Los trastornos alimentarios son enfermedades mentales graves que afectan al bienestar físico y mental. Implican problemas en la forma en que las personas piensan sobre la comida, alimentación, peso y figura, así como en sus conductas alimentarias.
Estos problemas pueden tener graves consecuencias para la salud, las emociones y el funcionamiento diario. Por ello se hace necesario, que conozcamos los trastornos alimentarios más comunes y las emociones detrás de ellos.
De este tema, que afecta un alto porcentaje de la población, les voy a hablar a solicitud de Giannina una seguidora de Nueva York. Ella es una madre y trabajadora de mediana edad, con mucho sentido del humor. De hecho, ella recuerda que desde niña le encantaba bromear con sus familiares y amigos.
Ella se comunicó conmigo porque le preocupaba la situación de una amiga, que desde hace un tiempo ha venido incrementando su peso de forma importante.
A Gianina esta situación le extrañó sobremanera. Posteriormente su amiga le informó, que ella en su nuevo trabajo se sentía un poco aislada. Además, sentía que Gianina a veces era un poco cruel en sus bromas y esto también le afectaba.
Y precisamente Giannina, quería consultarme acerca de cómo podría ayudar a su amiga a superar esta situación. De hecho, ella llegó a comentarle que en muchas ocasiones mitigaba su ansiedad comiendo grandes cantidades de comida chatarra.
Al comunicarme con Giannina, le informé que su amiga estaba sufriendo un trastorno alimenticio. Le destaqué, que era necesario que buscara ayuda profesional. Además, le envié información acerca de este problema, sus características más importantes y posibles consecuencias.
Dada la alta prevalencia de este trastorno en nuestra sociedad actual, consideré importante compartir esta información en mi página.
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Generalidades acerca de los trastornos alimenticios
Los trastornos alimenticios, son desequilibrios psicológicos que afectan la forma de pensar y comportarse de las personas en relación con la comida, peso y silueta. Estos desequilibrios, pueden generar graves consecuencias para la salud física y mental, de hecho, en algunos casos pueden ser mortales.
Los síntomas más comunes de la alimentación compulsiva son:
- Comer mucho más rápido de lo normal.
- Comer hasta sentirse incómodo o con dolor.
- Comer sin tener hambre o cuando ya se está lleno.
- Comer a escondidas o en solitario por miedo al rechazo o al juicio de los demás.
- Sentir que no se puede parar de comer o que se ha perdido el control sobre la comida.
- Sentir una gran insatisfacción consigo mismo y con su aspecto físico.
- Tener cambios de humor, depresión, ansiedad o estrés.
La alimentación compulsiva puede tener graves consecuencias para la salud física y mental. Ello incluye obesidad, diabetes, enfermedades cardíacas, depresión o abuso de sustancias. Por ello, es importante buscar ayuda profesional si se cree que se tiene este trastorno.
Existen tratamientos efectivos que pueden ayudar a las personas a superar sus problemas con la comida, y a mejorar su autoestima y bienestar.
Existen diversos tipos de trastornos alimenticios, sin embargo, los más comunes son: la anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y trastorno por atracón.
Anorexia nerviosa
La anorexia nerviosa es un trastorno alimentario caracterizado por un peso corporal anormalmente bajo. Incluye un miedo intenso a engordar, y una percepción distorsionada del peso.
Las personas con anorexia valoran mucho el control de su peso y figura. Por ello, generalmente realizan esfuerzos extremos que suelen interferir significativamente en sus vidas.
Se desconoce la causa exacta de la anorexia nerviosa, pero es probable que influya una combinación de diversos factores. Entre ellos destacan los factores genéticos, que pueden predisponer a las personas a desarrollar anorexia.
A su vez, los factores ambientales, expresados en las influencias socioculturales, fomentan comportamientos asociados a la anorexia. Entre ellos, proyectar la delgadez como un rasgo deseable, además de la presión del grupo.
Los factores psicológicos también propician la anorexia nerviosa. Entre ellos destacan la dificultad para afrontar el estrés, además de la tendencia a la depresión y ansiedad. Se incluyen el miedo o dudas sobre el futuro, preocupación excesiva, perfeccionismo, obsesión, compulsión y baja autoestima.
Según los expertos, la anorexia nerviosa puede tener graves consecuencias para la salud. Principalmente, ocasionado por la inanición y malnutrición. Algunas de las complicaciones son las siguientes:
- Anemia.
