☑️ Acesulfame De Potasio: Qué Es y Sus Efectos Secundarios

El uso de edulcorantes artificiales, impregna cada día más la dieta moderna, y sus efectos observados en la salud han sido inconsistentes. Esto lo menciono, porque el compuesto denominado acesulfamo de potasio, posee reportes tanto de efectos positivos como resultados adversos reportados.

Es innegable, que la obesidad y la diabetes tipo 2, han alcanzado en las últimas décadas, incrementos sorprendentes. Esto se ha observado, no solo en Estados Unidos, sino además en una serie de países. Y mucha gente se ha preguntado, como es posible que esto ocurra, si una gran mayoría, ingiere bebidas y alimentos con edulcorantes artificiales. Desde hace unos cuantos años, ellos han venido siendo empleados de forma masiva como aditivos alimentarios y sustitutos del azúcar, a los fines de disminuir la ingesta de calorías.

Sin embargo, un informe presentado por la OMS y publicado en la revista British Medical Journal, desvela ciertos hallazgos. Entre ellos, el hecho de que no hay pruebas suficientes, que permitan una evaluación concluyente acerca de los beneficios y efectos perjudiciales de los edulcorantes. Principalmente, sus posibles efectos sobre la salud humana a largo plazo. Esto pone en entredicho ciertos edulcorantes empleados de forma masiva en muchos alimentos.

Precisamente hablo de este tema, porque una gran amiga, ha comenzado a dudar del empleo de edulcorantes artificiales. Incluso, ha conocido personas que hoy en día leen muy bien el etiquetado de muchos productos que lo contienen y evitan su consumo. Sobre todo, los que poseen acesulfame de potasio. Por ello, me solicitó que le aclarara un poco acerca de estos rumores y le expusiera mi punto de vista. Pues bien, de forma muy solícita me aboqué a honrar la solicitud de mi amiga y lo compartido con ella me permitió ofrecer, un sencillo pero interesante artículo.

¿Qué tan eficientes son los sustitutos del azúcar?

Muchas personas los consumen, porque sienten que ellos mejoraran el sabor de los alimentos y aportan muy bajos niveles calóricos. Se ha establecido, que la dulzura de los edulcorantes se mide en relación con el azúcar de sacarosa de referencia. Biológicamente, la percepción de dulzura ocurre a través de los receptores en las papilas gustativas. Las papilas que detectan el sabor dulce, se denominan papilas fungiformes, dado su parecido con un hongo de sombrero.

Es innegable, que los edulcorantes, son una opción de gran utilidad al alcance de la mano. Sin embargo, hay un gran vacío de información, acerca de que los edulcorantes artificiales reduzcan el sobrepeso y la obesidad. Incluso, existen algunas pruebas de laboratorio, que han permitido comprobar, su inefectividad para ayudar en la pérdida de peso.

De hecho, se ha podido establecer, que pueden favorecer el incremento del apetito y generar un aumento excesivo de peso. Incluso, pueden ayudar a desencadenar el síndrome metabólico. Se menciona un estudio, donde los participantes evitaban un incremento elevado de las calorías, mediante la ingesta de edulcorantes. Pero estos participantes, compensaban esta baja ingesta calórica, consumiendo posteriormente alimentos con altas calorías. Este error de pensar que la reducción de azúcar bastaba para disminuir la ingesta calórica total, creó un desbalance metabólico. Cuando se cuantificó, se pudo observar que estos alimentos calóricos, aumentaban exacerbadamente las calorías totales. Esto llevó a inferir, que es posible que pueda existir un desequilibrio en las señales de recompensa a nivel cerebral. Sobre todo, las relacionadas con la sensación de dulzor, las cuales pueden generar confusión. Este proceso de descompensación o inestabilidad impiden, por lo tanto, detectar adecuadamente el contenido energético de las comidas.

¿Qué es el acesulfame de potasio?

De acuerdo a los estudiosos de la química, este compuesto se origina mediante la reacción de ácido aceto-acético y potasio. Es considerado un edulcorante sintético y potenciador del sabor, pudiendo endulzar 200 veces más que el azúcar. El acesulfamo de potasio, fue aprobado para su uso desde el año 1988. A pesar de ello, muchas personas ni siquiera saben qué es un edulcorante artificial, que forma parte de muchos alimentos y bebidas. En la etiqueta de los ingredientes, suele aparecer como: acesulfame K, acesulfamo de potasio, Ace-K. Se comercializa por lo general, bajo los nombres comerciales de Sunett® y Sweet One®.

El uso de este edulcorante artificial, está muy extendido en la industria alimenticia. Por lo general, se emplea para endulzar postres, productos lácteos y de confitería, panificación, chicles, refrescos y bebidas no alcohólicas. Además de ello, se emplea como excipiente en ciertos medicamentos, sobre todo en medicamentos solubles, masticables y jarabes.

