Las piedras o cálculos renales son una de las patologías más antiguas con las que ha luchado la humanidad. De acuerdo a los especialistas, se trata de la tercera enfermedad más común entre las que afecta el sistema urinario. De acuerdo a mi experiencia, he comprobado que los remedios naturales, funcionan adecuadamente en el control de los cálculos renales.
En países industrializados alrededor del 10% de los hombres y 3% de las mujeres padecen de cálculos al menos una vez en la vida. Quienes los han padecido en ocasiones han sufrido sus desagradables efectos. Y precisamente, este fue el caso de Sheila, una seguidora de Louisiana, quien realizó contacto conmigo a inicios de abril, a raíz de que su esposo sufriera una infección urinaria.
Según el diagnóstico, la misma fue ocasionada por la expulsión de cálculos renales. Ellos le produjeron un fuerte dolor al orinar. Luego de este incidente, su esposo recibió tratamiento con antibióticos y logró superar este inconveniente.
De acuerdo a los estudios ecosonográficos el especialista mencionó, que su esposo tendía a producir muchos microcálculos o arenilla. Dicho diagnóstico estaba vinculado con una dieta alta en proteínas. Cuando Sheila se comunicó conmigo me solicitó algunas alternativas naturales, que favorecieran el control de cálculos.
Por ello, a fin de ayudar a mejorar la salud renal del esposo de Sheila le envié cierta información. La misma estaba relacionada con los tipos de cálculos existentes, los elementos causales y algunos tratamientos naturales con efecto comprobado.
De esta forma elaboré este post con la intención de compartir información y aquí en mi página.
El término técnico empleado para referirse a los cálculos o piedras a nivel de los riñones es nefrolitiasis. Los cálculos son cristales mineralizados originados por la sobresaturación de la orina debido a la presencia de ciertos compuestos. En función de ello se han determinado cuatro tipos de cálculo, destacando la complejidad en su proceso de formación.
De acuerdo a la ciencia, este trastorno posee diversos elementos que lo favorecen, es decir se considera multifactorial. Cabe destacar, que esta patología es una de las que posee mayor prevalencia en el ámbito mundial.
Es importante resaltar, que se ha observado un importante nivel de reincidencia, lo cual justifica una atención médica específica. Incluso en la actualidad existe una necesidad insatisfecha de terapias eficaces para la prevención de los cálculos renales.
De forma generalizada quienes padecen de cálculos sienten un dolor intenso, que comienza y desaparece repentinamente. Dicho dolor agudo puede estar localizado a nivel de la zona abdominal, en la zona de la ingle o a un lado de la espalda. Existen de igual forma ciertos factores, que inducen la presencia de infecciones del tracto urinario.
Existen principalmente, cuatro tipos de piedras o cálculos renales:
De acuerdo a lo estudiado se ha establecido, que este tipo de cálculos es el que posee la mayor prevalencia. Se calcula que constituyen del 60 a 80% de los cálculos que se presentan con más frecuencia. El calcio excedente del cuerpo es conducido a los riñones, donde combinándose con sustancias como el oxalato llega a generar cálculos. El calcio también puede combinarse en menor medida con los fosfatos formando así, cálculos de fosfato de calcio.
Vale destacar, que el oxalato se encuentra presente en muchos alimentos, entre ellos ciertas frutas, hortalizas, frutos secos y chocolate. Dentro de las verduras destacan, apio, puerro, espinaca, berro, mostaza verde, col, ruibarbo y perejil. A su vez en frutos, semillas y raíces destacan las judías, batata, colinabo, remolacha, berenjena, calabaza de verano, frambuesa, zarzamora, fresa, higos, kiwis, ciruelas y grosellas rojas.