- Pérdida ósea que incrementa el riesgo de fracturas en etapas posteriores de la vida.
- Ausencia de menstruación en las mujeres y disminución de la testosterona en los hombres.
- Problemas cardíacos, como ritmos cardíacos anormales o insuficiencia cardíaca.
- Problemas gastrointestinales, como estreñimiento, hinchazón o náuseas.
- Desequilibrios electrolíticos, como niveles bajos de potasio, sodio y cloruro.
- Problemas renales.
- Muerte súbita.
La anorexia nerviosa puede diagnosticarse mediante examen físico, análisis de sangre y evaluación psicológica. Otras pruebas pueden incluir:
- Pruebas de carencia de nutrientes: para comprobar los niveles de vitaminas y minerales.
- Pruebas de la función hepática: evalúa el sistema hepático y la desnutrición.
- Electrocardiograma: para comprobar la salud cardíaca.
¿Cómo se trata la anorexia nerviosa?
El tratamiento de la anorexia nerviosa suele consistir en una combinación de diversos factores. Ello incluye, atención médica, terapia psicológica, asesoramiento nutricional y ocasionalmente medicación.
Los principales objetivos del tratamiento son recuperar un peso saludable, abordar los problemas psicológicos subyacentes y prevenir las recaídas. El tratamiento puede variar en función de la gravedad del trastorno, edad de la persona y preferencias personales.
Dentro de los tratamientos más frecuentes de la anorexia nerviosa destacan:
Terapia cognitivo-conductual (TCC)
Este tipo de psicoterapia ayuda a las personas con anorexia nerviosa a identificar y cuestionar sus pensamientos y creencias negativas. Especialmente, aquellas relacionadas con su cuerpo, peso y comida.
La TCC también les ayuda a desarrollar habilidades de afrontamiento para lidiar con el estrés y las emociones. Ello estimula a cambiar los comportamientos poco saludables. La TCC puede implicar sesiones semanales durante un máximo de 40 semanas, con sesiones más frecuentes al principio.
Tratamiento de la anorexia nerviosa para adultos
Esta alternativa también constituye otro tipo de psicoterapia. Por medio de ella, se ayuda a las personas con anorexia nerviosa a comprender su trastorno alimentario y sus efectos. Se centra en lo que es importante para ellos y les ayuda a cambiar su comportamiento cuando están preparados.
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Este tratamiento puede implicar a la familia o los cuidadores si la persona lo desea. Por lo general, consta de 20 sesiones. Las diez primeras con una frecuencia semanal y las diez siguientes, programadas en función de las necesidades personales.
Tratamiento clínico de apoyo especializado
Este tipo de terapia, ayuda a las personas con anorexia nerviosa a aprender sobre nutrición. Les muestra además, sobre cómo sus hábitos alimentarios provocan sus síntomas.
También les ayuda a fijar un peso objetivo, y a alcanzarlo gradualmente con la ayuda de un terapeuta. Este tipo de tratamiento suele implicar 20 o más sesiones semanales.
Terapia psicodinámica focal
Mediante esta terapia, las personas con anorexia nerviosa aprenden a conocer que sus hábitos alimentarios están relacionados con ciertos factores. Entre ellos sus pensamientos, sentimientos y relaciones.
La terapia psicodinámica focal puede ofrecerse si otras terapias no son adecuadas o eficaces para la persona. La terapia psicodinámica focal suele implicar 20 o más sesiones a lo largo de varios meses.
Otras estrategias
Aparte de la terapia, las personas con anorexia nerviosa pueden necesitar atención médica para controlar y tratar cualquier complicación física causada por el trastorno alimentario, como deshidratación, desequilibrio electrolítico, problemas cardíacos, pérdida ósea o daño renal.
En algunos casos puede ser necesaria la hospitalización para proporcionar un tratamiento que salve vidas o para estabilizar el estado de la persona antes de iniciar la terapia ambulatoria.
También pueden recetarse medicamentos para tratar enfermedades mentales concurrentes, como la depresión o ansiedad. Sin embargo, la medicación por sí sola no es suficiente para tratar la anorexia nerviosa y no hay ningún medicamento específicamente aprobado para este fin.
La recuperación de la anorexia nerviosa puede ser un proceso largo y difícil que requiere el apoyo continuo de profesionales, familiares, amigos y compañeros.
Cuanto antes se inicie el tratamiento, mayores serán las posibilidades de recuperación. Aunque nunca es demasiado tarde para buscar ayuda y empezar a curarse.
