Una Dieta Sin Gluten Contra El Síndrome De Asperger

Hablar con Iriana fue difícil. A fin de cuentas, le hablaría sobre uno de sus sobrinos más queridos, Francisco, de siete años y que presentaba ciertos indicios pertenecientes al espectro autista, concretamente señales del síndrome de Asperger.

Era común que Francisco solo socializara con muy pocas personas, tuviera movimientos repetitivos y un interés obsesivo por los animales salvajes.

Recuerdo que una vez me preguntó si sabía qué animal era la figura de plástico que tenía en la mano. Le respondí que era un venado y, con su voz mecánica y sin matices me corrigió: “Es un antílope”.

También era capaz de repetir decenas de veces la misma frase, además de mostrar cierta indiferencia ante el dolor y ante las demostraciones de afecto de su familia.

Hasta ese momento, Francisco había permanecido sin diagnóstico, por lo que con toda la delicadeza posible y en nombre del afecto que sentía por mi amiga Iriana y su familia me atreví a sugerir que quizá su sobrino requería un diagnóstico médico.

Iriana respondió positivamente y decidió conversar su hermano y padre de Francisco, Antonio. Por supuesto, al principio le costó asimilarlo, pero con los días tanto él como su esposa lo hablaron y decidieron visitar un especialista.

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Efectivamente, el médico indicó que las características conductuales de Francisco respondían al síndrome de Asperger y le indicó acudir a un centro especializado.

El mayor problema con Francisco era alimentarlo. Rechazaba de forma obstinada ciertas comidas mientras prefería obsesivamente otras que entran dentro de la categoría de comidas chatarra.

Este tema era una de las mayores preocupaciones de sus padres. Por esto me preguntaron cuál podían ser los mejores alimentos para su hijo y cómo ayudarlo a comer de manera más sana.

A raíz de esa experiencia, comparto lo que trabajamos con Francisco y su alimentación y que pienso que puede resultar útil si tú o alguien que conoces atraviesa la misma experiencia.

El síndrome de Asperger

Actualmente, se conoce como síndrome Asperger una condición del desarrollo generalizada que se encuentra dentro del espectro autista y que está relacionada a ciertas conductas sociales atípicas.

Aunque el síndrome de Asperger comparte algunas similitudes con el autismo, generalmente, las personas con este diagnóstico no experimentan el mismo lenguaje y los retrasos cognitivos asociadas con esa condición.

Tampoco se observa en ellos las discapacidades de aprendizaje que se vinculan normalmente con el autismo, al contrario, su desarrollo cognitivo tiende a ser significativo.

En cambio, las personas con condición Asperger sí experimentan dificultades en las áreas de imaginación, comunicación e interacción social.

El síndrome de Asperger es una afección de por vida, es decir, no tiene cura y afecta a aproximadamente 1 de cada 200 personas en el mundo. Por otra parte es más común en hombres que en mujeres.

Además, pueden experimentar otras dificultades específicas de aprendizaje que incluyen dislexia y dispraxia, y otras. También es común el Déficit por Atención con Hiperactividad, conocido como TDHA y la epilepsia.

Precisamente, por sus trastornos sociales las personas con síndrome de Asperger son vulnerables a problemas de salud mental como ansiedad y depresión, especialmente cuando comienzan su vida de adultos.

Son especialmente vulnerables a estos problemas las personas que no han recibido un diagnóstico y, por lo tanto, no han pasado por un tratamiento de adaptación.

Estas personas tienen una inteligencia normal o superior a la media y es frecuente que sienta un interés absorbente por temas específicos. Otra característica son anormalidades en el uso sutil del lenguaje y en su interpretación.

Antecedentes del síndrome de Asperger

Este conjunto de síntomas debe su nombre al doctor Hans Asperger, un pediatra austríaco que describió esta condición por primera vez, en 1944.

En ese momento, el doctor caracterizó a cuatro niños en los que observó falta de empatía, conversaciones unilaterales, incapacidad para formar amistades, atención intensa especial y movimientos torpes.

El doctor Asperger los describió como “pequeños profesores” gracias a su conocimiento amplio en temas particulares y el interés obsesivo que mostraban por ellos.

