De acuerdo con los especialistas, el nervio vago es el nervio craneal más largo del cuerpo. El conecta el cerebro con el intestino y otros órganos vitales. Además de ello, desempeña un papel clave en la regulación del sistema nervioso autónomo, controlando diversas funciones involuntarias. Entre ellas destacan el ritmo cardíaco, la presión arterial, estado de ánimo, digestión e inflamación.
De este tema, que ha llamado la atención últimamente, les voy a hablar a solicitud de Tricia, una seguidora de Iowa. Ella es una adorable abuela de setenta años que le encanta que su familia la visite con regularidad.
Tricia me comentaba, que recibir visitas le alegraba porque podía hablar con otras personas cara a cara. Ella nunca fue amiga del teléfono móvil y prácticamente lo utiliza para recibir llamada de sus allegados.
Y precisamente decidió contactarme para contarme sobre algunos cambios que experimentó su esposo en los últimos meses. Para Tricia esta situación era muy incómoda, sobre todo porque desde siempre su esposo se caracterizó por su amabilidad.
De hecho, ella me dijo que a lo largo de su relación, siempre prevaleció la conversación animada. Sin embargo, sentía que su esposo se había convertido en una persona antipática y callada.
Ella básicamente quería que yo le asesorara sobre algunas técnicas y alternativas que permitieran que su esposo recobrara su agradable estado de ánimo.
Así, al contactarla para honrar su solicitud, le resalté que existen diversos estudios que coinciden en que es posible recuperar ciertas funciones estimulando un nervio muy importante de nuestro cuerpo.
Para otorgarle una mayor cantidad de puntos educativos, elaboré un informe resaltando la importancia del nervio vago en nuestro organismo.
Dada la importancia del nervio vago para el equilibrio de diversas funciones corporales, consideré relevante compartir este artículo con vosotros.
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Generalidades acerca del nervio vago
Según los especialistas, el nervio vago representa el componente principal del sistema nervioso parasimpático. Este importante nervio posee el rol de supervisar diversas funciones corporales clave, dentro de ellas destacan el control del proceso digestivo, frecuencia cardíaca, respuesta inmune y estado de ánimo.
Mediante el nervio vago se logra establecer una de las conexiones entre el cerebro y el tracto gastrointestinal. Por medio de él, se envía información al cerebro acerca del estado de los órganos internos mediante ciertas fibras aferentes.
El nervio vago es el décimo nervio craneal (CN X) y el nervio más largo del sistema nervioso autónomo, que controla las funciones involuntarias del cuerpo. El nervio vago es un nervio mixto, ello implica que posee fibras sensoriales y motoras.
Las fibras sensoriales del nervio vago transportan información desde diversos órganos y tejidos, como el corazón, pulmones, tubo digestivo y piel, hasta el cerebro.
A su vez, las fibras motoras del nervio vago envían señales desde el cerebro para regular funciones como la frecuencia cardíaca, respiración, tensión arterial y digestión. El nervio vago también interviene en el eje cerebro-intestino, que es una conexión entre el sistema nervioso y el sistema gastrointestinal que afecta el estado de ánimo, apetito e inflamación.
El nervio vago se origina en el tronco encefálico y recorre el cuello, tórax y abdomen, ramificándose en nervios más pequeños que inervan distintos órganos y estructuras. Las principales ramas son:
- Faríngea y laríngea: controlan los músculos que intervienen en la deglución, habla y vocalización
- Cardiacas: ralentizan el ritmo cardiaco y reducen la tensión arterial
- Pulmonares: se encargan de constreñir las vías respiratorias y regular la respiración
- Esofágicas: controlan el movimiento de los alimentos a través del esófago y el estómago
- Abdominales: inervan el hígado, bazo, riñones, vesícula biliar, páncreas e intestinos.
¿Es posible combatir la ansiedad y el estrés estimulando el nervio vago?
