Hace varios años, Amelia me visitó muy preocupada por la salud de su hijo Ernesto. El niño, en ese entonces de unos 11 años presentaba una protuberancia en el pecho por un problema en el esternón.
Afortunadamente, al mantener a Ernesto bajo su control pediátrico regular, el médico le había advertido que el pequeño podía desarrollar una deformidad del tórax conocida como pectus carinatum.
Con los años, efectivamente el problema se agudizó y a Ernesto se le veía una protuberancia cada vez más pronunciada.
Amelia, una educadora muy sensible y cariñosa, compartía conmigo el amor por la alimentación sana y los métodos naturales. También, era muy crítica con varias de las prácticas de la medicina tradicional.
Así que cuando escuchó que Ernesto podría ser sometido a una operación quirúrgica para corregir la deformidad, se angustió al pensar someter a su hijo a tratamientos tan invasivos.
Por esta razón recurrió a mi consejo, para determinar cuál sería la mejor opción para atender el pectus carinatum de Ernesto.
Amelia también buscaba respuestas para comprender de qué trataba esta condición y poder ayudar a su hijo de forma más efectiva.
Entre las dos determinamos el mejor camino a seguir, además de que tuve la oportunidad de calmar sus temores.
Hace poco me conseguí con Amelia y Ernesto en un aeropuerto durante uno de mis viajes. El joven, ya de unos 17 años, se veía saludable y sin rastros de la condición que lo afectó en su niñez.
A raíz de ese encuentro, decidí compartir contigo de qué trata el pectus carinatum y presentarte los posibles tratamientos por si conoces a alguien que lo padezca.
El pectus carinatum
Primero es necesario aclarar que el pectus carinatum es una condición médica que debe ser diagnosticada y tratada por especialistas médicos.
Las terapias alternativas, en estos casos, tienen una función de apoyo y de fortalecimiento de la salud en general pero, en ningún caso, tienen la capacidad de curarlo.
Esto se debe a que este es una deformación del esternón, por lo que se requieren medios mecánicos y quirúrgicos para corregirla.
Como te comenté, consiste en una deformidad de la pared torácica qué hace en que el pecho se extiende hacia afuera.
Esto se debe a la prominencia del esternón, el hueso alargado y plano que se encuentra en el centro del pecho, y también de de la parte cartilaginosa de las costillas.
El pectus carinatum se conoce coloquialmente como “pecho de paloma” o “pecho de quilla”, en referencia a la quilla de los barcos.
Es más común en hombres que mujeres y se presenta en uno de cada mil nacimientos de varones.
El pectus carinatum es progresivo, es decir, se agrava con el tiempo y con el crecimiento. En algunos niños es posible verlo, incluso, desde el nacimiento. En otros se hace visible, más bien, a partir de los 10 ó 11 años.
Es posible que esa protrusión del esternón le de a los jóvenes el aspecto de tener siempre los pulmones llenos de aire o de mantener una inspiración profunda.
Tipo de pectus carinatum
La deformación del tórax se divide en tres tipos, de acuerdo a su posición respecto a las tetillas o línea intermamaria.
- Superior: la altura máxima de la anomalía se encuentra por encima de las tetillas o línea intermamarias.
- Medio: el nivel máximo se ubica al mismo nivel de las tetillas.
- Inferior: cuando el tamaño máximo de la protrusión se produce por debajo de la línea intermamaria.
El pectus carinatum no solo se divide de acuerdo a la ubicación en la altura del pecho. También se clasifica en simétrico o asimétrico según se encuentre la deformación hacia un lado, derecho o izquierdo.
La mayor frecuencia de este tipo de deformaciones del esternón es la protrusión media y asimétrica. Al menos, ese es el mayor número de los casos que se presentan.
Causas
Los especialistas sospechan de muchas causas para la aparición del pectus carinatum. Sin embargo, en realidad exactamente por qué se presenta es completamente desconocido.
Algunos proponen que puede ser hereditario. Otros lo rechazan y señalan que más bien puede existir una predisposición familiar debido a que no es raro que se presenten uno o más casos dentro de una misma familia.
La mayoría coincide en que es una condición congénita que o se presenta desde el nacimiento o se desarrolla con el tiempo.
El pectus carinatum también está asociado a ciertas condiciones como por ejemplo, el síndrome de Morquio, el síndrome de Down y algunas malformaciones cardíacas.
Pero estas condiciones no son causas de la malformación, porque hay quienes tienen estas condiciones y no presentan deformidades en el esternón.
Síntomas asociados
Generalmente, esta deformación no tiene síntomas particulares. Pero, dependiendo de la profundidad de la lesión, en algunos casos los pacientes pueden reportar un dolor inespecífico.
