Un trabajo en equipo siempre es más productivo
En la misma institución, el investigador Yvan Larondelle, profesor de la Facultad de Bioingeniería, es integrante de un equipo que desarrolla fuentes de lípidos dietéticos mejorados. Larondelle, al conocer sobre los hallazgos de Feron, le propuso combinar sus conocimientos en un proyecto de investigación. El proyecto en referencia propuso evaluar el comportamiento de las células tumorales en presencia de diferentes ácidos grasos.
Gracias al financiamiento de algunas Fundaciones y el teletón Télévie, se obtuvieron los recursos. Así, se identificó que las células tumorales acidóticas, respondían de forma completamente opuesta, frente al ácido graso absorbido. Este efecto, sorprendió a los responsables de esta investigación.
Según las observaciones, los científicos detectaron que algunos ácidos grasos estimulaban las células tumorales, sin embargo, un ácido graso en particular las eliminaba. Este ácido graso es el DHA, el cual produce sobre las células tumorales un fenómeno denominado ferroptosis, un tipo de muerte celular vinculada a la peroxidación de algunos ácidos grasos. Este proceso se acentúa cuando los niveles de ácidos grasos son mayores en las células.
Es preciso resaltar, que en condiciones normales, en el compartimento ácido de los tumores, las células almacenan estos ácidos grasos en gotitas de lípidos. Por lo general, estas gotitas forman una especie de paquete que protege los ácidos grasos de la oxidación.
Sin embargo, se observó que en presencia de cantidades elevadas de DHA, la célula tumoral rebasa su capacidad. Así al no poder almacenar el DHA, termina oxidándose y este efecto provoca la muerte de estas células tumorales.
Concluyendo
Posiblemente ya suene como a un lugar común, pero continuaré aplaudiendo iniciativas que profundizan sobre el empleo de terapias alternativas. Sobre todo, en el tratamiento de enfermedades devastadoras como el cáncer. Como se pudo observar, las bondades de los ácidos grasos Omega-3 asombran cada día más a la comunidad científica.
Esta vez, una brillante asociación de saberes de distintas disciplinas se juntaron en Bélgica y lograron un descubrimiento muy importante. Las células cancerosas o tumores malignos, ingieren ciertos niveles de grasas, en sustitución de los carbohidratos.
Esto ocurre en microambientes ácidos por efecto de la ferroptosis inducida por el DHA, un tipo de ácido graso ω-3. Este importante hallazgo permitió detectar agentes naturales, que permiten controlar y evitar la presencia de células cancerosas.
La gran ventaja de este potencial tratamiento, es que no produce efectos secundarios. Además de ello, se puede incluir en nuestra rutina alimenticia de forma preventiva. De hecho, investigaciones realizadas en el 2009, ya habían corroborado que el DHA reduce la toxicidad y produce efectos quimiopreventivos. Incluso, puede reducir los efectos tóxicos del cisplatino, un fármaco empleado frecuentemente en quimioterapia.
Amparo, sabía desde hace mucho la importancia de una alimentación saludable, pues toda su vida empleó una dieta mediterránea. Para ella, el material recibido corroboró algunas cosas, pero también le motivó a incrementar sus niveles de Omega-3. Lo que le envié a ella, es lo que aparece en el post.
Hasta ahora no deja de agradecer por compartir con ella estos sencillos conocimientos. Me comenta, que sus padres realmente quedaron asombrados por los efectos del DHA. De hecho, decidieron no descuidar sus raciones de pescado graso en su dieta mediterránea y acompañarlo con el suplemento de Omega-3, que elaboro en mi laboratorio.
Amparo realmente pudo corroborar, que una vida sana y alimentos adecuados establecen una gran diferencia.
“La otra maravillosa función de los omega 3 es que inactiva y frena las células metástasticas. Forma una cápsula peritumoral y alcaliniza la sangre para hacer más difícil la exportación de células tumorales.”
Dr. Luis Montel
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https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33433946/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4773771/
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https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK20362/
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https://medicalxpress.com/news/2009-04-omega-cancer-cells.html
https://www.sciencedaily.com/releases/2009/04/090401200441.htm
https://ods.od.nih.gov/factsheets/Omega3FattyAcids-Consumer/