Para la mayoría de las familias, la aparición de enfermedades contagiosas supone muchas veces la toma de ciertas previsiones. Algunas de estas enfermedades son muy frecuentes entre los niños, en especial la varicela. Conocida por muchos, esta enfermedad a veces produce cierto malestar entre quienes la padecen. Afortunadamente los remedios caseros para su tratamiento permiten obtener estupendos resultados.
De este tema hablo a solicitud de Elaine, una seguidora de Wisconsin. Ella es una joven madre, cuyo niño mayor de 5 años, comenzó a presentar sarpullido en el pecho y espalda. Cuando lo llevó a consulta médica, fue diagnosticado con varicela. El médico tratante, al observar que la condición de salud de su hijo estaba perfecta, solo recomendó tomar un antihistamínico. Él le mencionó, que este medicamento le ayudaría a calmar el escozor.
Sin embargo, a pesar de que ella siguió la recomendación del médico, le preocupaba observar a su hijo muy inquieto. Sobre todo, se ponía un poco nervioso al observar como las erupciones se llenaban de líquido. Elaine, en realidad quería algunas recomendaciones sobre opciones naturales, que permitieran mitigar los episodios de escozor.
Como madre y profesional de la salud, comprendí muy bien su inquietud. Por ello, le hice llegar algunas propuestas que ayudaran a su hijo a sobrellevar la varicela. Esta enfermedad es muy contagiosa y siempre es importante conocer ciertas alternativas que puedan estar al alcance de todos. Por ello, lo comparto cariñosamente en mi página.
Generalidades acerca de la varicela
La varicela se clasifica como una enfermedad infectocontagiosa, su distribución es mundial y es producida por el virus varicela zoster (VVZ). Este virus ingresa al organismo a través de las vías respiratorias o la conjuntiva (membrana que recubre el ojo). Luego de ello, penetra los ganglios linfáticos y días después continúa hasta el bazo e hígado, en donde se replica. Cuando ocurre la replicación del virus, se produce la infección en las células del epitelio de la piel y mucosas.
Se ha observado además, que este virus puede infectar diversos órganos. Incluso, es capaz de permanecer latente durante años en los ganglios de las células espinales, reactivándose como herpes zoster. Vale destacar, que los seres humanos son el único reservorio conocido de este virus. Así, el contagio puede ocurrir a partir de alguien que padezca varicela y en menor proporción, herpes zóster.
La transmisión del virus es mediante aerosoles producidos por la persona contagiada mediante la tos o estornudo. Puede también ocurrir a través de la placenta.
De acuerdo a los estudios se ha establecido, que el período de incubación oscila entre diez y veintiún días. Se sabe que, en recién nacidos y bebés el período es más corto y en personas inmunodeprimidas, el período puede prolongarse hasta unos 35 días.
La capacidad de contagio de este virus es muy alta, ubicándose alrededor de un 90% en familiares cercanos. El contagio podría realizarse desde 48 horas antes de la aparición de la erupción, hasta el momento en que las vesículas (ampollas) estén completamente secas y formen costra.
Los enfermos pueden contagiar la varicela a quienes no posean inmunidad, a través del contacto con las ampollas. La enfermedad se diagnostica según los síntomas y se confirma mediante pruebas bioquímicas del líquido de las ampollas o material de la costra.
Factores de alto riesgo para el padecimiento de varicela
- Bebés
- Adolescentes
- Adultos de más de 20 años
- Mujeres embarazadas sin evidencia de inmunidad a la varicela
- Poseer sistema inmune deprimido (por efecto de: corticoterapia crónica, inmunodeficiencia celular, VIH/sida, cáncer y trasplantes)
- Personas inmunocomprometidas sin evidencia de inmunidad a la varicela: con leucemia o linfoma,
- Bebés prematuros hospitalizados nacidos con más de 28 semanas de gestación cuyas madres no poseen evidencia de inmunidad
- Bebés prematuros hospitalizados nacidos con menos de 28 semanas de gestación o cuyo peso sea menor de 1 Kg al nacer. Esto independientemente del estado de inmunidad que presenten las madres a la varicela
- Recién nacidos cuyas madres tienen varicela desde cinco días antes hasta dos días después del parto.
