Herpes Zoster: Causas, Síntomas y Tratamiento

De acuerdo a la ciencia, la tercera parte de las personas de los Estados Unidos desarrollarán herpes zóster a lo largo de sus vidas. Existen diversos tratamientos farmacológicos de primera línea empleados para esta patología, sin embargo, suelen producir efectos adversos en algunas personas.

Afortunadamente se cuenta con algunas alternativas naturales, que han sido bien estudiadas para manejar el herpes zoster y sus efectos.

De esta enfermedad, que ha acompañado desde hace siglos a la humanidad voy a hablar a solicitud de Suzanne. Ella es una seguidora de Georgia, y decidió realizar contacto conmigo a raíz de que su madre fue diagnosticada con herpes zóster.

Cuando ella acudió a su médico de atención primaria, le enviaron una serie de medicamentos tradicionales para tratar esta dolencia. Entre ellos destacaban el Aciclovir y Gabapentina, medicamentos que su madre había utilizado anteriormente, en procesos infecciosos virales.

No obstante, Suzanne me comentó, que al emplearlos su madre experimentó molestias como dolor de cabeza, náuseas y vómitos. A causa de ello, ella estaba decidida a buscar algunas alternativas naturales para aliviar el ardor que le producían las lesiones a nivel del abdomen.

Al comprender la postura de la madre de Suzanne opté por enviarle un dossier donde le mostraba algunas realidades actuales.

De esta forma, le presenté algunas generalidades acerca del herpes zóster, sus causas, síntomas y tratamientos. Le incluí además, los fármacos de uso más frecuente. Por supuesto, no dejé de evidenciar alternativas naturales, que ha sido debidamente estudiada.

Dada la prevalencia de esta enfermedad, consideré importante compartir esta información con vosotros.

Generalidades acerca del Herpes Zóster

Hasta ahora las investigaciones han determinado, que el herpes zóster o culebrilla es una infección de origen viral. De acuerdo a la ciencia, se produce por la reactivación del virus de la varicela zóster (VZV). Se sabe actualmente, que el virus logra permanecer en estado latente a nivel de los ganglios, posterior a una infección.

De hecho, este virus podría afectar potencialmente al 99,5% de las personas en Estados Unidos que han padecido varicela. Incluso después de esta enfermedad, el virus permanece en nuestro cuerpo y pueden pasar muchos años hasta que reaparezca. Por ello, su presencia en los adultos mayores es muy común.

Por lo general, esta patología se reactiva de forma más frecuente en personas mayores de cuarenta años. Se cree, que esto ocurre por la degeneración del sistema inmunulógico y la pérdida de capacidades para combatir infecciones virales. Se estima, que la tercera parte de los estadounidenses desarrollaran culebrilla a lo largo de su vida.

No obstante, a diferencia de las infecciones causadas por el virus del herpes simple, que normalmente es de forma recurrente, el herpes zoster normalmente aparece una sola vez en la vida. Pese a esto, existe un 4% de personas que experimentan más de un brote a lo largo de su vida.

¿Cuáles son los principales síntomas del herpes zoster?

De acuerdo a los diversos estudios adelantados hasta la fecha se logró establecer, que el HZ estimula la producción de lesiones vesiculosas (semejantes a las de la varicela). Esas lesiones se manifiestan a lo largo del trayecto de un nervio. En la mayoría de los casos afecta los nervios intercostales, los cuales se sitúan entre las costillas.

Ello incluye, una banda que abarca desde la espalda hasta el área ubicada en la porción anterior del tórax. Sin embargo, las lesiones pueden también presentarse desde la zona lumbar hasta la abdominal, pudiendo incluir las extremidades.

Es importante señalar, que las lesiones se presentan en un solo lado del cuerpo, bien a la izquierda o a la derecha y de forma gradual. Se sabe, que la afectación más grave ocurre en los nervios de la cara. Ello puede desencadenar alteraciones a nivel de ojos (herpes oftálmico), boca, lengua y oídos (síndrome de Ramsay-Hunt).

