Para La Salud Mental La Música Podría Ser Tan Beneficiosa Como El Ejercicio

De acuerdo a muchos historiadores, la música ha tenido un rol destacado en la cultura y evolución humana. De hecho, se tiene la certeza de que existe desde antes de la invención de la comunicación verbal. Su importancia es tan significativa, que ha sido tema de investigación durante muchos años.

Ello ha permitido descubrimientos relevantes, tales como su efecto sobre la salud mental. Incluso equiparada con los beneficios obtenidos mediante el ejercicio.

De este tema tan trascendental, les voy a hablar a solicitud de Annie, una seguidora de Delaware. Ella es una mujer de mediana edad, que durante toda su vida fue muy activa. Annie me comentaba, que hace unos años solía practicar bailoterapia unas tres veces por semana.

Con ello lograba además de relajarse, mantener una figura esbelta. Sin embargo, esto llegó a su fin con la llegada de su tercer hijo, hace unos cinco años.

Cuando se comunicó conmigo me comentó, que disfruta escuchando programas acerca de la salud, porque su naturaleza es algo inquieta. Es decir, siempre tiene que estar escuchando algún programa o incluso noticias cuando hace sus quehaceres domésticos.

Y precisamente, semanas atrás Annie escuchó algo que le llamó mucho la atención: la música beneficia la salud mental. Esto a ella no le pareció algo fuera de lugar. Sin embargo, le causó aún más curiosidad cuando mencionaron que la música podía beneficiar nuestro organismo tanto como el ejercicio.

Así, a fin de obtener mayor claridad acerca de lo que escuchó en un programa radial, decidió contactarme. Ella estaba interesada fundamentalmente en conocer si esta afirmación tenía una base veraz.

Por ello le envié un dossier, que destacaba ciertos hallazgos sobre los efectos de la música sobre la salud mental. Dado lo novedosos de este planteamiento decidí compartir la información en mi página.

Desentrañando algunos aspectos acerca de la música

Aunque no lo percibamos, todos los sonidos que captamos, un bebé llorando, el viento en los árboles o una melodía, son vibraciones de las moléculas del aire. Gracias a nuestro sistema de percepción, estas vibraciones pueden “filtrarse” para extraer características acústicas relevantes de cada sonido.

Esto a su vez, está asociado con ciertos procesos de codificación dependientes de los nervios. Estos sonidos, son transformados en representaciones internas, tales como emociones, recuerdos, pensamientos y percepciones. A su vez, ellos pueden asociarse con el conocimiento del mundo circundante y recuerdos, que tenemos de otros sonidos.

Según los expertos, esto se realiza en tres sectores de nuestro cerebro: córtex auditivo, tálamo y tronco cerebral. Un gran número de investigaciones han logrado establecer, que las neuronas del córtex auditivo, principalmente las localizadas en el hemisferio cerebral derecho, poseen mucha relevancia.

Sobre todo por su capacidad de distinguir finas gradaciones de frecuencia, logrando crear la sensación psicológica del tono. Explicado muy someramente, el tono es la distancia entre una nota musical y otra.

Cabe destacar, que gracias a que poseemos la facultad de detectar las relaciones existentes entre los diversos tonos, podemos reconocer una canción, aunque sea interpretada en tonalidades distintas. Según los especialistas, esto se denomina transposición.

De acuerdo a los estudios, las vías cerebrales que participan en este proceso se encuentran fuera de la corteza auditiva. Sin embargo, se encuentran en regiones conectadas a ella, relacionadas con diferentes procesos de transformaciones sensoriales.

Es importante considerar, que los sonidos presentan la característica de ser evanescentes (desaparecen de forma instantánea), no como lo que ocurre con una escena visual. Por ello, nuestro cerebro requiere de un mecanismo para retenerlos temporalmente a nivel mental.

Esto permite calcular las relaciones de tono, entre otras propiedades. Según los especialistas, esta capacidad se denomina memoria de trabajo.

¿Cómo se vincula la música con el sistema de recompensas?

Cabe señalar, que cuando se investigó acerca del placer producido por la música se desconocía sobre un efecto de recompensa. Es decir, no se tenía claro si el mismo sistema de recompensa que ocurre frente a estímulos biológicos, reaccionaría ante un estímulo abstracto como la música.

De acuerdo a un estudio publicado el 2018 en la revista Cerebrum se empleó la neurociencia para desvelar este hallazgo. Se emplearon principalmente dos parámetros bien reconocidos, la percepción auditiva y sistema de recompensa.

