Tres Formas De Reducir El Estrés Psicológico Y Disminuir La Inflamación


De acuerdo a la ciencia, el estrés psicológico es una respuesta emocional a un desencadenante externo o interno. Ello ocasiona ansiedad, malestar o presión, por efectos de las amenazas o desafíos. Incluso, cuando se cronifica, puede ocasionar procesos proinflamatorios que ocasionan diversas enfermedades crónicas.

De este tema, típico en nuestra sociedad actual, les voy a hablar a solicitud de Monique, una seguidora de Florida.

Ella es copropietaria de una agencia de festejos. A Monique, la planificación de eventos le causa mucha satisfacción. Sin embargo, ella me comentaba que durante la realización de las actividades, tendía a estresarse sobremanera porque quería controlarlo todo.

Esta situación, en algunas ocasiones le generó algunos disgustos con sus ayudantes, porque no le gustaba delegar responsabilidades.

Monique me dijo, que en ciertos momentos del año, cuando las demandas son mayores, tiende a sufrir problemas abdominales. De hecho, me confió que tendía a disminuir sus defensas y contraer infecciones respiratorias con mucha facilidad.

Ella me comunico, que había estado con un psiquiatra, pero este solo se limitó a sugerirle algunos medicamentos tranquilizantes. Aunque esto solo agravó su situación, pues muchas veces estos fármacos le propiciaban desequilibrios digestivos y dolor de cabeza.

Y precisamente por ello, Monique decidió contactarme, para que le sugiriera algunas alternativas sin fármacos para combatir su estrés recurrente.

Al responder su solicitud le comenté, que el estrés está muy asociado con los procesos inflamatorios. Por ello, para evitar enfermedades crónicas, es importante combatir el estrés. De esta forma, le hice llegar un material donde le mostraba algunas técnicas comprobadas para evitar y reducir el estrés psicológico.

Dada la elevada prevalencia de este desequilibrio, consideré importante compartir esta información en mi página.

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Generalidades acerca del estrés

El estrés puede ser positivo o negativo, dependiendo de cómo la persona perciba y afronte la situación. Algunas causas comunes de estrés son los cambios en la vida, exigencias laborales, conflictos, problemas económicos, problemas de salud y acontecimientos traumáticos.

La ciencia ha logrado establecer, que el estrés puede afectar la salud mental y física, además del comportamiento. Algunos signos de estrés son: dificultad para concentrarse, dolores de cabeza o de pecho, insomnio, trastornos alimentarios y retraimiento social.

El estrés también puede aumentar el riesgo de desarrollar diversas enfermedades, como trastornos cardiovasculares, inmunitarios y gastrointestinales.

El estrés psicológico es la respuesta del organismo al sentirse desafiado o amenazado por diversos factores estresantes físicos o psicosociales. Cuando estamos estresados, nuestro cuerpo activa la respuesta de “lucha o huida”, liberando ciertas hormonas como el cortisol y adrenalina.

Ellas coadyuvan a hacer frente al peligro inmediato. Sin embargo, suprimen nuestro sistema inmunitario incrementando los niveles de glucosa sanguínea y la tensión arterial.

Esto puede provocar inflamación, que es la forma que tiene el cuerpo de combatir infecciones y lesiones. No obstante, si el estrés es crónico o repetido, la inflamación también puede volverse crónica. Dicho efecto negativo puede dañar nuestros tejidos y órganos, y aumentar el riesgo de muchas enfermedades.

Entre ellas podemos señalar, patologías cardiovasculares, diabetes, cáncer y depresión. Muchas investigaciones destacan, que el estrés psicológico y la inflamación están vinculados por una compleja red de mecanismos biológicos y conductuales, que pueden afectar nuestra salud y bienestar.

Por ello, encontrar formas de reducir el estrés psicológico y disminuir la inflamación es importante para mantener nuestro bienestar. He aquí algunas formas de cómo lograrlo:

Siga una dieta sana

De acuerdo a los especialistas, una dieta saludable proporciona una base sólida y más duradera para reducir los procesos inflamatorios.

Ello le permite a nuestro organismo reducir la oxidación e inflamación que se presenta a nivel cerebral. Este efecto positivo, se traduce en una reducción de los niveles de estrés y de peso corporal.

En esta época agitada en que se vive, posiblemente muchas personas afrontan situaciones estresantes de día a día. De acuerdo a los especialistas, ello se puede traducir en un comportamiento alimenticio inadecuado.

De hecho, muchas personas consideran que las agendas apretadas no dan cabida para preparar comida saludable. Ello muchas veces ocasiona que una gran cantidad de personas tienda a comer fuera de su casa con mucha frecuencia.

