☑️ Esta Es La Causa De Casi Todas Las Morbilidades Cardíacas

Las enfermedades cardíacas, incluyendo los accidentes cerebrovasculares, son eventos que pueden cambiar  la vida para siempre. Sin embargo, es importante mencionar que ésta, al igual que otras morbilidades cardíacas, podrían prevenirse. De acuerdo a las cifras, puede mencionarse que durante el año 2016 ocurrieron 800.000 fallecimientos en los Estados Unidos. Esto incluyó personas con edades entre 35 y 64 años. Cabe destacar, que la Enfermedad Cardiovascular (ECV) es la primera causa de muerte a nivel global. Se ha estimado que anualmente fallecen unos dieciocho millones de personas, lo cual representa el 31,8% del total de fallecimientos.

Los síntomas de la ECV exhiben ciertas diferencias entre hombres y mujeres. Se presentan síntomas muy variados, dentro de los que destacan: angina, dificultad para respirar, dolor y entumecimiento a nivel muscular. Además de ello, se observan sensaciones de frio y debilidad a nivel de brazos, piernas, cuello, espalda y abdomen. Muchas de las personas que me siguen no escapan de ello, siendo muy recurrente en las madres de familia. Nieves, oriunda de España, hizo contacto conmigo y me comentó, que desde finales del verano comenzó a experimentar taquicardia con episodios de mareo, donde sus niveles de tensión arterial estaban bajos. Ante esta situación, su esposo la trasladó donde un médico de confianza, quien le diagnosticó un cuadro de agotamiento.

Ella hizo contacto conmigo, a fin de que le asesorara acerca de cómo manejar su salud cardiovascular. Y se mostró muy confiada, pues ha valorado mi trabajo desde hace unos tres años, además de ser una mujer de solo 37 años. De esta forma, le enumeré algunas causales de las diversas patologías cardíacas. Además de algunas sugerencias sencillas que permiten mantener la salud del sistema cardiovascular. En vista del creciente aumento de este tipo de patologías, decidí compartir este artículo aquí en mi blog.

Elementos de interés en las morbilidades cardiovasculares  

De acuerdo a los expertos sanitarios, cada año mueren más personas por enfermedades cardiovasculares (ECV), que por cualquier otra causa. Se puede establecer que las ECV constituyen un grupo heterogéneo de enfermedades, que afectan el corazón y sistema circulatorio. Dentro de estas enfermedades destacan: arteriosclerosis, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, infarto agudo de miocardio e insuficiencias cardiacas. Se incluyen también, enfermedad cerebrovascular, trombosis arterial periférica, cardiopatías isquémicas y congénitas, además de estenosis valvular aórtica cálcica degenerativa.

Se ha establecido que, más del 75% de las muertes se relacionan con accidentes cerebrovasculares y cardiopatías, observándose, que esto ocurre con mayor frecuencia en países de bajos y medianos ingresos. Los síntomas suelen incluir, angina de pecho, dificultad respiratoria, entumecimiento y debilidad a nivel de brazos y piernas. Aparte de ello, suelen también presentarse dolores a nivel del cuello, garganta, abdomen y espalda.

Dentro de los factores de riesgo más generalizados para estas enfermedades destacan:

  • Riesgos tradicionales:
    • Modificables: consumo de alcohol y tabaco, hipertensión arterial, diabetes y dislipidemia
    • No modificables: edad, sexo y antecedentes personales o familiares en línea directa
    • Condicionantes: obesidad y sedentarismo
  • Riesgos no tradicionales o emergentes: trombofilia hereditaria (propensión al desarrollo de trombos), dislipidemia emergente e infecciones como la endocarditis (estado infeccioso que ataca la membrana interna del corazón)

Mecanismos asociados a la aparición de enfermedades cardiometabólicas

  • Inflamación

De acuerdo a los investigadores, los procesos inflamatorios representan uno de los mecanismos intermedios de mayor peso en la presencia de patologías del sistema cardiovascular. Conforme a lo que se conoce hoy en día, se puede catalogar como un proceso complejo donde intervienen una serie de proteínas de las membranas celulares. Dentro de ellas destacan las denominadas moléculas de adhesión, además de otros grupos de proteínas como las quimiocinas, citocinas y factores de crecimiento. Se sabe que todas ellas juegan un papel preponderante en la manifestación de aterosclerosis. Cabe destacar que se han encontrado, además, altos niveles de biomarcadores (sustancias medibles del cuerpo) proinflamatorios, en personas con obesidad. Además de ciertas patologías asociadas a la presencia de riesgos cardiovasculares.

