El sodio es un elemento considerado esencial para el equilibrio de las células y la función fisiológica. Son bien conocidos los efectos del exceso de sodio, sobre el incremento de los niveles de tensión arterial. Se ha observado incluso que, dichos efectos pueden variar entre diversos grupos de individuos, existiendo algunos con mayor susceptibilidad.
De hecho, pruebas recientes logradas a partir de estudios clínicos y preclínicos, han permitido confirmar ciertos hallazgos importantes. De esta forma, aunque no altere la tensión arterial, el sodio podría afectar vasos sanguíneos, riñones, cerebro y corazón.
Este crucial tema, se aborda a solicitud de una seguidora de Italia, una madre de mediana edad con dos niños. Su nombre es Rosella y cuando se comunicó conmigo, se mostró algo preocupada.
Ella me comentó que llevaba unas dos semanas experimentando inflamación a nivel de los pies y tobillos. Rosella en ese momento, aún no había caído en cuenta de que la sal era la causa. Incluso, estuvo tomando algunos diuréticos y no logró observar ningún cambio favorable.
Realmente se logró establecer que la sal era la responsable de la inflamación, mediante algunas preguntas clave que le formulé. Por ello, decidí enviarle un dossier con información relevante acerca de la importancia de la sal. En el mismo también se incluyeron algunos aspectos importantes relacionados con su exceso a nivel corporal. Dada la prevalencia del consumo de sal a nivel mundial, decidí compartir este artículo en mi página.
Generalidades acerca de la sal
Si se considera la sal desde el plano culinario, se puede observar que posee muchas propiedades positivas. Es ya conocido por todos, que la sal es capaz de mejorar las propiedades de diversos alimentos. Esto permite que muchos de ellos, definan su sabor y se perciban con un gusto más agradable. Tanto es así, que muchas personas cuando consumen altos niveles de sal, sienten desagradables los alimentos bajos en sal.
Para lograr una disminución exitosa, del consumo general de sal en la población, es necesario reducir sus niveles en alimentos. Además de ello, profundizar acerca de lo que se conoce sobre los efectos de la misma sobre los alimentos. También, ahondar acerca de la percepción del sabor y el porqué de las preferencias de alimentos con sal añadida.
De acuerdo a los investigadores, es importante conocer a profundidad el proceso de la detección sensorial de la sal. De esta forma podrían desarrollarse algunos sustitutos de la sal, o potenciadores de sabor. Esta medida, contribuiría sustancialmente a una reducción general de los niveles de sal en muchos alimentos elaborados.
De acuerdo a los antropólogos, el empleo de la sal es una costumbre netamente humana. Sin embargo, algunos científicos observaron conductas aprendidas en el uso de la sal en ciertos macacos de japón. Ellos observaron que una primate hembra, realizó este procedimiento y luego el resto aprendió también a hacerlo.
En los humanos, el uso de la sal se remonta a unos 5.000 a 10.000 años. Su empleo inicial, era la conservación de alimentos y se cree que esta costumbre originó su alto consumo actual. Vale destacar que, la extracción de grandes cantidades de sal, además de la mejora del transporte, impulsaron su consumo. Esto incidió en el hábito por los alimentos salados y favoreció el comercio de la sal.
Importancia de la sal como compuesto químico en el organismo
La sal empleada en la mesa se denomina cloruro de sodio. Se ha establecido que es uno de los minerales más abundantes en la tierra. Se encuentra de forma natural en mares y océanos, además de formaciones subterráneas.
Su presencia en el cuerpo humano es de vital importancia, debido a que permite mantener el equilibrio electrolítico de los líquidos corporales. De acuerdo a la ciencia, los electrolitos son minerales que tienen una carga eléctrica y están presentes en el organismo.
Los electrolitos se encuentran en la orina, sangre, tejidos y otros líquidos corporales. Dentro de ellos destacan: sodio, cloruro, calcio, fosfato y magnesio, los cuales se ingieren en los alimentos y bebidas.
