Desde hace miles de años, los frutos cítricos, han sido muy valorados como parte de una dieta nutritiva y saludable. De hecho, los sabores y aromas proporcionados por ellos, poseen una alta preferencia por consumidores de todas las edades.
Por supuesto que, no cabe duda su enorme potencial como fuente de minerales, fibra dietética y vitaminas. Son además, muy valorados por su importancia para el normal crecimiento, desarrollo y equilibrio nutricional del organismo. Prueba de ello, es que, durante el año 2018, la producción mundial de limón y lima ascendió a diecisiete millones de toneladas.
Aparte de ello, en los últimos años, se está fomentando un alto aprecio por una serie de compuestos biológicamente activos, presentes en los cítricos y otras plantas. Sobre todo, porque son un escudo protector, frente al riesgo de muchas enfermedades crónicas.
Existen en la actualidad, una serie de debates públicos y a veces privados, con relación a los beneficios del limón. Uno de los temas, que más saltan a la palestra pública, es el vinculado a su empleo como adelgazante. De ello, quiero hablar, aprovechando que una de mis mejores amigas de Puerto Rico, me solicitó información acerca de este tratamiento natural.
Con ella hablé personalmente, en un viaje que realizó hace aproximadamente un mes a los Estados Unidos. Aproveché, para darle un esbozo general acerca de la importancia de los nutrientes contenidos en el limón. También le mencioné, cómo elaborar el agua de limón y cómo consumirla. Ello, a efectos de optimizar su uso para lograr desprenderse del molesto sobrepeso.
Considerando lo actual del tema, decidí compartirlo de muy buen ánimo en mi blog. Algunos de los puntos tratados, se conectan con información que ya he entregado acerca de las múltiples propiedades de este asombroso fruto.
Valorando un poco más allá de la Vitamina C
Para nadie es un secreto, los cítricos son una de las fuentes más utilizadas para acceder a la vitamina C. La historia acerca del escorbuto, ocasionado por un déficit muy marcado de vitamina C. Incluso, el limón, es una de las fuentes más ricas de vitamina C. Para dar una idea, una taza de zumo de limón contiene 112 mg de vitamina C, esto equivaldría al 187% de la dosis diaria requerida.
Contiene además carbohidratos glucémicos (azúcares) y no glucémicos (fibra). Posee también, cantidades apreciables de: calcio, magnesio, fósforo, cobre y potasio. También, aporta niacina, tiamina, ácido fólico, vitamina B6 y ácido pantoténico. Algo muy importante, no contiene colesterol, ni sodio, ni ningún tipo de grasas.
Se sabe, que los carbohidratos responsables de producir energía en el limón, son principalmente tres tipos de azúcares simples. Ellas son: sacarosa, fructosa y glucosa. Su contenido oscila alrededor del 10%. Pero sus valores energéticos promedio son muy bajos. Como referencia, les puedo mencionar, que una cucharada de zumo de limón, solo aporta 4 kcal.
Papel destacado de la fibra
En la medida que logramos conocer, se da mayor oportunidad para valorar y justipreciar. El limón posee importantes cantidades de polisacáridos sin almidón, denominados de forma general como fibra dietética. Ya a lo largo de muchos artículos que he compartido, he expresado la importancia de la fibra, la cual juega un rol preponderante en la nutrición, la salud corporal y el equilibrio del sistema digestivo.
El tipo predominante de fibra en el limón es la pectina. La cual, no es otra cosa que un carbohidrato complejo, que posee importantes beneficios para la salud. La pectina, de acuerdo a los estudios, constituye del 65 al 70 por ciento de la fibra total. A nivel del sistema digestivo, esta fibra dietética aporta nutrientes solubles en agua en una matriz de gel que retrasa el vaciado gástrico, lo cual ralentiza la digestión y la absorción. Esta propiedad de la fibra soluble, ha sido asociada con la promoción de la saciedad. Esto puede favorecer la tasa de absorción de glucosa, luego de la ingesta de carbohidratos glucémicos. Lo cual, podría evitar el aumento en los niveles de glucosa en sangre.
Una alteración del proceso regulatorio de glucosa en sangre, puede generar tanto hiperglucemia (glucosa en sangre alta) como hipoglucemia (glucosa en sangre baja). Se sabe además, que la fibra dietética también puede interferir con la reabsorción de ácidos biliares. Estos ácidos a su vez, pueden favorecer el decremento de los niveles de colesterol en el plasma sanguíneo.