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  • Estrés oxidativo

Para entender un poco lo vinculado al estrés oxidativo, es importante mencionar que el aire que se respira contiene aproximadamente un 20% de oxígeno. Este noble elemento es indispensable para el funcionamiento de cada una de las células nuestras células. Ahora bien, cuando el oxígeno ingresa en la célula, una pequeña porción es transformada en una sustancia reactiva. La misma posee cierta actividad oxidativa y se conoce bajo la denominación de especies reactivas de oxígeno. Su denominación según siglas en inglés es ROS y son consideradas moléculas tóxicas que deben ser suprimidas. Si estas moléculas se producen y no son suprimidas por las denominadas sustancias antioxidantes, se generan procesos de deterioro celular. Este proceso, podría llegar a modificar el ADN, ocasionando un funcionamiento inadecuado de tejidos y órganos.

Al ahondar en ciertos estudios de laboratorio con diversos tipos de células y bacterias se ha logrado un consenso científico a lo largo de los últimos cincuenta años. Se ha logrado establecer, que este conjunto de radicales libres que poseen oxígeno (ROS), producen efectos adversos a nivel cardíaco. Hasta ahora, se ha constatado que pueden inducir problemas a nivel de la contracción del corazón. Y esto acarrea la presencia de arritmias y diversos procesos degenerativos, incluyendo la muerte del tejido. Incluso, sus efectos negativos abarcan también diversos tipos de cáncer, además de ciertos procesos neurodegenerativos e inflamatorios.

  • Sistema nervioso neurovegetativo

Si se recuerda algunas lecciones aprendidas en la secundaria, posiblemente  sea familiar el término sistema nervioso autónomo. Este sistema regula y coordina las funciones que se realizan de forma inconsciente y automática en el organismo. Entre ellas, se mencionan los latidos del corazón, el estímulo digestivo, además de la contracción y relajación de los bronquios. La ciencia ha establecido que el desequilibrio del sistema nervioso simpático, se puede considerar un factor de riesgo vascular independiente. Es decir, puede llegar a producir enfermedad cardiovascular en alguien sano. De esta forma, se han planteado diversos mecanismos intermedios, que se asocian con insuficiencia cardíaca, enfermedad cardiovascular, hipertensión y arritmia. Esto ha permitido inferir que, un desequilibrio del sistema nervioso autónomo tiene efectos en la función del tejido que recubre los vasos sanguíneos y el corazón.

Esto, a la larga, tiende a promover enfermedades cardiovasculares. Incluso, se ha establecido que el funcionamiento inadecuado del sistema nervioso autónomo o vegetativo puede incrementar una respuesta proinflamatoria. Y como se ha visto hasta ahora, esto puede acarrear un incremento del riesgo de padecimientos cardiovasculares.

  • Sistema endocrino

La profundización realizada acerca de la fisiopatología del corazón, ha mostrado algunas funciones desconocidas hasta ahora. Es de destacar que, dicho órgano posee ciertos mecanismos endocrinos, que han permitido responder algunos fenómenos. Uno de estos mecanismos está vinculado a la capacidad de bombeo del corazón.  Incluye la frecuencia cardíaca (latidos por minuto) y el volumen de sangre eyectado por cada latido (volumen sistólico). Vale resaltar que dichos procesos están regulados por el sistema nervioso autónomo, pero además se suman mecanismos intrínsecos del sistema cardiovascular.

Esto ha dado pie a la búsqueda de nuevas estrategias de tratamiento, aceptadas internacionalmente. De esta forma, la alta frecuencia de enfermedades crónicas asociadas con el síndrome metabólico, consideran la presencia de ciertos gránulos cardíacos. Su investigación se profundizó en el decenio de 1970, confirmándose que los mismos contenían péptidos capaces de regular tono y contractilidad miocárdica. Los investigadores clasificaron estas sustancias como una familia de hormonas con efecto paracrino (afecta a las células vecinas). Desde ese momento, se sentaron las bases fisiológicas de la función hormonal del corazón. Hasta ahora se han descubierto tres de estas sustancias (péptidos natriuréticos) designados con las letras A, B y C.  A y B, son exclusivos del corazón, y el C puede además encontrarse en otras células (endotelio y neuronas).