Ellos poseen la responsabilidad de equilibrar los niveles de agua y el pH del cuerpo. Además de ello, favorecen el transporte de nutrientes a las células y la eliminación de ciertos desechos de la misma. Incluso, los electrolitos juegan un papel determinante en el funcionamiento del corazón, cerebro, músculos y nervios.
Si el nivel de los electrolitos no es el adecuado, ocurren procesos irregulares en los niveles hídricos. Es decir, se pueden sufrir procesos de deshidratación (muy poca agua corporal) o hiperhidratación (exceso de agua corporal).
Se ha observado que ciertos medicamentos y algunas enfermedades hepáticas o renales, ocasionan un desequilibrio electrolítico. También los problemas diarreicos, la sudoración excesiva y los vómitos, pueden perturbar este equilibrio.
Usos más frecuentes de la sal
La sal, como se mencionó, ha sido empleada desde hace milenios en la conservación y saborización de muchos alimentos. Es innegable que la sal, ayuda a prevenir la descomposición de los alimentos, tal es el caso de la carne y los quesos. Además de ello, es empleada ampliamente en la elaboración de diversos alimentos fermentados como el kéfir, kimchi, chucrut y fiambres diversas.
La sal, también es empleada en la fabricación de solución intravenosa de cloruro de sodio, para evitar la deshidratación. Se emplea además, en procesos de descongelamiento de las calles y avenidas, incluyendo aceras y calzadas. La sal también tiene cabida en la fabricación de productos como el caucho, vidrio, detergentes, plástico, poliéster, colorantes y papel.
¿La sal es una sustancia regulada?
Es importante mencionar que la sal en los Estados Unidos, está regulada por la FDA. Ella es considerada como un ingrediente “generalmente reconocido como seguro” (GRAS). Sin embargo, este organismo solicitó que en el etiquetado de los alimentos se incluya información del contenido de sodio. Incluso, ha desarrollado diversos requisitos de etiquetado de los productos, relacionados con los niveles de sodio presentes en ellos.
Cabe destacar que las Guías Alimentarias estadounidenses, además de la FDA, recomiendan no consumir más de 2.300 mg de sodio por día, esto equivale a una cucharadita de sal de mesa.
Así mismo, la OMS recomienda un consumo máximo de 5 g de sal al día. Esto es equivalente a lo recomendado por la FDA, pues el cloruro de sodio o la sal, contiene un 40% de sodio. Sin embargo, muchas personas acostumbran utilizar una cantidad mayor a la requerida.
La sal añadida al momento de preparar los alimentos, además de la empleada en salsas y condimentos es muy importante. Mediante este mecanismo, pueden regularse las proporciones a ingerir, sin embargo, muchas cantidades suelen pasar desapercibidas en los alimentos ultraprocesados.
¿Cómo se detecta si se está ingiriendo demasiada sal?
Estas son algunas de las formas de saber que se está consumiendo mucha sal:
1. Presencia de inflamación corporal y poliuria
De acuerdo a la ciencia, existe evidencia que asocia la ingesta excesiva de sal con poliuria nocturna (micción nocturna frecuente). Cierto estudio realizado con la participación de 52 adultos mayores, logró evaluar e investigar elementos importantes relacionados con este proceso.
El mismo, permitió relacionar el consumo de sal, edema de las piernas y volumen de orina nocturna (VNU). Los análisis realizados, permitieron establecer una asociación directa entre el consumo de sal diaria y el edema de las piernas presente a las 5:00 pm.
Además, la sal consumida influyó en la diferencia de volumen extracelular entre las 5:00pm y las 6:00am y el VNU. De esta forma se corroboró que la sal, influye en la retención de líquidos corporales y en la micción nocturna frecuente.
Cabe destacar, que el edema puede presentarse en diversas zonas del cuerpo, tales como los ojos y manos. Esto se puede controlar mediante un adecuado consumo de sal, consumiendo un máximo de una cucharadita de sal al día.
