Existe una dolencia poco común, que ocasiona adormecimiento a nivel del glúteo y en la zona posterior de la pierna. Es denominada síndrome piriforme y suele confundirse con la ciática, de allí la importancia de conocer acerca de sus causas, síntomas y tratamientos alternativos.
De este tema, que afecta mayormente a mujeres, les voy a hablar a solicitud de Arlette, una seguidora de Missouri. Ella es madre de familia y trabajadora en el área de costura desde que era muy joven. Para ella, la costura ha sido un conocimiento práctico, transmitido a algunas mujeres de su familia como un legado intergeneracional.
Arlette me comentó, que este oficio le ha permitido obtener muchas satisfacciones y granjear muchas amistades. Sin embargo, a finales del verano debió acudir a un especialista, a fin de evaluar un dolor intermitente en la espalda baja.
La evaluación arrojó que estaba padeciendo de síndrome piriforme. Así, el especialista le sugirió descansar un poco de sus actividades laborales por un tiempo y tomar antiinflamatorios de venta libre. Sin embargo, Arlette decidió no acatar estas sugerencias, porque pensaba que su trabajo no estaba relacionado con este padecimiento.
Con esto en mente, decidió comunicarse conmigo a los fines de que le sugiriera algunas alternativas naturales para mitigar este molesto dolor de su espalda baja. Lo primero que le destaqué al comunicarme con ella, fue que su trabajo exige permanecer sentada por muchas horas al día, ocasionando una compresión del nervio ciático.
Por ello, el descanso como le recomendó el especialista, era una vía importante para suprimir el dolor. Esta recomendación la complementé con un informe contentivo de las causas, síntomas y algunas alternativas naturales para el dolor de espalda baja.
Aunque este síndrome no es muy frecuente en la población, consideré importante darlo a conocer en mi página.
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Hablemos acerca del síndrome piriforme
De acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina, el síndrome piriforme es un dolor y adormecimiento a nivel de los glúteos y en la zona posterior de la pierna. Este dolor es producido por una presión del nervio ciático, ejercida por el músculo piriforme de los glúteos.
Este síndrome es poco común, y afecta más a las mujeres que a los hombres. Sin embargo, cuando se presenta puede causar síntomas parecidos a la ciática. Ello se debe a que se ubica por debajo del músculo piriforme. Este es plano y estrecho, y conecta la parte inferior de la columna vertebral con la parte superior del muslo.
De hecho, este músculo participa en casi todos los movimientos que se realizan en la parte inferior del cuerpo. Ello incluye, desde caminar hasta cambiar el peso de un pie hacia el otro.
Según la ciencia, el síndrome piriforme puede tener diversas causas. Una de las principales causas, se debe a la lesión o irritación del músculo piriforme. Esto puede ocasionar espasmos al tensar y procesos inflamatorios, que generan presión y dolor en el nervio ciático.
De acuerdo a los expertos, la privación del sueño incrementa el riesgo de depresión, aumento de peso, dolores musculares y otros problemas de salud. Una opción para evitar estos factores negativos es empleando mi fórmula L-TRYPTOPHAN.
Dentro de los factores que han sido identificados como causantes de estos efectos negativos destacan:
- Permanecer sentado por prolongados períodos de tiempo.
- Realizar ejercicio en exceso.
- Realizar actividades como correr, caminar o montar bicicleta que requieran el empleo repetitivo de la parte inferior del cuerpo (cadera y muslo).
- Subir escaleras.
- Levantar objetos pesados.
Otros factores que ocasionan síndrome piriforme
Es importante señalar, que los traumatismos han sido identificados también como factores causantes del síndrome piriforme. A saber, las caídas, heridas penetrantes (herida profunda ocasionada por un objeto que termina en punta). Se incluyen, además:
- Lesiones, a nivel de glúteos, piernas o caderas ocasionadas por accidentes automovilísticos.
- Levantar peso de forma incorrecta y lesionar el músculo piriforme.
- Giros repentinos de la cadera.
- Mantener los músculos tensos por efecto de la inactividad física.
- No realizar calentamiento antes de realizar actividad física ni estirar el cuerpo correctamente al finalizar el ejercicio.