Se ha observado que estos péptidos, poseen efecto vasodilatador y regulan el volumen sanguíneo. Esto lo realizan mediante la regulación de las concentraciones de sodio en la sangre y el agua corporal total. Sin embargo, hace poco se descubrió que ejercen efectos importantes sobre las concentraciones sanguíneas de triglicéridos y colesterol. Además de ello, influyen en las concentraciones de glucosa y la sensibilidad periférica a la insulina. De esta forma, cualquier desequilibrio a nivel del sistema nervioso autónomo, incide en riesgos cardiovasculares.

  • Metabolismo de las grasas

De acuerdo a los investigadores, los mecanismos que generan alteración en el metabolismo de los lípidos, inducen riesgos cardiovasculares. Así, se ha caracterizado muy bien la asociación entre hipercolesterolemia y arteriosclerosis. De hecho, la ciencia es tajante al decir que, ciertos estudios han demostrado el riesgo gradual y continuo de presentar un episodio coronario, a medida que crecen los valores de colesterol total. De acuerdo al seguimiento realizado en grandes grupos humanos, se ha observado que una mayor ingesta de grasas de origen animal, incide en niveles elevados de colesterol.

Esto acarrea, la presencia de mayor incidencia de procesos de cardiopatía isquémica, en comparación con poblaciones que consumen menores cantidades de grasa animal. Otras investigaciones, consideran la importancia de no ver el efecto de las grasas de forma aislada. Por ello, debe también considerarse el consumo de tabaco y alcohol, presencia de diabetes, hipertensión y bajas concentraciones de colesterol bueno (HDL). La asociación de todos estos factores, ha mostrado la posibilidad inminente de presentar un episodio coronario. Para la ciencia, el hallazgo de un hipercolesterolemia aislada, aunque posea niveles elevados, no debe implicar de forma automática el empleo de un tratamiento. Mas bien, se recomienda una evaluación completa del paciente, a los fines de calcular con los otros factores de riesgo. Es lo que se ha denominado el riesgo cardiovascular.

¿La falta de sueño incide sobre las morbilidades cardíacas?

De acuerdo a los expertos, los problemas del sueño poseen ciertas diferencias en cuanto a magnitud y características específicas. De esta forma, debe considerarse el tiempo que empleas para conciliar el sueño, incluso su duración. Además de ello, se debe contemplar la forma en que te duermes, y la profundidad del sueño alcanzado. Estos ejemplos son para ilustrarles que, anteriormente el sueño era evaluado tomando solo en cuenta la falta del mismo. Y era denominado sencillamente sueño insuficiente y se establecía como uno de los tipos principales de problemas del sueño.

Sin embargo, hoy en día gracias a la investigación, se sabe que el término deficiencia del sueño es más adecuado. En especial, porque realmente establece su real magnitud, entendiéndose objetivamente como un concepto amplio. Y se podría decir, de manera más precisa, que abarca un grupo de problemas del sueño. Entre ellos destacan:

  • No dormir el tiempo suficiente
  • No dormir en el momento correcto del día (ocasionado por una desincronización con el ritmo circadiano)
  • Tener un trastorno del sueño (narcolepsia o somnolencia excesiva durante el día, terror nocturno, jetlag, apnea del sueño)
  • No dormir adecuadamente o no pasar suficiente tiempo en ciertas etapas del sueño (es importante alcanzar la etapa de sueño profundo para la recuperación psíquica y física)

¿Sobre cuáles factores incide la falta de sueño?

De acuerdo a ciertos estudios realizados en médicos que cumplían guardia nocturna, se encontró al día siguiente niveles elevados de citocinas proinflamatorias. Dentro de algunas de ellas, denominándolas por su nombre técnico, destacan la proteína C reactiva, la interleucina (IL) y el factor de necrosis tumoral (TNF). Esto corrobora los hallazgos encontrados en muchos estudios, llegándose a comprobar que la reducción del sueño, posee efectos directos sobre la alteración del metabolismo. Se ha establecido que puede actuar como un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades inflamatorias crónicas y metabólicas.