Sin embargo, es importante considerar, que una dieta sana ayuda a reducir el estrés psicológico y disminuir la inflamación. Puede aportar nutrientes esenciales, antioxidantes y fitoquímicos, favoreciendo la función cerebral, el estado de ánimo y sistema inmunitario.

También coadyuva en la disminución de la inflamación. Sobre todo, cuando se reduce la ingesta de alimentos proinflamatorios, como los carbohidratos refinados, grasas saturadas y carnes procesadas.

Muchos estudios han confirmado que la inflamación está relacionada con la depresión y ansiedad. Igualmente, puede ayudar a regular el cortisol, una hormona que se libera cuando estamos estresados. El cortisol puede afectar nuestro estado de ánimo, sueño, apetito y sistema inmunitario.

Si elegimos alimentos antiinflamatorios y ricos en magnesio y proteínas, podemos reducir nuestros niveles de cortisol y mejorar nuestro estado de ánimo y bienestar.

Podríamos afirmar, que todos estos factores mejoran nuestra salud física, previniendo enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, obesidad y cáncer.

Ejemplos de alimentos y nutrientes que ayudan a reducir el estrés

Algunos ejemplos de alimentos antiinflamatorios son las frutas, verduras, frutos secos, semillas, pescado y aceite de oliva. Estos alimentos contienen antioxidantes, polifenoles, ácidos grasos omega-3 y diversos nutrientes que combaten la inflamación y el estrés oxidativo.

Te recomiendo las siguientes fuentes de ácidos grasos MARINE OMEGA-3 y ACEITE OMEGA 3 DE KRILL.

Vale destacar, que el magnesio es un mineral que ayuda a relajar los músculos y nervios, interviniendo en la producción energética y funcionamiento de los neurotransmisores. 

Entre los alimentos ricos en magnesio destacan el aguacate, plátano, brócoli, chocolate negro y verduras de hoja verde.

Un suplemento realizado con estrictas normas de calidad como MAGNESIUM CITRATE, puede entregar los requerimientos de magnesio que tu organismo requiere a diario. Lo puedes adquirir en VitaTienda.com.

Es importante señalar, que las proteínas son esenciales para construir y reparar tejidos, hormonas, enzimas y neurotransmisores.

Por ello, es importante consumir carnes magras, aves, pescado, huevos, productos lácteos, alubias, legumbres, frutos secos y semillas. Las proteínas pueden ayudar a equilibrar los niveles de azúcar en sangre y prevenir los cambios de humor.

Llevar una dieta sana también contribuye a mantener una microbiota intestinal saludable. Estas bacterias benéficas pueden influir en la función cerebral y comportamiento a través del eje intestino-cerebro.

Se sabe además, que la microbiota intestinal puede producir neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, que afectan a nuestro estado de ánimo y emociones. Asimismo, puede modular la inflamación y las respuestas inmunitarias, que pueden afectar a nuestra salud mental.

Dentro de los alimentos que pueden promover una microbiota intestinal sana, destacan los alimentos fermentados. A saber, el yogur, kéfir, chucrut, kimchi y kombucha.

Estos alimentos contienen probióticos (bacterias beneficiosas), que pueden colonizar el intestino y mejorar su funcionamiento. También puedes beneficiarte empleando PROBIOTICS 25 BILLION.

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Hacer ejercicio con regularidad

El ejercicio es una de las formas más eficaces de reducir el estrés psicológico y disminuir la inflamación. De acuerdo a las investigaciones, puede mejorar el estado de ánimo, autoestima, función cognitiva y calidad del sueño.

También puede reducir la inflamación aumentando la producción de moléculas antiinflamatorias. Asimismo, puede disminuir la expresión de genes proinflamatorios.

Los expertos poseen varias explicaciones del porqué el ejercicio reduce el estrés. Una de ellas, está directamente relacionada con el estímulo sobre la producción de endorfinas.  De acuerdo a la ciencia, las endorfinas actúan como una especie de analgésico natural, logrando mejorar el estado de ánimo.

Otra explicación, es la mejoría de la circulación sanguínea y el aporte de oxígeno a los músculos y órganos. Este efecto es capaz de mejorar su funcionamiento y reducir la inflamación.

Es importante señalar, que la inflamación es un factor común en muchas enfermedades crónicas, como la diabetes, cardiopatías y depresión.

Una tercera explicación es que el ejercicio posee la capacidad de incrementar la actividad de las células T. Dichas células inmunitarias pueden combatir las infecciones, y regular la inflamación. Las células T también pueden proteger los músculos de los daños y mejorar su resistencia.

Es importante señalar, que el ejercicio también puede proporcionar una distracción de los pensamientos y emociones estresantes. Según los expertos, esto puede otorgar una sensación de logro y autoeficacia. Todos estos factores pueden contribuir a mejorar la salud mental y el bienestar.

