☑️ La Nutrición Y Estrategias Naturales Ofrecen Esperanza Contra COVID-19

La pandemia, ha obligado a buscar diversas vías, a los fines de obtener soluciones satisfactorias. Dentro de ellas, durante los últimos tiempos, ha estado siendo muy mencionada la medicina ortomolecular. Este concepto no es reciente, ya en el año 1968, el premio Nobel Linus Pauling, había acuñado este término.

Y precisamente esto ocurre porque existe un grupo de médicos, que han estado investigando por muchos años, el efecto de ciertos compuestos naturales. Entre ellos ciertas vitaminas, como la vitamina C. Muchas de estas aseveraciones, han encontrado diversidad de opiniones en contra. Esto ha hecho que se hayan presentado, ciertos debates a nivel de algunos científicos y ciertos organismos gubernamentales.

De estas estrategias naturales voy a ahondar un poco, a solicitud de algunas seguidoras, realizada desde hace algunas semanas. Realmente, el hecho de tener más tiempo en casa, ha permitido que muchas personas, puedan acceder con más frecuencia a internet. Esto, hace que puedan estar más proactivas  en la búsqueda de ciertas verdades. Últimamente y es lógico, se interesan sobremanera, en formas alternativas, que permitan minimizar y proteger de los efectos del COVID-19.

Estas seguidoras, en su mayoría, están conscientes de que no existen varitas mágicas para el nuevo coronavirus. Y por supuesto, como muchas personas desean con gran ansiedad, que se concrete la anhelada vacuna. Por ello, prefirieron no quedarse de brazos cruzados, y solicitaron mi apoyo.

Un sistema inmunológico saludable es vital

He insistido mucho la necesidad de tener un sistema inmunológico fortalecido para poder estar saludables y poder de esa manera prevenir enfermedades, así como enfrentar muchas enfermedades crónicas que se presentan. Esto es la base fundamental para un cuerpo sano, soportados en un estilo de vida con un régimen alimenticio con los nutrientes requeridos,  actividades físicas que mantengan el cuerpo en movimiento y pensamientos de optimismo que confieren tranquilidad emocional.

Conociendo, que una gran cantidad de científicos, han estado investigando de forma ininterrumpida, presento algunas ideas interesantes, extraídas de sus trabajos. En función de ello, menciono ciertos nutrientes y algunas fuentes alimenticias que los contienen, a efectos de una nutrición equilibrada. Se sabe desde hace algunos años, que ellos, pueden favorecer el sistema inmunológico, lo cual es fundamental, para la prevención y el manejo de infecciones virales.

Desentrañando un poco acerca de la nutrición e infecciones virales

Aunque no existen muchos referencias, acerca de la nutrición, en presencia del covid-19 como tal, existe una serie de datos de ensayos clínicos anteriores, que toman en cuenta, la nutrición en enfermedades virales. Esto es muy importante, debido a que muchas de éstas, ocasionan enfermedades respiratorias como el actual coronavirus. Y por supuesto, esto permite tomar estas investigaciones, basadas en enfermedades que son transmitidas, por ciertos tipos de coronavirus. Entre ellos, el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) y el Síndrome Respiratorio de Medio Oriente (MERS).

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La ciencia dice, que una nutrición equilibrada, favorece el mantenimiento de la inmunidad. Es decir, al potenciar el sistema inmunológico, se puede alcanzar la prevención y el manejo de las infecciones de orígen viral. En la actualidad, no existe ni medicina preventiva, ni curativa frente al COVID-19. Por ello, es tan importante la potenciación del sistema inmunológico, como un escudo protector estratégico.

Una nutrición inadecuada, puede desencadenar incrementos en la morbilidad (cantidad de personas enfermas en un lugar y tiempo determinados), además de la mortalidad. Además, posee impactos económicos que afectan los sistemas de atención de salud. Además de ello, los descalabros económicos, afectan también diversas aristas vinculadas con una nutrición adecuada. Se ha establecido también, que las infecciones condicionan en gran medida la morbilidad y la mortalidad, ocasionadas principalmente por el incremento de las tasas de infección y la lentitud del proceso de recuperación.