Es de destacar, que su empleo, se autorizó inicialmente el año 1983 en el Reino Unido. Desde ese momento, se autorizó su consumo, en la mayoría de los países. El año 1988, su empleo fue autorizado en los Estados Unidos. Se sabe además, que el año 1994 fue incluido por la Unión Europea, en la lista de aditivos seguros. La dosis aceptada actualmente para consumo humano, es de 15mg/kg al día.

Algunas consideraciones con relación al consumo del acesulfame de potasio

Es muy importante recalcar, que para la fabricación de acesulfamo de potasio, se emplea el cloruro de metileno. Dicho compuesto, es utilizado en aplicaciones comerciales como decapante de pinturas, desengrasante y como propelente. Su empleo en la industria de los alimentos, deja muchas dudas y es motivo de controversia. De hecho, existe un documento, realizado por la FDA, que menciona: “El cloruro de metileno se usa como solvente en el paso inicial en el proceso de fabricación de acesulfamo de potasio y puede estar presente como una impureza en el aditivo”.

De esta forma, cuando el organismo se expone a este compuesto, durante un tiempo prolongado, puede ocurrir:

  • Náuseas e hipoglucemia
  • Cambios de humor
  • Dolores de cabeza y mareos
  • Cansancio mental
  • Deterioro del sistema hepático
  • Procesos cancerosos
  • Alteraciones visuales
  • Enfermedades renales
  • Alteraciones en las vías digestivas

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Ciertos estudios de laboratorio, han permitido encender las alarmas de muchos científicos, mas no así a los organismos internacionales. Generalmente, el acesulfame no se formula de forma individual, sino que en muchos productos, se asocia con el aspartame. Y es bien conocido, que aquellos que padecen fenilcetonuria, un desorden genético poco común, tienen dificultad para metabolizar la fenilalanina. Está científicamente comprobado que, este compuesto está presente en el aspartame. De hecho, los alimentos contentivos de aspartame deben indicar claramente su presencia para alertar a las personas fenilceturónicas, quienes genéticamente están impedidos para procesar este aminoácido. Por otra parte, está muy bien documentado, que a pesar de las pruebas de toxicidad de baja calidad, la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó el acesulfamo de potasio para su uso como edulcorante artificial.

¿Existe objetividad en la calificación dada al acesulfame de potasio?

Se ha mencionado anteriormente, acerca de las aprobaciones realizadas por la FDA, que comenzaron en 1988 y culminaron en 1998. Esta última aprobación de petición como aditivo alimentario, estaba dirigida al uso en gaseosas de “cero calorías”. De acuerdo a los entendidos, esta es la aprobación histórica de mayor envergadura realizada para un edulcorante artificial.

Para otorgar las aprobaciones, la FDA, tomó como referencia pruebas realizadas por Hoechst. Esta empresa, fabricaba este edulcorante en la década del setenta, en los países bajos. Las pruebas, de largo plazo presentaban resultados adecuados, incluyendo la prueba de seguridad.

Sin embargo, en 1996, el prestigioso organismo Centro para la Ciencia en el Interés Público (CSPI), mostró su desacuerdo públicamente. Este organismo, es uno de los principales organismos defensores de los consumidores en los Estados Unidos. Por ello, desde 1971, lucha a favor de políticas gubernamentales y las prácticas corporativas que promueven dietas saludables. Además de ello, tratan de impedir prácticas de marketing engañosas, apoyándose en la ciencia para promover el bien público. Esto lo hizo, con la finalidad de solicitar que se repitieran las pruebas ante el Programa Nacional de Toxicología (NTP).

¿Cuáles fueron los argumentos presentados por CSPI?

  • Las pruebas de toxicidad subcrónicas sobre las que descansaba la aprobación como aditivo alimentario, no llegaron a realizarse con los animales de laboratorio.
  • Existe la probabilidad de que tanto la dosis mínima tóxica, como la máxima tolerada no se haya logrado en los estudios con animales de laboratorio.
  • La aleatorización de los grupos de prueba no se realizó correctamente.
  • Se observó que los roedores utilizados en laboratorio, solo fueron sometidos a prueba durante 80 semanas. Lo correcto, de acuerdo a los bioensayos aprobados por el Programa Nacional de Toxicología (NTP), es que dichas pruebas se realicen a lo largo de 104 semanas.
  • Se observó además, que tanto el cuidado, como el seguimiento de los animales sometidos a investigación fue evidentemente deficiente. Esto se corroboró, por el alto porcentaje de animales enfermos, además de las altas proporciones de autolisis observada. La autolisis, se refiere al proceso de descomposición parcial o total de células o tejidos.
  • A pesar de los errores en el diseño de los experimentos realizados, se detectó algo importante. La ejecución de las pruebas de Hoechst, indicaron la existencia de una asociación entre el tratamiento con acesulfamo y la carcinogénesis.

¿Qué ocurrió posteriormente?

