Volumen Corpuscular Medio: ¿Qué Significa?

De acuerdo a la OMS, la anemia es frecuente en los ancianos y su prevalencia aumenta con la edad. La misma entre los adultos mayores, oscila entre el 8 y el 44%. En la actualidad, existe una prueba denominada volumen corpuscular medio, que permite medir el tamaño de los glóbulos rojos y precisar el tipo de anemia presente.

De este tema tan intrigante voy a hablar a solicitud de Lynn, una seguidora de Ohio. Ella es una mujer de mediana edad, quien desde siempre apostó por su gran amor a la familia. Ella me comentaba, que siente una gran satisfacción cuando puede demostrar cariño y atenciones a su familia.

De hecho, ella desde hace unos años es responsable de estar pendiente de sus padres, en especial de su salud. Sin embargo me comentó, que desde inicios de enero su padre estuvo experimentando procesos de fatiga de forma intermitente. Ella le insistió para acudir al médico y su padre decía que lo que sentía era propio de la edad.

Cuando Lynn se comunicó conmigo, tenía en mente que posiblemente esta afección era debida a un proceso de anemia. Y estaba interesada en saber qué tipo de examen adicional a la hematología completa, debía realizar.

Yo le expresé que probablemente ese síntoma de su padre, no existiendo otra enfermedad subyacente, bien podría indicar una anemia. Por ello le sugerí que le planteara al médico de su padre practicarle la prueba de volumen corpuscular medio.

A fin de entregarle algunos puntos educativos preparé un material con la importancia de mantener los niveles sanguíneos en un rango adecuado. Además, le ahondé sobre las ventajas que ofrece la prueba del volumen corpuscular medio.

Dado lo importante del tema, consideré apropiado compartirlo en mi página.

Funciones de la sangre

La sangre es considerada un fluido de vital importancia para nuestro cuerpo. Físicamente es más espesa que el agua y la temperatura de la misma es de 38 °C. Ello indica, que posee aproximadamente un grado más que la temperatura corporal.

Se ha observado, que el volumen de sangre de nuestro organismo está asociado a la talla y peso. Así, un hombre cuyo peso sea de 70 kg posee entre 5 y 6 litros de sangre en su organismo.

De acuerdo a los estudios realizados hasta ahora la sangre posee básicamente tres funciones destacadas. Ellas son:

Transporte

La sangre es la responsable de transportar el oxígeno desde los pulmones a las células corporales, para realizar el metabolismo. De esta forma la sangre transporta de vuelta en su recorrido, el dióxido de carbono a los pulmones.

Allí, este gas es eliminado mediante la espiración. Es importante manifestar, que la sangre también aporta una serie de nutrientes a las células. Además, transporta hormonas y productos de desecho que luego son expulsados al exterior por el hígado, riñones e intestinos.

Regulación

Según los especialistas, la circulación sanguínea está sometida a un estricto control. Ello se debe, a que debe cumplir de forma estricta ciertas funciones prioritarias y cumplirlas en un orden establecido.

Dicho orden es el siguiente:

  • Suministrar un volumen de sangre suficiente al encéfalo y corazón
  • Suministrar suficiente sangre al resto de los órganos y tejidos corporales
  • Mantener niveles adecuados de la presión hidrostática capilar. De esta forma, se mantienen dentro de un rango razonable los valores del volumen de los tejidos y la composición del fluido intersticial.

Es importante señalar, que la sangre ayuda también a mantener el equilibrio de ciertos factores de suma importancia. Dentro de ellos resalta el mantenimiento de la temperatura corporal en rangos adecuados. Este proceso se logra con el concurso de la porción líquida sanguínea (plasma), con capacidad para absorber o desprender calor.

Asimismo, puede regularse la temperatura a través de la velocidad con la que fluye la sangre.

Cabe destacar, que cuando ocurre la dilatación de los vasos sanguíneos, se disminuye la velocidad de la sangre. Esto ocasiona la pérdida de calor. Así, cuando la temperatura ambiental es baja, los vasos sanguíneos se contraen a fin de disminuir la pérdida de calor.

Otra función regulatoria de la sangre es la del pH. Es de resaltar, que una importante propiedad de la sangre es su grado de acidez o de alcalinidad. Debemos resaltar, que el centro de la escala de pH está ocupado por un valor denominado neutro, correspondiente al número 7 de la escala.

Si el pH sanguíneo se encuentra entre 7,35 y 7,45, diríamos que la sangre es ligeramente básica. En términos generales, nuestro organismo mantiene el pH de la sangre cercano a 7,40. Así, valores de pH constante son muy importantes para que los diversos sistemas corporales funcionen adecuadamente.