2. Sed muy intensa
Cuando se incluyen alimentos muy salados en la dieta, se produce una sed excesiva. Esto es una reacción del cuerpo debido a un efecto que busca corregir los niveles excedentes de sodio. Este incremento de líquidos puede llevarnos a estimular el proceso de micción.
Vale destacar, que un exceso de sal en la dieta, sin una adecuada suplencia de líquidos, puede provocar procesos peligrosos. El más conocido se denomina hipernatremia y consiste en la movilización de agua desde las células a la sangre.
Este proceso, lo realiza el organismo como una medida para disminuir los elevados niveles de sodio corporales. En caso de no poner correctivos a esta situación, podría agravarse, pudiendo provocar inicialmente procesos convulsivos, confusión y coma. La hipernatremia, puede también generar dificultades respiratorias y de conciliación del sueño.
3. Dolores de cabeza
Algunas investigaciones, han permitido establecer que el consumo excesivo de sal aumenta el volumen de la sangre. Se ha determinado que cuando los vasos sanguíneos se expanden se produce un proceso hipertensivo. Es decir, se eleva la tensión arterial y esto puede incidir en la presencia de dolores de cabeza bastante severos.
Desde hace unos años, se ha logrado establecer la asociación existente entre la hipertensión y la ingesta de sal. Además de ello, se ha logrado verificar que una reducción en el consumo de sal posee muchos efectos positivos.
Estos efectos son observables tanto en individuos hipertensos, como en normotensos (con valores normales). Observándose, mayores disminuciones de la presión arterial sistólica, en la medida que la ingesta de sal se hace menor. Así, se ha logrado observar que además de reducir la tensión arterial, se minimiza el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
4. Dolores a nivel musculoesquelético
De acuerdo a ciertos estudios de laboratorio, se ha logrado observar que elevadas concentraciones de sal inciden en ciertas enfermedades. Dentro de ellas destacan la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide.
En uno de los estudios, se determinó que la sal en exceso, promueve la producción de ciertas células patogénicas. Se sabe que este tipo de células están muy relacionadas con ciertas enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple.
En otro de los estudios realizado, se emplearon células cultivadas y animales experimentales. Se logró observar que ciertas vías que generan procesos inflamatorios, están asociadas con los denominados canales de sodio.
De acuerdo a los investigadores, se ha logrado establecer que la sal y la artritis reumatoide (AR), están asociados. Se ha establecido que, quienes consumen más de 8g al día de sal son más propensos a padecer AR. Esto en comparación con quienes consumen menos de 3g al día.
Se ha determinado que un exceso de sal, incrementa la pérdida de calcio. Esto se debe a que el sodio incrementa la perdida de calcio por la orina, se ha evidenciado que, por cada gramo de sal eliminado por la orina, se arrastran 60 mg de calcio. Esto puede incidir, en una mayor propensión al padecimiento de osteoporosis.
5. Presencia de cálculos renales
La mayoría de los cálculos que aparecen en los riñones, están formados por oxalato de calcio o fosfato de calcio. Se sabe que quienes tienen niveles anormalmente altos (hipercalciuria), de calcio en la orina poseen alta propensión a los cálculos. Un estudio amplio que incluyó un periodo de doce años, permitió evaluar la ingesta de sodio de 90.000 mujeres.
Así, aquellas mujeres con ingestas diarias superiores a los 4,9 g/día, tenían 30% más probabilidad de desarrollar cálculos renales sintomáticos. Esto, en relación con aquellas cuyos consumos diarios de sodio estuvieron en 1,5 g/día en promedio.
Otro estudio, realizado con la participación de 120 hombres, a lo largo de cinco años, encontró hallazgos interesantes. Los participantes presentaban hipercalciuria idiopática y tenían 45 años de edad en promedio. Quienes siguieron una dieta normal a alta en calcio (1,2 g/día) y baja en sodio (1,2 g/día) lograron efectos favorables. Es decir, experimentaron reducciones del 49% del riesgo de la recurrencia de cálculos renales. Esto en comparación con aquellos que siguieron una dieta baja en calcio (0,4 g/día).