Las investigaciones, han permitido clarificar que los procesos infecciosos, incrementan la demanda de diversos nutrientes. Así, la nutrición proteica, energética o de micronutrientes, favorece el adecuado desempeño del sistema inmunológico. Al haber deficiencia de estos nutrientes, se afectan las respuestas inmunes.

Buscando respuestas positivas frente al COVID-19

Recientemente, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estimaron que más de un tercio de las infecciones ocasionadas por el nuevo coronavirus, son asintomáticas. Esto indica, que las estimaciones iniciales de su gravedad se sobreestimaron en gran medida. De aquí se infiere, que, quienes poseen un sistema inmunológico más fuerte, se ven sometidos a menos riesgos que quienes poseen complicaciones.

Estas complicaciones, suelen ser básicamente de dos tipos:

  • Comorbilidades o enfermedades preexistentes, tales como diabetes, hipertensión, obesidad, algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares.
  • Deficiencias nutricionales: especialmente vitaminas, minerales y probióticos.

Ye en otras ocasiones se ha mencionado que el nuevo coronavirus, es un virus de ARN, el cual afecta la superficie celular de diversos sistemas, que involucran muchos órganos importantes. Entre ellos están el corazón, el sistema digestivo y el respiratorio.

Estas son algunas de las diversas manifestaciones están:

  • Tos, fiebre, dolor de garganta, pérdida del olfato, dolor de cabeza, disnea y dolores musculares(mialgia).
  • Daños a nivel de alvéolos pulmonares, en varios pacientes graves de COVID-19.
  • Daños a nivel del sistema circulatorio, lo cual impide un adecuado transporte de los glóbulos rojos responsables de oxigenar el organismo.
  • Presencia de dificultad respiratoria y sepsis en muchos enfermos de COVID-19. Por ello, se incrementa el riesgo de cuidados intensivos y empleo de respiradores, con la posibilidad de fallecimiento.

Se ha observado que micronutrientes con gran poder antioxidante como la vitamina C, pueden desempeñar un rol fundamental. Sin embargo, se debe tener claridad, que esta vitamina, si no se repone, puede agotarse velozmente. Por ello, es importante, potenciar el sistema inmunológico,  que,  posiblemente no evitará la infección, sin embargo, impedirá que se produzcan complicaciones graves.

¿Qué función desempeñan los ingredientes bioactivos en el sistema inmunológico?

Se ha hecho gran mención que el COVID-19 posee muchas semejanzas con brotes ocurridos durante este nuevo siglo. Uno de estos es el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), ocurrido entre el 2002 y 2004. También, al Síndrome Respiratorio de Medio Oriente (MERS) el cual se encuentra activo desde el año 2012, hasta la actualidad.

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Estas enfermedades, se afianzan con fuerza en el tracto respiratorio inferior (tráquea, bronquios, pulmones). En su primera etapa, ambas enfermedades, manifestaron cuadros clínicos similares como estados febriles y tos. Esto condujo, lamentablemente a un porcentaje significativo de casos mortales, en especial, en personas vulnerables. Entre ellas, personas mayores, fumadores y quienes poseían un sistema inmunológico débil.

Es importante resaltar que, por los momentos, el único escudo real contra COVID-19 es su propio sistema inmunológico. De acuerdo a revisiones recientes, se ha identificado que son muchos los micronutrientes necesarios para lograr equilibrar este  sistema. Dentro de estos compuestos destacan ciertas vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales y probióticos. A saber: vitaminas A, B6, B9 (ácido fólico), B12, C, D y E. Ácidos grasos Omega-3 y Omega-6. Además de los minerales cobre, magnesio, selenio, hierro y zinc. Se ha logrado verificar incluso, que entre ellos existen correlaciones, en cuanto al modo de acción en el metabolismo.