Algunos ejemplos de alimentos que aportan cantidades considerables de calcio son:
Este tipo de cálculos es conocido como cálculo coraliforme o en asta de venado, debido a su gran parecido con los cuernos de este animal. Estos cálculos están formados principalmente por un mineral denominado estruvita, el cual contiene fosfato, magnesio y amonio. Su presencia se debe principalmente a infecciones periódicas o recurrentes a nivel del sistema urinario.
Se sabe que esta infección es producida por bacterias generadoras de ureasa, capaz de hidrolizar la urea y transformarla en amoníaco. Por regla general, este tipo de cálculos es más común en las mujeres y muchas veces pueden alcanzar tamaños considerables.
Incluso, este tipo de cálculos se puede ramificar, por ello se considera uno de los más dañinos. Es decir, puede llegar a obstruir los uréteres, la vejiga y los riñones. Se estima que la prevalencia de este tipo de cálculos está en el orden del 5 al 15%.
La prevalencia de este tipo de cálculos se estima entre el 5 y 10%. Según la Clínica Cleveland, los cálculos de ácido úrico se forman cuando existen altos contenidos de ácido úrico en la orina. También cuando la orina es muy ácida, es decir posee pH menor a 5,5. De hecho, el ácido úrico puede generar cálculos por sí mismo o asociado con el calcio. Se ha determinado que algunas de las causas de la alta acidez de la orina son:
Este tipo de cálculos es el menos común entre los existentes. Se ha establecido, que del 1 al 3% de los cálculos renales que se detectan son de este tipo. Es de resaltar, que según la ciencia la formación de estos cálculos posee un alto componente genético. Se ha determinado que los mismos se originan debido a la absorción inadecuada de ciertos aminoácidos.
Entre ellos destacan la lisina, arginina y ornitina. Sin embargo, su efecto más pronunciado ocurre con la cistina, produciendo una enfermedad denominada cistinuria. Esto conlleva a una alta acumulación de cistina a nivel de la orina y la consecuente formación de cálculos renales.
De acuerdo a la Asociación Urológica Estadounidense, deben considerarse ciertas estrategias para el manejo de los cálculos renales. La principal está vinculada con la alimentación, de allí la importancia de cumplir algunas recomendaciones:
Es importante destacar que, las técnicas quirúrgicas son procedimientos costosos y poseen ventajas muy limitadas. A su vez, los tratamientos farmacológicos son poco eficaces y en muchas ocasiones poseen baja tolerabilidad. De allí la importancia de los tratamientos alternativos.
Ancestralmente el té verde ha sido empleado en el tratamiento y prevención de diversas patologías. Esto se debe a la presencia de polifenoles que lo convierten en un alimento altamente antioxidante. Aunque su contenido de oxalato pueda hacer pensar que no es recomendable para los cálculos, estudios actuales demuestran lo contrario.
Estudios realizados el 2020 en India mostraron que el té verde posee alta actividad antilitogénica o formadora de cálculos. Un estudio anterior realizado en China permitió descubrir que, el extracto de té verde se une al oxalato de calcio y permitan descomponer los cálculos, para luego eliminarlos naturalmente en la orina.
El limón ha sido empleado desde hace siglos en diversas medicinas tradicionales. Una opción interesante para el control de cálculos es tomar 4 onzas (1/2 taza) de zumo de limón orgánico, diluido en medio galón de agua. Esta cantidad debe ser distribuida para tomarla a lo largo del día, esto logrará prevenir la formación de cálculos renales, en especial los de oxalato y fosfato de calcio.
De acuerdo a los expertos se sabe, que el zumo de limón incrementa los niveles de citrato en la orina e inhibe la proliferación de bacterias. Además de ello, el ácido cítrico incrementa la diuresis, impidiendo la formación de cálculos.
Según los estudiosos, las propiedades astringentes y antioxidantes de las granadas reducen las posibilidades de desarrollar cálculos renales, facilitando su eliminación. Entre ellos destacan: flavonoides, antocianinas, ácidos fenólicos y taninos.