Protección

Se ha establecido, que una de las funciones clave de la sangre es la protección. Dentro de las células que pertenecen a nuestro sistema inmunitario, destacan los glóbulos blancos. Estas células, se mantienen alerta en el torrente sanguíneo a los fines de bloquear la presencia de invasores.

De hecho, cuando se combate una infección ocasionada por bacterias o virus, nuestro organismo produce mayor cantidad de glóbulos blancos.

Vale destacar, que para que los organismos patogénicos ingresen en nuestro cuerpo primero deben superar diversas barreras físicas. Entre ellas destacan la piel, vellos nasales, nariz, mucosidad y ácido estomacal.

Cuando los patógenos logran sortear esta primera línea de defensa existe la probabilidad de una infección. En ese momento entra en juego la segunda línea de defensa de nuestro organismo: el sistema inmunitario.

El sistema inmunitario está conformado por diversos tipos de glóbulos blancos y cada uno de ellos cumple una función específica. De esta manera nuestro organismo es capaz de combatir diversos tipos de infecciones (parasitarias, fúngicas, bacterianas y víricas).

Estas células especializadas al momento de localizar una infección se desplazan al lugar afectado. Allí, destruyen al patógeno invasor, previniendo de esta forma la enfermedad.

Otro tipo de glóbulos blancos posee la capacidad de luchar de forma directa con el agente invasor. Su mecanismo se basa en rodear y engullir (fagocitar). Una vez que el agente extraño se encuentra dentro de él, liberan sustancias químicas capaces de destruir al intruso.

Existe otro tipo de glóbulo blanco, denominado linfocito, que posee otro mecanismo de defensa. Ellos poseen la capacidad de fabricar anticuerpos cuando detectan que los cuerpos extraños no pertenecen a nosotros.

Su efecto es más lento que el de los otros glóbulos blancos. Sin embargo, producen antitoxinas para contrarrestar las toxinas liberadas por ciertos patógenos.

Componentes de la sangre

La sangre es considerada científicamente como un tejido vivo, conformado por una porción líquida y otra sólida. La parte líquida denominada plasma, contiene proteína, agua y sales. Se ha establecido, que más de la mitad de nuestro cuerpo está formado por plasma. A su vez, la parte sólida de la sangre posee glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.

Como sabemos, los glóbulos rojos se encargan de transportar el oxígeno desde los pulmones hacia los tejidos y órganos.  A su vez, los glóbulos blancos son células especializadas del sistema inmunitario, capaces de combatir las infecciones.

Las plaquetas a su vez, coadyuvan en la coagulación de la sangre cuando sufrimos un corte o una herida. Cabe destacar, que la médula ósea es la responsable de generar nuevas células sanguíneas.

Nuestras células sanguíneas mueren y se renuevan constantemente. Se ha determinado, que los glóbulos rojos tienen una vida útil de unos 120 días y las plaquetas de cinco a siete días. De hecho, ciertos glóbulos blancos viven menos de un día, sin embargo, hay otros capaces de vivir más tiempo.

De acuerdo a los especialistas, existen cuatro grupos de sangre: A, B, AB y O. Asimismo, la sangre puede ser Rh positivo o Rh negativo. El tipo de sangre es importante al momento de requerir una transfusión.

Es preciso señalar, que el factor de sangre es importante al momento del embarazo. Sobre todo, porque puede presentarse incompatibilidad entre la madre gestante y el bebé, pudiendo ocasionar problemas.

Gracias a los avances científicos, los análisis de sangre, así como las pruebas de conteo sanguíneo favorecen la labor del médico para el análisis de algunas patologías y afecciones.

Incluso, permiten corroborar el funcionamiento de los órganos y el desempeño de los tratamientos. Ciertos problemas sanguíneos, incluyen presencia de coágulos, desequilibrios plaquetarios y trastornos de coagulación.

Ante la anemia: como apoyarse en el Volumen Corpuscular Medio

Actualmente los especialistas pueden obtener diagnósticos definitivos para el tipo de anemia, considerando la medida del Volumen Corpuscular Medio (VCM). El VCM es un valor obtenido en el laboratorio, que cuantifica el tamaño y volumen promedio de un glóbulo rojo. Este parámetro favorece la determinación de la causa de la anemia.

Para calcularlo se multiplica el porcentaje de hematocrito (proporción de glóbulos rojos en la sangre) por diez, dividido por el recuento de eritrocitos (conteo de glóbulos rojos).

Se ha establecido, que junto con la hemoglobina y el hematocrito, el VCM permite determinar una clasificación de la anemia.

De esta forma podemos clasificarlas en:

  • Anemia microcítica con VCM por debajo del rango normal
  • Anemia normocítica con VCM dentro del rango normal
  • Anemia macrocítica con VCM por encima del rango normal.

