¿Ser Vegetariano o Carnívoro? Tú Decides

“¿Carnívoro o vegetariano?”, me preguntan siempre. En temas nutricionales, este es uno de los que enciende más la polémica. Creo que he escuchado todo tipo de argumentos y contraargumentos a favor y en contra de una u otra postura.

Normalmente evito este tipo de polémicas, pero, debido a una pregunta que me hicieron sobre el tema, me gustaría pronunciarme al respecto.

Como parte de mi programa #YoPuedo, recomiendo tomar caldo orgánico de pollo y vegetales debido a los múltiples nutrientes de ambos.

En una charla sobre el programa, yo explicaba los beneficios de tomar el caldo calentito durante la fase 1 de #YoPuedo.

Varias personas alzaron la mano para saber si era compatible una dieta natural, como la que propongo, con el consumo de carne animal.

Aproveché la oportunidad para despejar esa duda y quisiera compartir mi respuesta con ustedes a través de este artículo.

La dieta como expresión social y cultural

La dieta de una persona o grupo social está influenciada por muchísimos factores.

Por ejemplo, la actividad económica de la región, su ubicación geográfica, las creencias religiosas, las tradiciones familiares, los gustos personales o las decisiones particulares que toma cada quién sobre la mejor forma de alimentarse.

Es por esto que los que viven cerca de las costas consumen más productos marinos.

Los países agrícolas tienen una dieta basada en vegetales y frutas.

dieta-expresión-social

O hay grupos religiosos que promueven el consumo de algunos productos o prohíben otros.

En todo caso, la mayoría de las culturas no han sido ni totalmente vegetarianas ni carnívoras.

Casi todas han sido omnívoras, es decir, tienen una dieta variada con productos vegetales y animales.

También es cierto que en muchos casos, la cantidad de frutas, vegetales, cereales y tubérculos supera el consumo de carnes.

Aunque no es así siempre, hay grupos cuya dieta se basa en productos de origen animal, como los esquimales.

Teorías sobre la dieta

El debate es permanente y las discusiones, muchas veces virulentas, no se hacen esperar.

Es importante reconocer que la ciencia no es infalible.  Mucho del conocimiento científico que se difunde se basa en teorías e hipótesis, es decir, “se cree, se estima, se piensa”.

Por supuesto que hay muchos conocimientos comprobados.  Sin embargo, hasta los hechos verificados deben ser revisados continuamente bajo la luz de nuevos descubrimientos y tecnologías.

El objetivo es revisar que, realmente, las variables que dieron un hecho como cierto, se repitan en nuevos experimentos y arrojen los mismos resultados.

Por ejemplo, a finales del siglo pasado, ciertas investigaciones declararon al huevo como un alimento no grato.  Según esos estudios, el nivel de colesterol del huevo era dañino para la salud.

Pero estudios recientes, manifestaron que el huevo es un “superalimento” por los nutrientes y beneficios que aporta a la dieta.  De hecho, ahora existe un Día Mundial del Huevo para celebrar sus propiedades.

Así ha pasado con un gran número de alimentos.  Fueron amados y denostados en épocas pasadas y nuevamente apreciados en fechas recientes.

¿Es riesgoso comer carne?

Hay dos preguntas que debemos hacernos forzosamente ante la diatriba si consumir carne o no.

La primera es, cuando hablamos de comer carne ¿a cuál tipo nos referimos?

La segunda es ¿es saludable comer carne?

Las carnes que proveen los diferentes animales son distintas entre sí, por supuesto, tienen nutrientes en común. Las proteínas y la vitamina D, por ejemplo.

Sin embargo, su conformación muscular y grasa es diferente sí se trata de res u otros mamíferos, pollos y aves, pescados u otros animales marinos.

Eso hace que las propiedades nutricionales, beneficios y desventajas sean diferentes para cada tipo.

Por ejemplo, los pescados azules son ricos en un tipo de ácidos grasos llamados omega-3.

El músculo del pollo (muslos, piernas y pechuga) es rico en proteínas y calorías, pero bajo en grasa.

Las carnes rojas son ricas en vitaminas del complejo B, con altos niveles de hierro, calcio y potasio.

Pero no solo se debe tomar en cuenta sus beneficios. También hay que comparar con los riesgos para la salud al comerlas.

Comer muchas carnes rojas está asociado a problemas vasculares, colesterol elevado y estreñimiento.

Por el contrario, las dietas de vegetales han reportado menos incidencia de enfermedades como diabetes, hipertensión, cáncer, etc.

Esto nos lleva a la segunda pregunta ¿Es saludable comer carne?

Hay condiciones de salud en las que es recomendable evitar completamente las carnes.

Entonces, la respuesta es: depende de qué tipo de carne y qué cantidad de esa carne consumas y también de tu estado de salud.

El problema de la industrialización

Es importante aclarar que no estoy en contra de la industrialización en sí misma.

Gracias a las nuevas tecnologías presentes en la modernidad, puedo enseñar sobre la vida saludable a más gente a través de internet.

También podemos consumir alimentos en toda época que antes estaban reservados para ciertos períodos estacionales.

Es agradable contar con un equipo de cocina rápido y potente para extraer el jugo de frutas y vegetales.

