Jennifer es una periodista de una prestigiosa revista de la ciudad que se puso en contacto conmigo para entrevistarme sobre cómo tener una alimentación adecuada en una cultura que gira alrededor de la comida.
Durante el interrogatorio aprovechó para consultarme cuáles eran los mitos que podían existir sobre este tema. Asimismo, me preguntó qué medidas podían tomar aquellas personas que querían transformar sus hábitos alimenticios. En otras palabras, que debía ella hacer para gozar de buena salud.
Yo le estuve explicando que la nutrición ha adquirido especial importancia en nuestra rutina alimentaria. No obstante, en distintos medios de comunicación se han filtrado informaciones falsas. Estas plantean una serie de recomendaciones u objeciones que están muy aisladas de la realidad y ocasionan reacciones en la población. Por eso, hay que investigar un poco más antes de creer que hemos recibido una cátedra de nutrición de parte de los mejores gurúes.
10 mitos sobre nutrición
Dentro del mundo de la alimentación existen una serie de discursos que suponen una falacia. Están llenos de mitos que difieren de la realidad actual. Se han mantenido en el tiempo, sin actualizarse con nuevas investigaciones científicas. Esto se le atribuye a aquellas personas que manera desmedida se han encargado de emitir una serie de razonamientos erróneos que pueden interferir con esquemas de nutrición y salud.
No obstante, es necesario tomar en cuenta algunos aspectos claves dentro de la nutrición. Es importante que conozcas algunos mitos que se han creado en relación a este punto y que por mucho tiempo ha sido comunicado por diferentes entes.
1. La comida vegana contiene deficiente proteína
Este es una mala apreciación de la comida vegana. Los alimentos de origen vegetal tiene una gran cantidad de proteína. Las almendras, lentejas, quinoa, avena, garbanzos son altamente ricas en proteína.
Como sabrás, las proteínas parten de aminoácidos no esenciales y esenciales. Los aminoácidos no esenciales los produce tu cuerpo. Los esenciales son los que adquieres por medio de los alimentos. De manera que puedes consumir todos tus aminoácidos (9 en total) en tu menú diaria. Las lentejas y la quinoa son un claro ejemplo de que consumes buenas proteínas con tus aminoácidos esenciales.
2. Las comidas con grasa son perjudiciales para la salud
Desde hace muchos años existe una percepción errada sobre la incidencia de la grasa en nuestra salud. De hecho, siempre hemos escuchado que suelen ser perjudiciales porque contribuyen al exceso de peso corporal.
No obstante, esto es refutable, Si bien es cierto que el exceso de grasa de origen animal puede desencadenar enfermedades crónicas asociadas al metabolismo, hay que tener presente que los niveles adecuados contribuyen al desarrollo de energía.
Recordemos que desde nuestro proceso evolutivo el cuerpo se ha encargado de almacenar estos lípidos para contar con unas reservas que le permitan hacer frente a cualquier eventualidad como por ejemplo un periodo de hambruna.
3. Las fuentes de calcio vienen de los productos lácteos
Esto es un mito ya prácticamente erradicado. Según un estudio que fue publicado en el año 2014, se demostró que el consumo de leche estaba relacionado estrechamente con alto riesgo de fracturas en mujeres y mayor mortalidad.
El calcio se encuentra en alimentos de origen vegetal como los vegetales crucíferos o de hojas verdes, que contienen calcio y magnesio. Ambos son requeridos para la absorción del calcio que necesita el organismo.
4. Debes comer unas cinco veces al día
Es uno de los mitos más famosos que ha calado dentro de la sociedad. Sin embargo, hay que recalcar que no existe un número exacto con la cantidad de veces que una persona debe alimentarse al día. Es decir, es más importante lo que ingerimos y cómo lo repartimos que el número de veces que efectuamos algún tipo de ingesta.
De hecho, hay expertos que concuerdan que las distintas investigaciones que se han efectuado sobre los presuntos beneficios que tiene alimentarse de esta manera tienen resultados muy incipientes y hay opiniones encontradas a favor y en contra.
5. Los frutos secos, el aguacate y las aceitunas tienen altos niveles de grasa
Distintos neófitos de la nutrición han expresado en diversos medios de comunicación que:
- Los frutos secos
- El aguacate y las aceitunas no son alimentos aptos dentro de la dieta porque contienen altos niveles de grasa
Sin embargo, esto es un razonamiento errado. Principalmente porque las grasas que los integran son las insaturadas. Es decir, aquellas grasas saludables que ayudan a proteger los distintos órganos del cuerpo, principalmente el corazón.
6. El desayuno es la comida más importante del día
A lo largo del tiempo hemos escuchado que el desayuno es la comida más importante que debemos consumir al día, porque presuntamente le confiere al cuerpo los nutrientes que necesita para funcionar enérgicamente y de la manera adecuada durante las distintas jornadas.
Si has salido de tu casa sin desayunar, quédate tranquila. Estás realizando un ayuno intermitente, con el que puede aumentar la producción de la llamada hormona de crecimiento. Además puedes reducir calorías, éstas promueven la pérdida de peso y además también reducen la resistencia a la insulina.
