7 Factores De La Pérdida De Memoria Momentánea

A veces, hay condiciones de la vida que pueden hacer que pierdas la memoria de manera momentánea. Por ejemplo, Marianela comenzó a notar que olvidaba frecuentemente cosas de las que debía estar pendiente durante el día.

No solo eso. No recordaba dónde dejaba las llaves del auto, los lentes, ni otros objetos, pero no prestó mucha atención y continuó con su vida.  Sin embargo, comenzó a preocuparse cuando se percató que comenzó a olvidar palabras que necesitaba usar. Fue entonces cuando decidió buscar ayuda.

Cuando conversamos, ella mostró preocupación porque pensó que podría padecer una condición más grave como demencia o Alzheimer.  Sin embargo, al analizar su estilo de vida me di cuenta de varias cosas, entre ellas, que Marianela llevaba una vida agotadora y estresante.

Ella atravesaba algunas dificultades económicas debido a la pérdida de empleo de su esposo, así que ella intentaba mantener el nivel de vida de su familia.  Para esto, trabajaba unas 18 horas diarias y su tiempo de sueño se limitaba a apenas 4 horas del día.

Ella es diseñadora gráfica freelance y aceptó más contratos de los que humanamente podía realizar. Se quedaba dormida trabajando y se arrastraba cada mañana a la computadora.  Al darme cuenta de eso, enseguida me di cuenta que su problema de memoria no era crónico, sino más bien momentáneo.

Le expliqué que hay ciertas circunstancias que afectan nuestro  cerebro y la capacidad de memorizar de manera temporal.

Marianela comprendió que si modificaba su ritmo de vida, podría restaurar la memoria, pero si continuaba, su función cerebral se vería seriamente dañada.

El complejo proceso de memorizar

La memoria es una de las funciones cognitivas básicas que realiza nuestro cerebro junto a la percepción y la atención.  Está relacionada con la adquisición, almacenamiento, retención y recuperación de la información que recibimos.

Para memorizar, el cerebro utiliza tres mecanismos principales: el primero, la codificación; el segundo, almacenamiento y tercero, recuperación.

La información que obtenemos proviene de las sensaciones y percepciones que recogemos gracias a nuestros sentidos.

Una vez que prestamos atención a uno o varios de esos estímulos, estos se convierten en información para nuestro cerebro.

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Son esos datos los que se almacenan en la memoria pero primero, deben convertirse en experiencias significativas.  Esto es lo que se conoce como codificación y consiste en la asociación de esos nuevos datos con información que ya tenemos guardada.

Al vincular datos nuevos con viejos, ocurre el proceso de almacenamiento y se utiliza para guardar la información para usos posteriores.

Una vez que consideramos que la información guardada puede sernos de utilidad, entonces el proceso el cerebro realiza el proceso de recuperación.  Este es contrario a la codificación, es decir, extraer de la memoria los datos y desvincularlos de la información asociada.

Como vez, es un proceso realmente complejo y fascinante que aún conserva demasiadas incógnitas.

Tipos de memoria

Los tipos de memoria en realidad son tres etapas distintas separadas de esta función cognitiva y con diferente duración.

Esto quiere decir que toda la información que obtenemos irá pasando a la fase siguiente en función de la relevancia que le demos a cada dato.

Memoria sensorial

Esta es la primera etapa de la memoria y es la que almacena la información proveniente del entorno y de nuestros sentidos.  Por ejemplo, la sensación del contacto de los dedos con el teclado, el sonido lejano de un claxon o un motor, el olor repentino del café fresco proveniente de otro apartamento.

La memoria sensorial dura apenas medio segundo para la información visual y tres o cuatros para la información auditiva.  Es realmente efímera y la información obtenida de ella se traslada a la siguiente etapa si el cerebro la considera importante.

Por ejemplo, no prestamos atención a los dedos en el teclado, pero sí al olor del café fresco, porque nos resulta más interesante.

Memoria a corto plazo

Es conocida como memoria activa y es la información que justamente pensamos o conocemos en un momento determinado.  Cuando prestamos atención a las memorias sensoriales generamos información que se dirige a la memoria corto plazo.

Tiene un tiempo mayor de duración, sin embargo, apenas se extiende por uno 20 a 30 segundos.

Así como la memoria sensorial, tendemos a olvidar rápidamente lo que se encuentra en la memoria a corto plazo.

Solo si la información que se encuentra en esta fase nos parece relevante, entonces continuaremos a la siguiente etapa.

Memoria a largo plazo

Es la memoria donde almacenamos la información que consideramos tan importante o relevante que utilizaremos a futuro en un momento de necesidad.

Se trata del almacenamiento continuo de la información. En ocasiones, lo que almacenamos es fácil de recordar, otras no.

Todas las fases de la memoria pueden sufrir alteraciones por diversas causas,  lo que complica recuperar esos datos que se han almacenado.

7 factores que hacen que pierdas la memoria momentáneamente

Hay trastornos que pueden hacer que pierdas la memoria de manera permanente y muchos de ellos ocurren con el envejecimiento y el deterioro físico y mental.  También hay situaciones que pueden alterar el proceso de recuperar información del cerebro pero de forma momentánea.

En el segundo caso, la buena noticia es que sí descubres o modificas qué es lo que causa esa pérdida momentánea de la memoria, en poco tiempo podrás recuperarla.

Mientras más rápido actúes, menos afectaciones permanentes a largo plazo tendrá tu memoria.

1. Deficiencia de vitamina B

Las deficiencias nutricionales, especialmente de vitamina B12, pueden hacer que pierdas la memoria, producir síntomas de demencia.