Bulimia nerviosa
La bulimia nerviosa es un trastorno alimentario grave y potencialmente mortal, que implica conductas de atracón y purga. Los atracones consisten en ingerir grandes cantidades de comida perdiendo el control.
A su vez, las purgas consisten en intentar eliminar las calorías sobrantes de forma poco saludable, como vómitos, laxantes, diuréticos, enemas, ayuno o ejercicio excesivo.
Las personas con bulimia nerviosa pueden tener un peso normal o ligeramente superior al normal. Sin embargo, suelen tener una baja autoestima y una imagen corporal negativa. La bulimia nerviosa puede causar deshidratación, desequilibrio electrolítico, erosión dental, problemas gastrointestinales y daño renal.
Las personas bulímicas suelen estar preocupadas por su peso y figura, y pueden tener una imagen distorsionada de sí mismas.
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También pueden experimentar síntomas físicos, emocionales y conductuales. A saber, problemas dentales, deshidratación, desequilibrio electrolítico, depresión, ansiedad, culpa, vergüenza, aislamiento y secretismo.
Se desconoce la causa exacta de la bulimia, pero puede estar influida por una combinación de factores. Entre ellos podemos destacar la genética, el entorno, las enfermedades mentales concurrentes, la dieta y el ejercicio. Dentro de los factores de riesgo para el padecimiento de bulimia nerviosa, podemos señalar:
- Problemas psicológicos y emocionales: Trastornos mentales, fuerte necesidad de cumplir las expectativas y normas sociales, fuerte influencia de los medios de comunicación, ira, depresión, perfeccionismo, impulsividad, antecedentes de un acontecimiento traumático.
- Sexo: Las mujeres presentan mayor probabilidad de verse afectadas.
- Edad: Los adultos jóvenes y adolescentes corren mayor riesgo.
- Antecedentes familiares: Quienes poseen familiares afectados tienen mayor riesgo.
- Presión profesional: Bailarines, modelos, artistas, actores y atletas suelen padecer trastornos alimentarios.
- Deficiencia de serotonina a nivel cerebral.
Complicaciones ocasionadas por la bulimia
- Insuficiencia renal.
- Problemas cardíacos.
- Problemas dentales.
- Problemas digestivos.
- Deficiencias nutricionales.
- Desequilibrios electrolíticos.
- Ausencia de período menstrual.
- Estreñimiento.
- Ansiedad, depresión y abuso de sustancias.
Es importante destacar, que el estrés crónico y el exceso de cortisol pueden provocar fatiga mental y física. Además, el estrés cotidiano es uno de los principales factores que contribuyen a comer en exceso. De allí la importancia de coadyuvar a equilibrar nuestro organismo con mi fórmula especial, STRESS RELIEF. La puedes adquirir en VitaTienda.com.
¿Cómo se trata la bulimia nerviosa?
La bulimia nerviosa es una enfermedad grave pero tratable que requiere ayuda profesional y atención continuada. Si usted o alguien que conoce padece bulimia nerviosa, solicite ayuda a un profesional sanitario cualificado. Recuerde que esto podría permitir su recuperación.
La bulimia nerviosa puede tratarse con una combinación de psicoterapia, medicación, educación nutricional y apoyo. Algunas de las opciones de tratamiento son:
- Terapia cognitivo-conductual: Ayuda a identificar y cambiar los pensamientos y comportamientos poco saludables relacionados con la comida y la imagen corporal.
- Psicoterapia interpersonal: Permite mejorar las relaciones y habilidades de comunicación que pueden afectar a los hábitos alimentarios.
- Tratamiento familiar: Es una herramienta empleada para ayudar a los padres a intervenir y apoyar a sus hijos con bulimia nerviosa.
- Antidepresivos como la fluoxetina: Este medicamento ayuda a reducir la frecuencia y gravedad de los atracones y las purgas.
- Dietistas: Este tipo de profesional puede ayudar a diseñar un plan de alimentación individualizado. Ello podría proporcionar una nutrición adecuada y evitar el hambre y los antojos.
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Trastorno por atracón
Este trastorno alimentario se considera grave, y consiste en el consumo frecuente de grandes cantidades de comida sin poder parar. Las personas con trastorno por atracón suelen sentirse fuera de control, avergonzadas, angustiadas e infelices por sus hábitos alimentarios.
Esta anomalía puede provocar obesidad, depresión, abuso de sustancias, enfermedades cardiacas y diabetes.