- Fumar.
- Ser obeso.
- Llevar una vida sedentaria.
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Síntomas frecuentes del síndrome piriforme
De acuerdo a los expertos, muchas personas que padecen este síndrome describen los siguientes síntomas:
- Sensibilidad aguda a nivel del glúteo y dolor de tipo ciático en la zona posterior del muslo, pantorrilla y pie.
- Reducción del rango de movilidad a nivel de la articulación de la cadera.
- Incremento del dolor por efecto de permanecer en sedestación o posición sentada durante largos períodos de tiempo.
- Dolor sordo (no agudo, pero molesto de forma continua).
- Dolor ocasionado al subir escaleras o pendientes.
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¿Cómo se diagnostica el síndrome piriforme?
El diagnóstico del síndrome piriforme puede ser difícil, porque no existe una prueba definitiva para confirmarlo. Incluso, los síntomas pueden parecerse a los de otros trastornos que afectan al nervio ciático.
Por ello, los médicos pueden utilizar una combinación de métodos para descartar otras causas y evaluar la probabilidad del síndrome piriforme.
Por lo general, se realiza la exploración física, revisión de la historia clínica, pruebas de imagen (como radiografías, resonancia magnética o ecografía), estudios de conducción nerviosa o inyecciones.
Se ha determinado, que la ciática y el síndrome piriforme poseen causas y síntomas diferentes. Por ejemplo, la ciática está causada por un problema en la columna vertebral (hernia discal, espolón o estenosis espinal), que comprimen o irritan una o más de las raíces nerviosas que conforman el nervio ciático.
Ello ocasiona un dolor que comienza en la parte baja de la espalda e irradia hacia la pierna y hasta los dedos de los pies.
A su vez, el síndrome piriforme es causado por un problema en el músculo piriforme, haciendo que el dolor se localice más hacia la zona de los glúteos y la cadera, pudiendo también extenderse por la parte posterior de la pierna.
Otra diferencia es lo que desencadena el dolor. El dolor de ciática puede empeorar al toser, estornudar, agacharse o permanecer sentado mucho tiempo. Mientras que el síndrome piriforme puede desencadenarse al subir escaleras, correr, levantar peso, sentarse o tumbarse sobre el lado afectado.
El músculo piriforme puede comprimir o irritar el nervio ciático cuando está inflamado, presenta espasmos, cicatrices o lesiones. Para confirmar el síndrome piriforme, el médico puede realizar una prueba que consiste en inyectar un anestésico local en el músculo piriforme para ver si alivia el dolor.
Una forma natural de relajar tus músculos es mediante la ingesta de STRESS RELIEF.
Aliviando el dolor del síndrome piriforme
Para aliviar el dolor del síndrome piriforme, puedes hacer en casa algunos ejercicios y estiramientos dirigidos al músculo piriforme y a otros músculos de la cadera. Aquí os muestro algunos ejemplos:
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Estiramiento del piriforme de la rodilla al hombro
Mediante este ejercicio, es posible aflojar el músculo piriforme y reducir la presión sobre el nervio ciático.
¿Cómo lo realizo?
- Túmbate boca arriba con las piernas estiradas.
- Levanta la pierna derecha y dobla la rodilla.
- Con la mano izquierda, tira de la rodilla derecha hacia el hombro izquierdo.
- Mantén esta posición durante 30 segundos y luego cambia de lado.
- Repite este procedimiento tres veces de cada lado, dos veces al día.
Estiramiento de la articulación piriforme del tobillo por encima de la rodilla
Mediante este ejercicio, se logra relajar el músculo piriforme y el alivio del dolor en el nervio ciático.
¿Cómo lo realizo?
- Túmbate boca arriba con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo.
- Cruza el tobillo derecho sobre la rodilla izquierda.
- Sujeta la parte posterior del muslo izquierdo con ambas manos y tira suavemente de él hacia el pecho.
- Mantén esta posición durante 30 segundos y luego cambia de lado.
- Repite este procedimiento tres veces por cada lado, dos veces al día.