Hasta donde se sabe, el acesulfamo fue nominado dos veces, por el CSPI para realizar pruebas en el programa de bioensayo del Programa Nacional de Toxicología (NTP). La primera vez, se realizó el año 1996. El año 2003, el NTP anunció los resultados de las pruebas de aspartamo y acesulfame en ratones genéticamente modificados (GMM), ambos edulcorantes artificiales, arrojaron resultados negativos en las pruebas. Así de esta forma, en lugar de realizar bioensayos, NTP decidió realizar pruebas del acesulfamo de potasio, en ratones genéticamente modificados (GMM). Los resultados obtenidos mediante estas pruebas, no proporcionaron información sobre la posible carcinogenicidad del acesulfamo de potasio.

No es de extrañar, que posiblemente la FDA desanimó a NTP para la realización de los bioensayos solicitados. Luego una nueva postulación se realizó en 2006. Esta postulación, fue realizada el 1 de mayo del año 2006 por Myra Karstadt, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Drexel, esta solicitud, también fue rechazada.

De acuerdo a los investigadores independientes, es importante, lograr la aprobación para la prueba de bioensayo del acesulfamo de potasio, lo más pronto posible. Y está muy claro, que puedan tomarse medidas que garanticen la objetividad del proceso. Se estima, de acuerdo a observadores no gubernamentales, que muchos casos de reflujo, colitis, depresión crónica y fibromialgia, son provocados por sustancias químicas aprobadas por la FDA. De hecho, se ha determinado que personal de nivel laboral, identificaron deficiencias en las pruebas de acesulfame de potasio realizadas en la década de 1980.

La ciencia no desmaya

Cabe destacar que el año 2017, un estudio de laboratorio, detectó, que la diversidad bacteriana general, difería entre no consumidores y consumidores de edulcorantes artificiales. Este experimento incluyó el acesulfamo de potasio y el aspartamo, en adultos humanos sanos en los Estados Unidos. En conjunto, estos resultados, proporcionan un punto de vista poco conocido acerca de la interacción entre los edulcorantes artificiales y el las bacterias intestinales. Esto incluye, el papel de estas asociaciones con el potencial desarrollo de la obesidad y la inflamación crónica, que se ha exacerbado durante las dos últimas décadas. De forma general, este experimento, obtuvo datos que permiten demostrar, que el consumo de acesulfamo de potasio, puede acarrear efectos contraproducentes en el microbioma intestinal de animales de laboratorio.

De hecho, se observó un aumento de peso a nivel de los machos, al modificar la composición bacteriana del tracto intestinal, logrando modificar mecanismos alternativos de recolección de energía proveniente de la población bacteriana intestinal. Cabe destacar que, en diversos estudios, se ha encontrado, que las bacterias benéficas intestinales, juegan un rol determinante. De esta forma, los resultados obtenidos, pueden proporcionar una comprensión novedosa de la interacción entre los edulcorantes artificiales y el microbioma intestinal.

Concluyendo

Es fundamental, desde el rol que corresponda, desempeñar en la sociedad, instruir comenzando desde el entorno más cercano, el sentido del gusto. Un primer paso, consistiría en despertar en los niños, la preferencia por alimentos y bebidas naturales, evitando distorsionar los sabores reales con edulcorantes. Es bueno tener la claridad, que desde el hogar se puede a veces decidir el uso de aditivos que, en el mediano plazo, crearán mucha dependencia.

Siempre admiro a quienes, por medio de la investigación, procuran enrumbar los pasos de la humanidad, a destinos más sanos. El título de este artículo, debe ser contestado individualmente. Coloqué sobre la mesa, un cúmulo de investigación independiente, que posiblemente no sea del agrado de algunas instituciones.

Nada de lo que se ha planteado, está escrito para escandalizar, al contrario, se realiza para ayudar a concienciar. Y por supuesto, apoyar iniciativas, que hagan posible que edulcorantes tan omnipresentes como el acesulfame de potasio, sea evaluado de forma objetiva. Posiblemente algunos ya habían oído hablar de él, quizás otros no habían caído en cuenta de su versatilidad. Lo cierto es que, a pesar de su presencia en cientos de productos a lo largo y ancho de todo el planeta, nadie puede garantizar con absoluta certeza acerca de su inocuidad

Mi amiga, cuando finalizó nuestra conversación, la cual adapté para presentar en el post, tenía una expresión facial indefinida. Luego, conversando en otra ocasión, me dijo que cada día se convence del entramado existente entre muchas corporaciones. Realmente le indignó, que productos denominados “light” y “cero” calorías, realmente sean los más peligrosos. Porque además de contener productos aprobados mediante pruebas inadecuadas, son buscados por muchas personas para huir de la obesidad. Me comenta entusiasmada, que sigue con mucho interés, los comentarios del Centro para la Ciencia en el Interés Público (CSPI).

Respeta tu cuerpo y anhela sentirte sano y limpio. Tu cuerpo merece algo mejor que el dulzor hecho en un laboratorio.

Damon Gameau

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