10 Tipos De Obesidad Que Quizá No Conocías

Cuando dejamos de ver la obesidad como un problema de estética y lo asumimos como un problema de salud, entonces comenzamos a preocuparnos por la serie de consecuencias y complicaciones que nos trae esa grasa acumulada en nuestro cuerpo.

Eso le pasó a Silvia, propietaria de una cafetería famosa por sus pastelillos de crema y sus variados cafés. Ella siempre cuidó su figura, hasta que le faltó tiempo para ejercitarse y organizar su dieta. Comenzó a comer a cualquier hora, cualquier cantidad de alimentos y cualquier cosa. La mayoría de las veces, una peligrosa combinación de azúcares refinados, harinas y grasas perjudiciales. Aumentó de peso, y del sobrepeso llegó a la obesidad.

Una de las chicas de la cocina, Mónica, esbelta y amante de la vida saludable, luego de haber leído mi e-book #Yo Puedo Con la Dra. Cocó, le recomendó cuidar su salud con una alimentación de calidad. Además, le sugirió que acudiera al médico, pues Silvia comenzó a sufrir mareos, asfixias e hipertensión.

Silvia nunca fue de contextura delgada. De hecho, su familia es de contextura gruesa y con curvas, por lo que debía cuidar su peso con más cuidado. El médico le diagnosticó hipertensión y problemas renales.

Le recetaron algunos medicamentos, una dieta rigurosa y ejercicios. A todo ello, Mónica le dijo que debía añadir infusiones que le ayuden a reducir la grasa acumulada en su cuerpo y alcanzar un nivel de salud que le permita retomar su vida normal y saludable.

¿Cuáles son los tipos de obesidad?

La obesidad no es sólo estar gordo por comer mucho, son 10 los tipos de obesidad que pueden afectarte y no todos son producto de ser golosos.

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Existen casos donde la obesidad es señal de alteraciones en el funcionamiento de tu organismo.

1. Obesidad abdominal nerviosa

Así como lo indica su nombre, se trata de la grasa acumulada en las partes central y anterior de tu abdomen. Se puede deber al padecimiento de enfermedades como:

  • Hipertensión arterial
  • Diabetes
  • Síndrome metabólico

Se desarrolla en brotes durante momentos de depresión, ansiedad o estrés. Genera agotamiento, fatiga e inflamación del vientre, también deseos impulsivos de consumir azúcar.

2. Obesidad alimentaria

Este tipo de obesidad predomina en el cuello, cara, tórax y espalda y es provocada por el exceso de la mala alimentación. De tratarse de una obesidad alimentaria agravada, la grasa se aloja en el vientre, dando el típico aspecto redondo.

Provoca hinchazón, sudoración y sensación de sueño después de cada comida. Este caso requiere de tratamiento médico especializado, así como el asesoramiento de un nutricionista que te asigne una dieta adecuada según tu historial médico.

3. Obesidad circulatoria capilar

En este caso, la grasa se acumula en los brazos y piernas. Está asociada a la herencia genética que presenta piel de naranja durante la pubertad y se va agravando lentamente con el paso de los años. Uno de sus síntomas es la baja tolerancia al frío.

4. Obesidad circulatoria venosa

Parecida a la anterior, se diferencia porque sólo se ven afectados los miembros inferiores (piernas), es también de carácter hereditario o genético. Esta condición inicia en la pubertad y puede agravarse en caso de embarazo por la hinchazón de las paredes venosas o por la formación de coágulos conocidos como flebitis o periflebitis.

Su síntoma más característico es la intolerancia al calor, ya que éste provoca sensación de pesadez en los tobillos y piernas.

5. Obesidad glútea

La grasa se acumula desde la cintura hasta las rodillas, sobre todo en la cara interna de los muslos. Este tipo de obesidad comienza desde la infancia o la pubertad. Durante el embarazo presenta un estado grave debido al desajuste hormonal y puede empeorar por las intervenciones ginecológicas y al llegar la menopausia.

6. Obesidad hereditaria familiar

La obesidad hereditaria familiar se ve reflejada en ambos o en uno de los padres. La piel de naranja y grasas frías se acumulan en la parte externa y superior de los glúteos, mientras la caliente se acumula por encima del pubis. Esta obesidad aparece y evoluciona en brotes sucesivos.

7. Obesidad hipotalámica

Este tipo de obesidad produce los efectos más mórbidos. La grasa se refleja de manera veloz y progresiva en las partes altas del cuerpo, cadera, vientre y glúteos, a causa de una afección en el hipotálamo. Puede iniciar coincidiendo con un choque emocional que evoluciona con periodos de depresión y ansiedad.

8. Obesidad metabólica aterógena

El vientre presenta un estado frío, enrojecido y redondo. Esto llega a provocar una afección genéticovascular, que se agrava con el consumo de alcohol. Generalmente aparece un exceso de calor corporal y de somnolencia o sueño después de las comidas. La sobrecarga de grasa es acelerada y progresiva.

9. Obesidad metabólica prediabética

El vientre presenta un estado blanco, caliente y redondo. La obesidad metabólica prediabética produce sensación de calor excesivo e hinchazón, aun cuando se ha ingerido poco alimento.

La acumulación de grasa es brusca y puede presentarse durante la ingesta de anticonceptivos, el embarazo o el transcurso de alguna enfermedad. Si no existen signos de sobrealimentación, de seguro hay una herencia diabética cercana a quien padece este tipo de obesidad.