Puente
Este ejercicio coadyuva a fortalecer los músculos centrales y de los glúteos que sostienen la zona lumbar, pelvis y cadera.
¿Cómo lo realizo?
- Acuéstate boca arriba con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo.
- Coloca los brazos a los lados con las palmas hacia abajo.
- Aprieta los glúteos y levanta las caderas del suelo hasta formar una línea recta desde los hombros hasta las rodillas.
- Sostén esta posición durante cinco segundos y luego baja las caderas muy despacio.
- Debes realizar tres series diarias de este ejercicio.
- La idea es ir incrementando el tiempo de dicha posición de forma gradual, hasta lograr sostenerla 30 segundos.
Elevaciones laterales de piernas
De acuerdo a los especialistas, la realización de este ejercicio permite fortalecer los músculos abductores de la cadera. Este efecto ayuda a estabilizar la pelvis, y evita la rotación excesiva del muslo hacia dentro.
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¿Cómo lo realizo?
- Acuéstate sobre el costado derecho colocando una pierna sobre otra, y una toalla debajo de la cabeza a manera de apoyo.
- Coloca tu mano derecha sobre la cadera o delante de la cintura para mantener el equilibrio.
- Contrae el tronco y levanta muy despacio la pierna izquierda unos 25 a 30 cm del suelo.
- Mantén los dedos de los pies apuntando hacia delante, tratando de no mover las caderas hacia delante o hacia atrás.
- Baja la pierna lentamente y repite el ejercicio de 10 a 15 veces.
- Cambia de lado y realiza la misma rutina con la pierna derecha.
- Se recomienda realizar tres series diarias de este ejercicio.
Elevaciones en bivalva
Este ejercicio se emplea para fortalecer los músculos rotadores externos de la cadera, los cuales ayudan a rotar el muslo hacia fuera. Esto permite que se realice una rotación excesiva hacia dentro que puede irritar el músculo piriforme.
¿Cómo lo realizo?
- Acuéstate sobre el lado derecho con las rodillas dobladas en un ángulo de 90 grados y colocadas una sobre otra.
- Mantén los pies juntos y levanta la rodilla izquierda hasta que quede paralela a la cadera.
- Evita que las caderas se desplacen hacia delante o hacia atrás.
- Baja la rodilla muy despacio y repítelo de 10 a 15 veces.
- Cambia de lado y realiza la misma rutina con la rodilla derecha.
- Se recomienda realizar tres series diarias de este ejercicio.
De acuerdo a los expertos, mediante estos ejercicios puedes llegar a controlar los síntomas del síndrome piriforme y a prevenir futuras reagudizaciones. De hecho, te pueden permitir fortalecer el músculo piriforme y otros músculos de la cadera para mejorar la estabilidad y prevenir la reaparición del síndrome piriforme.
No obstante, si tienes dolor intenso o persistente, entumecimiento o debilidad en los glúteos o las piernas, debes consultar a un médico o a un fisioterapeuta para obtener un diagnóstico y un plan de tratamiento adecuados.
Recomiendo además emplear mi fórmula natural MOLECULAR CURCUMIN, con comprobados efectos sobre la flexibilidad y salud de las articulaciones. Sus potentes actividades antioxidantes y antiinflamatorias pueden favorecer el tratamiento del síndrome piriforme.
Masoterapia
Esta forma de medicina complementaria consiste en manipular los tejidos blandos del cuerpo para mejorar el flujo sanguíneo, relajar los músculos y reducir el estrés.
Mediante esta técnica se logra el alivio de los espasmos musculares, tensión y dolor en el piriforme y zonas circundantes. Dentro de las técnicas de masaje destaca el masaje con pelotas rígidas.
Masaje con pelota de Lacrosse
Esta pelota de goma o de silicona y gel permite realizar automasajes en la zona de los glúteos. Este efecto coadyuva a liberar la tensión en esta zona, ayudando a relajar el músculo piriforme.
¿Cómo lo realizo?
- Coloca la pelota sobre una superficie plana y firme.
- Siéntate sobre ella, específicamente debajo del glúteo adolorido (puedes ayudarte con tus brazos para sentarte despacio y evitar lastimarte).
