☑️ 4 Remedios Caseros Para Infecciones Intestinales

Son muchas las ocasiones, en que probablemente hemos experimentado serias molestias a nivel del sistema digestivo. Muy probablemente causadas por una contaminación en algún sitio público o por descuidos relacionadas con la higiene.

La ciencia ha logrado avanzar a pasos agigantados en la lucha contra las enfermedades infecciosas que afectan el sistema digestivo. Gracias a esto se ha registrado una disminución de defunciones a nivel mundial. Ahora bien, este tema, que a veces no quiere ser abordado frontalmente por las autoridades competentes, fue objeto de una solicitud que recibí por “casualidad”.

Me dirigía a un vivero cercano a mi casa y llegando a él, un señor de mediana edad me saludó muy cortésmente. Soy sincera, para mi era un total desconocido, sin embargo, respondí ese respetuoso saludo. Ingresamos juntos al vivero y me comenta que a veces viene a adquirir algunas semillas de flores, de plantas medicinales y algunos insumos para su jardín.

Me dijo abiertamenteme que ya me habia visto allí en otras ocasiones y que tenía un tiempo siguiendo las publicaciones que realizo en las redes. Me felicitó por mi forma de abordar cada problemática y aprovechó la oportunidad de solicitarme información que pudiera servirle para tratar de una forma natural una infección intestinal, que no cedía frente a los antibióticos.

Inicié hablándole de los tipos de infección gastrointestinal que se pueden contraer y las formas más comunes de adquirirla.   También le mencioné una serie de normas muy sencillas para evitar el contagio y por supuesto algunas alternativas naturales que han sido bien comprobadas. El estuvo atento, sin embargo, me pidió encarecidamente que le preparara un material escrito que le pudiera servir de guía.

Así, el contenido del material que le preparé, sirvió para llevaros esto a ustedes. La experiencia me ha dicho, que lo sabréis apreciar.

¿Qué se entiende por infección de las vías digestivas?

La mayoría de las veces cuando hablamos de ellas, nos estamos refiriendo a una gastroenteritis. Se sabe que las infecciones gastrointestinales pueden ser originadas por bacterias, por virus o por parásitos.

Lo usual, es que esta enfermedad se manifieste con una inflamación del tracto gastrointestinal, la cual afecta sobremanera al estómago y al intestino delgado. Los síntomas más comunes son: vómitos, diarrea y dolor abdominal.

Uno de los peligros más inmediatos de las infecciones de esta naturaleza, es la deshidratación. Esto hay que considerarlo, sobre todo en la población vulnerable como recién nacidos, niños menores de cinco años, ancianos y personas con el sistema inmunológico deprimido.

Es por ello, importante, actuar rápidamente para tener respuestas frente al diagnóstico, a los fines de realizar el tratamiento adecuado y las medidas de control para evitar los estragos que pueda causar la infección.

¿Cuales son los patógenos principales que ocasiona las infecciones gastrointestinales?

Los patógenos son los llamados agentes infecciosos que  pueden provocar enfermedades en el organismo, entre ellos  principalmente infecciones gastrointestinales. Dentro de éstos os menciono los más frecuentes:

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Adenovirus

El adenovirus suele generar cuadros de diarrea, fiebre, conjuntivitis, infecciones de la vejiga urinaria y erupciones en la piel. Sin embargo, el síntoma más común es la enfermedad respiratoria. Es un de los agentes causales de diarrea pediátrica más frecuente, después del rotavirus.  Este tipo de virus no ataca solo al hombre, también causa enfermedades en aves, porcinos, equinos, caninos, bovinos y simios.