Por otro lado, no desayunar es la manera más rápida con la que tu cuerpo puede quemar grasa.
7. Las grasas saturadas son malas para el organismo
El mito de las grasas ha sido divulgado por muchisimo tiempo. Esto ha hecho que la gente tenga poco consumo de grasas y aumente la ingesta de carbohidratos para mantenerse vigorosos.
Se ha hablado constantemente que para mantenernos saludables, es necesario evitar las grasas saturadas. Esto se constituyó en un mito puesto que la realidad es que tu cuerpo se beneficia enormemente con un alto porcentaje de calorías que provienen de las grasas saludables y aunque no lo creas, necesitas de un 20 a 30 % de proteínas y solo un 10 % de carbohidratos.
Como una información importante, te diré que las grasas saturadas que provienen de los vegetales proveen al organismo de vitaminas A, D y K solubles en grasa. Además la grasa saturada se convierte en el mejor combustible para tu corazón.
Bien, este es otro mito que está revirtiéndose puesto que el consumo de grasas es el que proporciona más energía al cuerpo. Las grasas que consumes son cruciales para tu salud. Existen muchas grasas que provienen de vegetales que son altamente beneficiosas como la de los aguacates, las nueces, el aceite de oliva, el aceite de coco. Estos limitan los riesgos de enfermedades cardiovasculares y metabólicas que tanto afectan la salud.
8. Los suplementos vitamínicos son esenciales para aportar los nutrientes que el organismo necesita
Es falso que para disponer de los nutrientes que requerimos diariamente debemos optar por los complejos vitamínicos, debido a que estás sustancias se pueden hallar fácilmente en la mayoría de los alimentos.
Motivo por el cual no es conveniente ingerir estos fármacos sin la prescripción de los especialistas de la salud. Aunque es importante acotar que las vitaminas inciden en el funcionamiento del metabolismo y hacen que las distintas enzimas que coexisten dentro de nuestro organismo cumplan sus roles.
9. El consumo de azúcares libres es indispensable para la salud
Este es uno de los temas más controversiales para los expertos en el tema. Principalmente porque hay quienes sugieren que el consumo moderado de azucares libres es indispensable y otros exponen que no.
Se ha incrementado el uso de endulzantes artificiales como sustituto del azúcar. Esta información errónea ha hecho que muchas personas que son diabéticas y otras que quieran bajar de peso lo usen indiscriminadamente. Muchos estudios han demostrado que estos endulzantes son más dañinos que la misma azúcar.
Por otro lado, El Instituto de Investigación de Crédito Suizo realizó una publicación donde informa que el 40% de gastos relacionados con atención médica en Estados Unidos se refiere a enfermedades que están íntimamente relacionadas con el alto consumo de azúcar. De estas enfermedades te menciono la diabetes, cáncer y enfermedades cardíacas. En especial se menciona que el azúcar y la obesidad están muy relacionados con el padecimiento del cáncer.
Investigaciones realizadas apuntaron a que si quieres evitar el cáncer o tratarlo si ya está en el organismo, debes dejar de consumir azúcar y dejar de comer tanta proteína, ya que son caldo de cultivo para las células cancerígenas.
Uno de los consejos más radicales emitidos por el Dr. Otto Warburg, premio nobel de Medicina es que si eliminas el consumo de azúcar o fructosa, así como los granos, puedes ganarle la batalla al cáncer, porque son estos los ingredientes que le dan vida a las células cancerígenas. ,
El Dr. Warburg señala que las células normales del organismo dejan de respirar oxigeno ya que fermentan el azúcar, dándole paso a las células cancerosas.
Según la OMS, la cuota diaria de azúcar que debe consumir una persona al día es del 5%. El consumo de glucosa lo puedes obtener a través de las frutas cuyo contenido de azúcar es completamente natural. Además ésta puede ser cubierta por el consumo de productos naturales como la Stevia.
10. El alcohol puede ayudar al buen funcionamiento del cuerpo
En Internet siempre nos encontramos con artículos que indican que el consumo moderado de vino puede ser beneficioso. Sin embargo, esto no es cierto porque el alcohol más bien es calificado como un tipo de vicio.
Según el autor, Aitor Sánchez, este mito proviene de la paradoja francesa que inventó el cardiólogo irlandés Samuel Black. El cual explica que en Francia los accidentes cardiovasculares eran mucho menores que en Irlanda por el consumo de vino.
No obstante, este argumento ha sido desmentido. Si bien el vino cuenta con un suministro de antioxidantes, no es la panacea para las enfermedades que poseas.
Por eso, yo siempre los invito a consultar con las personas especializadas en el tema y los convido a experimentar mi reto Yo Puedo. Representa una propuesta de cambio de hábitos alimenticios y estilo de vida de carácter permanente. Arranca por un proceso de desintoxicación con la ingesta de jugos de vegetales y frutas que ayudan a que el organismo comience a funcionar de una manera adecuada.
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