¿Cómo se presenta la varicela?
Personas no vacunadas
De acuerdo a los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), quienes no han recibido la vacuna presentan una erupción generalizada y pruriginosa (que causa picor). Esta erupción progresa rápidamente de lesiones maculares (planas) a papulares (elevadas) y vesiculares antes de formar costras. Dichas lesiones suelen presentarse de forma simultánea.
Por lo general, la erupción se presenta inicialmente a nivel del pecho, luego en la espalda y rostro. Comúnmente, las lesiones se concentran en el pecho y espalda, con síntomas que pueden durar de cuatro a siete días. De acuerdo a los expertos, la recuperación de la infección primaria por varicela logra proporcionar inmunidad de por vida. Se ha observado, que la segunda aparición de varicela es infrecuente en personas sanas.
Sin embargo, es probable que la varicela aparezca por segunda vez en personas inmunodeprimidas. Así mismo, tal como ocurre con otro tipo de infecciones de origen viral, una reexposición podría incrementar los anticuerpos. De esta forma, una reinfección no causaría enfermedad ni síntomas detectables, es decir es asintomática y más leve que la infección primaria.
Puede empezar a propagarse uno o dos días antes de que aparezca la erupción, hasta que todas las lesiones tengan costra.
Personas vacunadas
Los CDC sugieren, que los niños sean vacunados contra la varicela. Esta vacuna se introdujo en 1995 y desde entonces ha ocurrido una importante disminución del número de casos. De hecho, logra prevenir entre el 70 y 90% de las infecciones y disminuir el 95% de las enfermedades graves.
Por lo general se aplican dos dosis, la primera entre los doce y quince meses de edad y la segunda generalmente entre los cuatro y seis años. En las personas que han recibido vacunación, se produce un tipo de varicela denominada intermitente. Para que sea considerada intermitente, deben haber transcurrido más de 42 días desde el momento de la vacunación.
Por lo general, este tipo de varicela intermitente se presenta de forma leve. No se producen estados febriles o la fiebre es poca, además desarrollan menos de cincuenta lesiones a nivel de la piel. Incluso, el período de recuperación es más corto en comparación con las personas no vacunadas.
Vale destacar, que aproximadamente el 25% de quienes han recibido una sola dosis, experimentan los síntomas de los no vacunados.
Remedios naturales para calmar los efectos de la varicela
Estas soluciones al alcance de todos que les menciono, son muy sencillas de aplicar en casa y pueden emplearse desde los 4 años en adelante.
1. Caléndula y Hamamelis
De acuerdo a diversos estudios se ha logrado establecer, que la flor de la Caléndula posee efectos antiinflamatorios. Se han realizado numerosas pruebas acerca de los diversos empleos de esta planta. Sus beneficios sobre el eccema y rosácea han sido observados desde hace muchos años.
Estas condiciones inflamatorias de la piel, incluyendo la varicela, pueden aprovechar favorablemente los efectos calmantes de la caléndula. Dichos efectos están soportados en la presencia de flavonoides, saponinas y triterpenoides. Estos compuestos impiden la liberación de histaminas, además de ello, promueven la protección sobre procesos alérgicos, inflamación, dolor y enrojecimiento.
Sus efectos hidratantes sobre los brotes de varicela, impiden el resecamiento de la piel. Y las propiedades antioxidantes permiten mantener estable el tono de la piel y reducir el tiempo de cicatrización.
A su vez, las investigaciones han permitido detectar la presencia de compuestos fenólicos, especialmente los taninos en la corteza y hojas de hamamelis. Este compuesto, posee un alto efecto astringente, permitiendo proteger las capas subyacentes de la piel.