De acuerdo a los científicos, la música posee como base para su poder la interacción entre dos sistemas. El primero permite realizar análisis de patrones sonoros y hacer predicciones acerca de ellos. A su vez, el segundo se encarga de evaluar los resultados de estas predicciones y producir ciertas emociones.

Estas emociones podrían ser positivas o negativas considerando si las expectativas se han alcanzado o no, o han sido superadas.

En este importante estudio, se emplearon técnicas de imagen cerebral. Esto permitió detectar la actividad cerebral mientras se vivía una experiencia muy gratificante con la música.

A su vez, para medir el placer que ella producía se evaluaron los escalofríos, una respuesta placentera que muchas personas experimentan cuando escuchan ciertas melodías.

Cabe destacar, que la ventaja de este método es que los escalofríos se acompañan de ciertos cambios fisiológicos cuantificables. A saber, cambios en la temperatura y electricidad trasmitida por los nervios y sudor de la piel (conductancia de la piel), ritmo cardíaco y respiración.

Estos parámetros permitieron obtener un índice objetivo del momento y de la intensidad del placer máximo. Cada participante de este estudio seleccionó su música favorita, y se observó mediante una sustancia bioquímica radioactiva, la dopamina liberada.

Mantener en mente, que la dopamina es una sustancia hormonal asociada con el circuito de recompensa o placer.

La música produce efectos cuantificables

Es importante resaltar, que ya el 2011 se había publicado en Nature Neuroscience que la clave de nuestro amor por la música posee bases bioquímicas. Un grupo de neurocientíficos analizaron en ese momento a un grupo de personas, que de forma fiable tenían escalofríos musicales.

Asimismo, se les solicitó que elaboraran una lista de reproducción con sus canciones favoritas de cualquier estilo.

Así, mientras ellos escuchaban sus canciones favoritas, los investigadores monitorizaban su actividad cerebral. De esta forma se determinó, que la música estimulaba la liberación de dopamina en una zona cerebral denominada cuerpo estriado.

Evolutivamente, esta antigua parte del cerebro se asocia a las respuestas a cosas que te hacen sentir bien. Así se demostró, que escuchar música afecta a las mismas zonas del cerebro que el chocolate, relaciones sexuales o drogas.

Esta fue la primera vez, que se reveló científicamente que una recompensa abstracta como escuchar música podía liberar dopamina. De hecho, esto podría explicar por qué la gente ama las pinturas o cualquier expresión artística. Cabe destacar, que mediante este estudio también se reveló por qué la tensión y la liberación son tan importantes en la música.

Se toma como ejemplo, lo que muchos aficionados a la música denominan el momento cumbre, el desenlace. En dicho instante se suele producir escalofríos debido a que el cerebro libera dopamina al anticipar este momento.

Un ejemplo que muchas personas han vivido, ocurre durante un concierto. Allí el público se encuentra encerrado con el artista, y de repente el ritmo desaparece quedando solo una melodía. Se va aumentando la tensión, porque anticipan el momento del desenlace y esto se acompaña con pupilas dilatadas e incremento del ritmo cardíaco.

La música y su efecto sobre la salud mental

Por todos los ejemplos mostrados anteriormente, no caben dudas de que existe una influencia determinante de la música sobre el sistema nervioso. Sin embargo, los científicos se dan a la tarea de ahondar cada vez más en la música y sus beneficios sobre la salud.

Una revisión publicada el 2021 en Brain, Behavior, & Immunity – Health, mostró los efectos de la música sobre la salud. De hecho se logró determinar, que su empleo coadyuva en el tratamiento de ciertas enfermedades mentales. A saber, depresión, esquizofrenia y ansiedad.

Asimismo, la música como intervención estructurada es capaz de mejorar el estado de ánimo y las interacciones sociales. Se ha observado, que en ocasiones las enfermedades mentales perturban el empleo del lenguaje verbal. En estos casos, la interacción musical podría ser un soporte y proporcionar habilidades musicales.

Ello sería altamente beneficioso para la vida cotidiana de quienes padecen estas patologías. De hecho se ha determinado, que la música posee cualidades únicas que logran motivar, fomentar relaciones y mejorar la expresión emocional.

De acuerdo a los científicos existen diversos circuitos, que provienen del córtex auditivo, ellos son muy importantes e indispensables para la percepción musical.

Diversas investigaciones han demostrado, que nuestro cerebro auditivo es muy sensible a estas regularidades. De hecho se ha podido observar, que posee la capacidad de aprender las relaciones estadísticas rápida y eficazmente.