Fue en 1994 cuando la Asociación Americana de Psiquiatría reconoció este trastorno como una entidad específica vinculada al espectro autista. Ese mismo año esa organización publicó los criterios de diagnóstico.

Hoy día, los especialistas destacan los aspectos positivos del síndrome de Asperger y señalan que representan una forma de pensar diferente más que una enfermedad o un pensamiento defectuoso.

Características positivas

Las personas con Asperger tienen una gran capacidad de interesarse en temas específicos y perseverar en ellos, sin importar la opinión de quienes los rodean.

Además, poseen un pensamiento lateral, lo que los ayuda a resolver problemas de forma original y única.

Son capaces de trabajar de manera independiente y de concentrarse con mayor intensidad en las tareas que les son recomendadas.

Por supuesto, este síndrome debe diagnosticarse por pruebas realizadas por especialistas y la observación.

Es común que se trate de encontrar características Asperger con personas famosas del pasado, sin embargo, no es posible establecerlo de forma concluyente.

¿Cuál es la causa del síndrome de Asperger?

Hasta el momento, no sé han identificado las causas precisas que conllevan a un diagnóstico de síndrome de Asperger.

Hay ciertas evidencias que indican que puede haber un componente genético. Sin embargo, hasta ahora no hay evidencia científica que lo compruebe.

Se pudiera pensar que las mismas causas que producen autismo también conllevarán al síndrome de Asperger, por este motivo, se cree que también habría otras razones como exposiciones tóxicas, problemas con el embarazo o el parto, infecciones prenatales, teratógenos y otras influencias ambientales.

Ciertos científicos han tratado de crear una vinculación entre las vacunas y el síndrome, concretamente con el autismo. Sin embargo, la evidencia epidemiológica, hasta ahora, no establecido esta asociación y por lo tanto han desacreditado esta teoría.

Síntomas del síndrome de Asperger

Todos los padres deben estar atentos a ciertos síntomas socioconductuales que se observan en sus hijos, incluso desde la infancia.

Al principio, pueden notarse algunas diferencias respecto a otros niños, pero que son difíciles de identificar cuando son muy pequeñitos.

Es a la edad escolar cuando realmente se pueden reconocer signos de este trastorno porque es cuando inicia de manera gradual su socialización.

A continuación te ofrezco una lista de características de una persona con síndrome de Asperger. Ten en cuenta que puede presentar varias o todas ellas.

1. Desinterés social

El primero, es la falta de interés o la dificultad para hacer amigos y socializar. Seguramente tienen cercanía con una o dos personas e ignora a las demás.

También tienen dificultades para ser empáticos y comprender pensamientos, sentimientos o emociones de las personas que lo rodean.

Es común que eviten el contacto visual o, por el contrario, miren demasiado fijamente. Su voz tiende a ser plana o mecánica y no usan ni comprenden gestos.

Por esta razón, se les dificulta comprender señales o comunicaciones no verbales así como sarcasmos e ironías.

Tienden a no respetar los límites interpersonales ni a ser delicado en sus opiniones. No les preocupa hacer sentir mal a los demás.

Otra característica es que no cambian de expresión facial o que las utilizan de forma exagerada.

2. Hipersensibilidad sensorial

Pueden ser sensibles a los estímulos sensoriales y sentirse invadidos por ellos. Les pueden molestar los ruidos, los olores, ciertos patrones visuales, sabores, etc.

En su desempeño físico tienen la tendencia de repetir patrones motores cómo agitar las manos o los brazos. También a sacudir su cuerpo de la misma manera.

3. Intereses obsesivos

Su interés en un tema específico suele resultar obsesivo, intenso y repetitivo cuando se compara con el interés de los niños neurotípicos.

Incluso, a pesar de que se intente cambiar de conversación o redirigir su atención a otro tema, suelen restringirse al tema de su interés de manera obsesiva.

4. Apego a norma

Sienten un gran apego a las normas que se le indican y a la rutina. Además, suelen cumplirlas de manera mecánica e inflexible.

Es posible que algunos niños Asperger demuestren alto funcionamiento, es decir rasgos típicos de niños “genios”, sin embargo, no ocurre siempre.