Como se mencionó, el nervio vago posee una gran longitud y conecta el cerebro con varios órganos del cuerpo, como el corazón, los pulmones y el aparato digestivo.
Este nervio, forma parte del sistema nervioso parasimpático, responsable de calmar el cuerpo y la mente tras una situación estresante. Mediante su participación, se regula el ritmo cardíaco, tensión arterial, respiración, digestión y la inmunidad. Incluso, puede también influir en el estado de ánimo y la salud mental.
De acuerdo con algunos estudios, se ha logrado establecer que estimular el nervio vago puede reducir la ansiedad y el estrés al activar la respuesta natural de relajación del organismo.
Existen diversos métodos que permiten estimular el nervio vago. Entre ellos destacan, el ejercicio, meditación, respiración profunda, yoga, masaje y acupuntura. Estas actividades pueden ayudar a mejorar el tono vagal, considerada una medida de la respuesta del nervio vago al estrés. Así, un tono vagal más alto significa una mejor capacidad para afrontar el estrés y las emociones.
Dentro de los beneficios que se obtienen al estimular el nervio vago resaltan:
- Reducción de los niveles de cortisol (hormona del estrés) y la inflamación en nuestro organismo
- Incremento de los niveles de serotonina, dopamina y oxitocina. Estos neurotransmisores intervienen en la felicidad, placer y vínculo social
- Mejora de las funciones cognitivas (atención, memoria y el aprendizaje)
- Optimiza la calidad del sueño y reduce el insomnio
- Refuerza el sistema inmunitario y previene las infecciones.
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Sugerencias para estimular el nervio vago
Como se mencionó anteriormente, existen diversas técnicas sencillas que permiten mejorar el tono del nervio vago. Mediante su práctica continua se logra reducir la ansiedad y estrés, al activar la respuesta natural de relajación del organismo.
Dentro de estas técnicas conocidas para el estímulo del nervio vago destacan:
Ejercicios
Dentro de los ejercicios frecuentemente empleados para estimular el tono del nervio vago destacan:
Respiración
Según los expertos, una de las formas en que la respiración estimula el nervio vago es comunicándose con el diafragma. Este músculo de gran tamaño, ayuda a regular la respiración. Con respiraciones profundas, la persona se siente más relajada porque el nervio vago envía señales al cerebro, reduciendo así la frecuencia cardiaca y la tensión arterial.
El nervio vago interviene en la digestión y ayuda a regular la producción de ácido gástrico y enzimas.
Los ejercicios de respiración pueden ayudar a mejorar la función del nervio vago y mejorar la comunicación entre el intestino y cerebro. Ello puede favorecer el estado de ánimo, inmunidad e inflamación. Por ello, la respiración es un importante método natural para estimular el nervio vago y mejorar diversos aspectos de la salud. El control de la respiración para la relajación tiene varias técnicas. Una muy conocida, es la del control de la respiración 4-7-8.
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Este patrón respiratorio fue desarrollado por el Dr. Andrew Weil, un médico egresado de la Universidad de Harvard.
Este método, basado en una antigua técnica yóguica denominada Pranayama permite disminuir el ritmo cardíaco y la tensión arterial, coadyuvando a reducir la ansiedad y facilitar el sueño.
También puedes mejorar la capacidad de tu cuerpo para lidiar con los factores estresantes internos y externos, además de fortalecer el desempeño del sistema inmunológico, empleando ASHWAGANDHA WITH BLACK PEPPER.
¿Cómo lo realizo?
- Siéntate con la espalda apoyada en una posición cómoda
- Concéntrate en tu garganta mientras inspiras profundamente por la nariz contando hasta cuatro (dirige el aire hacia la parte baja del abdomen, puedes corroborarlo colocando una mano a nivel del estómago)
- Aguanta la respiración mientras cuentas hasta siete
- Exhala por la boca contando hasta ocho
- Repite este procedimiento ocho veces.