Incluso, permite también obtener la anchura de distribución de los hematíes o eritrocitos (RDW).

Anemia microcítica

En esta afección, el eritrocito promedio es más pequeño de lo normal, incluso mucho más pequeño que un leucocito. A nivel del hemograma completo, su medida es inferior a 80 fentolitros ( fL). Cabe destacar, que el VCM normal se sitúa entre 80 y 100 fL.

Este tipo de anemia es observada frecuentemente en la anemia ferropénica crónica, anemia por enfermedad crónica, anemia sideroblástica y talasemias. Sin embargo, puede presentarse en otras afecciones.

Anemia macrocítica

En la anemia macrocítica el volumen medio de glóbulos rojos es mayor de lo normal. En el hemograma su VCM es superior a 100 fL. Este tipo de anemia presenta dos subcategorías: megaloblástica o no megaloblástica. La anemia megaloblástica se produce por desequilibrios en la síntesis de ADN. En cambio, esta síntesis si ocurre en la anemia no megaloblástica.

Se ha establecido, que la anemia megaloblástica suele ser secundaria a la deficiencia de folato o vitamina B9. También, debida a la deficiencia de cobalamina o vitamina B12 y a la aciduria orótica.

Este último es un trastorno autosómico recesivo que no permite la conversión del ácido orótico en enzima uridina monofosfato (UMP) sintasa. La anemia no megaloblástica puede presentarse por insuficiencia hepática, una enfermedad congénita rara (anemia de Diamond-Blackfan) o alcoholismo crónico.

Anemia normocítica

Este tipo de anemia presenta bajos niveles de un rango bajo de hemoglobina y hematocrito, sin embargo, presenta un VCM en el rango normal de 80 a 100 fL. Este tipo de anemia puede subdividirse en hemolítica y no hemolítica. La hemolítica normocítica puede ocurrir intravascular y extravascularmente y puede deberse a múltiples causas.

Mediante la obtención de otros valores de laboratorio en el hemograma, se indicará el tipo de anemia.

Vale destacar, que las anemias normocíticas no hemolíticas se presentan en anemias tempranas de enfermedades crónicas.

Se incluyen además anemias ferropénicas tempranas, anemias aplásicas (por afección de la médula ósea), anemias hemolíticas microangiopáticas (presencia de fragmentación del eritrocito) e incluso ciertas infecciones plasmodiales (parásito que causa malaria).

Concluyendo

De acuerdo a lo planteado, la sangre está compuesta aproximadamente en un 55% de plasma sanguíneo y un 45% de diferentes tipos de células. Más del 90% del plasma sanguíneo está conformado por agua y menos del 10% por sustancias disueltas, mayormente proteínas.

Se sabe tambien, que el plasma sanguíneo contiene una serie de sustancias disueltas. Entre ellas destacan los electrolitos, nutrientes (glucosa y aminoácidos), además de vitaminas.

Se ha establecido, que más del 99% de las partículas sólidas de la sangre son células denominadas glóbulos rojos (eritrocitos). El resto son glóbulos blancos (leucocitos) y plaquetas (trombocitos).

Gracias a la presencia de los glóbulos rojos, y la hemoglobina presente en ellos, la sangre transporta el oxígeno de los pulmones a las células del cuerpo.

Asimismo, cumple diversas funciones (transporte, protección y regulación). Cuando los niveles de glóbulos rojos no se encuentran en niveles adecuados ocurren procesos de anemia. La anemia presenta diversas variantes y hoy en día es posible determinar con exactitud el tipo de anemia.

Esto es posible gracias al cálculo del Volumen Corpuscular Medio (VCM). El VCM, es un valor que se obtiene en el laboratorio y permite cuantificar el tamaño y volumen promedio de un glóbulo rojo.

Es importante resaltar, que los valores del VCM no deben emplearse de forma aislada, es por tanto muy importante, considerar los datos del historial médico de cada paciente. Asimismo, se deben tomar en cuenta sus características personales.

Para Lynn la información recibida, la cual comparto en el post, fue de gran ayuda. Ella se contentó mucho porque su padre decidió acceder a la solicitud de acudir al médico. De hecho lograron determinar su valor de VCM y junto a otras pruebas lograron detectar la presencia de anemia macrocítica ocasionada por deficiencia de vitamina B12.

“El volumen corpuscular medio (VCM) es un valor de laboratorio que mide el tamaño y el volumen medios de un glóbulo rojo. Tiene utilidad para ayudar a determinar la etiología de la anemia: el cálculo del valor se realiza multiplicando el porcentaje de hematocrito por diez dividido por el recuento de eritrocitos. Junto con la hemoglobina y el hematocrito, el VCM puede determinar la clasificación de la anemia”

Brittany S. Maner

Bakersfield, California

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