Rotavirus

El rotavirus es la causa más frecuente de diarrea en niños pequeños y bebés y es responsable de los casos más graves. Existe una vacuna contra el rotavirus, pero a nivel mundial causa más de medio millón de muertes por año en niños menores de cinco años. La mayoría de estos casos se encuentran en países emergentes. Fue realmente a partir de 1973, con la ayuda del microscopio electrónico, que se comienzan a considerar seriamente

Campylobacter

Es una de las bacterias más comunes, asociadas a la gastroenteritis en todo el mundo. Es muy frecuente su aparición en niños menores de dos años. Los síntomas suelen venir acompañados de diarrea, la cual ocasionalmente puede acarrear sangre, además de calambres abdominales, vómitos y fiebre. La infección se transmite comúnmente, por medio de la carne cruda o poco cocida (en especial la de aves), agua o leche contaminada.

Clostridium difficile

Esta bacteria es la responsable de la cuarta parte de los casos de diarrea que se contraen en instituciones hospitalarias. Esta muy asociada con la resistencia a los antibióticos. La población más susceptible de contraer esta bacteria son los ancianos y los pacientes con débil sistema inmunitario.

Escherichia coli

Es la protagonista principal de las diarreas que ocurren a los viajeros. Además de ello, es una de las principales causas de la enfermedad diarreica en países en desarrollo. Atacando en primer lugar a la población infantil. La contaminación ocurre frecuentemente cuando se consume agua contaminada con heces, bien de humanos o de animales.

Existe una forma especial de esta bacteria, denominada Escherichia coli, que habita en ganados, ciervos y cerdos.  Sus heces nos contaminan y produce una toxina llamada Shiga. Puede provocar diarrea con sangre y vomito. Si no se trata a tiempo puede generarse una insuficiencia renal.

Helicobacter pylori

Es una de las bacterias más comprometidas con el desarrollo de gastritis, además con la aparición de úlceras gástricas y duodenales. Suele conllevar a la aparición de dolor de estómago o náuseas, pero muchas veces no hay síntomas. Quienes están infectados por esta bacteria, tienen un riesgo del 10 al 20% de desarrollar úlceras pépticas a lo largo de su vida. Además de ello, 1 a 2% de riesgo de padecer cáncer de estómago.

Salmonella y Shigella

Salmonela y Shigella son bacterias que viven en los intestinos de animales y humanos, siendo frecuente su trasmisión por alimentos. La salmonela es común encontrarla en carnes crudas, aves, mariscos y huevos. Se encuentra también en la leche, así como en todos sus derivados. Los síntomas asociados a un cuadro agudo incluyen: náuseas, vómitos y calambres en el abdomen. Además, se pueden presentar estados febriles, acompañados de dolor de cabeza y fiebre.

La bacteria Shigella usualmente se adquiere en el consumo de agua contaminada con heces humanas. Sus síntomas son muy parecidos al de la amibiasis, causando calambres abdominales, fiebre, vómito, además de heces con sangre y Los síntomas de la shigelosis (disentería bacilar) incluyen dolor abdominal, calambres, diarrea, fiebre, vómitos y heces sanguinolentas con moco.

Staphylococcus aureus

Es una bacteria presente en cualquier parte de nuestro cuerpo. Su contaminación en grandes cantidades ocurre al ingerir carnes, aves, huevos, productos de panadería o repostería y productos lácteos. Es la causa más común de la infección por la vía de los alimentos. Suele manifestarse de forma rápida, acompañada de nauseas, vómitos, calambres abdominales y diarrea que suele durar hasta dos días.

Cómo prevenir la infección gastrointestinal

  • Lavarse las manos adecuadamente antes de comer, antes de manipular alimentos y después de ir al baño.
  • Lavarse muy bien las manos después de tocar animales, especialmente animales de granja.
  • Desinfectar todas las superficies que estén contaminadas, preferiblemente utilizar hipoclorito de sodio en las áreas de lavandería, baño y cocina.
  • Adecuado lavado de las prendas de vestir.
  • Utilizar una tabla de uso exclusivo para cortar la carne cruda.
  • Lavar y desinfectar adecuadamente las hortalizas, verduras y frutas.
  • Evitar el contacto con aquellas personas que estén padeciendo de gastroenteritis.
  • Consumir solo agua embotellada cuando se traslade o viaje.
  • Procure no ingerir carne ni pescado crudo.
  • Solo tome leche que esté pasteurizada.
  • Los alimentos deben ser almacenados de forma adecuada y se deben descartar una vez que lo indique la fecha de vencimiento.
  • Acostúmbrate a limpiar las manijas de las puertas y otros objetos de frecuente uso compartido.

