Hace poco, la Dirección General de Sanidad de Francia, publicó en un comunicado de prensa, ciertas recomendaciones sobre algunos medicamentos. “Se han notificado eventos adversos graves relacionados con el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) en pacientes con COVID19, casos posibles o confirmados. Le recordamos que el tratamiento de una fiebre o dolor mal tolerados en el contexto de COVID19 o cualquier otra virosis respiratoria se basa en paracetamol, sin exceder la dosis de 60 mg/kg/día y 3 g/día. Los AINE deben estar prohibidos” Este comunicado, hizo énfasis en ser acatado por todos incluyendo los profesionales de la salud.
Esta controversia surgida en los medios de comunicación, la han tenido algunos países que hasta el momento no se han pronunciado. Siendo así, que ni las autoridades españolas ni profesionales sanitarios del país han contraindicado el uso de antinflamatorios. Sin embargo, en las redes ya se han hecho eco y la ciudadanía se encuentra alerta.
Este tema controversial en extremo, ha logrado estremecer un poco a las personas, que están acostumbradas al uso frecuente de los antiinflamatorios no esteroideos. Por supuesto, aquí no escapan mis seguidoras. Por ello, hace unos cinco días una seguidora de Indiana, se comunicó conmigo y me expresó su preocupación. Sobre todo, necesitaba que le aclarase un poco acerca de estos medicamentos contraindicados en presencia de COVID-19.
Confieso, que desde que apareció esta noticia, he estado investigando y he logrado recabar algunos datos bien interesantes. Esto me permitió, entregarle a esta seguidora, cierta relevante acerca de estos medicamentos y los posibles riesgos de su empleo frente al COVID-19. Lo que compilé, me permitió conformar un artículo que lo comparte gustosamente con vosotros en mi página.
Conociendo acerca de los Antiinflamatorios No Esteroideos (AINES)
De acuerdo a la OMS, los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) se encuentran entre los más empleados. Sus usos principales son para calmar el dolor, la fiebre y la inflamación. Dentro de ellos, se encuentran los inhibidores no selectivos de la enzima ciclooxigenasa, la cual ayuda a formar sustancias que causan inflamación y dolor. Dentro de estos medicamentos destacan: ibuprofeno, aspirina (ácido acetilsalicílico), diclofenaco y naproxeno. Se incluyen, además, inhibidores selectivos de dicha enzima. A saber, celecoxib, lumiracoxib, valecoxib rofecoxib y etoricoxib.
Lo debates suelen generar muchas dudas
Un resumen científico realizado por la OMS y publicado el 19 de abril de 2020, recoge la preocupación de los efectos adversos de los AINE. Sobre todo, cuando estos se emplean en pacientes con infecciones respiratorias virales agudas, incluyendo también COVID-19.
Por medio de dicha revisión, se evaluó el uso anterior y actual de los AINE, en personas con presencia de infecciones respiratorias de origen viral. Ello incluyó, insuficiencia orgánica aguda, el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) e infecciones oportunistas.
Se verificó información acerca de su empleo en atención médica aguda (hospitalización y cuidados intensivos), así como sobre la calidad de vida y la supervivencia a largo plazo. Esto consideró, estudios realizados en pacientes de cualquier edad, con presencia de infecciones virales respiratorias, tratados con AINE sistémicos.
En dicho resumen, la OMS, empleó un total de 74 estudios (28 realizados en adultos y 46 en niños). Dichos estudios recogían los efectos causados por infecciones respiratorias virales agudas o afecciones comúnmente causadas por virus respiratorios, pero ninguno abordó específicamente COVID-19, SARS o MERS.
En la mayoría de ellos, se observó que no se presentaron eventos adversos graves, o simplemente, solo se presentaron eventos adversos leves o moderados. Sin embargo, no hubo evidencia suficiente, para la OMS. Sobre todo, lo relacionado con los efectos del uso de AINE en la utilización de la atención médica aguda. Incluyendo las medidas explícitas de calidad de vida o la supervivencia a largo plazo en pacientes con COVID-19.
Puntos de vista diferentes a la OMS
Cabe destacar, que existen puntos encontrados de diversas fuentes médicas e institucionales. Es importante señalar incluso, que Jarbas Barbosa, subdirector de la Organización Panamericana de la Salud, no recomienda utilizar ibuprofeno. El es enfático en utilizar otras alternativas diferentes a los AINE.
Es increíble, la cantidad de desencuentros originados en diversos medios de comunicación y en las redes sociales. Y es importante destacar que todo este proceso que viven los médicos en el día a día, posiblemente no hayan permitido establecer un ensayo de dimensiones adecuadas. Sobre todo, para respaldar el hecho de no utilizar AINE, en especial aspirina e ibuprofeno.