Practicar la meditación de atención plena

La meditación de atención plena es una técnica que consiste en prestar atención al momento presente con una actitud abierta y sin prejuicios. Esta herramienta, puede ayudar a reducir el estrés psicológico al mejorar la regulación emocional, habilidades de afrontamiento y la autoconciencia.

Asimismo, puede disminuir la inflamación y reducir los niveles de hormonas del estrés (cortisol y adrenalina). Incluso se ha detectado, que puede modular la actividad de las células inmunitarias, como los linfocitos.

Como hemos mencionado, el estrés psicológico puede desencadenar la inflamación del organismo, que está asociada a muchas enfermedades crónicas. Ello incluye, las cardiopatías, la diabetes, la artritis y la demencia. Al reducir las hormonas del estrés y disminuir la inflamación, la meditación mindfulness puede proteger contra estas enfermedades y mejorar la salud y el bienestar.

Diversos estudios han demostrado que la meditación mindfulness puede reducir las hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, que intervienen en la respuesta del estrés.

Por ejemplo, una investigación llevada a cabo por el Centro Médico de la Universidad de Georgetown descubrió un hallazgo interesante.

Ellos identificaron, que la meditación mindfulness reducía los niveles de cortisol en un 15%, contrastado con un grupo de control, mediante un programa de entrenamiento de ocho semanas.

Otro estudio, realizado por la Universidad de Wisconsin-Madison, logró determinar que la meditación de atención plena podía reducir los niveles de adrenalina en un 20%. Ello, comparado con un grupo de control con programa de entrenamiento de cuatro días.

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Estudios recientes señalan, que la meditación de atención plena puede reducir la expresión de genes proinflamatorios. Incluso, puede incrementar la expresión de genes antiinflamatorios, tras un programa de entrenamiento de ocho semanas.

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Concluyendo

De acuerdo a lo mostrado, el estrés psicológico que no es manejado adecuadamente puede inducir algunos procesos inflamatorios. Y si la inflamación se hace crónica, ocasiona diversas patologías como diabetes, cardiopatías, demencia, cáncer y depresión.

Una forma de promover el alivio natural del estrés es empleando mi fórmula ASHWAGANDHA WITH BLACK PEPPER, que puede ayudar a controlar los mediadores del estrés, incluyendo el cortisol y las proteínas activadas por el estrés.

Algunas de estas respuestas están condicionadas por ciertos desequilibrios ocasionados por algunas hormonas desencadenantes de los procesos de estrés.

Afortunadamente, existen algunas estrategias científicamente comprobadas para controlar y reducir el estrés psicológico. Dentro de ellas destacan seguir una dieta sana. Ello permite, coadyuvar en la disminución de la inflamación.

Sobre todo, al reducir  la ingesta de alimentos proinflamatorios, como los carbohidratos refinados, grasas saturadas y carnes procesadas.

Otra estrategia, es realizar ejercicio de forma regular. Según la ciencia, el ejercicio permite estimular la secreción de endorfinas, capaces de actuar como un analgésico natural y mejorar el estado de ánimo.

Asimismo, mejora la circulación sanguínea y el aporte de oxígeno a los músculos y órganos, logrando combatir la inflamación. Incluso se ha comprobado, que el ejercicio puede incrementar la actividad de las células T. Ellas, son responsables de combatir las infecciones y regular la inflamación.

Por último, la práctica de la meditación de atención plena puede combatir el estrés. Según la ciencia, dentro de algunos de sus beneficios destacan, la reducción de los niveles de adrenalina, además de la reducción de los efectos genéticos proinflamatorios y el estímulo de los efectos antiinflamatorios.

Para Monique la información recibida, la cual comparto en el post, fue de gran utilidad. De hecho, al poner en práctica todas las alternativas descritas, logró superar en pocos meses su carga de estrés.

Ella me comentaba jocosamente, que incluso ahora se siente más segura para delegar ciertas responsabilidades. De hecho, gracias a elevar su nivel de tolerancia, logró mejorar sustancialmente las relaciones con sus empleados.

“Las personas físicamente activas manifiestan un mayor bienestar emocional y un mejor estado de ánimo. Especialmente, se ha sugerido que la actividad física es un factor protector contra el desarrollo de problemas de salud mental comunes relacionados con el estrés. Un gran número de estudios clínicos, de intervención y epidemiológicos prospectivos han demostrado un efecto dosis-dependiente del ejercicio regular o la actividad física habitual sobre la depresión y la ansiedad”.
Rebecca J. Neumann
Universidad Goethe, Frankfurt/Main, Alemania

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