Una de las funciones de la vitamina B12 o cobalamina es mantener intacta la mielina o cubierta protectora alrededor de los nervios.

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Si además de pérdida momentánea de la memoria se siente entumecimiento,  hormigueo en los brazos y piernas, dificultad para mantener el equilibrio y cambios de humor, probablemente se deba a carencias de este nutriente.

En adultos mayores puede ser común debido a que con la edad disminuye la capacidad de absorber la vitamina B12 de los alimentos.

Si este es el caso, probablemente sea necesario consumir algunos suplementos de esta vitamina para revertir su carencia.

2. Alimentación alta en carbohidratos, comidas trans

El cerebro necesita de suficientes nutrientes para funcionar de forma adecuada y llevar a cabo sus procesos con eficiencia.

Si la dieta que consumimos no proporciona esos nutrientes con regularidad,  entonces puede que pierdas la memoria y toda la capacidad y funciones cerebrales resultarán afectadas.

Normalmente, esa carencia de nutrientes se debe a una dieta inadecuada, es decir, alta en grasas saturadas, carbohidratos y comidas trans.  Esto implica, de seguro, que se está consumiendo alimentos congelados industrializados o comida rápida.

Un estudio comparó el impacto de una dieta alta en grasas saturadas y carbohidratos simples, contra una dieta baja en grasas y carbohidratos.  Al finalizar la investigación, las personas que siguieron la dieta más saludable, sin grasas y carbohidratos, mejoraron la salud.

Por ejemplo, tuvieron menores niveles de de colesterol, de insulina y de radicales libres. Además, mejoraron su memoria y  funciones cerebrales y cognitivas.

3. Fumar

Científicos ingleses publicaron un estudio en la revista Adicction sobre los efectos del humo del cigarrillo en la memoria de las personas.  Aquellos que fuman o que respiran humo del cigarrillo con regularidad tienen mayores problemas con la memoria que aquellos que no están expuestos a esta sustancia.

La explicación es simple. La hemoglobina es la molécula encargada de transportar el oxígeno en la sangre hacia el cerebro.  El humo del cigarrillo contiene monóxido de carbono que ocupa el lugar del oxígeno en la hemoglobina lo que hace que disminuya la oxigenación cerebral.

Por lo tanto, caen los niveles de actividad del cerebro y por esto, sus procesos realiza resultan entorpecidos y puede pierdas la memoria.

Por otra parte, investigaciones de universidades de Canadá y de Escocia encontraron que las personas que fuman tienen la capa exterior del cerebro más delgada que los no fumadores.  Esto trae como resultado, el envejecimiento cerebral prematuro y una disminución en las capacidades cognitivas de los adultos.

4. No tomar suficiente agua

Un informe publicado por el Instituto de la Investigación Agua y Salud de España,  demostró que reducir un 2% de agua en nuestro organismo causa pérdida momentánea de la memoria y disminución de la atención.

Esto implica que la deshidratación puede hacer que pierdas la memoria y en otras capacidades intelectuales.

Este es un motivo más por el cual se debe consumir suficiente agua, es decir, proteger el funcionamiento cerebral y la memoria.

5. Hacer muchas cosas

Una lista muy larga de tareas puede puede hacer que pierdas la memoria y afectar las funciones cerebrales.  Esto se debe a que al estar en varias cosas a la vez, nuestra memoria sensorial y a corto plazo se satura de percepciones y sensaciones.

Cuando el cerebro intenta codificar todos esos datos, enlaza de forma incompleta la nueva información con la ya existente.  Esto implica que cuando ocurre el proceso de recuperación no se realiza de forma correcta.

6. Sueño insuficiente

Tanto la falta de sueño, como un sueño demasiado superficial, conducen a la fatiga mental y conduce a que pierdas la memoria.  Durante el sueño, el cerebro descansa. Para esto, se vacía de toda la información y datos irrelevantes recopilados durante día.

Si este órgano no descansa adecuadamente, continúa sobrecargado para enfrentar la nueva jornada. Esto no es muy relevante si ocurre solo de vez en cuando.  Pero cuando la falta de sueño se hace costumbre, mina su capacidad de codificar, almacenar y recuperar información.

7. Estrés

Se sabe que un pequeño nivel de estrés suele potenciar el desempeño cognitivo y activar la memoria.  sto se debe a que desencadena la liberación de hormonas que ayudan a estar alerta y mantener la atención en la actividad que se desarrolla.

También se liberan hormonas que optimiza la codificación logrando de esta manera aumentar los nuevos recuerdos.  Sin embargo, el estrés alto y prolongado tiene un efecto negativo en la concentración y puede hacer que pierdas la memoria.

Esto se debe a que los niveles pequeños de estrés suelen revertirse para volver a un estado de calma.  Esto ayuda al cuerpo a recuperarse del efecto de estas hormonas y lo prepara para otro momento que requiera concentración y respuestas rápidas.

Cuando el proceso de tranquilidad no se efectúa , se afectan varios sistemas y órganos, incluyendo el cerebro.

Precisamente, esto es lo que le ocurría a Marianela. Al comprender que su problema de memoria provenía de su ritmo de vida, decidió hablar con su esposo.

Entre ambos, encontraron estrategias para enfrentar la pérdida de empleo en la familia sin sacrificar la salud de ambos.  Por ejemplo, redujeron algunos gastos innecesarios mientras él encontraba un nuevo empleo y ella bajó un poco el ritmo de trabajo.

Con el tiempo, Marianela recuperó su capacidad de almacenar y recuperar información que mejoró con una alimentación y actividad física constante.

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