Trombosis Venosa Profunda: Síntomas Y Tratamiento

Daiana, una joven amiga fiel a mi programa #YoPuedo, me comentaba que a su madre, de unos 45 años, le diagnosticaron una trombosis venosa profunda (TVP).

La chica siempre ha sido cuidadosa con su salud, activa y con una alimentación balanceada y nutritiva.  Sin embargo, Marlene, su madre, es mucho más sedentaria y no guarda siempre una buena alimentación.

Por este motivo, Daiana me manifestó su preocupación por la condición de su madre y me preguntó por qué le habría ocurrido eso a su madre y cómo podría prevenirlo, ya que le advirtieron que de no tomar previsiones, podría volver a ocurrirle.

Enseguida nos sentamos y le expliqué de qué trataba la trombosis venosa profunda y cómo podía ayudar a su madre a recuperar la salud.

¿Qué es la trombosis venosa profunda (TVP)?

Para conocer por que se produce la trombosis venosa profunda hay que comprender cómo funciona nuestro sistema circulatorio.

Lo primero es saber que este sistema es el encargado de suministrar nutrientes y oxígeno a todas las células del cuerpo.  Todos esos elementos se encuentran en la sangre, que debe hacer largo recorrido para distribuirlos en el organismo.

El sistema, también llamado cardiovascular, está formado por dos órganos principales: el corazón y todas las vías sanguíneas que recorren todo el organismo.

Estas vías se dividen en dos: arterias y venas.  Básicamente la función de cada una es: de las arterias, llevar la sangre lejos del corazón hacia el cuerpo. De las venas devolverlo a aquel órgano.

Todos estos vasos sanguíneos se ramifican de la misma manera que un árbol, es decir, hay un tronco principal, en este caso la arteria aorta y está se divide en arterias grandes y a su vez se subdividen y conducen a vía sanguínea llama vasos que son cada vez más pequeños y delgados. Todos estos vasos conforman una red que se conoce como la red capilar.

La sangre sale del corazón

La sangre circula a través de esta extensa red gracias el corazón que bombea el líquido sanguíneo hacia las arterias grandes.  En la circulación de la sangre se liberan el oxígeno, los nutrientes y otras importantes sustancias.

La sangre también absorbe dióxido de carbono y otras sustancias de desecho.Una vez distribuyó nutrientes y absorbió desechos y dióxido de carbono, la sangre debe volver a los pulmones para ser reutilizada y al corazón para ser bombeada otra vez.

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Sin embargo, acá surge un problema: No hay un órgano que devuelva la sangre al corazón. ¿Cómo regresar entonces la sangre a este órgano?

La respuesta evidencia que nuestro cuerpo es una maravilla y deja bien clara la importancia del ejercicio.

La sangre regresa al corazón

La sangre vuelve al músculo cardíaco gracias al movimiento de los grandes músculos del cuerpo.  Es decir, a través de la propia fisiología.

En la medida en que nos ejercitamos y movilizamos los músculos con regularidad, se regresa el líquido sanguíneo al corazón. ¿Y qué ocurre cuando no hay suficiente actividad física?

Se corre el riesgo de que la sangre circule tan lentamente que se formen coágulos, es decir, se reúnan un grupo de células sanguíneas y se aglutinen.   Esto es lo que puede producir una trombosis venosa.

¿Qué es un trombo?

Un trombo no es más que un coágulo de sangre que se formó dentro de los vasos sanguíneos.  La trombosis es la conformación de esos coágulos. Veamos, hay dos tipos de venas de acuerdo a su ubicación.

Primero, las venas superficiales que se encuentran justo debajo de la piel y que puedes observar con facilidad.  Es la vena que las enfermeras y médicos buscan para aplicar tratamientos endovenosos.

Luego, están las venas profundas que son las que se encuentran dentro de los músculos.  Cuando se habla de una trombosis venosa “profunda” se refiere a que se produce en estas últimas.

