Aunque en ocasiones no se repare en ello, en las cocinas familiares se encuentran muchos compuestos naturales que pasan desapercibidos. Estos se encuentran presentes en ingredientes de empleo tan cotidiano como el limón y el azúcar, que en aplicación tópica, empleados en forma conjunta, logran maravillosos efectos sobre la piel, en especial el combate del acné.
Acerca el acné voy a hablar, a solicitud de una seguidora de Florida. Su nombre es Carlota y es una joven de 21 años, quien le encanta disfrutar de las salidas con sus amigas y grupo de compañeros universitarios. Cuando se comunicó conmigo, me manifestaba su preocupación a causa de un brote de acné.
Ella me mencionaba, que desde hace meses se intensificaron las exigencias para entregar ciertos trabajos de la universidad. De hecho, para Carlota, es más gratificante acudir a la universidad, que realizar tareas por computadora desde su casa. Lo cierto es que ella me confiesa, que todas estas tareas le provocaron mucho estrés.
Además de ello, pasaba horas ingiriendo muchos carbohidratos y bebidas gaseosas, todo ello generó el desarrollo de granos en su piel. Y lamentablemente, ella de forma inconsciente comenzó a pellizcarlos y su efecto fue peor, pues pues se diseminaron.
Así que decidió acudir a mí, pues se considera una persona práctica y disfruta de las cosas sencillas. Por ello, me solicitó una alternativa natural para combatir este problema en su piel. Conozco muy bien los efectos del limón y el azúcar, en especial el moreno. Por ello, le hice llegar información sobre sus propiedades, beneficios y como realizar una estupenda mascarilla empleando ambos ingredientes.
Esta información la considero muy útil y sencilla, por ello decidí compartirla aquí en mi página.
De acuerdo a los dermatólogos, el acné vulgar es considerado una enfermedad inflamatoria crónica desarrollada a nivel de la piel. Se estima, que esta patología afecta aproximadamente a un 80% de adultos jóvenes y adolescentes. Por lo general, se presentan ciertas afecciones producidas por una gran cantidad de mensajeros químicos sobre la glándula sebácea.
Entre ellos, existen ciertas hormonas como la insulina y las hormonas sexuales, que ejercen sus efectos sobre la piel. Estos efectos son realizados con el concurso de receptores de alta afinidad, ubicados en varios de sus componentes. Entre ellos se pueden mencionar, la unidad pilosebácea, glándulas sudoríparas, queratinocitos y melanocitos.
Estas afecciones originar una serie de lesiones, inflamatorias y no inflamatorias. De acuerdo a ciertos investigadores, el acné se puede definir como una dermatosis inflamatoria crónica, que consta de comedones abiertos (puntos negros), y comedones cerrados (puntos blancos). Además de ello, produce una serie de lesiones de carácter inflamatorio como pápulas, nódulos y pústulas.
Para algunos científicos el acné debía ser reconocido como una enfermedad crónica, que puede afectar psicológicamente a quien lo padece. De hecho, pueden llegar a presentarse situaciones de ansiedad, además de sensación de vergüenza. Estos sentimientos negativos muchas veces disminuyen el bienestar físico y mental de quien padece esta patología.
Se ha determinado, que el inicio temprano de la pubertad que ocurre actualmente, hace que el acné se presente en personas muy jóvenes. Se ha observado que, en los adolescentes genera estrés emocional, malestar y cierta ocasionada por las cicatrices.
Por lo general, el acné tiende a desaparecer alrededor de los veinte años de edad. Sin embargo, puede persistir hasta la edad adulta, presentándose más comúnmente en mujeres.
Por lo general, se emplean diversos compuestos bien de uso tópico o sistémico. Además de ello, se emplean tratamientos físicos y medicina complementaria.
Retinoides: isotretinoína
Antibióticos: limeciclina, minociclina, eritromicina, levofloxacina, roxitromicina, azitromicina, clindamicina, cotrimoxazol y doxiciclina
Hormonas: anticonceptivos
Compuestos diversos: sulfato de zinc, clofazimina, corticosteroide e ibuprofeno.
De acuerdo a los expertos en dermatología es importante considerar el empleo del azúcar moreno antes que el blanco. El azúcar moreno posee una serie de compuestos que favorecen el control del acné y evitan su diseminación. Vale destacar, que es considerado una fuente natural de ácido glicólico, este compuesto pertenece a los alfahidroxiácidos (AHA) al igual que los ácidos cítrico, tartárico y málico.