En forma general, el HZ provoca lesiones que suelen ir apareciendo a lo largo de varios días y pueden acompañarse de picor local o dolor, sobre todo si afecta a personas mayores. El dolor puede aparecer entre 48 y 72 horas antes de que broten las lesiones. Ellas producen un sarpullido de color rojo y ampollas llenas de líquido.

Aproximadamente una semana después, las lesiones se transforman en costras y posteriormente desaparecen sin secuelas. Debemos resaltar, que mientras no se forme la costra, las ampollas pueden contagiar debido a que poseen el virus varicela-zóster.

La presencia de las ampollas durante períodos mayores a dos semanas, podría indicar que el sistema inmunológico no funciona normalmente.

¿Qué complicaciones produce la culebrilla?

Se ha observado, que las personas infectadas con HZ presentan diversas afecciones asociadas a la presencia de esta enfermedad. De acuerdo a las investigaciones se ha establecido, que una de las más recurrentes es el dolor de los nervios.

Este síntoma es conocido como neuralgia postherpética (NPH), una patología muy peligrosa. Cuando está presente, se siente un dolor urente, es decir se percibe como una sensación de escozor, punzante y ardiente.

Por lo general, la NPH se manifiesta en los lugares donde estuvo presente el sarpullido ocasionado por la culebrilla. De hecho, este efecto podría llegar a prolongarse muchos meses, hasta años después de haber desaparecido el sarpullido.

Se sabe, que el dolor de la NPH puede ser muy intenso y debilitante, pudiendo interferir negativamente en la vida diaria. Se ha logrado establecer, que entre el 10 al 18% de las personas que contraen la culebrilla experimentarán NPH.

Es sabido, que el riesgo de padecer NPH se incrementa con la edad, incluso una persona menor de cuarenta años en pocas ocasiones presenta NPH. De hecho, los dolores son más duraderos e intensos en la medida que la persona posee mayor edad.

Es importante puntualizar, que las personas que presentan infección con HZ manifiestan una serie de complicaciones clínicas especiales. A saber, sobreinfección bacteriana, HZ diseminado, HZ oftálmico, HZ profundo, HZ purpúrico, HZ del sistema nervioso central y HZ ótico.

Posibles complicaciones producidas por Herpes Zóster

  • Sobreinfección bacteriana: En ocasiones las lesiones que el herpes produce en la piel pueden sobreinfectarse por la presencia de bacterias. Esto puede complicarse si las personas se rascan frecuentemente. En esos casos, generalmente se administran antibióticos.
  • Síndrome de Ramsay-Hunt: denominado también herpes zóster ótico, se caracteriza por la presencia de un fuerte dolor de oído y ampollas con líquido en la oreja y el canal auditivo. Se produce también una parálisis temporal o permanente de un solo lado de la cara, puede llegar a producirse la pérdida de la audición.
  • Herpes oftalmicus: la afectación del herpes a nivel de los ojos genera como primer síntoma un hormigueo en la frente (conocido como pródromo). Se puede presentar sensibilidad a la luz, enrojecimiento, dolor e inflamación de los párpados. Proceso que podría ocasionar glaucoma y producir ceguera si no se trata apropiadamente
  • Herpes diseminado: en este caso las lesiones del herpes no se encuentran localizadas, sino que se manifiestan por todo el cuerpo, a semejanza de la varicela. Algunos estudios han determinado que esta infección es potencialmente grave y suele manifestarse en pacientes inmunodeprimidos, por efecto de cáncer o un trasplante.

Tratamientos más frecuentes empleados para el HZ

De acuerdo a la Academia Americana de Médicos de Familia (AAFP), el tratamiento de la culebrilla posee tres objetivos principales. Ellos son:

  • Tratar la infección viral aguda
  • Atender el dolor agudo asociado al herpes zóster
  • Prevenir la neuralgia postherpética.

A los fines de alcanzar dichos objetivos, por lo general se emplean agentes antivirales, corticosteroides orales, además de ciertas modalidades complementarias individualizadas para el tratamiento del dolor.

Medicamentos antivirales

Según los especialistas, los agentes antivirales pueden favorecer la disminución del tiempo que dura la erupción del HZ. Incluso, también podrían reducir la gravedad del dolor asociada con el proceso eruptivo. No obstante, estos efectos solo se consiguen en quienes son tratados con agentes antivirales 72 horas después de la erupción.