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Incluso, se ha logrado determinar que, en personas sometidas a la privación total de sueño, se disminuye el proceso de relajación vascular. Estos procesos pueden estar vinculados a patologías hipertensivas. De acuerdo a los investigadores, los trastornos de sueño incluyen más de setenta problemas de importancia. Dentro de ellos se incluye, privación severa del sueño, sueño inadecuado y procesos de interrupción de la respiración.

Efectos de la falta de sueño sobre el metabolismo

Las enfermedades cardiacas poseen causales multifactoriales, incluyendo además, que el corazón cumple una función endocrina. Esto implica que, es aún más interdependiente de los diversos desequilibrios, que pueden desencadenarse por efecto de problemas del sueño. Además de ello, estudios clínicos y de laboratorio realizados anteriormente, han permitido puntualizar objetivamente que los ritmos circadianos poseen efectos regulatorios determinantes. A saber, las funciones metabólicas y las del sistema endocrino. De acuerdo a ciertos estudios epidemiológicos, se pudieron observar algunas asociaciones entre el sueño de corta duración y el incremento del riesgo al padecimiento de diabetes tipo 2 y obesidad.

Se sabe que, las hormonas leptina y grelina, son factores fundamentales en el control de la saciedad y el hambre. Se ha logrado establecer, que un sueño de corta duración incide en la disminución de los niveles de leptina. A su vez, produce aumentos muy importantes en los valores de grelina, la cual activa el apetito, incluyendo la necesidad de alimentos grasos como la comida chatarra. Se ha observado por otra parte, que la privación de sueño, estimula el nivel de cortisol u hormona del estrés y la resistencia a la insulina.

Concluyendo

Nuevamente la ciencia ha permitido esclarecer una serie de vacíos, esta vez, relacionando los efectos del desequilibrio metabólico con diversas morbilidades cardíacas. Posiblemente para muchos, el corazón no estaba vinculado con procesos endocrinos. Sin embargo, dado su sensibilidad a muchos factores involucrados con procesos metabólicos clave, es crucial fomentar hábitos saludables. Algunos relacionados con estilo de vida (alimentación equilibrada, ejercicio rutinario y un sueño adecuado).

Muchos estudios, han permitido desvelar ciertas realidades, que aparecen como causales de morbilidades cardíacas. Dentro de ella destacan los procesos inflamatorios, el estrés oxidativo y los desequilibrios del sistema nervioso. Ahora bien, muchos efectos como una inadecuada alimentación, así como la vida sedentaria pueden desencadenar morbilidades cardíacas. Así, dado el carácter endocrino del corazón, más allá de su apariencia muscular, surge una variante a considerar: el sueño. Como se ha determinado, todos los desequilibrios causados por este importante factor deben ser tomados muy en cuenta.

Nieves, mi seguidora, agradeció mucho el gesto de hacerle llegar la información a su correo. Dicha información, es la misma que comparto aquí.  De hecho, me confesó que antes de sufrir las bajas de tensión, había estado desvelada dos noches consecutivas. Esto ella lo atribuye, a ciertos factores de estrés emocional, incluyendo el miedo por la salud de su familia y en especial la de sus hijos. Ella realmente optó por vivir una vida plena, realizando todo lo que estaba a su alcance para salir de la trampa de la depresión y el miedo. Esta joven madre hace poco me dijo, que había decidido despertar su sentido común y así favorecer su descanso cerebral. Así, el amor por su familia le ayudó a tener fortaleza para alimentarse adecuadamente y retomar el ejercicio diario. Es tener un estilo de vida que le ayuda y protege de las morbilidades cardíacas.

“Los problemas de sueño constituyen una epidemia global que amenaza la salud y la calidad de vida de más del 45% de la población mundial. Dormir bien es uno de los tres pilares fundamentales para gozar de una buena salud, además de una dieta equilibrada y ejercicio regular”

Asociación Mundial de Medicina del Sueño

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