Nota
Cuando se realiza por primera vez, no es recomendable realizar este ejercicio respiratorio más de cuatro veces al día durante el primer mes. Ello se debe a que se puede sentirse inicialmente, un pequeño mareo ocasionado por la hiperventilación. Sin embargo, suele pasar rápidamente.
Escuchar música, tararear y cantar
Según los expertos, una de esas formas de relajar el cuerpo y proteger la salud del cerebro es mediante la práctica de la musicoterapia. Hace más de un siglo, se han realizado para determinar los efectos fisiológicos de la música.
En muchos de ellos se ha comprobado, que escuchar música sedante o música con un tempo lento, genera diversos beneficios. Entre ellos podemos señalar la disminución de la frecuencia respiratoria, tensión arterial y frecuencia cardiaca.
Esto se debe probablemente a la relación entre los oídos, el nervio vago y el sistema nervioso parasimpático. Es importante señalar que, calmar el cuerpo y aliviar el estrés no es lo único que puede hacer la música.
Ella también puede ayudar a estimular nuestro cerebro. De hecho, cuando se escoge la música adecuada para la mente, el cerebro logra ejercitarse, favoreciendo un mejor desempeño de la memoria a corto y largo plazo.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Leeds (Reino Unido), detectaron que cuando se estimula el nervio vago, se observan mejoras corporales, sueño y estado de ánimo. Ello se debe a su conexión con el corazón, pulmones, el intestino.
En este estudio se estimuló el nervio vago mediante una pequeña corriente eléctrica que ocasionaba cosquillas en los oídos durante quince minutos diarios, a lo largo de dos semanas consecutivas.
Según los investigadores corresponsables de este estudio, esta técnica puede facilitar el envejecimiento saludable al reequilibrar el sistema nervioso.
No cabe duda de que escuchar música es estupendo, este efecto permite que estimules el nervio vago. Sin embargo, también puedes estimular el nervio vago creando tu propia música.
De esta forma, cuando tarareamos, cantamos o decimos “om” (como cuando se medita), podemos activar este importante nervio corporal. Esto es posible gracias a que la laringe está conectada al nervio vago.
¿Cómo lo realizo?
Se ha observado, que tararear ocasiona que tu ritmo cardiaco se ralentice y te sientes más relajado. Además, te obliga a controlar la respiración, que como se destacó, está vinculada al nervio vago.
- Una vez que haya relajado la garganta mediante la respiración, siéntate con la columna vertebral erguida
- Cierra los ojos e inhala profundamente
- Al exhalar, haz un zumbido como el de una abeja. Siente la vibración en la garganta y el pecho
- Realiza este procedimiento varias veces. El zumbido estimula las cuerdas vocales y los músculos de la garganta, que están conectados al nervio vago.
Nota
Al cantar, además de estimular el nervio vago, influimos en todo el sistema nervioso parasimpático. Por ello, el canto puede mejorar tu estado de ánimo, reducir el estrés y mejorar el vínculo social. Esto lo puedes hacer a solas en la ducha, mientras realizas una labor manual o bien unirte a un coro.
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Sumergir la cara en agua fría
Según los científicos, el reflejo de inmersión se desencadena específicamente al enfriar y mojar las fosas nasales y la cara mientras se contiene la respiración. Este efecto logra mantenerse gracias a un procesamiento neuronal producido a nivel de los quimiorreceptores carotídeos.
Por ello, cuando nuestro rostro se encuentra sumergido y el agua mantiene contacto con las fosas nasales, el V par craneal (nervio trigémino) transmite esta información al cerebro. Ello hace que el nervio vago produzca bradicardia y mediante otras vías ocasionan vasoconstricción periférica.
Este efecto restringe la sangre de las extremidades y todos los órganos, a los fines de preservar la sangre y el oxígeno para el corazón, pulmones y cerebro. Esto permite concentrar el flujo en un circuito corazón-cerebro, logrando conservar oxígeno.