- Realiza pequeños movimientos circulares iniciando en forma de las agujas del reloj, y luego al contrario.
- Mantén tu peso hacia atrás y procura no exceder el umbral del dolor.
- Realiza este procedimiento durante dos minutos.
- Se recomienda realizar tres series diarias de este ejercicio.
Empleo de frio y calor (terapia térmica)
La aplicación de bolsas de hielo o almohadillas térmicas en la zona afectada puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor. El hielo debe aplicarse durante 10 a 15 minutos cada pocas horas. Se recomienda además, aplicar el calor durante 15 a 20 minutos una o dos veces al día.
Acupuntura
Esta forma de medicina tradicional china consiste en insertar agujas finas en puntos específicos del cuerpo. La acupuntura puede ayudar a aliviar el dolor y la inflamación causados por el síndrome piriforme.
Dentro de las razones que sustentan este efecto destacan su efecto modulador del sistema nervioso y el estímulo para liberar endorfinas (analgésicos naturales).
Vale destacar, que esta terapia debe ser realizada por un acupuntor autorizado que cumpla las normas de higiene y seguridad. De esta forma podríamos evitar efectos secundarios como hemorragias, infecciones o lesiones nerviosas.
Nota
Estos tratamientos alternativos para el síndrome piriforme pueden funcionar mejor para unas personas que para otras. En ello influye el estado de la persona y sus preferencias individuales.
De forma general, es importante descansar de las actividades que desencadenan o empeoran el dolor. A saber, correr, montar en bicicleta, permanecer sentado durante muchas horas o levantar peso.
La ciática y el síndrome piriforme no son afecciones potencialmente mortales, pero pueden afectar la calidad de vida y las actividades cotidianas de quienes las padecen.
Por ello, es importante buscar atención médica si el dolor persiste o empeora con el tiempo. El diagnóstico y el tratamiento precoces pueden ayudar a prevenir complicaciones y mejorar los resultados.
Asimismo, es importante consultar a un médico antes de probar cualquiera de estos tratamientos para asegurarse de que son seguros y adecuados para su situación.
Concluyendo
El síndrome piriforme es una afección relativamente infrecuente pero potencialmente incapacitante, que afecta al nervio ciático y causa dolor en los glúteos y piernas. La misma puede estar causada por diversos factores que irritan o comprimen el músculo piriforme.
Las causas del síndrome piriforme pueden ser lesiones, inflamación, espasmos musculares o tejido cicatricial en el músculo piriforme.
Algunos factores de riesgo son la sobrecarga del músculo por ejercicio excesivo o permanecer sentado mucho tiempo, levantar objetos pesados, subir escaleras o torcer la cadera. También puede ser consecuencia de un traumatismo en los glúteos como una caída, accidente de coche o lesión deportiva.
Se ha determinado, que el diagnóstico puede ser difícil y requerir múltiples pruebas para excluir otras afecciones. Sin embargo, el tratamiento busca aliviar los síntomas y prevenir complicaciones posteriores.
De hecho se ha logrado observar, que con los cuidados y tratamiento adecuados, la mayoría de las personas con síndrome piriforme pueden recuperarse y reanudar sus actividades normales.
De acuerdo a los especialistas, el empleo de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) de venta libre como ibuprofeno o naproxeno son indicados comúnmente para reducir el dolor e inflamación. Sin embargo, estos fármacos ocasionan efectos secundarios, y no deben tomarse durante más de 10 días sin consultar al médico.
Por ello, es importante realizar tratamientos naturales que pueden ayudar a aliviar los síntomas del síndrome piriforme, sin efectos indeseables. Incluso, lograr la prevención de futuras reagudizaciones.
NASCENT IODINE
Dentro de ellos destacan: ejercicios, descanso, terapia térmica, masoterapia y acupuntura.
Para Arlette la información recibida, la cual comparto en el post, fue de gran utilidad. De hecho le permitió corroborar, que la sugerencia de descansar de su labor cotidiana de costura recomendada por el especialista, era totalmente acertada.
Asimismo, decidió fortalecer sus músculos de la espalda baja y cadera empleando algunos ejercicios de los sugeridos.
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