Que se forme un trombo en el sistema venoso profundo de las piernas o de los brazos, no es necesariamente peligroso.  El problema ocurre cuando el coágulo se rompe y una parte viaja a través del sistema de circulación y llega al corazón o se aloja en las arterias pulmonares o en el cerebro.

Esto puede producir una embolia pulmonar, cerebral o un infarto. Todas condiciones mortales si no se atienden a tiempo.

Síntomas de la trombosis venosa profunda

La trombosis venosa profunda se reconoce por una serie de síntomas. Pueden presentarse todos, algunos o, incluso, ninguno.

Es posible que ciertos síntomas simulen una infección o una celulitis en los brazos o en las piernas.  Por este motivo, es necesario prestar atención cualquier signo extraño y acudir al médico si se presenta alguno de ellos.

  • Dolor: el primer síntoma de esta patología es dolor y sensibilidad en una de las piernas, casi siempre en la pantorrilla y se agudiza al pararse o al caminar.
  • Inflamación: la hinchazón de la pierna o el brazo ocurre sin previo aviso y puede deberse a la acumulación anormal de líquido en los tejidos de la extremidad.  Puede producirse en brazos y piernas. Es posible que se presente también entumecimiento o enrojecimiento,  así como picazón y erupciones.
  • Calor: la zona donde se produce la trombosis puede sentirse cálida al tacto.
  • Enrojecimiento o decoloración de la piel: el área del coágulo puede observarse enrojecida especialmente en la parte posterior de la pierna debajo de la rodilla.

Sin síntomas, las personas no saben que tiene una trombosis venosa profunda.  Lamentablemente, se enteran cuando el coágulo se desprende y se aloja en un vaso sanguíneo del pulmón.

Esto conduce a una embolia pulmonar y pueden presentarse los siguientes síntomas:

  • Falta de aliento.
  • Dolor en el pecho que empeora al respirar profundamente.
  • Aparición de sangre al toser.
  • Aumento de la frecuencia cardíaca.

Factores de riesgo

Hay una serie de condiciones que pueden aumentar las probabilidades de sufrir una trombosis venosa profunda.

La primera y principal es el sedentarismo. Recuerda que la sangre regresa a los pulmones por el movimiento de los músculos grandes.  Al pasar mucho tiempo sentados o acostados, los músculos permanecen laxos,  lo que dificulta la circulación de la sangre.

Un reposo prolongado en la cama, los vuelos o viajes largos en automóvil  pueden aumentar el riesgo

La edad es otro factor de riesgo, ya que a pesar de que pueda ocurrir a cualquier edad, las probabilidades aumentan a partir de los 40 años.

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Aquellas personas con un índice de masa corporal mayor de 30, es decir, con obesidad, tienen una mayor probabilidad de padecer de esta trombosis.

Los embarazos también porque en este proceso hay mayor presión sobre las venas de la pierna y la pelvis.  Hay que estar alerta porque hay casos en los que el coágulo se presenta hasta seis semanas después del parto.

También existen condiciones hereditarias que hacen que la sangre coagule más rápidamente de lo normal, lo que conlleva a la formación de trombos.

El daño a las venas provocado por accidente, cirugías y otros golpes, también puede ser un factor de riesgo para la trombosis venosa profunda.

Es bien conocido que el fumar es un factor de riesgo para la formación de coágulos.  Además, daña el revestimiento interno de los vasos sanguíneos lo que facilita la acumulación de las células de la sangre.

Fármacos como las píldoras anticonceptivas o terapias de reemplazo hormonal inciden en el nivel de estrógeno lo que aumenta la capacidad de coagulación de la sangre.

Tratamiento

El objetivo del tratamiento contra la trombosis venosa profunda es evitar que el coágulo aumente de tamaño y se separe.  Precisamente esto es lo que podría provocar una embolia pulmonar.  El fin es intentar que la trombosis venosa profunda no vuelva a ocurrir.