Se desconocen sus causas exactas, pero algunos factores que pueden contribuir con este trastorno son:
- Factores genéticos: Tener antecedentes familiares de este trastorno en parientes cercanos aumenta la probabilidad de desarrollarlo.
- Dieta: Restringir la ingesta de alimentos puede aumentar la necesidad de comer en exceso. Se cree que el aumento de triptófano en la sangre aumenta directamente tanto la serotonina como la melatonina. La melatonina ayuda a regular el ciclo de sueño y vigilia, y se cree que la serotonina ayuda a regular el apetito, el sueño, el estado de ánimo y el dolor. La privación del sueño aumenta el riesgo de depresión, aumento de peso. Para ello, he desarrollado con mi equipo científico SLEEPING BOMB KIT.
- Sexo: Se presenta con mayor frecuencia en mujeres.
- Trauma emocional: Traumas infantiles como el acoso escolar, malos tratos o el divorcio pueden contribuir a este trastorno.
- Edad: Suele aparecer al final de la adolescencia y a principios de la veintena.
- Problemas psicológicos: La mayoría de las personas que presentan este trastorno tienen una mala imagen de sí mismas y padecen estrés.
El diagnóstico del trastorno por atracón se realiza comparando los síntomas del paciente con los criterios definidos en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM).
Asimismo, pueden realizarse pruebas psicológicas, análisis de sangre y orina. Estos análisis permitirían detectar signos de hábitos alimentarios anormales, niveles de colesterol y diabetes.
¿Cómo se trata el trastorno por atracón?
El tratamiento de este trastorno pretende reducir la frecuencia de los atracones, perder peso y tratar los problemas psicológicos. Equilibrar estos factores, permite controlar los impulsos de comer compulsivamente.
El tratamiento del trastorno por atracón suele consistir en una combinación de psicoterapia, medicación y cambios en el estilo de vida. La psicoterapia es un tipo de terapia conversacional que ayuda a identificar y modificar los pensamientos y emociones negativos que desencadenan los atracones.
La forma más habitual de psicoterapia es la cognitivo-conductual. Por medio de ella se enseña a las personas a afrontar el estrés, mejorar la imagen que tienen de sí mismas y regular sus patrones alimentarios.
Este tipo de terapia puede realizarse individualmente o en grupo, e incluso adaptarse a las necesidades específicas de cada persona.
La medicación también puede ayudar a reducir los síntomas del trastorno por atracón. A saber, la ansiedad, depresión e impulsividad.
Según los especialistas, los cambios en el estilo de vida también son importantes para tratar este trastorno. Su implementación podría ayudar a mejorar la salud física y evitar el aumento de peso.
Cambios en el estilo de vida recomendados para tratar el trastorno por atracón
- Realizar comidas y tentempiés regulares a lo largo del día.
- Evitar saltarse comidas o ayunar.
- Elegir alimentos sanos ricos en fibra, proteínas y grasas saludables.
- Limitar los alimentos procesados con alto contenido en azúcar, sal y grasas.
- Beber mucha agua y evitar el alcohol.
- Dormir y descansar lo suficiente.
- Practicar una actividad física agradable y adecuada a su forma física.
- Buscar el apoyo social de familiares, amigos o profesionales.
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Concluyendo
De acuerdo a lo mostrado, las causas de los trastornos alimentarios no se conocen a profundidad. Sin embargo, pueden implicar una combinación de factores biológicos, psicológicos, sociales y ambientales. Los expertos han detectado ciertos factores de riesgo clave, para el padecimiento de trastornos alimentarios.
Dentro de ellos destacan, la predisposición genética, rasgos de personalidad, antecedentes familiares, presión de grupo y normas culturales. Se incluyen también, la influencia de los medios de comunicación y ciertos acontecimientos vitales estresantes.
Según los expertos, los trastornos alimentarios pueden tratarse con la participación de expertos médicos y de salud mental. El tratamiento puede incluir psicoterapia, medicación, educación nutricional, terapia familiar y grupos de apoyo.
Los objetivos del tratamiento son restablecer la salud física, normalizar los patrones alimentarios, mejorar la autoestima y afrontar los problemas emocionales.
Para Giannina la información recibida, la cual comparto en el post, fue de mucha utilidad. Ella se comunicó hace poco conmigo y estaba feliz.
De hecho, su amiga ahora es una fiel seguidora. Incluso me comentó, que al realizar las terapias adecuadas, no solo logró mejorar su figura, sino su desempeño laboral.
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