Sin embargo, existen algunas razones teóricas, que indican que lo más apropiado es evitar el uso de AINE. Debido entre otras cosas, al impacto negativo, que pueden desarrollar estos fármacos, en las respuestas inmunes innatas y adaptativas. Esto, sin olvidar su potente efecto antipirético.
Surgen voces de investigadores reconocidos
Una revisión reciente, publicada en British Medical Journal, dio a entender algunos puntos de vista razonables. Fue realizada por Paul Little, profesor de investigación de atención primaria de Southampton University, Reino Unido, en marzo de 2020. La revista, en la cual se publicó, es de gran prestigio en Europa, pues se basa en evidencias médicas. Por lo general, es utilizada como indicador de relevancia para la práctica general y medicina familiar.
El Dr. Little ha logrado establecer, los AINE están asociados con altas probabilidades de complicaciones, posteriores a las infecciones respiratorias. Esto incluye neumonía complicada, derrames pleurales, presencia de patologías prolongadas, diseminación de los procesos infectivos y absceso periamigdalino (complicación de la amigdalitis). Se ha encontrado, evidencia razonable de una asociación entre los AINE y los efectos adversos a nivel cardiovascular y respiratorio. Aparte de ello, los AINE, se han correlacionado con los retrasos en la prescripción de tratamientos efectivo. Sobre todo, en pacientes que requieren hospitalización y el uso de medicamentos con efecto antibiótico efectivo.
Podríamos decir, que existe evidencia razonable del vínculo entre los AINE y efectos adversos sobre el sistema respiratorio y cardiovascular. Sin embargo, hasta ahora no existe evidencia que relacione específicamente esta información en pacientes con COVID-19.
En este sentido, mientras se realizan investigaciones de gran magnitud, que permitan realizar conclusiones, se debe evitar el uso de AINE. Se está partiendo de un enfoque pragmático (ejecución de acciones) y de precaución, para de esta forma, evitar daños potenciales. Por ello, el empleo regular de aspirina e ibuprofeno, no debería recomendarse como una opción de primera línea, frente a los síntomas de COVID-19.
La voz de bioquímicos nutricionales
De acuerdo a algunas revisiones realizadas por expertos en bioquímica nutricional, existen ciertos polisacáridos denominados glicosaminoglicanos (GAG), que cumplen funciones determinantes en la salud. De acuerdo a Heidi du Preez, estos polisacáridos son un tipo de biomoléculas funcionales y estructurales. Las mismas, se encuentran en altas proporciones, en el tejido conectivo, epitelial y óseo, además intra y extracelularmente.
Se sabe, que estos compuestos poseen carga negativa e interactúan con diversas moléculas para regular muchos procesos celulares implicados en la salud y la enfermedad. Es importante aclarar, que la desestabilización es un proceso realizado por una gran variedad de patógenos como las bacterias y los virus.
Ahora bien, está comprobado que el nivel de sulfatación de los GAG, cumple un papel determinante en nuestro sistema de defensa inmune. Se sabe además, que los medicamentos antiinflamatorios, son altamente dependientes del proceso de sulfatación para cumplir sus funciones. Y es aquí, donde se menciona una clave importante respecto a los AINE. Ellos, para poder metabolizarse, echaran mano del sulfato de nuestro cuerpo, compitiendo de forma desequilibrada con los GAG. Por lo tanto, al verse afectados los niveles de sulfato corporal, nuestros niveles de defensa disminuyen drásticamente. Y esto trae consigo, que se afecte el grado de defensa y la respuesta inmune en la glucocálix pulmonar.
Esto lamentablemente, predispone al COVID-19 a individuos infectados con SARS-CoV-2. Partiendo de la evidencia, se tiene claro, que el grado de sulfatación, es muy importante para la carga negativa neta de los GAG. De esta forma, los bajos niveles de sulfato propiciado por los AINE son riesgosos. Esto se debe, a que no solo afectan la protección del cuerpo humano contra las infecciones, sino que interrumpen además el proceso de inmunomodulación.
El sistema respiratorio frente a los virus y bacterias
El epitelio de las vías respiratorias, recubre de forma continua desde la tráquea, hasta los alvéolos. Se sabe que la glicocálix (capa de moléculas ricas en carbohidratos), recubre por completo este epitelio, habiéndose observado que las infecciones son capaces de dañarlo. Esto trae como consecuencias, la producción copiosa de mucinas, que modifica la composición del moco.
Lo descrito anteriormente favorece un desbalance entre secreción y remoción de la vía aérea, lo cual produce una serie de tapones mucosos que obstruyen el paso del aire. Por supuesto, esto acarrea, una serie de consecuencias clínicas como hipoxemia o disminución de la presión de oxígeno en la sangre. Además de hipercapnia o incremento de los niveles de dióxido de carbono en la sangre y la consecuente prolongación de la infección.