De igual forma, posee un importante efecto vasoconstrictor, favoreciendo la regeneración de los tejidos. Los taninos de hamamelis, junto a procianidinas y flavonoides confieren efectos antimicrobianos, antivirales y antisépticos, logrando reducir el picor e inflamación.
¿Cómo realizarlo?
- Remojar dos cucharadas de flores de caléndula y cinco hojas de hamamelis durante la noche, en una taza de agua filtrada y previamente hervida,
- Al día siguiente, triturar esta mezcla hasta formar una pasta lo más homogénea posible
- Aplicar esta pasta sobre las erupciones y déjala actuar aproximadamente una hora
- Retirar suavemente con agua tibia y seca con una toalla limpia de uso exclusivo sin frotar
- Realizar este procedimiento un par de veces al día a fin de obtener el alivio deseado.
2. Aloe
Muchas personas ya deben estar acostumbradas a que les recomiende esta sinigual planta con bastante frecuencia. Esto no es casual, simplemente esta planta se ha ganado esta distinción debido a su enorme cantidad de compuestos bioactivos. Algunos de los más empleados a nivel tópico se encuentran en el gel o mucílago de la hoja.
Este gel ha sido empleado de forma ancestral en el tratamiento de quemaduras, picaduras de insectos, heridas y eccemas. El mucílago o gel del aloe contiene una serie de glicoproteínas, que combaten los procesos inflamatorios y el dolor. Además de ello, posee glucomanano y giberelinas, que estimulan la regeneración y el crecimiento de la piel.
Se ha establecido además, que el gel contiene cantidades importantes de las vitaminas A, E, C, B12, ácido fólico y colina. Asimismo, posee veinte de los veintidós aminoácidos requeridos, favoreciendo la aceleración de la curación de heridas.
De hecho, la vitamina C induce una mayor producción de colágeno. El gel contiene además una serie de enzimas que poseen un alto efecto antioxidante y antiinflamatorio.
Por ello, el gel de aloe es un compuesto que permite aliviar el picor producido por la varicela. Esto sin mencionar sus inigualables beneficios sobre la reparación e hidratación de la piel. El aloe contiene seis agentes antisépticos, que le permiten mantener la piel sin infecciones. Entre ellos destacan: ácido cinamónico, ácido salicílico, lupeol, nitrógeno ureico, fenoles y azufre.
¿Cómo realizarlo?
- Extraer el gel de una hoja de aloe orgánico
- Reservar este gel en un recipiente de vidrio perfectamente limpio y con tapa
- Extraer una pequeña cantidad cada vez que vaya a ser utilizado y guardar refrigerado
- Aplicar el gel sobre las erupciones y dejarlo actuar sin retirarlo
- Realizar este procedimiento al menos dos veces al día.
Nota
Antes de emplear el gel, es importante realizar una prueba de parche para observar si hay reacción.
3. Miel
Este inigualable alimento con comprobados efectos terapéuticos, ha sido empleado durante siglos en la medicina tradicional. Dentro de las mieles conocidas, destaca la de Manuka, originaria de Nueva Zelanda, la cual se caracteriza por ser más oscura.
Ella es producida exclusivamente de las flores del árbol del té o manuka, cuyo nombre botánico es Leptospermum scoparium. Esta miel posee una serie de compuestos activos entre los que destacan metilglioxal, dihidroxiacetona y compuestos fenólicos.
De acuerdo a los estudios, estos compuestos antibacterianos le permiten actuar sobre más de 80 patógenos diferentes. Por ello, su potencia antibacteriana es designada con una clasificación denominada Factor Único de Manuka (UMF).
Dicho factor se representa con un número, el cual se correlaciona con el contenido de metilglioxal y fenoles totales. Es preferible un UMF de 10+ en adelante para aprovechar sus propiedades al máximo.
Algunas investigaciones han demostrado que, esta miel puede inhibir patógenos capaces de causar infecciones en heridas, ello incluye también a los resistentes a los antibióticos. La miel de Manuka puede emplearse con seguridad, a manera de antibiótico natural alternativo. Además de ello, es una de las mejores soluciones naturales para el picor, regenerar la piel y disminuir las cicatrices.