Los valores adecuados de fibra en la ingesta dietética, oscilan alrededor de 25 a 30 g/día. Sin embargo, en muchos países desarrollados la ingesta promedio real, apenas se acerca a la mitad de dicho valor.
Papel destacado de los fitoquímicos
El limón, al igual que algunas otras plantas, poseen sustancias específicas llamadas fitoquímicos. Dichos compuestos, aunque no posean propiedades nutricionales, pueden ayudar a nuestro organismo, actuando como un escudo frente a algunas enfermedades. Dada su facilidad de absorción, logran atenuar el daño causado por los radicales libres a las células.
Estos compuestos naturales, presentan una serie de importantes efectos fisiológicos, que pueden incluso proteger contra diversas enfermedades crónicas, como el cáncer y ciertas enfermedades cardiovasculares.
Los fitoquímicos del limón pueden funcionar como:
- Protectores de las células contra el daño de los radicales libres. Algunos ejemplos: polifenoles y carotenoides.
- Estimulantes de ciertas enzimas. Esto ayuda en la reducción de padecer cáncer de mama. Como ejemplo: terpenos
- Componentes antibacterianos. Algunos ejemplos: limonoides y flavonoides
- Aglutinantes, evitando la adhesión de patógenos a las paredes celulares humanas. Como ejemplo: un alcaloide denominado saponina
- Como ejemplo: aceites esenciales
- Favorecedores de la pérdida de peso. Como ejemplos: ácido ascórbico y naringina, dos antioxidantes que ayudan a controlar el peso.
La vitamina C como promotora de la pérdida de peso
La mayoría de los estudios realizados sobre la vitamina C, han demostrado su potente efecto antioxidante. Esto la convierte en una defensa muy importante, en la prevención de complicaciones vinculadas a la obesidad. Se ha observado en estudios de laboratorio, que una dieta rica en vitamina C, protege nuestro organismo de muchas formas.
Algunas de ellas son en contra de: sobrepeso, accidentes cerebrovasculares, hipertensión, acumulación de placa arterial y enfermedades de la vesícula biliar. Se sabe que la vitamina C, al tener la ventaja de ser hidrosoluble, permite perder peso de forma muy eficiente. Su primer efecto, se realiza al modular la lipólisis, el segundo efecto, mejorando la capacidad del organismo para metabolizar la glucosa.
Aunado a ello, posee además, efectos beneficiosos sobre los niveles de azúcar en la sangre. Esto trae como consecuencia directa, una reducción de los procesos inflamatorios. Lo cual redunda en la disminución de la diabetes tipo 2, el síndrome metabólico y otras enfermedades relacionados con la obesidad.
El papel de los flavonoides sobre la obesidad
Se ha estudiado muy bien, el papel de la naringina y la hesperidina(flavonoides) presentes en el limón y otros cítricos, sobre el control de la obesidad. De acuerdo a una revisión publicada en la revista Food Chemistry en el año 2016, dichos compuestos, incrementan la descomposición de la grasa y evitan así su acumulación.
Pudiendo también, atenuar las complicaciones de la obesidad, como la presencia de colesterol y triglicéridos elevados, inflamación y tensión arterial alta. Aparte de ello, ayudan a disminuir los niveles de colesterol y otros lípidos en la sangre. Logrando de esta forma, frenar el daño de los radicales libres y reducir la acumulación de placa.
Es por ello, su excelente efecto sobre la hiperlipidemia, hiperglucemia y resistencia a la insulina. Ampliamente demostrado en ensayos de laboratorio. También se ha logrado detectar, su papel en el transporte de glucosa, la función del receptor de insulina y la activación de procesos de protección sobre la función del hígado. Permitiendo incluso, evitar una serie de procesos vinculados al padecimiento de hígado graso. Todos estos trastornos, han sido asociados en mayor o en menor medida, con la presencia de obesidad.
Otros flavonoides, con efecto destacado sobre la obesidad son la eriocitrina, el glucósido de flavanona y la diosmina. Todos ellos, con efectos anticancerígenos, antiinflamatorios, antivirales y antioxidantes. La eriocitrina, ha sido catalogada como el flavonoide más abundante en el limón.
¿Por qué el agua de limón nos ayuda a perder peso?
Todos en algún momento hemos ingerido agua de limón. Esto nos ha permitido comprobar, que es una bebida baja en calorías, solo superada por el agua. Un buen ejemplo lo tenemos si comparamos las seis calorías que aproximadamente nos aporta esta maravillosa bebida, respecto de las de un refresco. Una cifra conservadora nos muestra que, una lata de refresco posee nada más y nada menos que entre cien y doscientas calorías.