Esto podría explicar en parte, la frecuente colonización de bacterias a nivel pulmonar en pacientes infectados. El control de las infecciones virales de la gripe, depende en gran medida de la capacidad de las células T específicas. Ellas se activan en el compartimento linfoide, desde donde migran hacia los pulmones infectados.
Muchos estudios han permitido establecer, que existen varios factores implicados en la alta morbilidad y mortalidad de las infecciones. En el caso de los virus, se produce una cantidad excesiva de citocinas, infiltrados inflamatorios y deterioro del tejido pulmonar. Ocasionalmente, las respuestas inflamatorias pulmonares pueden facilitar la eliminación del virus, sin embargo, frecuentemente causan lesiones graves. Se ha determinado, que 81% de los pacientes críticos con COVID-19, tienden a agravarse desarrollando enfermedad respiratoria febril o SDRA.
Lamentablemente, una alimentación desequilibrada, aunado a la contaminación y a la presencia de fármacos, deja prácticamente al organismo sin defensas.
Puntos de vista compatibles
Desde el prestigioso Queen Elizabeth Hospital Birmingham, de Inglaterra, surge también una posición de apoyo por parte del Dr Jamie J D’Costa. El se solidarizó también con la posición del Dr. Paul Little.
El establece con firmeza, que si la evidencia anecdótica de fuentes francesas, resultara ser correcta, el posee una hipótesis. Esta es, que los AINE, (incluyendo aspirina e ibuprofeno), causan una desregulación de las células T.
Este proceso, favorece el desarrollo del síndrome de liberación de citoquinas, el cual es en realidad una forma de síndrome de respuesta inflamatoria sistémica. Por lo general, surge a partir de la complicación que ejercen de algunas enfermedades o infecciones. En algunos casos graves, se ha llegado a denominarlos como ” tormenta de citocinas “. Este proceso ocasiona, sobre todo en adultos mayores que poseen un sistema inmune debilitado, que el virus se propague más eficazmente, lo cual conlleva graves daños al tejido pulmonar.
Existen de hecho, datos no publicados, por el equipo del Dr. D’Costa, que plantean la hipótesis del papel de las células T en el síndrome de liberación de citocinas en COVID-19. Sin embargo, ante la falta actual de evidencia, se hace eco de la conclusión del profesor Little. Es decir, propone que se tomen en cuenta las justificaciones inmunomoduladoras. De esta forma, se evitaría el empleo de los AINE, hasta el momento en que se logre investigar más a fondo acerca de su empleo en COVID-19.
Concluyendo
Los momentos actuales, se pueden catalogar como tiempos sin precedentes, tanto para la población como para la comunidad médica. Sin embargo, es muy importante, pensar en las consecuencias que acarrea el empleo de medicamentos por costumbre. Esto lo menciono, porque toda la vida, hemos sido aconsejados a emplear muchos fármacos, sin evaluar detenidamente las consecuencias que ello acarrea.
Vale destacar, que en los actuales momentos, la FDA no posee pruebas tangibles acerca del efecto del ibuprofeno o la aspirina, con el agravamiento de los síntomas de COVID-19. Sin embargo, fuentes noticiosas han informado que esta agencia, actualmente se encuentra realizando investigaciones profundas.
De hecho, se espera un pronunciamiento oficial, una vez se obtengan los resultados. No obstante, todas las etiquetas de los AINE advierten que: “la actividad farmacológica de los AINE para reducir la inflamación, y posiblemente la fiebre, puede disminuir la utilidad de los signos de diagnóstico para detectar infecciones”.
Existen algunas razones teóricas por las cuales puede ser mejor evitar los AINE. En especial, todo lo que pudimos observar, sobre su potencial impacto adverso en las respuestas inmunes innatas y adaptativas. Vale hacer mención, a sus propiedades antipiréticas. Pruebas realizadas en animales de laboratorio contagiados con virus de influenza y tratados con algunos AINE, incluyendo ibuprofeno y aspirina, demuestran que logran vivir menos tiempo.
Mi seguidora de Indiana, agradeció la información que le hice llegar, que es la que ahora muestro en el post. Realmente quedó sorprendida por el papel que desempeñan los glicosaminoglicanos (GAG) sobre las defensas del organismo. Ella por supuesto, en los actuales momentos, no posee ningún familiar cercano con COVID-19. Sin embargo, me comenta, que de llegar a presentarse una emergencia, esperaría hasta que se aclare por completo el panorama. Evitaría sobremanera el uso de los AINE.
“No creo que haya suficiente evidencia debido al pequeño tamaño de la muestra de pacientes… Sin embargo, si uno está preocupado, entonces puede querer evitar esas drogas (AINEs)”
Dr. Rodney E. Rohde
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