De hecho se ha observado, que estos fármacos pueden ser favorables mientras exista formación activa de lesiones. Sin embargo, no se ha observado su utilidad en lesiones que hayan formado costra.

Numerosos estudios múltiples han arrojado resultados variables. Aunque el tratamiento con Aciclovir, produce reducciones moderadas sobre el desarrollo de la neuralgia postherpética. Asimismo, existen otros medicamentos (Famciclovir y Valaciclovir) con acción antiviral semejante al Aciclovir.

De acuerdo a los especialistas, la elección del medicamento antiviral a emplear es individualizada. Sin embargo, sugieren considerar la forma de dosificación y el costo del medicamento.

Medicamentos corticosteroides

Este tipo de fármaco es muy empleado por vía oral en el tratamiento del HZ. Uno muy común es la Prednisona, que es empleado junto al Aciclovir para la reducción del dolor asociado al HZ. Su empleo logra disminuir la neuritis y la disminución del daño residual a nivel de los nervios afectados.

Algunos especialistas sugieren su empleo sólo en pacientes de más de 50 años. Ello debido a la mayor propensión de desarrollar neuralgia postherpética.

Medicamentos analgésicos

Dado que, el dolor asociado al HZ puede ser a veces insoportable, la Biblioteca Nacional de Medicina sugiere el empleo de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos. Estos medicamentos administrados adecuadamente permiten reducir el dolor y ansiedad.

Dentro de ellos destacan el Ibuprofeno y Naproxeno. Sin embargo, es importante hablar con el médico tratante antes de utilizarlos. Sobre todo si presenta sangrado estomacal, úlceras gastrointestinales, hipertensión y cardiopatía.

Medicamentos de uso tópico

Según los expertos, se pueden emplear en lesiones abiertas lociones contentivas de calamina para aliviar el escozor y dolor. En zonas que ya hayan generado costra pueden emplearse para aliviar el dolor, cremas en base a capsaicina y lidocaína.

Plantas medicinales

La medicina naturopática ha mostrado muchos efectos positivos sobre el HZ. Un estudio publicado el 2021 en Medicine Case Reports and Study Protocols mostró el efecto de una crema tópica contentiva de diversas plantas medicinales. Dentro de ellas se incluía el toronjil, lavanda, regaliz, hierba de San Juan, ginseng siberiano y sarracenia.

Este estudio se efectuó considerando el efecto antiviral, analgésico, antiinflamatorio y vulnerario (curan heridas y llagas) de las mismas. Los investigadores demostraron, que el empleo de esta formulación botánica produjo mejorías durante los primeros días de tratamiento.

Ello incluyó la disminución del nivel del dolor, número y tamaño de las lesiones. Esto permitió demostrar la eficacia potencial de una formulación botánica tópica en el tratamiento de brotes activos de HZ.

Ejemplos de decocción casera para el alivio de las molestias causadas por HZ

Infusión de toronjil

El nombre botánico del toronjil es Melissa officinalis. Es también conocida como melisa u hoja de limón. Posee comprobadas propiedades digestivas, antiespasmódicas, sedantes, analgésicas, tónicas y diuréticas. Su empleo se puede realizar de forma oral o bien por vía tópica.

Sus efectos calmantes se deben a la presencia de polifenoles, con comprobados beneficios sobre ciertos virus como el HZ.

¿Cómo realizarlo?

  • Agregar una taza de agua filtrada en un recipiente mediano
  • Llevar al fuego hasta que hierva
  • Agregar una cucharada de hojas frescas de toronjil y hervir a fuego lento durante cuatro minutos
  • Separar del fuego, dejar reposar y colar
  • Bebe aún tibio añadiendo miel orgánica si lo deseas o utilizando LIQUID STEVIA
  • Puedes aplicar también esta decocción sobre la piel ya cicatrizada para el alivio del dolor. Puedes realizarlo empleando una gasa estéril.