Por lo tanto, si de salud se trata, pensando en el mediano y largo plazo, no es una mala opción cambiar una lata de refresco por un vaso de agua con limón.
Una forma de acceder a esta sencilla pero trascendental bebida, es añadiendo a un vaso de agua filtrada el zumo de medio limón orgánico. Es altamente saludable ingerirlo en ayunas todas las mañanas. La mejor forma es con agua tibia, si no la toleras utiliza agua a temperatura ambiente, pero nunca agua fría.
De acuerdo a la medicina ayurvédica, el agua tibia favorece una mayor velocidad de hidratación y un mayor estimulo de las enzimas digestivas. Además de los procesos de purificación de la sangre, piel, riñones y sistema linfático. Es decir, favorece muchos procesos del metabolismo del cuerpo.
Estos son algunos de los beneficios que nos brinda el tomar el agua de limón
1. Favorece la eliminación de toxinas
Hay que estar claros, que todas las frutas cítricas son una rica fuente de vitamina C. Sin embargo, dentro de los cítricos, el limón es el campeón en el contenido de vitamina C. Por ello, otorga una serie de propiedades antioxidantes al agua, ayudando de esta forma a eliminar las toxinas del cuerpo. Como ya lo saben, esto favorece el proceso de lucha en contra de los radicales libres presentes en el mismo.
2. Ayuda a estabilizar la digestión
Se ha visto, que cuando acostumbramos a beber agua de limón diariamente, permite que los procesos digestivos se realicen un poco más lentos, esto permite una mayor eficiencia en el uso de los nutrientes. Un efecto directo de ello, es la regulación de los niveles de insulina. Esto conlleva a un mejor desempeño de la función hepatobiliar, favoreciendo el adecuado metabolismo de las grasas. Por otro lado, contribuye a la alcalinización del cuerpo, por lo que reducirá la sensación de hambre durante el día.
Se ha establecido, además, que una mayor acidez del sistema digestivo, conduce a una mejor absorción de calcio de los alimentos que comemos. El agua de limón ayuda en el proceso de acidificación estomacal, lo cual ayuda en la absorción del calcio. De hecho, se ha establecido que el calcio, se mueve por todas las células a través de canales de calcio. La presencia del mismo en las células grasas, ayuda a quemarlas, lo que previene el efecto indeseado de la obesidad.
3. Es una forma sana de hidratarse
De acuerdo a las investigaciones, la ingesta recomendada de agua para los hombres es de 125 onzas y de 91 onzas para las mujeres. Esto incluye, el agua que se ingiere a través de los alimentos y bebidas. Esto, es algo que debes tener en cuenta, pues para que pueda llevarse a cabo el proceso de quema de grasas se requiere de una movilización de las mismas. Así mismo, para que se movilicen es importante en primer lugar el ejercicio físico y en segundo lugar la hidratación. Esto se debe, a que, si nuestro cuerpo está deshidratado, el proceso de lipólisis no será tan exitoso.
Mantenerse bien hidratado también puede ayudar a reducir la retención de líquidos. Se sabe que esto puede causar síntomas como inflamación y aumento de peso. Cuando ingieres agua de limón, enriqueces el agua con todos los compuestos que antes mencionamos y ellos, poseen un efecto equilibrante de muchos procesos fisiológicos.
4. Incrementa mejoras del desempeño del sistema inmunologico
La vitamina C es altamente hidrosoluble, es decir se puede desplazar dentro y fuera de la matriz celular. Una forma eficiente y fácil de acceder a esta riqueza biológica, es tomando agua de limón. No es un secreto, que una de las principales razones por las que se procura ingerir vitamina C, es para aumentar la inmunidad. Y esto es muy acertado, pues, esta importante vitamina está involucrada en diversos procesos del sistema inmune.
Se sabe que ella, estimula la producción de glóbulos blancos conocidos como linfocitos y fagocitos. Juegan un rol crucial, en la protección frente a las infecciones. Además de ello, la vitamina C protege a los glóbulos blancos de los radicales libres y permite que optimicen su funcionamiento. También, se ha logrado establecer que la vitamina C, posee un rol central en el sistema de defensa de la piel.
Gracias a su alta solubilidad, tal como se ha dicho, se desplaza activamente a la piel. Allí puede actuar como antioxidante y fortalecer la flora benéfica de la misma. Esto favorece además la cicatrización de heridas. Es importante caer en cuenta, que en el tejido adiposo se encuentran diferentes células activadas del sistema inmunológico, que promueven en él ciertas actividades inflamatorias.
