A Mariano siempre le gustó el mar y el sol. Desde muy joven, Mariano practicó varios deportes acuáticos pero su favorito era el windsurf. A pesar de las advertencias de sus padres y luego de su esposa, él nunca se protegió la piel de los dañinos rayos ultravioleta. Un día, a sus 45 años, una persistente lesión que Mariano tenía en la oreja derecha llamó la atención de su hermano Gabriel que es médico. Después de varios exámenes, el diagnóstico lo sorprendió: Carcinoma de células escamosas.
La esposa de Mariano, Elena, es mi amiga. Días después de recibir el diagnóstico, ella me llamó para comentarme y pedirme que la ayudara a planificar una alimentación que fortaleciera el sistema inmune de Mariano.
Conversamos un rato, le ofrecí todo mi apoyo y consuelo a Elena y le di varias recomendaciones para mejorar la condición de Mariano.
Sin embargo, me preocupé porque tres meses después de aparición de la herida, Mariano acudió al médico y solo porque su hermano detectó la irregularidad.
Así que decidí escribir al respecto para ayudarte a prevenir y reconocer este tipo de cáncer de piel.
Comenzaré por explicar el “terreno” donde se desarrolla el carcinoma. El tejido epitelial de la piel.
Tejido epitelial
Si nos preguntaran a qué animal nos parecemos, seguro pensaríamos en algún mamífero, incluyendo al delfín.
Aunque no compartimos características físicas parecidas, indudablemente es un animal bastante inteligente.
Seguro nunca se nos ocurriría pensar que tenemos parecido o relación con los peces y las serpientes porque su piel está recubierta de escamas.
Sin embargo, y aunque no lo creas, nuestra piel guarda semejanza con la de estos animales, puesto que también tenemos una piel escamosa.
De hecho, el nombre del tejido lleno de escamas que recubre la piel se llama tejido epitelial.
El tejido epitelial está compuesto por una o varias capas de células muy unidas para conformar una barrera protectora.
Entre esas capas existen de nexos intercelulares que les permite intercambiar nutrientes y otras sustancias.
El tejido epitelial se regenera continuamente debido al cran desgaste al que está sujeto. De hecho, la capa más externa que es la piel que vemos, está formada por células muertas de las millones que se reproducen.
Para regenerarse, la célula madre se divide y sobrevive a una de las divisiones. Este proceso se repite continuamente.
Células epiteliales o escamosas
El epitelio está formado sólo por una capa o varias capas de células.
Cuando es una sola capa, se conoce como tejido epitelial simple y cuando posee varias capas, se le conoce como estratificado.
El tejido simple recubre la parte interna de los órganos como los riñones, los vasos sanguíneos o alveolos pulmonares, por ejemplo.
Por otra parte, el tejido epitelial estratificado recubre toda la superficie externa de la piel y los orificios del cuerpo para ofrecer mayor protección contra microorganismos, golpes y sustancias tóxicas.
Las células que conforman los epitelios son delgadas y planas y por este motivo parecen escamas de serpientes o peces.
Millones de esas células nos recubren completamente.
Cáncer de células escamosas
Cuando las células del tejido epitelial sufren cambios en la información genética del ADN, estas células comienzan a multiplicarse sin ningún control.
De esta forma, se inicia el cáncer de células escamosas o, como también se le conoce, carcinoma de células escamosas.
Solo en Estados Unidos, unas 700.000 personas son diagnosticadas cada año con este tipo de cáncer de piel. De ese número, mueren alrededor de 8.800 víctimas anualmente.
Además, la incidencia de la enfermedad aumento hasta un 200% en la últimas tres décadas en Estados Unidos.
Aunque las lesiones del carcinoma pueden aparecer en cualquier área del cuerpo, incluyendo en las mucosas, son comunes en las zonas expuestas al sol.
Básicamente, se desarrollan en el labio inferior, la cara, el cuero cabelludo de personas sin cabello, el borde de la oreja el cuello manos brazos y piernas.
Si te fijas, son zonas donde se produce el mayor daño por la luz solar.
También es posible que se observen otros daños por el sol como arrugas, pigmentaciones o pecas, falta de elasticidad y vasos sanguíneos rotos.
Esto se debe a que la causa principal que produce el carcinoma de las células escamosas es la exposición acumulativa a los rayos ultravioleta durante toda vida.
Lamentablemente, el daño de la piel aumenta con tres factores:
- El daño la exposición solar diaria durante años.
- La exposición intensa en los meses de verano.
- La radiación ultravioleta que se absorbe en las cámaras de bronceado.
Signos y síntomas del carcinoma de células escamosas
El primer signo de desarrollo de esta enfermedad es la aparición de una especie de “parche” con costras en una zona de la piel.
Esa lesión es de textura áspera y gruesa y es posible que al golpearlo o arañar lo sangre.
También puede aparecer con aspecto de verruga o llaga abierta con un borde elevado y una superficie con costra. Es de color rosáceo.
Hay que tener mucho cuidado con llagas que no cicatrizan o parches escamosos que se arruguen y sangre.
Fíjate que si no se atiende o detecta a tiempo, el crecimiento de la lesión puedo aumentar rápidamente de tamaño.
Factores de riesgo
El carcinoma de células escamosas es un cáncer relacionado estrechamente con la exposición solar.
Aquellas personas cuyas ocupaciones requieren largas horas al aire libre y al sol, tienen una mayor propensión a desarrollarlo.
También quienes están al aire libre por recreación están en un riesgo mayor.
Grupo racial
El grupo racial es un factor de riesgo. Las personas de piel clara, cabellos rubios y ojos claros están en mayor riesgo de desarrollar el cáncer.