Anticoagulantes

Normalmente, la primera opción de tratamiento es administrar  anticoagulantes, tanto en pastillas como en inyecciones.  Estos fármacos tienen como propósito disminuir la capacidad de coagulación de la sangre.

Los anticoagulantes no destruyen los trombos ya formados, pero si evita que se agranden o que se formen más coágulos.

Al consumir esos medicamentos es importante hacerlo tal como el médico lo indique.  Recuerda que tomar en exceso o en defecto causa efectos secundarios graves.

Además, es importante realizarse exámenes periódicos para evaluar el tiempo de coagulación de la sangre.

Algunos de esos fármacos no deben ser administrados a mujeres embarazadas.  Hay otros anticoagulantes cuya función es destruir los trombos ya existentes.  Estos se administran cuando la trombosis venosa profunda es más seria.

La administración se aplica vía intravenosa o también a través de un catéter que se coloca directamente en el lugar donde está el trombo.  Es importante que sepas que estos químicos causan graves hemorragias por lo que casi siempre están se reservan para casos graves.

En algunos casos, cuando no se pueden tomar medicamentos para evitar o destruir los trombos se colocan filtros en una vena grande como la vena cava, que se encuentra en el abdomen, para evitar que esos coágulos asciendan y se alojen en los pulmones.

Medias de compresión

Una medida física en el tratamiento de los trombos, es la utilización de medias de comprensión.  Estas se colocan en las piernas desde los pies hasta un nivel aproximado a las rodillas.

Debido a la presión que ejercen estas medias se reduce la probabilidad de que la sangre se acumula y se coagule.

Prevención de la trombosis venosa profunda

Prevenir la trombosis venosa profunda es mucho mejor que tratarla. Además, es más sencillo y está en tus manos.

Por supuesto, a menos que poseas una condición que acelere la coagulación de la sangre.  Sin embargo tomar estas medidas de prevención te ayudará aun más a evitarlos.

Es importante realizar una serie de cambios en el estilo de vida que aseguren, no solamente prevenir esta enfermedad, sino muchas otras dolencias.  Lo más preocupante y triste es que, tanto la trombosis venosa profunda como la embolia pulmonar, provocan muertes que son totalmente prevenibles.

Por ejemplo, algunas estadísticas indican que al menos 100.000 personas mueren cada año por causa de estas dos enfermedades.  Y al menos 350.000 o hasta 600.000 estadounidenses son víctimas de ambas patologías anualmente.

Es lamentable que por no tomar medidas de prevención, estas estadísticas sean tan alarmantes.

Ejercicios

Como ya sabes la circulación de las venas se mantienen gracias a la actividad de los músculos más grandes.  Por lo tanto, lo primero que debes hacer es aumentar el tiempo y calidad de tus ejercicios.

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Mantenerte activo, ejercitarte con regularidad, caminar con constancia, evitar largos periodos de sedentarismo está en tus manos y es lo primero que debes hacer para evitar la TVP.

Si debes trabajar sentada o viajas por un período largo de tiempo, levántate y muévete por lo menos cada hora.

Otras medidas de protección

También es importante que pierdas peso si consideras, o te han indicado, que tienes sobrepeso o sufren de obesidad.

Beber mucha agua y usar ropa que ajuste de manera holgada es otra manera de prevenir la trombosis.

En cuanto a la alimentación, es la misma que debes consumir para evitar la insuficiencia cardíaca y la diabetes.

Reduce los carbohidratos, las grasas nocivas, evita las carnes rojas y consume muchos vegetales, especialmente aquellos que promueven tu salud cardíaca.  Por ejemplo, pescados ricos en Omega-3, avena, aceite de oliva, chocolate oscuro, crucíferas, frutas secas y aguacate.

En casos como el de Marlene, que ya padeció una vez una trombosis profunda, los médicos le recomendaron volver a la actividad física lo más pronto posible.

Gracias a estas indicaciones, la salud de la madre de Daiana mejoró de forma notable.  También pudo volver a su vida rápidamente. Aunque, a una vida más plena de salud y ejercicios que la anterior.

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