Según variados análisis, la modernización ha incrementado enormemente la esperanza de vida. Sin embargo, todos en mayor o menor medida hemos comprobado que la naturaleza del estrés ha cambiado también drásticamente. Se ha estudiado, que el estrés crónico produce fallos sobre diversas funciones corporales.
Ello se traduce en diversas enfermedades, que se vinculan a su vez con procesos de inflamación crónica. El estrés, es una afección del mundo moderno y ataca muchos sistemas corporales de forma silenciosa.
De este tema tan interesante les hablaré a solicitud de Sofía, una seguidora de Puerto Rico. Ella es una mujer de mediana edad, madre de un adolescente y una incansable trabajadora del área administrativa en un Centro Comercial muy concurrido.
Ella se comunicó conmigo para comentarme acerca de una situación, que le ha tenido preocupada desde finales de marzo. Se trata de una serie de afecciones, que han aparecido últimamente en su piel sin razón aparente. Sofía acudido a un especialista de confianza, el cuál de acuerdo a lo conversado con ella acerca de sus hábitos, no detectó ninguna causal física de estas anomalías.
No obstante, Sofía me comentó que el médico asomó la posibilidad de que el estrés pudiera haber influido. A raíz de este diagnóstico, ella decidió solicitar mis apreciaciones profesionales acerca de esta afirmación. Rápidamente le respondí y le confirmé, que el especialista tuvo razón, pues el estrés muchas veces induce algunas patologías insospechadas.
A fin de ahondar acerca del tema, preparé para ella un material donde recogí las generalidades acerca del estrés. Le mencioné además, cuáles son las enfermedades más frecuentemente activadas por el estrés y algunas formas de manejarlo para contrarrestar sus efectos.
Este es un tema que es recurrente a nivel mundial, por ello consideré de suma importancia compartirlo con vosotros.
Generalidades acerca del estrés
Para la ciencia, el estrés crónico se refiere a una respuesta fisiopatológica inespecífica. Ella generalmente es ocasionada por el cambio del estado estable del organismo bajo la estimulación a largo plazo de diversos factores adversos internos y externos.
Para la Asociación Americana de Psicología (APA), se trata de una “experiencia emocional molesta que viene acompañada de cambios bioquímicos, fisiológicos y conductuales predecibles.”
Por lo general, el estrés es una experiencia emocional que viven las personas cuando son sometidas a situaciones de presión a las que resulta difícil adaptarse. Generalmente, es descrito como una sensación de agotamiento, preocupación y agobio. La misma afecta a personas de todas las edades, género y circunstancias personales, ocasionando problemas físicos y psicológicos.
A pesar de estos problemas evidentes, ciertas situaciones resultan contradictorias. Una de ellas, es una encuesta acerca del Estrés en los Estados Unidos realizada por la APA. En ella, se logró desvelar que un 33% de los estadounidenses nunca solicitan a sus proveedores de salud acerca de posibles formas de manejar el estrés.
Se sabe, que el estrés crónico puede ser causado por ciertos factores cotidianos que no son atendidos o manejados adecuadamente. Por lo general en este caso, el estrés suele ser de origen psicológico. Lo que suele generar sentimientos de depresión, tristeza y tensión.
De forma cotidiana, el estrés es ocasionado por las finanzas, acontecimientos cotidianos, trabajo y familia. Según la Biblioteca Nacional de Medicina, el estrés de corta duración podría ser positivo porque puede ayudar a evitar algún peligro o cumplir con fechas límite para culminar alguna labor. Sin embargo, cuando este tipo de estrés se prolonga podría acarrear problemas de salud.
Principales tipos de estrés
Estrés agudo
Este tipo de estrés, se refiere al que se produce a corto plazo y con frecuencia suele desaparecer rápidamente. A manera de ejemplos destacan, situaciones que obligan a frenar el vehículo de forma repentina o cuando aparece un perro frente a nosotros cuando caminamos. Suele desencadenarse además, frente a situaciones emocionantes (un examen, exposición, entrevista) o se realiza algo nuevo.
En 1994 se reflejó por primera vez el trastorno por estrés agudo (TEA), en el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, cuarta edición (DSM-IV, por sus siglas en inglés). El mismo fue descrito como un nuevo diagnóstico y el argumento para añadirlo fue el de proporcionar servicios sanitarios adecuados a pacientes con traumas agudos no cubiertos por el seguro.