Aunque las personas con piel oscura tienen menor riesgo de tener cáncer de piel, igualmente deben tomar en práctica las recomendaciones de protección solar.
Casi siempre los diagnósticos de esta enfermedad entre personas afroamericanas se deben a problemas de salud como afecciones inflamatorias o lesiones por quemaduras.
Genética
Hay algunas afecciones heredadas que también pueden incidir en el riesgo de sufrir carcinoma de células escamosas.
Por ejemplo, los que padecen de xeroderma pigmentoso y quienes son sensibles a la luz ultravioleta.
Sexo
Respecto al sexo como factor de riesgo, encontramos que los hombres duplican a las mujeres en posibilidad de desarrollar este cáncer. Quizás se debe a que ellos pasan más tiempo que ellas al sol.
Edad
Hasta hace un tiempo el carcinoma estaba relacionado a las personas mayores de 50 años.
Sin embargo, en los últimos años más jóvenes entre 20 y 30 años se les diagnostican esta enfermedad.
Cámaras de bronceado
Especial cuidado se debe tener con las cámaras de bronceado.
De hecho, quiénes utilizan camas de bronceado tienen 2.5 veces mayor probabilidad de desarrollar carcinoma que aquellos que no lo utilizan.
El uso de las mismas ha aumentado los diagnósticos de carcinoma de células escamosas entre mujeres menores de 40 años.
Lesiones en la piel
Es importante que prestes atención a las lesiones que se produzcan en tu piel como quemaduras, úlceras de larga duración, sitios expuestos a rayos X y otros químicos.
Esto se debe a que las lesiones de la piel son otra fuente importante de aparición del cáncer de piel.
Enfermedades crónicas y autoinmunes
Si una persona desarrolla infecciones crónicas, incrementa su riesgo de aparición del carcinoma en su piel.
Por supuesto, los pacientes con patologías que inhiben el sistema inmunológico como el VIH y otras enfermedades autoinmunes, deben evaluar cualquier lesión de la piel para identificar y descartar la presencia de carcinoma.
Tratamientos médicos
Igualmente, aquellos que están en tratamiento médico que suprima el sistema inmune como la quimioterapia o los fármacos utilizados para en el trasplante de órganos para evitar el rechazo del mismo.
A pesar de todas las precauciones, el carcinoma de células escamosas puede aparecer de manera espontánea en una piel normal y sana.
Diagnóstico y prevención
Es sumamente importante que si notas alguna lesión en tu piel de origen desconocido notifiques a tu médico, especialmente si es persistente.
Extrema tus cuidados si aparecen en la nariz, labios y las orejas que son lugares más propensos de desarrollarlo.
Estas recomendaciones son vitales para aquellos que recibieron un diagnóstico anterior de carcinoma de células escamosas.
Y es que esta patología puede recurrir, incluso cuando se ha eliminado cuidadosamente por primera vez.
Sin embargo, seguir estas sencillas recomendaciones puede hacer mucho por tu salud:
- La principal recomendación es utilizar un protector solar de amplio espectro, mejor si es natural.
- Si vas a estar al aire libre, busca la sombra, especialmente entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.
- También es necesario cubrirse con ropa, sombrero y lentes de sol, además de usar el protector.
- Evita broncearte y nunca usas cámara de bronceado.
- No expongas a tu bebé al sol. Recuerda que los protectores solares sólo debes utilizarlo después de que tu bebé cumplió los 6 meses.
- Examina tu piel completamente cada mes.
- Cuando asistas a tu consulta anual, infórmale a tu médico de cualquier irregularidad en tu piel.
Alimentos protectores
La evidencia científica respalda a los antioxidantes como aliado en la protección y lucha contra el cáncer.
Comparto contigo algunas de las recomendaciones que le di Elena.
El objetivo es fortalecer el sistema inmune de Mariano y ayudarlo en su lucha contra el carcinoma de células escamosas.
Para consumir el antioxidante betacaroteno, agrega a tu dieta vegetales y frutas de color naranja como zanahorias, mangos, calabaza, melón, albaricoque, etc.
Los tomates, las sandías, guayabas, granadas, pomelos rosados y otros alimentos de color rojo son ricos en licopeno.
Otro alimento que te protege y te ayuda en la lucha contra el cáncer de piel, son los pescados grasos.
Por ejemplo, arenque, salmón y sardinas. Su buscas fuentes vegetarianas de Omega-3, prueba con nueces y linaza.
Aunque no se sabe exactamente el proceso por el cual la vitamina C resulta tóxica para las células cancerosas, agrega frutas cítricas a tu alimentación.
Si no los puedes consumir por alguna razón, también puedes incluir verduras de hojas verdes como brócoli y pimientos.
La vitamina D se sintetiza en la piel y un estudio determinó que quienes tomaron sufrimientos de este antioxidante redujeron su riesgo de cáncer de piel.
Come con moderación nueces, semillas, espinacas, soya y germen de trigo para consumir vitamina E, un antioxidante comprobado.
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- https://www.lifepersona.com/epithelial-tissue-coating-definition-and-types
- https://www.medicinenet.com/script/main/art.asp?articlekey=5540
- https://www.aad.org/public/diseases/skin-cancer/squamous-cell-carcinoma
- https://www.skincancer.org/skin-cancer-information/squamous-cell-carcinoma
- https://www.healthline.com/health/squamous-cell-skin-cancer#types
- https://www.cancer.org/cancer/basal-and-squamous-cell-skin-cancer/detection-diagnosis-staging.html