Conoce Todo Sobre El Mieloma Múltiple

Para comenzar, quiero agradecer a todas las personas que me contactan en busca de consejos a través de mi correo, las redes sociales y la página Web. Me encanta ofrecerles consejos para mejorar su estilo de vida e ideas alternativas ante una enfermedad. Por ejemplo, hace unos días me contactó Francisco para comentarme, preocupado, que a su hermano, Rolando, le habían diagnosticado  mieloma múltiple.

Aunque recibieron cierta información de los médicos, Francisco y Rolando aun no comprendían bien las implicaciones de recibir un diagnóstico de mieloma múltiple.

Por ejemplo, querían saber con exactitud qué tipo de cáncer es, también cuál es la esperanza de vida, cuáles son las opciones de tratamiento y efectos secundarios, etc.

Francisco me comentó que Rolando es un hombre de 52 años, relativamente sano. Sus hábitos, aunque no totalmente saludables, tampoco eran tan dañinos.

Me di cuenta que tenían cierta inseguridad ante el diagnóstico, así que procedí a explicarles de qué se trataba el mieloma múltiple, los síntomas y las causas que lo producen.

¿Qué es el mieloma múltiple?

El mieloma múltiple es un tipo de cáncer que se genera en la médula ósea.

La médula ósea es un tejido esponjoso que se encuentra en el centro de los huesos huecos.

Ese tejido produce células sanguíneas que forman parte del sistema inmunológico.

Por otra parte, las células de la médula ósea se conocen como plasma o células plasmáticas, qué son un tipo de glóbulo blanco.

Hay que aclarar que existen diferentes tipos de glóbulos blancos, lo importante es que todos trabajan juntos para combatir infecciones y otras enfermedades.

La célula principal del sistema inmune se conoce como linfocitos y se dividen en dos tipos: células T y células B.

Cuando el sistema inmune detecta microorganismos, sustancias tóxicas o células con mutaciones malignas, envía a las células B para atara y neutralizar esa amenaza.

Para esto, las células B se transforman en células plasmáticas, que son células las que producen los anticuerpos conocidos como inmunoglobulinas.

Precisamente, la inmunoglobulina es que la crea la inmunidad contra microorganismos y sustancias tóxicas.

Otro detalle importantes que los linfocitos se encuentran muchas partes del cuerpo, a diferencia de las células plasmáticas que están principalmente en la médula ósea.

Si las células plasmáticas sufren una mutación en su ADN y crecen fuera de control, se produce un tumor conocido como plasmacitoma.

Este crece generalmente en la parte interna del hueso y pocas veces migra a otros tejidos.

Si el plasmocitoma se desarrolla dentro de otros tejidos óseos, entonces ocurre la enfermedad conocida como mieloma múltiple.

¿Qué hace que las células plasmáticas se vuelvan cancerosas?

Aunque no se sabe exactamente qué causa el mieloma múltiple, los investigadores saben que se debe a cambios en el ADN.

El ADN es una proteína con una compleja cadena de instrucciones para casi todo lo que hacen las células.

La cadena está formada por distintos tipos genes. Unos están relacionados al control del crecimiento y la división de nuestras células.

Es decir, tienen las instrucciones para que las células de nuestro cuerpo se dividan solo lo necesario y mueran en el momento adecuado.

Como verás, nuestro cuerpo y sus procesos celulares son increíbles y muy específicos. Nada ocurre por casualidad.

Estos genes se dividen en dos tipos. Están los oncogenes que promueven la división celular, es decir que hacen que la célula se divida para reproducirse.

Y también están los genes supresores de tumores cuya función es detener la división celular. Además, hacen que las células mueran cuando están viejas o “enfermas”.

Si ocurren errores en la cadena de instrucciones, los efectos son muy peligrosos.

Especialmente si el error se relaciona con los oncogenes o los supresores de tumores.

Por ejemplo, si resultan afectados los oncogenes, las células no se dividirán o no lo harán de forma correcta.

Esto trae como consecuencia que el órgano, por ejemplo el corazón o los pulmones, sencillamente envejezca prematuramente y muera.

Pero si el error afecta a los supresores, entonces las células se dividirán sin control haciendo que se reproduzcan más que las que el cuerpo necesita.

Además, las células “viejas” o “dañadas” ¡no morirán! Y estas seguirán reproduciéndose y reproduciendo los errores genéticos.

Así es como se producen los cánceres.

Anormalidades genéticas

Al igual que los demás tumores cancerosos, las células del mieloma múltiple también muestran anormalidades genéticas.

Incluso, esos cambios pueden hacer que el mieloma sea resistente a tratamientos como la quimioterapia y hacerlos más agresivos.

El mieloma múltiple está relacionado con el linfoma y la leucemia que son otros tipos de cánceres de las células sanguíneas.

Lamentablemente, no hay cura contra el mieloma múltiple. Solamente existen tratamientos que hacen más lenta su diseminación.

Es decir, que, hasta ahora, el objetivo médico es controlar el crecimiento acelerado de las células.

Síntomas del mieloma múltiple

Unos de los problemas de las células plasmáticas cancerosas, es que liberan demasiada inmunoglobulina en los huesos y en la sangre.

Esto hace que esa proteína se acumule en el cuerpo y cause daños a distintos órganos.

En los huesos

Especialmente resultan dañados los huesos, porque es dentro de ellos donde se encuentran estas células dañadas. Con el tiempo, las células plasmáticas comienzan a desbordarse de la médula ósea y llegan a todo el organismo.

Por esta razón, en los primeros estadios de la enfermedad el mieloma múltiple no causa síntomas.