La industrialización de la agricultura permitió que millones de personas pudieran dedicar su vida a hacer cosas que disfrutan porque ya no necesitaban dedicarse a la siembra para comer.

Y es que la actividad agrícola es exigente y riesgosa. Requiere atención y trabajo permanente.

No es lo mismo cultivar unos tomates en casa para producirlos de forma orgánica  y ahorrar un poco en el supermercado, que sembrar sabiendo que, si la cosecha se pierde por sequía, enfermedad, desastres naturales, plagas, etc., es perjudicial y riesgoso.

Esta era una realidad hace apenas 150 años.  Sin embargo, la industrialización produjo otras dificultades a las que nos enfrentamos hoy en día.

Existen problemas ambientales y agotamiento de recursos, así como el uso de químicos como fertilizantes y pesticidas para eliminar el riesgo de pérdidas de cosechas.  Sin embargo, el mayor problema de la industrialización son aquellos que también producen conflictos éticos.

Y entre estos, está la cría industrial de animales para el consumo humano.

No pocas veces, y con mucha razón, a la industria cárnica se le ha acusado maltratar a los animales que están destinados a formar parte de la dieta humana.  Cría en espacios reducidos, abuso de químicos y antibióticos, animales agotados y estresados.

El conflicto ético que deriva de este tipo de cría intensiva, suma un argumento más a la polémica entre quienes defienden el modo de vida vegetariano y los defensores del consumo de carne.

La cría orgánica

Como respuesta a las exigencias éticas para la cría de animales de provecho de los seres humanos, surge la producción pecuaria orgánica.

La producción orgánica procura disminuir el uso de químicos y fármacos y promueve el uso de la fitoterapia.

Es decir, que las condiciones de salud y sus problemas se atiendan, primero, con hierbas y otros productos naturales.

El objetivo es recurrir a los fármacos y antibióticos solo en caso de necesidad y no como forma preventiva.

También prohíben el uso de hormonas sintéticas para aumentar el tamaño y controlar la reproducción.

Las granjas orgánicas también duplican el tiempo entre la última administración de antibióticos y la producción de carne.

La idea es esperar el mayor tiempo posible para evitar que rastros de esos medicamentos lleguen al consumo humano.

En caso de que deba administrarse un tratamiento farmacológico mayor del permitido para animales de cría orgánico, no pueden venderse como tales.

Por supuesto, hay fármacos que deben administrarse, como los desparasitantes y las vacunas.

Ambos medicamentos previenen parásitos y bacterias que podrían transmitirse a seres humanos y resultar fatales.

La cría orgánica prohíbe cualquier tipo de maltrato físico innecesario contra los animales.

Por ejemplo, cortarles la cola a ciertos animales o seccionar el pico a las gallinas.

Igualmente, se indica que las condiciones de alojamiento en las granjas deben ser cómodas y confortables, ventiladas, sin ataduras.

Ser omnívoro o vegetariano

Esa es una decisión personalísima que cada quién debe tomar.

De hecho, en mi programa #YoPuedo recomiendo consumir el caldo orgánico de pollo o de vegetales.

Las personas pueden decidir cuál prefieren, o les conviene más, de acuerdo a sus gustos y decisiones.

Es importante que cada quien se informe sobre los beneficios y desventajas de ser omnívoro o ser vegetariano.

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Personalmente, considero que lo mejor es basar la dieta en productos vegetales cultivados de forma orgánica.

O sea, libre de pesticidas, fertilizantes y otros químicos.

Sé que puede ser complicado ser vegetariano, pues estos productos suelen ser un poco más cotosos o difíciles de conseguir.

Por eso, es importante planificar y decidir de acuerdo a la información que tengas.

Ventajas y desventajas de ser vegetariano

Las dietas vegetarianas tienen muchas ventajas, especialmente si los vegetales son orgánicos.

Un estudio de la universidad de Loma Linda, en California, demostró que el riesgo de padecer de cáncer de colon disminuye 20 % con una dieta vegetariana.

Así mismo, quien es vegetariano, tiene niveles de tensión arterial más bajos.

Por otra parte, los vegetales y sus fitonutrientes, tiene la capacidad de alargar la vida, especialmente para los hombres.

Las dietas vegetarianas ayudan a bajar de peso y de reducir diabetes tipo II.

Por otra parte, reduce el colesterol y aumenta la cantidad de antioxidantes.

Estos son los hechos demostrados científicamente, aunque falta mayor investigación en algunas áreas.

Desventajas de ser vegetariano (y cómo superarlas)

Las desventajas son las siguientes, no importa cuánto lo veas en redes sociales,  los vegetales no tienen el nivel de proteína de alta calidad que tienen las carnes.

Pero, esto puede compensarse.

Consulta con tu nutricionista antes de vivir un sistema vegetariano para planificar las comidas de manera que no te falten nutrientes.

Puedes superar las desventajas con mayor planificación, con el fin de compensar aquellos nutrientes de las carnes.

Es importante que, como vegetariano, seas más cuidadoso al planificar si tu carga familiar incluye niños y adolescentes.

Sus requerimientos nutricionales y protéicos son muy diferentes a los tuyos.

Por lo tanto, debes proporcionarles la alimentación que necesitan para que su organismo se desarrolle con salud.

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