Al estimularse el nervio vago, se produce una reducción de la inflamación, se ralentiza el ritmo cardíaco, se incrementa el tono vagal y se reduce el estrés. Algunos estudios han determinado además, que también puede ayudar a superar ciertos casos de epilepsia, depresión y autismo.
¿Como lo realizo?
- Hierve unos dos litros de agua filtrada en un recipiente grande
- Déjala en reposo y resérvala tapada en el refrigerador
- Cuando esté completamente fría viértela en un recipiente de sección ancha
- Después de que hacer ejercicio, sostén la respiración y sumerge la cara lo más profundo que puedas
- Repite este procedimiento varias veces.
Nota: Este procedimiento no debe ser realizado por menores de edad ni por adultos mayores con problemas motores, insuficiencia cardíaca o respiratoria.
Conectarse socialmente
Para muchos expertos, la auto conexión puede facilitar el bienestar colectivo, entendido como un conjunto de personas que de forma independiente e interdependiente se sienten y funcionan bien.
Diversos estudios han logrado establecer que las emociones relacionales sociales, fortalecen la capacidad para conectarnos con otras personas. Además de ello, determinan fuertemente la conducta prosocial (incluyendo el asombro, la gratitud y la compasión).
Diversos autores destacan, que la función del nervio vago incrementa la conectividad percibida. Ello incrementa sustancialmente las emociones positivas, incrementando aún más la respuesta vagal en una relación de espiral ascendente.
Hoy se sabe, que interactuar con los demás de forma positiva puede aumentar el tono vagal y reducir los niveles de estrés. Por ello es importante que sonrías, abraces, ríe, escucha y empatiza con los demás. Una forma de hacerlo constantemente, es uniéndote a un club, realizando trabajo voluntario o conectándose con los amigos.
Según los especialistas, la conexión social activa el nervio vago mediante las expresiones faciales, contacto visual y vocalización.
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HAPPY TUMMY
De acuerdo con los estudios, la carencia de ciertas vitaminas, induce procesos depresivos y predisponen al estrés. De allí la importancia de emplear mi ELIXIR VITA MINERALS.
Concluyendo
En nuestro cuerpo existe un dispositivo que pertenece al sistema nervioso parasimpático, denominado nervio vago.
Este nervio es responsable de regular una serie de funciones automáticas: la respiración, la digestión y el ritmo cardíaco. Esto es posible gracias a una serie de impulsos eléctricos transmitidos entre el cerebro y el resto de nuestro organismo.
Pero también se ha logrado establecer que el nervio vago logra desconectar el sistema simpático, que se encarga de prepararnos para respuestas de lucha o huida.
De acuerdo con los especialistas, cuando alguien está estresado o asustado, se incrementa el ritmo cardíaco y la tensión arterial. Este efecto, cuando se produce de forma reiterada, tiende a agotar nuestro organismo.
Afortunadamente, se ha logrado comprobar, que mediante la estimulación del nervio vago se puede lograr calmar y equilibrar nuestro organismo. Esto indica que el nervio vago ayuda a desconectar el sistema nervioso simpático de la respuesta de lucha o huida.
De hecho, diversos estudios han logrado comprobar que existen diversas técnicas sencillas para el estímulo del nervio vago. Dentro de dichos ejercicios destacan conectarse socialmente, sumergir la cara en agua fría, cantar, tararear, oír música y emplear técnicas de respiración.
Para Tricia la información recibida, la cual comparto en el post, fue de mucha utilidad. De hecho, me comentó, que poco a poco su esposo accedió a realizar algunos ejercicios para estimular el nervio vago.
Incluso, se inclinó por realizar la técnica de respiración 4-7-8 y eventualmente sumergir su rostro en agua fría. Tricia me comentó muy contenta que en solo seis semanas de realizar estos ejercicios su esposo comenzó a recobrar su apacible carácter que le caracterizaba.
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