Es con el tiempo cuando se produce problemas en los huesos como dolor,  especialmente en la espalda, las caderas y el cráneo.

También son comunes la osteoporosis, o pérdida de la materia ósea, y las fracturas causadas, incluso, por lesiones menores

Es posible que se presente cansancio y debilidad, así como pérdida de peso.

En la medida en la que la enfermedad avanza, pueden presentarse los siguientes síntomas que servirán al médico para dar un diagnóstico más acertado.

Exceso de calcio

A los niveles elevado de de calcio en la sangre se le conoce como hipercalcemia. La hipercalcemia puede originar problemas renales,  deshidratación, continuos deseos de orinar, pérdida de apetito y dolor abdominal.

En los riñones

Es posible que se presenten problemas en los riñones debido al daño que les causa la proteína del mieloma. Tal vez no se tenga ningún síntoma y sólo se detectan estos problemas a través de análisis de sangre o exámenes de orina.

Con el tiempo, se producirá cansancio, picazón en el cuerpo e inflamación en las piernas por la retención de líquidos.

Esa retención se debe a la incapacidad del organismo de eliminar el exceso de sodio los líquidos y los productos de desechos corporales.

Conteo sanguíneo irregular

Otro examen que puede realizar el médico para detectar el mieloma es el conteo sanguíneo.

Cómo está patología afecta la médula ósea en donde también se producen glóbulos rojos, es probable que el paciente presente anemia debido a la falta de estas células sanguíneas.

La anemia puede producir mareos, dificultad para respirar y debilidad ante cualquier actividad física.

También pueden caer los niveles de glóbulos blancos por lo que está más expuesto a infecciones. A esta escasez de células del sistema inmune se conoce como leucopenia.

Otro conteo sanguíneo que disminuye es el recuento de plaquetas, lo que conduce a que pequeños cortes o hematoma terminen en hemorragias graves. A la condición de caída en las plaquetas se le llama trombocitopenia.

Factores de riesgo del mieloma múltiple

Una de las preocupaciones que Francisco me expresó, estaba relacionada con las probabilidades de desarrollar mieloma múltiple.

Lo que Francisco quería saber era cuales son los factores de riesgo, es decir, la posibilidad de que una persona desarrolle esta enfermedad.

Hay factores que comparten casi todos los tipos de cáncer. Por ejemplo, el fumar, exponerse demasiado tiempo al sol, la obesidad, la falta de ejercicios y una dieta inadecuada, entre otros.

Precisamente, estos son factores de riesgo que tienen que ver con hábitos dañinos que las personas adquieren.

Sin embargo hay otros factores que no están en el poder de decisión de las personas, por lo tanto, no forman parte de un hábito o estilo de vida y no puede prevenirse.

1. Tener un familiar con mieloma múltiple

El historial familiar es un factor de riesgo. De hecho, aquellas personas que tienen un familiar cercano como hermano o padre con mieloma, su probabilidad de desarrollarlo se multiplica por 4.

Sin embargo, no todos los afectados tienen familiares con este diagnóstico, sólo un número pequeño de caso.

2. Envejecimiento

Otro de los factores es la edad. El riesgo de desarrollar mieloma múltiple se incrementa con el envejecimiento.

Tanto es así, que menos del 1% de los casos diagnosticados los pacientes tienen 35 años o menos.

Por el contrario, la mayoría de los pacientes tienen, por lo menos, 65 años de edad.

3. Exposición a radiaciones

Si una persona estuvo expuesta la radiación, es muy probable que se le diagnostique mieloma múltiple.

No necesariamente la radiación tiene que ser tan fuerte como una bomba atómica. Incluso niveles radiactivos mucho más bajos incrementan el riesgo.

4. Ser hombre

El sexo también es otro factor de riesgo, ya que los hombres tienen mayor probabilidad de desarrollar mieloma múltiple que las mujeres.

5. Ser afroamericano

El grupo étnico de la persona también tiene influencia en la posibilidad de desarrollar mieloma múltiple.

Por ejemplo esta enfermedad es el doble de frecuente entre afroamericanos que entre estadounidenses blancos, por lo menos en ese país. La razón de esta diferencia todavía es desconocida.

6. Enfermedades de las células plasmáticas

Si se tiene alguna enfermedad en las células plasmáticas es imprescindible tener control médico de forma permanente.

Y es que las personas con estas patologías personas también tienen altas probabilidades de que se le diagnostique el mieloma múltiple.

Sobrellevando el mieloma

Las recomendaciones que le di a Francisco para Rolando, estaban orientadas a reducir el impacto de la enfermedad y de los tratamientos médicos en su vida.

Lo animé a llevar una dieta más alcalina basada en vegetales, legumbres y cereales enteros.

Es importante consumir alimentos de fácil digestión y comer menos en cada comida, incluso, es preferible hacer varias comidas pequeñas que tres platos grandes en el día.

Le dije que deben estar atentos con el aseo personal, de la casa y de los alimentos.

Es que el mieloma deja expuesto al paciente a diferentes tipos de infecciones por la debilidad en su sistema inmune.

Le indiqué evitar los dulces, azúcares y el alcohol y, por supuesto, no exponerse al tabaco ni como fumador pasivo.

Le recomendé consumir alimentos altos en fibra soluble e insoluble para tener una salud intestinal y evacuación adecuadas.

Por supuesto, le indiqué que no debía olvidar tomar agua con regularidad para mantenerse hidratado.

Aunque le dije que era necesario hacer algún tipo de ejercicio suave, también le recordé que rolando debía descansar con frecuencia.

Por supuesto el apoyo de la familia es importante, se debe expresar ánimo, cariño y proporcionar un ambiente familiar lleno de comprensión.

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