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Cómo curar infecciones intestinales de forma natural

1. Sello de oro

El sello de oro (Hydrastis canadensis), se conoce también con el nombre de raíz de naranja o raíz amarilla. El componente que la hace muy efectiva para las infecciones gastrointestinales, es un alcaloide denominado berberina. Ha sido utilizado en la medicina tradicional china, así como en la medicina ayurvédica durante miles de años. Ha demostrado excelentes resultados en el control de disentería y diarrea infecciosa. De acuerdo a ensayos clínicos posee un potente efecto sobre E. coli y V. cholera, dos bacterias muy peligrosas y agresivas.

Ingredientes

  • Una cucharadita de raíz seca de sello de oro
  • Una taza de agua filtrada

¿Cómo lo realizo?

  • Coloca el agua en una olla pequeña
  • Una vez que hierva retírala del fuego
  • Coloca la raíz de sello de oro en una taza
  • Vierte el agua caliente sobre ella y deja que infusione unos diez minutos
  • Cuela la infusión y bébela tibia
  • De preferencia debes consumir esta bebida por lo menos dos veces al día antes de las comidas para lograr los efectos deseados

Nota

El uso de esta infusión no se recomienda en caso de embarazo o lactancia. Tampoco si padeces de hipertensión o consumes medicamentos con efecto anticoagulante o antiinflamatorio.

2. Jengibre

Esta planta, ha sido muy estudiada desde hace muchas décadas y sus usos como ya lo saben es milenario, en especial en países asiáticos. El análisis químico del jengibre muestra que contiene más de 400 compuestos diferentes. Los constituyentes principales en los rizomas de jengibre son los carbohidratos (50–70%), los lípidos (3–8%), los terpenos y los compuestos fenólicos.

Dentro de sus compuestos terpénicos, se incluyen el zingibereno, el β-bisaboleno, el α-farneseno. Dentro de sus compuestos fenólicos destacan el gingerol, los paradoles y el shogaol. Además de estos, también posee aminoácidos, fibra cruda, ceniza, proteínas, fitoesteroles y vitaminas, como el ácido nicotínico y la vitamina A. Estudios demuestran que es muy potente en el combate de bacterias, virus y parásitos intestinales.

Ingredientes

  • Dos pulgadas de rizoma fresco de jengibre orgánico
  • Dos tazas de agua filtrada

¿Cómo lo realizo?

  • Hierve el agua en una olla pequeña
  • Lave muy bien el jengibre y trocéalo
  • Coloca el jengibre en un frasco de vidrio de al menos medio litro con tapa
  • Añade el agua caliente y coloca la tapa
  • Deja reposar la infusión al menos ocho horas
  • Cuele la infusión y refrigere
  • Tomar dos tazas a lo largo del día en pequeños sorbos
  • No almacenar la infusión por más de 24 horas, luego de ese tiempo vuelve a prepararla

3.  Té de kukicha, umeboshi y shoyu

Este medicamento natural, goza de gran popularidad en Japón. El té de kukicha, es un tipo de té verde denominado de tres años, pues se realiza con hojas que han estado en la planta ese tiempo. Se sabe que posee un alto poder para neutralizar la acidez, y los taninos que contienen contribuyen a una correcta digestión de los granos y vegetales. Es rico en calcio, mejorando sus beneficios y vitaminas. Posee además un alto contenido de calcio, una taza de este té contiene 13 veces más calcio que un vaso de leche.

Por su parte el umeboshi, es una ciruela encurtida japonesa, con grandes propiedades. Es rico en ácido cítrico, acido succínico y ácido málico. Esta comprobado su efecto sobre parásitos intestinales, bacterias y hongos. Combate eficazmente las infecciones gastrointestinales. El shoyu es una salsa de soya japonesa fermentada. Se ha determinado que sus polisacáridos incrementan los niveles de inmunoglobulina A.