Debido a la deformación del esternón, es posible que se presenten también otros síntomas asociados. Por ejemplo, es común que quienes desarrollan pectus carinatum también se les diagnostique una escoliosis.
La escoliosis consiste en una desviación lateral de la columna vertebral. Debido al hiperdesarrollo de los cartílagos del esternón, algunos pacientes reportan dificultades para respirar.
En ciertos casos, los médicos pueden diagnosticar palpitaciones y problemas cardiovasculares.
Sin embargo, la afectación más importante se produce a nivel psicológico. Esto se debe a que perciben la malformación que padecen. A su vez, esto disminuye la autoestima de los jóvenes.
El joven evitará actividades en la que expongan el tórax como ir a la piscina a la playa o realizar actividades deportivas. Es posible que se sientan dolores y otros problemas en la espalda. Estos pueden deberse a la necesidad de esconder la malformación bajando los hombros y hundiendo el esternón.
Tratamiento del pectus carinatum
Hasta hace unos años el tratamiento a esta condición era quirúrgico. Es decir requería una intervención invasiva y que podía producir efectos secundarios.
En la actualidad, han surgido nuevos tratamientos que permiten posponer una intervención quirúrgica para casos en los que sea estrictamente necesarios.
Sistema De Compresión Dinámica (FMF)
El Sistema De Compresión Dinámica (FMF) surgió como una manera de atender el pectus carinatum sin necesidad de operar. Es más bien un método ortopédico ya que consta de un corset que corrige la protrusión del tórax.
La corrección se hace en un período más o menos largo de tiempo y tiene una efectividad del 90% de los casos. Normalmente, el corset se utiliza durante todo el día y solo se retira para el baño y algunas actividades físicas que sean parte del tratamiento.
De hecho, el sistema puede durar alrededor de dos años, aunque eso depende de la flexibilidad de la pared torácica, del grado de la deformidad y de la edad del paciente.
La edad propicia para utilizarlo depende del tipo de pectus carinatum que se presente. Si, por ejemplo, es el caso del pectus superior, entonces lo recomiendan mayormente en la infancia. Si se trata de una lesión inferior o lateral, entonces el mejor momento es la adolescencia.
En algunos casos se propuso someter al paciente a fisioterapia. Sin embargo, debido a los nulos resultados, no se recomienda para practicarla como única forma de tratamiento.
Tratamiento quirúrgico
Las intervenciones para corregir el pectus carinatum surgieron en 1953 y fueron modificadas con el tiempo. Además, surgieron variaciones y diferentes técnicas para colocar el esternón en su lugar.
Actualmente sólo se recomiendan cuando el Sistema De Compresión Dinámica (FMF) no da los resultados esperados. También cuando el paciente es adulto, porque ya no tiene elasticidad torácica. Es el médico quién debe determinar si es necesaria la cirugía y cuál de las técnicas aplicar.
Terapias alternativas en caso de pectus carinatum
Es importante, como parte del tratamiento del pectus carinatum, que los jóvenes tengan una buena alimentación que fortalezca huesos y cartílagos para mantener su fortaleza y elasticidad. Por este motivo, la alimentación debe ser balanceada y rica en nutrientes como vitaminas A, C y D, calcio, fósforo, flúor, lisina, magnesio y proteínas.
Todos esos nutrientes tienen la capacidad de ayudar a producir colágeno natural y regenerar los tejidos conectivos. También mejoran la movilidad de las articulaciones, además de proteger los tejidos cartilaginosos, tendones y huesos.
Algunos de los alimentos que puedes consumir son legumbres, peces ricos en Omega-3, huevos, soja, frutos secos y gelatina, además de frutas y vegetales.
También es necesario mantener buenos niveles de actividad física. Esta será recomendada por el fisioterapeuta y el traumatólogo de acuerdo a la condición y el grado de complejidad de la malformación.
Es necesario que el adolescente afectado mantenga un nivel de descanso adecuado para recuperarse del desgaste diario.
La recuperación de Ernesto
Tras nuestra conversación, Amelia decidió conversar con el traumatólogo de Ernesto. El médico recomendó la aplicación del corset. Al principio fue difícil porque resultaba incómodo para su hijo. El especialista los ayudó a atravesar esa etapa al alentarlos y animarlos a continuar.
Poco a poco, los huesos y cartílagos del esternón de Ernesto respondieron la compresión dinámica y volvieron a su lugar. Afortunadamente, no fue necesaria la operación. Seis años después, prácticamente habían desaparecido las señales de su malformación y Ernesto lucía sano y maravillosamente bien.
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