Sobre todo, porque la afección se encontraba en su fase inicial. Por otra parte, se tenía la esperanza de lograr predecir el desarrollo del trastorno de estrés postraumático (TEPT). Principalmente en pacientes con traumas agudos, a los fines de realizar intervenciones tempranas.
El TEA consiste en una reacción disfuncional, desagradable e intensa que comienza poco después de un acontecimiento traumático o abrumador y que se prolonga durante menos de un mes. Si los síntomas persisten más de un mes, se diagnostica un TEPT.
Frente al estrés agudo, el hipotálamo activa un sistema de alarma en el cuerpo, activando señales nerviosas y hormonales. Dicho proceso, estimula las glándulas suprarrenales, produciéndose la secreción de ciertas hormonas como la adrenalina y el cortisol.
La adrenalina eleva la frecuencia cardíaca, dispara la tensión arterial e incrementa los suministros de energía. A su vez, el cortisol (considerada la principal hormona del estrés) intensifica los niveles de glucosa a nivel sanguíneo. También, optimiza el empleo de la glucosa a nivel cerebral y estimula la producción de compuestos responsables de reparar los tejidos.
Estrés crónico
En muchas ocasiones la respuesta natural de nuestro organismo frente al estrés se descontrola. Frente a situaciones estresantes, el cortisol limita las funciones, que serían no esenciales o perjudiciales para huir o luchar. A su vez, produce alteraciones del sistema inmunitario, suprime el funcionamiento de los sistemas reproductor y digestivo, e incluso puede detener el proceso de crecimiento.
Asimismo, este sistema de alarma natural se vincula con zonas cerebrales asociadas al miedo, estado de ánimo y motivación. De acuerdo a los expertos, el sistema de respuesta al estrés por lo general se comporta de forma autolimitante. Es decir, tan pronto pasa la amenaza percibida, las proporciones hormonales vuelven a equilibrarse, al igual que la frecuencia cardíaca y tensión arterial.
No obstante, cuando los factores estresantes se encuentran presentes de forma permanente la persona se siente atacada de forma constante. Ello ocasiona, que la reacción de huir o luchar permanezca encendida. Así, cuando dichos mecanismos permanecen activos, la sobreexposición al cortisol y otras hormonas podrían modificar algunos procesos corporales.
De acuerdo a la Clínica Mayo, es importante aprender formas saludables de lidiar con los factores estresantes cotidianos.
El estrés crónico puede producirse por problemas a nivel laboral, déficits financieros o situaciones de infelicidad, entre otros. Es importante no llegar a acostumbrarse a padecer estrés crónico (aquel que se prolonga semanas o meses) porque en ese momento dejamos de percibir que puede ocasionar diversos inconvenientes. Entre ellos destacan:
- Tensión y dolores a nivel musculoesquelético
- Procesos de ansiedad y depresión
- Desarreglos gastrointestinales
- Dolores de cabeza
- Hipertensión
- Enfermedad de las arterias coronarias y vasos sanguíneos
- Ataque cardíaco
- Accidente cerebrovascular
- Dificultades de sueño y procesos recurrentes de insomnio
- Incremento o pérdida de peso
- Deterioro de la función cognitiva
- Problemas a nivel de la piel.
La ciencia logra demostrar la relación entre el estrés y ciertas enfermedades
De acuerdo a investigaciones recientes la ciencia ha logrado comprobar, que el estrés además de complicar enfermedades preexistentes, también puede provocarlas. La situación no es sencilla de resolver porque en este mundo moderno el estrés crónico es un problema muy frecuente.
Según la OMS, en 2021 el 75% de estadounidenses presentaron niveles de estrés de moderados a altos. A su vez se ha establecido, que el estrés es el principal problema de salud entre estudiantes de bachillerato. Y se logró determinar además, que el 80% de las personas experimentan estrés laboral.
De acuerdo al reconocido profesor de psicología en Carnegie Mellon University, Sheldon Cohen, recién se comienza a entender como el estrés condiciona el padecimiento de diversas enfermedades de la vejez.