¿Cómo realizarlo?
- Aplicar una ligera capa de miel tibia sobre la zona afectada
- Mantenerla sobre la piel unos veinte minutos
- Retirarla con suavidad empleando un paño bien limpio o pañuelo húmedo
- Se puede retirar también con agua tibia y luego secar sin frotar
- Realizar este procedimiento al menos dos veces al día para aliviar el picor.
4. Avena
Esta alternativa es una de las empleadas con mayor regularidad en la varicela. De hecho, actualmente el empleo de la avena coloidal como protector de la piel está regulado por la FDA. Ella se incluyó desde el año 2003 dentro de los Productos Farmacéuticos Protectores de la Piel de venta libre.
Muchas de las propiedades terapéuticas de la avena se derivan de las altas concentraciones en almidones y betaglucanos. Ello le permite cumplir una serie de funciones de protección y retención de agua.
Incluso, algunos de los fenoles que posee tienen la capacidad de absorber los rayos ultravioleta. La avena también posee una actividad limpiadora, ello se debe mayormente a su contenido de saponinas. Por ello, la avena posee diversas propiedades funcionales que permiten limpiar, hidratar, calmar el picor, desinflamar y proteger la piel.
Sus numerosas propiedades funcionales hacen de la avena coloidal un limpiador, hidratante, amortiguador, así como un agente antiinflamatorio, calmante, protector y antiprurítico.
¿Cómo realizarlo?
- Moler una taza de avena en hojuelas
- Colocarla en remojo en un recipiente mediano que contenga dos tazas de agua filtrada y hervida
- Dejarla reposar de siete a diez minutos
- Añadir esta mezcla en una tina con agua tibia y revolver hasta notar que esté lechoso el color
- Sumergir al niño o persona afectada unos veinte minutos y has que el agua se escurra sobre su piel
- Al salir de la tina, seca con una toalla limpia y exclusiva para la persona
- Evitar frotar la piel, es preferible emplear palmaditas
- Realizar este procedimiento dos veces al día mientras persista la incomodidad.
Concluyendo
Las enfermedades virales han acompañado al hombre desde sus inicios, de hecho, el virus causante de la varicela solo es capaz de transmitirse entre los seres humanos. La varicela es causada por el virus que da origen al herpes zóster. De hecho, toda persona que haya sufrido de varicela posee este virus en estado de latencia en su cuerpo.
Existen una serie de medicamentos analgésicos para calmar loe efectos de la varicela, al igual que una serie de medicamentos antivirales. Sin embargo, dichos medicamentos no siempre son totalmente efectivos y pueden causar efectos secundarios en muchas personas.
Afortunadamente, contamos con una serie de medicamentos naturales que han sido empleados desde hace siglos, que han llegado a nuestros días. Los que les mostré, han sido muy bien estudiados por la ciencia. Ellos posen una serie de componentes bioactivos que permiten proteger la piel del daño de la varicela.
Además de ello, coadyuvan en el alivio del picor, regeneran la piel y aceleran la cicatrización. Entro de las alternativas mencionadas, incluí: aloe, avena, miel, hamamelis y caléndula.
Para Elaine, la información recibida fue de mucha utilidad. La misma que le hice llegar a ella, es la que comparto en el post. Me comentó, que su hijo logró disminuir los episodios de picor empleando baños de avena. Además de ello, me comentó que el gel de aloe, mi planta favorita, ayudó a cicatrizar la piel del niño. De hecho, ¡No quedaron rastros de la varicela!
“La miel es uno de los mejores ingredientes de cocina para tratar las cicatrices de la varicela porque puede hidratar la piel, dejándola suave, radiante y brillante. Los antioxidantes de la miel nutren la piel dañada, ayudando potencialmente al proceso de curación de las cicatrices. ”
Portia Arthur
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https://www.cdc.gov/chickenpox/about/prevention-treatment.html
https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/chickenpox/diagnosis-treatment/drc-20351287