Ingredientes

  • Una taza de té de kukicha (té verde tostado)
  • Un umeboshi grande o uno pequeño, picado y triturado
  • Unas gotas de shoyu (al gusto).
  • Unas gotas de zumo de jengibre fresco

¿Como lo realizo?

  • Deja que el té de kukicha hierva
  • Separa del fuego y agrega el resto de los ingredientes
  • Deja reposar unos cinco minutos y bebe
  • Puedes realizar este procedimiento una vez al día durante tres días seguidos para obtener resultados favorables, siempre después de almorzar o cenar para evitar que disminuya la absorción de hierro

Nota

No debe administrarse en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. Tampoco debe administrarse en personas menores de 16 años. Debe ser usado con precaución en personas con afección cardíaca.

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4. Jugo de tomate con ajo y limón

Ya por todos, es conocido el poder del ajo. Posee propiedades antifúngicas, antiparasitarias, antivirales, antiprotozoarios y antibacterianas. Todo gracias a la alicina que se libera al cortar el diente. Por su parte, se sabe que un solo tomate aporta casi el 40% de la cantidad necesaria por día de vitamina C, contiene además cantidades importantes de vitaminas A, K, B1 y B2.

Además de los minerales fósforo, calcio, sodio, hierro, zinc y potasio. El limón por otro lado el alto contenido de ácido ascórbico y citrato son muy efectivos para combatir los virus y molestias asociadas a la infección intestinal.

Ingredientes

  • Cuatro tomates orgánicos
  • Cuatro dientes de ajo grandes
  • Medio limón orgánico

¿Cómo lo realizo?

  • Lava muy bien y pela los tomates
  • Pela los dientes de ajo
  • Procesa los tomates y los ajos
  • Añade el zumo de limón al jugo
  • Esta bebida debes realizarla por lo menos una vez al día antes del desayuno
  • Es importante que lo realices al menos durante tres días seguidos para observar mejoría
  • Esta forma de utilizar el ajo es para quienes no toleran su uso directamente masticado

Concluyendo

De tanto indagar y observar, he percibido algo de algunas personas. Me da la impresión que quienes tienen una infección crónica se encuentran atrapadas en una especie de espiral que los absorbe.

Lo digo, porque ellos mismos a veces permiten el mantenimiento de ciertos estados de enfermedad. No intentan elevar su nivel de inmunidad, no se preocupan por mejorar el estado general de salud de su sistema digestivo, acarreando un intestino disfuncional. Ya en otras ocasiones os he insistido en la salud de nuestras bacterias benéficas. Eso es muy sencillo de lograr, con la ingesta regular de probióticos.

Precisamente, ahondando un poco con el caballero del vivero, me dio una pista relacionada con su salud. Era de esas personas que comía con mucha frecuencia en cualquier sitio de la calle.  De forma que el sencillo material que le preparé y que ahora comparto en el post, le sirvió de mucho. Me comenta que se vio retratado cuando leía muchas de las recomendaciones.

Hay que estar muy claros, si nuestro intestino debe estar permanentemente en una lucha, difícilmente pueda estabilizarse. Eso estaba pasando con él, afortunadamente pudo comprobar los beneficios del tomate, el ajo y el limón.

Nuevamente me siento contenta porque al menos, por “casualidad” me topé con un ser humano, que hoy se siente agradecido, no solo por haber mejorado su salud. Me dice también que ahora comparte con su familia, pasa más tiempo en casa, disfruta de sus plantas y por supuesto ya puede exigirle a su familia que se lave las manos, pues él ya lo está haciendo.

Como siempre os recalco, nunca es tarde para aprender y mucho menos si mirándonos retrospectivamente aprendemos a fortalecer nuestras debilidades.

 “Ha de ser limpia la casa y la conducta”

José Martí.

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