De hecho, en la última década la investigación ha proporcionado un nuevo enfoque al estudio de la obesidad. Sobre todo, catalogándola como una enfermedad inflamatoria. Este proceso se activa mediante unas moléculas denominadas adipocinas. Y pueden favorecer los procesos inflamatorios en el organismo. De allí, la importancia de contar con un sistema inmunológico equilibrado.
5. Ayuda a desintoxicar el hígado
En muchos sitios, se acostumbra a beber agua con limón, como una de las muchas técnicas suaves de desintoxicación. Además de ello, se ha observado, que el zumo de limón tiene una estructura similar a los jugos digestivos. Esto permite, si se puede decir, que exista una especie de estímulo, que hace que el hígado incremente su producción de bilis.
Esto además, favorece las secreciones del páncreas y el flujo de bilis desde la vesícula biliar y el hígado. De esta forma, se logra eliminar de forma natural, una gran cantidad de toxinas que se almacenan en el sistema hepatobiliar y en el tejido adiposo.
No es de extrañar, que sea el agua el componente principal de muchas terapias de desintoxicación. Si a esto, agregamos los nutrientes y demás componentes del zumo de limón. Se reducirá en primer lugar el apetito, logrando disminuir la ingesta excesiva de calorías. Y, en segundo lugar, los antioxidantes presentes en este fruto, ayudarán a limpiar el hígado.
Si echamos mano de la investigación reciente, se ha logrado determinar algo muy valioso. Esto es, que la hesperidina y la naringina, y sus agliconas, hesperetina y naringenina, presentes en el limón disminuyen el colesterol plasmático y hepático. Esto ocurre por procesos de inhibición que se realizan a nivel de las enzimas hepáticas.
6. Induce una mejora de la resistencia a la insulina
Ya hemos visto, partiendo de los diversos estudios científicos, que los antioxidantes polifenólicos del zumo de limón, presentan ciertas propiedades inigualables. Una de ellas, es su mejora de la resistencia a la insulina. Esto viene complementado con la compensación de los efectos negativos de la glucosa en la sangre. Esto es una especie de ecuación letal, pues cuando padecemos de resistencia a la insulina, nuestro organismo produce más insulina como mecanismo de compensación.
Pero ocurre, además, que el incremento de la insulina está correlacionado con el aumento del tejido adiposo. Por ello, si se mejora el mecanismo de resistencia a la insulina, por efectos el agua de limón, estaremos evitando de alguna forma la presencia de la fatal obesidad.
Además de todos los nutrientes ya mencionados, el agua de limón también crea una sensación de saciedad. Es por ello, que los nutriólogos recomiendan ingerirla, justo antes de cualquier comida, para de esta forma, evitar para evitar los excesos. Y por supuesto, ello nos ayudará a reducir la ingesta de calorías en exceso.
Concluyendo
Algo que no debemos olvidar, es que el uso recurrente de productos naturales, restablece el equilibrio perdido. El uso del limón, por lo general está muy asociado a su característico e inconfundibles sabor y aroma. Pero, más allá de estas cualidades organolépticas, su empleo en el equilibrio de las funciones digestivas, están muy claramente documentadas.
La pectina presente en este inigualable fruto, en sinergia con todos los fitoquímicos presentes, hacen apreciar muchos de los elementos ancestrales, descubiertos desde hace siglos, en la medicina ayurvédica de la India. En especial, su gran capacidad como agente protector contra muchos microorganismos dañinos y como protección sinigual, frente a procesos oxidativos que dañan las células.
Este versátil fruto, permite además obtener muchos de los valiosos componentes presentes en el zumo. Ello nos permite equilibrar una serie de funciones que muchas veces conllevan al padecimiento del sobrepeso. Es por ello, que esta sencilla terapia de agua con limón, debe ser justipreciada y promovida.
A mi querida amiga de Puerto Rico, le quedó grabado en su mente la importancia de los polifenoles presentes en el fruto del limón. Tal como lo plasmo en el post, ellos nos ayudan a prevenir o mejorar los problemas de obesidad. Además de ello, son un escudo protector para la mejora de la resistencia a la insulina, el metabolismo de los lípidos y la prevención del síndrome metabólico.
De hecho, ella se estuvo documentando y me mencionó que el agua de limón ingerida en ayunas, permite mejorar el estado de alerta y concentración. Ella lo ha venido realizando y no solo ha mejorado su peso corporal, sino que ha dejado de depender de la cafeína al despertarse. Esto le ha permitido, estar alerta frente a una de las mayores amenazas de la salud a nivel mundial: la obesidad.
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