Incluso se ha logrado establecer, que esto se aprende a una edad temprana por efecto de la exposición a diversos factores sonoros del entorno. Entre ellos ritmos, melodías, frases y palabras.

No obstante, existe un comportamiento anormal del cerebro el cual fue plenamente estudiado el 2002, denominado amusia congénita. Esta disfunción denominada también sordera del tono impide comprender las relaciones musicales, y por tanto, de percibir melodías y establecer las relaciones entre los sonidos.

¿Pueden las intervenciones musicales mejorar la calidad de vida y la salud?

La respuesta es afirmativa, sustentado en un estudio de marzo de 2022 realizado por investigadores de Australia y Alemania. El mismo fue publicado en la revista Journal of the American Medical Association Network Open.

Mediante este estudio se demostró, que cantar, escuchar música o tocar un instrumento musical, podría tener un efecto equivalente al de hacer ejercicio o perder peso.

Así, mediante un metaanálisis se examinaron 26 estudios anteriores, que incluían la participación de 779 personas de diversos países. Dentro de ellos destacaban, Estados Unidos, Reino Unido y Australia. Los estudios examinados incluyeron diferentes formas y expresiones musicales y su efecto sobre la salud.

A saber, música góspel (música espiritual interpretada por coros), canto coral y artes escénicas. Se pudo comprobar su efecto sobre la calidad de vida, mejoría de la función pulmonar en supervivientes de cáncer, e impactos positivos sobre la salud cardiovascular.

Los responsables del estudio también compararon los datos con ciertas intervenciones médicas no farmacéuticas, que no presentaban un componente musical. Entre ellos, el ejercicio y los métodos para la pérdida de peso. Esto les permitió desvelar, que las terapias musicales mostraban el mismo impacto en la salud mental que las no musicales.

Asimismo, se corroboró mediante análisis de subgrupos de otros estudios, que cuando estos métodos no farmacéuticos eran complementados con música, se obtenían mejorías significativas en la salud mental.

De hecho, un estudio publicado el 2021 en Journal of Functional Morphology and Kinesiology mostró, que las personas obtienen mayores beneficios de las sesiones de ejercicio cuando escuchan música. Incluso en otro se demostró, que ejecutar un instrumento mejora la salud mental de los adultos mayores.

Según los responsables del estudio, es necesario seguir investigando a fin de aclarar cuáles serían las intervenciones musicales y las dosis adecuadas a utilizar en ambientes clínicos.

Concluyendo

Desde hace tiempo se sabía, que la música influye sobre el estado de ánimo de las personas. De hecho, los investigadores consiguen cada vez más pruebas, que señalan la capacidad de la música para promover ampliamente el bienestar y la calidad de vida relacionada con la salud.

Gracias a sucesivos estudios clave se detectó, que nuestro cerebro se estimula con la música de nuestro agrado. Esto ocasiona una respuesta similar a lo que producen los alimentos ricos en tirosina (chocolate, plátanos, almendras y aguacate).

Un metaanálisis de veintiséis estudios publicado en marzo de 2022 demostró objetivamente la influencia de la música sobre el cerebro. Según los veintiséis estudios considerados se logró establecer, que existe un cambio hormonal a nivel cerebral producido por la música.

Según las teorías del bienestar la hormona dopamina puede favorecer nuestra salud, empezando por la mental. De hecho, los investigadores demostraron, que “cuanto más inmersos estemos en la música que escuchamos, mayor será el impacto que tendrá en cómo nos sentimos”.

Para Annie la información recibida, que también comparto en el post, fue de mucha relevancia. Ella me dijo, que al fin comprendió porqué cuando acompaña sus labores domésticas con música, siente menos cansancio.

Esto le indujo a prestar mayor atención a su condición física y sobre todo retomar algo, que ya había sido bueno: la bailoterapia. Annie realmente se sintió muy agradecida, pues corroboró la importancia de la música para el cerebro. Incluso su importancia bien cuando cantas, la escuchas o tocas un instrumento.

“Aunque el campo de la música, la salud y el bienestar requiere un mayor desarrollo, están surgiendo pruebas de que se pueden recomendar actividades musicales específicas para fines psicosociales concretos y para condiciones de salud específicas. Las actividades musicales ofrecen un recurso rico e infrautilizado para la salud y el bienestar.”

Dra. Genevieve A. Dingle

Universidad de Queensland, Australia

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