Los nutrientes o compuestos dietéticos, que poseen mayor evidencia científica son la vitamina C, vitamina D y zinc. Por ello, se centrará la mayor atención en ellos..

  • Hablando un poco acerca de la vitamina C

Tradicionalmente, se ha empleado para mejorar el desempeño del sistema inmunológico.  Se ha logrado establecer que ella es captada por los glóbulos blancos. Además, se ha observado que apoya la función de barrera epitelial contra patógenos. Fortalece de esta manera, las funciones celulares de los sistemas inmunes adaptativo e innato, logrando también, impedir el estrés oxidativo. Su efecto positivo, ha sido bien referenciado en pacientes con pneumonía, observándose incluso reducciones de dicha patología, hasta en un 80%.

Se ha logrado corroborar, que niveles de hasta 200 mg de vitamina C al día, reducen la tasa de mortalidad. De hecho, se han encontrado reducciones de hasta un 80%, en adultos mayores con ´pneumonía severa. Incluso, estudios realizados en bebés, han permitido demostrar, que niveles de 200mg, administrados diariamente, permite la mejora de los niveles de oxígeno en menos de 24 horas. Además, se ha observado la disminución de la mortalidad y una mayor velocidad de recuperación.

Bien se esté empleando para la prevención o para tratar alguna infección viral, la ingesta de vitamina C, es fundamental. Uno de los pioneros, en el uso a nivel clínico de la vitamina C para el tratamiento de infecciones, fue el Dr. Frederick R. Klenner. El empleó altas dosis de esta vitamina en diversas enfermedades, mediante su administración intravenosa. Entre ellas se mencionan: herpes zóster, mononucleosis, artritis, sarampión y paperas. En la actualidad, se están realizando ensayos clínicos con vitamina C intravenosa, en Wuhan, China. Los resultados se esperan para septiembre de 2020. Dentro de las fuentes naturales de vitamina C, se mencionan: naranja, pomelo, limón, kiwi, fresas, guayaba, ciruelas kakadú y melón. Además de pimientos rojos y verdes, espinacas y brócoli.

  • Recordando la importancia de la vitamina D

La ciencia, posee una cantidad de estudios, que permiten establecer una serie de interrelaciones entre la vitamina D, afecciones respiratorias y los virus. Incluye, la neumonía adquirida en la comunidad, denominada también extrahospitalaria. Esta patología, se presenta de forma más grave en bebés y niños pequeños. También incluye, personas mayores de 65 años y aquellos que presentan problemas de salud o sistemas inmunitarios frágiles. La principal fuente de vitamina D para los humanos, es la que se sintetiza por medio de la exposición a la luz solar. Esta forma de vitamina D, se denomina colecalciferol o vitamina D3.

Una forma adecuada de lograr esta suplencia es la exposición de unos 20 minutos a la luz de la mañana entre las 9 am y 12 del mediodía. Funciona también entre las 3 y las 5 pm. De hecho, la vitamina D producida de esta forma, puede permanecer en la sangre, hasta dos veces más tiempo que aquella que se abastece mediante el empleo de suplementos. De acuerdo a cierta información difundida, se sabe que, la Sociedad Internacional de Inmunonutrición, ha propuesto algunas medidas. Ellas se encuentran, en el marco de la pandemia actual por COVID-19, e incluyen la ingesta de entre 400 UI – 2000 UI de vitamina D, para fortalecer el sistema inmune.

Se ha logrado establecer, que la vitamina D, posee niveles muy eficientes como inmunorregulador, encontrándose receptores de esta vitamina en la gran mayoría de las células del sistema inmunitario (linfocitos B y T, monocitos y macrófagos). Son fuente importantes de vitamina D el yogur natural y los huevos de granja enter otros. Está a disposición de todos mi fórmula  VITAMIN D 10,000 IU, científicamente elaborada, el cual se encontrará en mi Vitatienda..