Dentro de estas enfermedades destacan:
1. Obesidad
Las estadísticas demuestran, que la obesidad puede considerarse una pandemia de rápido crecimiento. Esto repercute con mucha fuerza sobre la salud pública a nivel mundial. Durante la última década se ha logrado recabar información, que confirma que el estrés, en especial el incremento del cortisol, posee un rol determinante sobre el desarrollo de la obesidad.
Cabe destacar, que la pandemia de obesidad coincide con el incremento de los factores que potencian la producción de cortisol. A saber, el estrés crónico, disminución de las horas de sueño e ingesta de alimentos con alto índice glucémico.
Para los investigadores, esto sugiere un círculo vicioso en el que el incremento de la acción del cortisol, estrés y obesidad actúan recíprocamente y logran amplificar su acción.
Investigaciones recientes han determinado, que el cortisol estimula la redistribución del tejido adiposo blanco hacia la región abdominal. Además de ello, incide sobre el incremento del apetito de una forma preferencial, es decir alimentos densos en energía (alimentos con altos niveles de azúcar, grasas y féculas). Un ejemplo clásico, cuando ingerimos una barra de chocolate al sentir algún nivel de estrés.
No obstante, se ha logrado establecer que la relación entre el estrés y el incremento de peso, es mucho más compleja que ingerir alimentos poco saludables.
Así, según un estudio publicado en Biological Psychiatry, se encontraron detalles muy interesantes. Entre ellos, que las mujeres que experimentaron uno o más sucesos estresantes en las 24 horas anteriores de ingerir comida rápida, quemaron 104 calorías menos en las siete horas siguientes. Ello, en comparación otras mujeres que se alimentaron de forma similar pero no vivieron procesos estresantes.
Según los investigadores, la reacción al estrés incrementa los niveles de insulina y disminuye la oxidación de las grasas. Este proceso influye sobre la acumulación de grasa.
2. Resfriado común
De acuerdo a los expertos, cuando los niveles de estrés se elevan disminuye la inmunidad. Esto implica, que nos volvemos más susceptibles a diversas dolencias, incluyendo resfriados y otras patologías más graves.
De acuerdo a un estudio realizado el 2012, se observó que quienes se encontraban bajo estrés crónico presentaban resistencia al cortisol y una mayor probabilidad de contraer resfriados. Una de las causas encontradas, se relaciona con elevados niveles de inflamación.
3. Depresión
Las investigaciones acerca del estrés sobre el sistema nervioso llevan más de cincuenta años. Muchos de estos estudios, han logrado demostrar, que el estrés es capaz de inducir efectos sobre el sistema nervioso, además de provocar cambios estructurales en diferentes zonas cerebrales.
Cabe destacar, que el estrés crónico es capaz de generar la atrofia del cerebro, además puede contribuir a la disminución de su peso. Todos estos cambios a nivel estructural producen ciertas respuestas frente al estrés, cognición y memoria. Todo esto apunta a cambios con efectos a largo plazo, que tendrán repercusión a nivel cognitivo.
De hecho, las investigaciones han encontrado que el estrés puede desequilibrar diversos sistemas vinculados a la producción de neurotransmisores cerebrales. Entre ellos destacan la dopamina, norepinefrina y serotonina. Se ha observado, que sus bajos niveles afectan de forma negativa el apetito, sueño, libido y humor.
Se ha reconocido, que algunas personas al presentar cuadros de depresión crónica, poseen niveles permanentemente elevados de cortisol. Con el tiempo, esto tiende a producir alteraciones a nivel del hipocampo y causa daños irreversibles en las células cerebrales.
4. Trastornos menstruales
La ciencia ha logrado también establecer, que cuando se producen niveles excesivos de estrés se afectan los ciclos menstruales. De acuerdo a la Clínica Mayo, el estrés puede alterar temporalmente el adecuado desempeño del hipotálamo. Esta porción del cerebro, es la responsable de regular el ciclo menstrual.
Ello incluye problemas de ovulación, períodos irregulares e incluso amenorrea o ausencia de menstruación. Esto pude traer graves consecuencias en algunas mujeres y causar procesos de infertilidad y esterilidad.
5. Alteraciones del sueño
Según las investigaciones, las condiciones de estrés acaecidas durante la vigilia pueden modificar la cantidad y calidad del sueño. Es importante destacar, que esto debe ser visto desde un punto de vista bidireccional. Es decir, lograr comprender que las alteraciones del sueño producen estrés y a su vez, el estrés produce cambios en el ciclo sueño-vigilia.