Aloe y miel

De acuerdo a los estudios, el gel de aloe posee una serie de principios activos dentro de los que destacan los polisacáridos, alantoína, ácido salicílico, alantoína, vitamina E y zinc. Posee además ciertas enzimas como la ciclooxigenasa, amilasa, lipasa, fosfatasa alcalina, carboxipeptidasa y bradicinasa.

Todos estos compuestos logran disminuir los procesos inflamatorios, estimulan la formación de fibroblastos y el tejido conectivo.

La miel a su vez ha demostrado diversos efectos positivos sobre el tratamiento de lesiones en la piel y reparación de los tejidos, poseyendo además importantes efectos antisépticos. Por los que resulta una excelente opción natural para tratar la erupción del zoster.

¿Cómo realizarlo?

  • Extraer el gel de una hoja de aloe orgánico
  • Colocarlo  en un recipiente con tapa y añade una cucharadita de miel orgánica
  • Homogeneizar empleando un tenedor para suavizar el gel
  • Aplicar sobre la zona afectada dos veces al día y dejar actuar por treinta minutos
  • Lavar la zona afectada con agua a temperatura ambiente y secar muy bien.

Regaliz

La raíz de esta planta posee más de 4.000 años de empleo. Esta planta posee un principio activo dulce denominado ácido glicirrícico (AG).

Esta planta es empleada en las medicinas tradicionales del mundo, tanto en oriente como occidente. Además de su empleo como edulcorante y aromatizante, posee reconocidos efectos terapéuticos gracias a sus propiedades antivirales.

En muchos países, el AG se emplea como componente terapéutico para el tratamiento de la hepatitis viral crónica y la dermatitis alérgica. Posee además propiedades antiulcerativas, antihepatotóxicas, antivirales y antiinflamatorias. Algunos estudios han mostrado, que es capaz de inhibir el virus de herpes zóster (HZ).

¿Cómo realizarlo?

  • Añadir una cucharadita de regaliz en polvo a dos cucharadas de agua filtrada y hervida
  • Mezclar muy bien hasta formar una pasta
  • Aplicarla en capa fina sobre la zona afectada
  • Dejarla actuar veinte minutos y retírarla con abundante agua a temperatura ambiente.

Concluyendo

Como se vio, la culebrilla o herpes zóster (HZ) es una afección ocasionada por el virus que produce la varicela. De acuerdo a los científicos, este virus permanece en el organismo de forma latente durante toda la vida. Por ello, no es de extrañar que la tercera parte de los habitantes de los Estados Unidos lleguen a padecer esta enfermedad.

Es importante destacar, que no siempre la medicina tradicional debe ser rechazada de plano. Esto lo menciono porque en el caso de la culebrilla, existen ciertos antivirales que a pesar de tener algunos efectos adversos sobre ciertas personas, han sido bastante eficientes.

De hecho, existen algunas variantes de ellos muy válidos de emplear, sobre todo si se desea una mayor actividad del compuesto activo a nivel celular con menor número de tomas diarias. Incluso se ha determinado, que algunos de ellos como ciertos corticosteroides, poseen un mejor efecto en personas mayores de cincuenta años.

Según los expertos, lo ideal es administrar estos medicamentos en un lapso no mayor de 72 horas, una vez que empiezan los brotes del Herpes Zoster.

Vale destacar, que recientemente se han realizado algunas pruebas con ciertas plantas que han sido empleadas de forma tradicional. En estas pruebas se comprobó la eficacia de ciertas plantas para tratar el Herpes Zoster. Dentro de ella destacan el toronjil, hierba de San Juan y Regaliz.

Para Suzanne la información recibida, la cual muestro en el post, fue de mucha utilidad. Ella me comentó, que compartió la información con su madre y ella se mostró muy receptiva. De hecho, le hizo algunas sugerencias al médico para que le cambiara el tratamiento y realmente mejoró mucho sus dolencias. Por supuesto, incluyó además la decocción de toronjil.

“Este estudio de caso proporciona apoyo a que un protocolo botánico alternativo puede representar un tratamiento más eficaz del virus de la varicela-zóster que conduce al desarrollo del herpes zóster”

Vanessa Ferreira, ND y Jeffrey Langland, PhD

Instituto Ric Scalzo de Investigación Botánica

Tempe, Arizona.

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