Destacando el papel del zinc

Este micronutriente es considerado como un protector de la función inmune. Se sabe, que posee un rol vital, en las vías de la regulación de las células inmunes, tanto innatas como adaptativas. De acuerdo a estudios realizados, a nivel pediátrico, se logró verificar que la suplementación con zinc durante más de 3 meses previene la neumonía en niños menores de 5 años. Además de ello, en adultos mayores, se ha corroborado, que niveles inadecuados de zinc, afectan el desempeño del sistema inmunológico. Esto incluye, vulnerabilidad frente a los patógenos, además de una mayor propensión y duración de enfermedades respiratorias como la pneumonía.

Vale destacar, que este micronutriente, es requerido en bajas cantidades y se encuentra en muchos alimentos. La Ingesta Diaria Requerida (IDR), de zinc, es de ocho miligramos al día para mujeres y once miligramos para hombres. El mismo se encuentra de forma natural en muchos alimentos, encontrándose disponible en suplementos dietéticos como ZINC PICOLINATE 50 mg.

En Australia, un grupo de científicos, ha venido realizando pruebas a lo largo de muchos años, mediante el empleo de cloruro de zinc intravenoso. Esto ha permitido, lograr la restauración de ciertos órganos, deteriorados por efecto de la falta de oxígeno. Esto, resulta muy prometedor para pacientes con COVID-19, quienes muchas veces llegan a sufrir una falta de oxígeno grave a nivel corporal.

Los científicos australianos, desean mostrar una vía esperanzadora. Es decir, por medio de este estudio, se podrían diseñar estrategias para el tratamiento y prevención del COVID-19. Prevención, mediante una ingesta adecuada de este microelemento en la dieta y tratamiento, mediante su futuro empleo, en su empleo intravenoso.

Dentro de las fuentes naturales de zinc, se mencionan: quinoa, semillas de sandía, semillas de calabaza, linaza, huevos, y nuez pecana o americana.

Concluyendo

Gracias a los esfuerzos, de muchos hombres de ciencia se han heredado una serie de conocimientos, que hoy han ido siendo desvelados en diversidad de ensayos clínicos. Muchas de las estrategias naturales, que hoy ofrecen una ventana esperanzadora contra el COVID-19, parte de una base ya conocida por muchos.  Y esto no es más ni menos que una alimentación equilibrada donde muchos micronutrientes se complementan entre sí, para brindar fortaleza al sistema inmunológico.

No todos los nutrientes importantes fueron mencionados de forma particular. Pero a pesar, de que tal vez no existan referencias directas sobre el COVID-19, muchos de ellos poseen efectos muy valiosos. Por ello, otras vitaminas como A, B6, B9 (ácido fólico), B12 y E. Además de ácidos grasos Omega-3 y Omega-6, probióticos y minerales como cobre, selenio, hierro y magnesio, con destacados roles fisiológicos. El caso particular de la vitamina C o ácido ascórbico, realmente es emblemático. Porque cada día es más evidente, que esta noble vitamina, fortalece el sistema inmunológico, estableciéndose que posee once mecanismos antivirales. Además de ello, esta vitamina es muy importante para el adecuado desempeño de los glóbulos blancos, transportando grandes cantidades de vitamina C.

La compilación de información que logré recabar, se la envié a las seguidoras que así me lo pidieron. Es la misma información, que ahora comparto aquí en el post. De hecho, tres de ellas, que son amigas entre sí, han estado incluyendo en su dieta muchas hortalizas y frutos con alto contenido de vitamina C. Me mencionaron, que ahora están presentes en su alimentación vegetales como brócoli, pimientos, y frutas como guayaba y kiwi. Me aseguraron incluso, que acostumbran a beber no menos de dos vasos diarios de agua con limón. Esto les ha permitido permanecer sanas, alejadas de resfriados y otros virus indeseables.

“Es posible que tengamos una gran cantidad de personas portadoras del virus COVID-19 y sin ningún síntoma. Y diría que, si se alimentan bien y toman sus vitaminas, eso evitará que se propague”

Dr. Andrew Saul

Editor en jefe del Servicio de Noticias de Medicina Ortomolecular

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