Hace unos años, se observó que el zumo de granada protegió a pacientes que estaban recibiendo tratamiento de diálisis. Los compuestos antioxidantes presentes en la cáscara de granada poseen efectos anticristalización, evitando la formación de cálculos de oxalato de calcio.
Gracias a los estudios realizados, hay dos opciones para combatir los cálculos usando la granada. A manera de infusión de la corteza, empleando diez gramos de la misma y añadiéndola en una taza de agua filtrada hirviendo, para posteriormente tapar y dejar reposar por diez minutos. Se recomienda repetir este procedimiento dos veces al día
La otra opción es licuando las semillas de una granada con sus arilos en una taza de agua filtrada, colar y beber una vez al día. Es importante evitar este tratamiento si estas tomando medicamentos para la hipertensión o para el hígado graso.
El perejil ha sido empleado durante siglos en diversas dolencias. Ello incluye molestias ocasionadas por la enfermedad de gota, hidropesía (retención de líquidos) e infecciones del sistema urinario. Esta conocida planta posee efectos anticoagulantes, antiagregante plaquetario, antimicrobianos, antioxidantes, hipoglucemiantes, hipolipidemiantes, laxante y especialmente una marcada actividad diurética.
Estos efectos se deben a la presencia de ciertos compuestos, tales como las vitaminas A y C. Posee además ácido petroselínico, flavonoides, fitol y aceites esenciales ricos en apiol y miristicina.
Esta infusión no debe utilizarse durante el embarazo ni en casos de inflamación renal. No se han reportado problemas asociados a su administración durante el periodo de lactancia.
Esta ancestral opción natural, ha sido utilizada desde los tiempos de la Antigua Grecia y Roma. De hecho, se utilizó por diversos grupos indígenas de Norteamérica, como los cheroquis y potawatomi, para la salud del sistema urinario.
La cola de caballo, posee algunos flavonoides que le confieren efectos antioxidantes, remineralizantes, hemostáticos (detiene la hemorragia), antiinflamatorios y diuréticos. Contiene quercetina, kaempferol y ácido silícico. Por ello, también es un coadyuvante en el tratamiento de osteoporosis, artritis y aterosclerosis.
No se debe administrar durante el embarazo y la lactancia. Tampoco en menores de 16 años. No se debe tomar por más de dos semanas seguidas. Su empleo puede provocar un descenso de los niveles de vitamina B1 (tiamina) en el organismo. Por ello, es importante acompañarlo con un multivitamínico: B VITAMIN COMPLEX
La presencia de cálculos en las vías urinarias es una patología, que se ha incrementado a nivel mundial. Es vital puntualizar que, del funcionamiento adecuado de los riñones depende el correcto desempeño de “filtrado” de la sangre.
Una forma de coadyuvar en la titánica tarea del sistema renal, es mediante una alimentación y estilo de vida saludable. Por ejemplo, la importancia de una correcta hidratación, evitar la ingesta excesiva de ciertos alimentos (cárnicos y procesados) y la ingesta de alimentos con niveles adecuados de calcio.
Otra forma es empleando medicamentos naturales. Dado que las alternativas tradicionales como cirugía o empleo de fármacos, generan ciertos efectos adversos, les presenté otras opciones. Ellas fueron: el té verde, cola de caballo, perejil, limón y Granada.
La mayoría de ellas, son legados ancestrales que posteriormente han sido redescubiertos por la ciencia. Esta búsqueda, ha ocurrido debido a las inconsistencias presentadas por muchos tratamientos clínicos y farmacológicos.
Para Sheila fue esperanzador llegar a conocer que es posible combatir los cálculos sin emplear fármacos. De hecho, hizo que su esposo cayera en cuenta que su afán por ingerir altas cantidades de carnes rojas le estaba perjudicando. El actualmente equilibró su dieta disminuyendo el consumo de carnes rojas y embutidos. De hecho, el consumo frecuente de té verde le ha protegido de producir cálculos y ha mejorado su figura.
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