Nutrición de los niños Asperger

Los Asperger, como todos los niños, requieren consumir una gran cantidad de nutrientes distintos para sostener su vida y mantener su salud.

Son particularmente importantes las proteínas; las grasas, especialmente Omega-3 para alimentar las funciones nerviosas; además de vegetales y frutas que aportan minerales y vitaminas esenciales para funcionar y crecer.

Se recomienda eliminar de su dieta los productos con gluten, que es una proteína que se encuentra en el trigo y los que contienen caseína, que es una proteína que está en la leche.

No todos requieren dietas especiales y, de acuerdo a una evaluación personalizada, el médico recomendará si es necesaria o no.

El problema con los niños Asperger no es planificar una dieta saludable, porque todos los buenos padres buscan dar a sus hijos comidas nutritivas.

El problema es que las mismas obsesiones y problemas para manejar sus estímulos sensoriales pueden hacer que rechacen, precisamente, las comidas más saludables.

Y ese rechazo puede llevarlo al hospital por deshidratación y desnutrición sin que por ello el niño deje de rechazar los alimentos que no quieren o que le resultan desagradables.

Las razones pueden ser muchas para rechazar alimentos. Por ejemplo, les puede resultar desagradable la textura o el sabor. Otros niños Asperger preferirán alimentos crujientes y amarillos o solo querrán los de color blanco.

También es posible que su excelente memoria relaciones alimentos con situaciones desagradables que le impiden consumirlos.

Otra razón, es que los niños Asperger luchan contra una bombardeo de estímulos sensoriales que lo distraen al comer, aunque ese alimento le agrade.

Su rechazo puede ser caprichoso, es decir, no hay un patrón determinado o razón colectiva que los lleve a rechazar tal o cual comida. Por lo tanto, quizá se torne agotador tratar de alimentarlos.

Estrategias para alimentar a niños Asperger

Lo primero que les recomendé a los padres de Francisco fue intentar identificar con su hijo una lista de alimentos “odiados” y “no tan odiados”.

Así ellos podrían, poco a poco, agregar comidas a la dieta de la segunda lista sin que él lo rechazara de forma tajante.

Aquellos alimentos que rechazan porque la textura le parece desagradable, puedes agregarlos a otras comidas que sí le gusta, batidos o rallados, bien mezclados para esconderlos.

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Si aún así los rechaza, quizás el problema no está en la textura sino en el sabor. En esto no hay mucho qué hacer. Es preferible buscar comidas alternativas para evitar conflictos.

Otra idea es agregar como ingredientes los alimentos sanos a las comidas que prefiere. Si le gusta el pan, prepáralo en casa y agregas huevos, quínoa, harina de almendras, etc. La idea es fortificar los alimentos que les gustan.

Si tiene pequeñas manías como querer que la comida se sirva en platos separados,  es preferible adaptarse a esa pequeña exigencia siempre observes que se alimenta de manera nutritiva.

Otra estrategia efectiva es encontrar relaciones de los alimentos con temas de su interés. Esta idea es bastante más rebuscada, pero puede ser útil. Por ejemplo, enfocarlo en patrones, ramificaciones, etc.

Para introducir alimentos nuevos hazlo en muy pequeñitas cantidades todos los días, de manera de establecer un patrón de alimentación y cambiar sus hábitos.

Ayúdalo a hacer ejercicios con regularidad y a mantener un nivel de actividad física, un niño activo siempre comerá mejor que uno sedentario.

Intenta que las comidas sean tranquilas, evita las discusiones y otros estímulos distractores como la televisión.

Con el tiempo…

Alimentar a un niño con Asperger suele ser complicado, pero no imposible. Así lo demostró la experiencia con Francisco. Luego de negociar de diferentes maneras, él fue capaz de tolerar diversas texturas y sabores.

Al crecer, hoy Francisco tiene 16 años, también lo involucraron en el proceso de cocina y él encontró maneras seguras de experimentar con sabores y texturas.

Aunque tuvo momentos de recaída, la experiencia en general fue positiva tanto para él como para sus padres.

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