Incluso se ha observado, que la privación de sueño, produce estrés, dificultades de concentración, lentitud de pensamiento, irritabilidad, fatiga generalizada y mal carácter.
De hecho, los adultos mayores presentan una disminución natural en la cantidad de sueño profundo. En estos casos sería como un círculo vicioso, donde los niveles elevados de cortisol contribuyen a incrementar los desvelos nocturnos e incremento del estrés diurno.
6. Riesgos cardiovasculares
Un estudio reciente logró demostrar, que el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares se incrementa con la carga de estrés percibido. Ello incluye, problemas de índole financiera, además de acontecimientos vitales adversos (duelo o enfermedad grave).
Este estudio realizado mediante un seguimiento de diez años, permitió relacionar el riesgo de infarto de miocardio y accidente cerebrovascular con la presencia de elevados niveles de estrés.
Estudios realizados han comprobado, que los niveles elevados de cortisol producidos por el estrés crónico cambia la textura de los glóbulos blancos. Esto acarrea que, los mismos se adhieran a las paredes de los vasos sanguíneos produciendo placa arterial. Como se sabe, la placa arterial es el marcador clave de la cardiopatía.
Otras enfermedades ocasionadas por el estrés
Aunque aún se requiere mayor cantidad de investigación para explorar en profundidad los efectos del estrés sobre la salud, existen otras patologías que también han sido reportadas.
Entre ellas destacan:
- Retraso en el proceso de curación de heridas
- Ulceraciones gástricas, causadas por un desequilibrio que favorece el incremento de la población de Helicobacter pylori
- Dolores a nivel de cuello, hombros y espalda
- Estreñimiento
- Procesos asmáticos
- Alzheimer.
Concluyendo
El estrés es una condición frecuente en los diversos ambientes de nuestro mundo actual. No, obstante debemos concienciar que existen muchas posibilidades de combatir este enemigo silencioso que socava muchos de nuestros sistemas corporales. De allí la importancia de tomar medidas de una forma proactiva, a fin de evitar que las preocupaciones cotidianas minen tu salud.
Esto lo puedes lograr realizando ejercicios diariamente, manteniendo una dieta equilibrada, no aislándote y compartiendo con la familia y amistades. A muchas personas les ha ayudado mantener un hobbie creativo como la pintura, manualidades y jardinería. Lo importante es mantenerse abierto y solicitar ayuda a tiempo, esto puede marcar una gran diferencia.
En caso contrario, corres el riesgo de padecer procesos de obesidad, resfriado, depresión, trastornos menstruales y alteraciones del sueño. Además de ello, podrías enfrentar riesgos cardiovasculares, retraso en el proceso de curación de heridas, ulceraciones gástricas y procesos asmáticos.
Muchos de estos efectos están vinculados al desequilibrio de ciertas hormonas del estrés, en especial el cortisol. Esto ha sido corroborado por diversos estudios realizados hasta la fecha.
A Sofía le pareció muy intrigante el material que le envié, el cual comparto en el post. Ella me comentó, que los científicos tienen razón en lo que plantean acerca el estrés. Ella lo mencionó, porque en su trabajo vive muchas situaciones estresantes, que ella consideraba parte de su rutina. Sin embargo, cayó en cuenta que ella siempre se mantiene en alerta permanente y esto posiblemente le afectó.
Hace poco se comunicó conmigo y me comentaba que, comenzó a compartir con mayor frecuencia con amistades que había descuidado. Por supuesto, actualmente procura compartir más a menudo con su hijo, esposo, padres y hermanas. Esto para ella fue algo maravilloso, pues recobró la salud de su piel y trabaja hoy por su salud futura.
“El estrés aumenta el riesgo de los individuos de padecer diversas enfermedades, pero las personas también tienen un poder sustancial para reducir estos efectos y mejorar su bienestar psicosocial personal y colectivo”
George M. Slavich, PhD
Universidad de California, Los Ángeles (UCLA)
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https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5958156/
https://www.mayoclinic.org/healthy-lifestyle/stress-management/in-depth/stress/art-20046037
https://medlineplus.gov/ency/article/003211.htm
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0306453020300184?via%3Dihub
https://health.clevelandclinic.org/can-stress-actually-make-you-sick/