Según los estudios, se sabe que las moléculas del ácido glicólico son las más pequeñas de los AHA. Esto permite, que las mismas penetren de forma más profunda en la piel, lo que implica una acción más intensa. De hecho, estos compuestos permiten que otros productos potencien su acción.
Se ha observado además, que el ácido glicólico tiene la capacidad de aumentar el grosor de la piel. Este efecto lo logra al incrementar la síntesis de glicosaminoglicanos y de las fibras de colágeno.
Estudios especializados (análisis de cromatografía líquida y espectrometría de masas), han permitido detectar otros compuestos en el azúcar moreno. Dentro de ellos destacan diversos compuestos fenólicos. A saber, algunos derivados del ácido benzoico, entre ellos los ácidos vanilico y siringico. Posee además algunos derivados del ácido cinámico, entre ellos los ácidos vanílico y siringico.
También, contiene ocho compuestos volátiles, dentro de los que destacan: siringaldehido, alcohol bencílico y dimetil sulfóxido. Este último con propiedades antiinflamatorias y analgésicas.
Desde hace milenios el zumo de limón ha formado parte de diversas medicinas, entre ellas la ayurvédica de la India y la tradicional China. El empleo del limón con fines medicinales ha tenido momentos históricos trascendentales, como el desempeñado en el tratamiento del escorbuto.
El zumo de limón ha sido además una alternativa natural muy empleada en infecciones gracias a su efecto antibacteriano y antifúngico. Además de ello, ha sido empleado en el tratamiento de estados gripales, gracias a sus comprobados efectos antivirales. Además de estas propiedades, también es una alternativa natural para el control y el combate del acné.
Dentro de los compuestos activos encontrados en el zumo de limón destacan:
Muchos de estos compuestos aportan propiedades antibacterianas, antifúngicas, antisépticas y astringentes. De allí la importancia del empleo del zumo de limón como una alternativa natural efectiva para el tratamiento del acné.
Realizar una prueba de parche antes de emplear esta mascarilla. Preferiblemente emplearla antes de ir a dormir, pues sus componentes pueden causar manchas al exponerse al sol inmediatamente después de utilizarla. Lo ideal es realizar este tratamiento dos veces a la semana como máximo.
El acné está muy vinculado con el efecto de ciertas hormonas sobre las glándulas sebáceas, por ello es frecuente en la población joven y en las mujeres. En la actualidad, existen una serie de tratamientos que son empleados de forma generalizada. Entre ellos destacan los tratamientos tópicos y sistémicos.
Entre algunos de ellos, destacan ciertos antibióticos como la eritromicina y clindamicina. Se emplean también, compuestos retinoides, corticosteroides, peelings químicos, anticonceptivos, triclosán, peróxido de hidrógeno, sulfacetamida sódica y ácido salicílico.
Incluso, se ofrecen también muy costosas, como las terapias de luz y la electrocauterización. Todas estas alternativas encierran una serie de riesgos y producen diversos efectos adversos. Afortunadamente, existen ciertas alternativas naturales que han sido empleadas con mucha seguridad, siendo además de bajo costo y al alcance de la mayoría.
Esta alternativa del limón y el azúcar moreno, es sin duda una forma sencilla de mantener a raya el acné. Ambos ingredientes poseen alfahidroxiácidos, que promueven la remoción de las células muertas de la piel.
También, ayudan a regenerar la piel dañada por el acné, disminuyen la inflamación y reponen el tono original de la piel. Esto, sin mencionar los efectos antibacterianos que controlan la bacteria causante del acné. Además de los efectos antioxidantes de la vitamina C y los compuestos fenólicos.
Para Carlota significó mucho el material recibido, el cual es el que comparto en el post. Ella valoró la eficiencia de estos productos, pues como ya me había dicho inicialmente, disfruta de lo sencillo y natural. Así, luego de cuatro semanas de tratamiento con esta maravillosa alternativa, la lozanía de su piel comenzó a restablecerse.
Además, decidió modificar su estilo de alimentación e incorporar una rutina permanente de ejercicios. De hecho, me comentó, que sustituyó las gaseosas por agua de limón.
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