10. Obesidad por sedentarismo

La reducción considerable de actividad física y el consumo excesivo de carbohidratos y grasas, son los responsables de este tipo de obesidad. La grasa se acumula, dando apariencia de llevar un flotador o cauchitos alrededor de la cintura. Además, genera sensación de calor. A pesar de que esta carga no sobrepasa las 7 u 8 libras, siempre es recomendable acudir a un especialista y ejercitarse bajo supervisión de un experto.

Cómo prevenir la obesidad

Prevenir la obesidad es posible y es lo que recomiendo para evitar otros problemas de salud más graves. Algunas medidas que puedes tomar para mantenerte lejos de la obesidad son las que te comento a continuación:

Mantente activo

Lo más efectivo para prevenir la obesidad es mantenerte activo. Cuando hablo de ejercitarse, no me refiero a un entrenamiento riguroso en el gimnasio, también puedes:

  • Subir y bajar escaleras
  • Correr
  • Caminar
  • Pasear en bicicleta
  • Nadar
  • Bailar
  • Limpiar la casa

Todos estos son buenos ejercicios, siempre y cuando los hagas constantemente y los conviertas en rutina.

Come sano

Los expertos en nutrición recomiendan que la persona promedio consuma 2000 calorías diarias, distribuidas en los alimentos como:

  • Lácteos
  • Carnes
  • Cereales
  • Verduras
  • Legumbres
  • Frutas

Adapta tu dieta para cumplir con estos estándares. Es una buena forma de evitar la obesidad.

Controla tu peso

Te recomiendo pesarte una vez a la semana para controlar tu salud. Si notas que estás ganando peso, lo mejor es tomar algunas medidas para perder ese peso extra de manera natural.

Bebe mucha agua

Muchas veces se confunde la deshidratación con los signos de hambre en el cuerpo. Lo recomendable es beber de ocho a 10 vasos de agua al día. El agua desintoxica y limpia todas las impurezas del organismo. Si no te gusta beber agua, puedes preparar jugos sin azúcar, aguas saborizadas con unas gotas de zumo de limón, naranja u otras frutas.

Pero recuerda evitar jugos pasteurizados, aguas saborizadas procesadas y con alto contenido de químicos, sodas y bebidas alcohólicas, así como las que contengan cafeína. Las infusiones y zumos de frutas naturales son una buena opción.

Acude a tu médico una vez al año

Es importante realizarte un chequeo médico por lo menos una vez al año para evitar complicaciones. Al detectar alguna anomalía temprana, tu médico podrá tratarlo rápidamente, evitando complicaciones mayores.

Mantente lejos de la comida chatarra

La comida chatarra es muy atractiva, por lo que es difícil controlar la tentación y comerla. Lo mejor es sacarla de tu casa para evitar ese contacto directo y cotidiano. Prefiere bocadillos y platillos preparados en casa con ingredientes saludables y de calidad. Esto no quiere decir que debas comer alimentos insípidos y poco apetitosos, existen recetas muy deliciosas y saludables que ganan en sabor a la comida chatarra.

Come sólo cuando tengas hambre

Los estudios realizados sobre la obesidad y la nutrición, demuestran que las personas naturalmente delgadas lo son porque comen sólo cuando sienten hambre. Por eso, lo mejor es comer cuando tu cuerpo te envíe las señales naturales del apetito. Esas señales indican que tu organismo necesita el combustible necesario para funcionar correctamente.

Comer para pasar el tiempo, mientras esperas, porque te ofrecen algo, por diversión o por gula, acelera el riesgo de la obesidad.

Sobrepeso y obesidad

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El sobrepeso y la obesidad son problemas graves de salud que están afectando a muchas personas en el mundo. Es común encontrar personas que presentan un peso mayor al que corresponde a su edad, estatura y género. La distribución de la grasa en el cuerpo permite conocer el tipo de obesidad que padeces, siendo las medidas de la cadera y la cintura una referencia.

La mayoría de los casos de sobrepeso se registran en los países industrializados, donde la alimentación es abundante, pero no por eso es más sana. Además, la población realiza trabajos que no exigen mucho esfuerzo físico.

¿Cómo se determina el exceso de peso?

El exceso de peso se determina por la relación entre la estatura y el peso corporal. Esta relación se conoce como índice de masa corporal (IMC). Cuando un IMC es superior a 25, quiere decir que existe sobrepeso, mientras que un IMC superior a 30 representa obesidad. El sobrepeso es un estado de daño a la salud previo a la obesidad.

El sobrepeso no debe considerarse enfermedad. Pero sí es una condición de riesgo para la salud. Mientras que la obesidad sí es una enfermedad que puede originar problemas crónicos como:

  • Presión arterial elevada
  • Diabetes
  • Dislipidemias (cuando se acumulan ciertas grasas en el cuerpo de manera anormal)

Tejido adiposo

El tejido adiposo está compuesto de adipocitos, células que almacenan energía en forma de grasa, protege los órganos y produce las hormonas que nos regulan el apetito.

Nuestro cuerpo tiene dos tipos de tejido adiposo: el tejido marrón y el tejido blanco. El marrón es el más fácil de quemar, activando el metabolismo. Es de donde el cuerpo obtiene la energía. Por su parte, tejido adiposo blanco, es el que se acumula causando la obesidad.

Ahora Silvia tiene más cuidado con su alimentación. Ha retomado sus ejercicios en casa y las delicias de su cafetería son solo para los clientes.

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