6. Problemas a nivel cognitivo
Según los especialistas, la hipertensión originada por la alta ingesta de sal, podría dañar las arterias que conducen al cerebro. Este proceso degenerativo, tendría efectos negativos sobre la capacidad de concentración en las tareas cotidianas. Además de ello, impediría pensar con claridad, experimentar cansancio y reaccionar de forma más lenta.
Ciertos estudios de laboratorio, permitieron establecer que el exceso de sal, posee efectos perjudiciales sobre el cerebro. Así mismo, es capaz de alterar el adecuado funcionamiento del sistema inmunológico. Este importante efecto, ha sido monitoreado en animales experimentales y puede se un factor determinante sobre la demencia.
7. Padecimiento de gastritis, úlceras y cáncer gástrico
De acuerdo a diversos estudios, se ha logrado observar que una dieta con altos niveles de sal, puede generar problemas gástricos y úlceras. Una dieta rica en sal puede incrementar los daños producidos por Helicobacter pylori. Esta bacteria se encuentra presente aproximadamente en la mitad de la población mundial y está asociada a procesos ulcerativos y al cáncer.
Estudios prospectivos de gran envergadura, con seguimiento de seis a quince años y 268.718 participantes, mostraron resultados muy interesantes. De esta forma quienes siguieron una dieta con ingesta alta y moderadamente alta de sal, presentaron mayor riesgo de cáncer gástrico. La comparación de este estudio se realizó con respecto a quienes siguieron una dieta baja en sal.
Listado de algunos alimentos altos en sal que es preferible evitar
- Aceitunas
- Extracto de levadura
- Nueces saladas y tostadas
- Jamón
- Pescado salado
- Pescado ahumado
- Salami
- Salchichas
- Carne salada
- Pepinillos
- Anchoas
- Tocino
- Queso
- Salsa de soja
- Salsas para pasta
- Kétchup
- Mayonesa
- Cubos de caldo
- Sopas instantáneas
- Bollos y rosquillas
- Patatas fritas
- Pizza
- Burritos
- Tacos.
Concluyendo
El sodio, como compuesto equilibrado de la dieta juega un papel preponderante en muchas funciones corporales, dada su capacidad electrolítica. Sin embargo, las estadísticas indican que los estadounidenses consumen casi 3.400 mg de sodio al día. La FDA, y La Asociación Americana del Corazón recomiendan no más de 2.300 mg al día de sodio. Incluso, mencionan que lo ideal sería no consumir más de 1.500 miligramos de sodio por día para la población adulta.
De acuerdo a los diversos estudios, se ha observado que el sodio incide en elevados niveles de tensión arterial. Además de ello, se pueden generar efectos de retención de líquidos corporales, disfunción del sistema digestivo y procesos ulcerativos.
Se ha determinado además, su efecto sobre el padecimiento de cálculos renales, inflamación corporal y dolores a nivel del sistema musculoesquelético. Incluso un exceso de sal, acarrea complicaciones cognitivas, cardiovasculares, incluyendo además cáncer a nivel gástrico.
Cuando Rosella leyó lo que le envié, que es lo que ahora comparto en el post, se vio reflejada en muchos de los problemas que causa la sal. Realmente se mostró muy agradecida, pues afortunadamente, solo había experimentado inflamación de sus miembros inferiores y ocasionalmente mucha sed.
De hecho, fue muy sincera al decirme que algunos de los alimentos altos en sal también los consumía en exceso. Afortunadamente, ella dio un vuelco a su vida y paulatinamente se ha estado estabilizando.
“El culpable del alto consumo de sal no es lo que piensas, la mayoría de la gente asume que su salero es el culpable, pero una gran parte de nuestro sodio dietético ya se encuentra en muchos de los alimentos que comemos y la combinación de ambos puede sumarse rápidamente”
Dra. Sandra Darling
Especialista en salud pública y medicina preventiva general, Cleveland, OH
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